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QV66 Nefertari Ubicación Valle de las Reinas Descubierta 1904 Excavada por Schiaparelli Altura max. Anchura max. Longitud Área Anterior :
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QV67QV66 es la tumba de Nefertari, Gran Esposa Real de Ramsés II.
Descubierta en 1904 por Ernesto Schiaparelli y restaurada en 1922 por Paolo Mora, está en el Valle de las Reinas. Es la más bella de las tumbas descubiertas, con unas pinturas muy bien conservadas, con Nefertari representada repetidamente. Sobre sus paredes se encuentra una poesía dedicada a la reina por Ramsés: Mi amor es único, no puede tener rival; ella es la mujer más bella que ha vivido. Cuando pasa roba mi corazón y se lo lleva. Saqueada en la antigüedad, la tumba se encontraba vacía cuando Schiaparelli la encontró.
Construida en dos alturas, tras descender unas escaleras se llega a la antecámara; las pinturas nos describen el viaje al más allá de la reina, cuya momia está pintada sobre un lecho protegido por Neftis e Isis, mientras que sobre las paredes occidental y septentrional pueden verse ilustraciones y textos del capítulo 17 del Libro de los Muertos, el que se refiere a la regeneración del difunto.
A continuación comienzan dos escaleras que descienden a la cámara funeraria. En el dintel, la diosa Uadyet, con forma de cobra preparada para atacar, guarda la entrada. En las paredes de la escalera, Nefertari desciende entre dioses a los que ofrece vino. La cámara, sostenida por cuatro columnas, tiene en su entrada al dios Anubis, y el techo representa la bóveda celeste, tachonada de estrellas doradas que confluyen sobre el sarcófago. En las columnas, tres de sus lados ofrecen representaciones de la reina ante distintos dioses que la reciben en el reino de Osiris, y el cuarto, el orientado hacia el sarcófago, el pilar djed, símbolo de Osiris. En las paredes continúa la representación del viaje de la reina, y en una de ellas están las puertas del reino de Osiris, protegidas por genios armados.
La cámara dispone de tres anexos, cuya finaldad era depositar las ofrendas (víveres, perfumes,..) que la difunta necesitaría en el otro mundo. La pared meridional del primer anexo lateral se adorna con una escena del capítulo 148 del Libro.
Las pinturas son de vivos colores, y el rostro de la reina tiene relieve, por vez primera en Egipto: colorete en las mejillas, trazos negros en el cuello y las comisuras de la boca, la hacen parecer viva, en contraste con el hieratismo oficial de las diosas que la rodean.
Conservación y restauración
La sal de roca, constituida principalmente por cloruro de sodio, es el principal responsable de los daños sufridos por la tumba. El Servicio de Antigüedades egipcias llevó distintas campañas entre 1934 y 1977 para frenar la degradación de la misma, sin resultados apreciables. La tumba fue cerrada al público en 1950 a causa de los diversos problemas que amenazaban a las pinturas, que se consideran las mejor conservadas entre las tumbas egipcias.
En 1987, un equipo internacional estudió los problemas, localizando las zonas dañadas, analizando los pigmentos, enlucidos, sales y colores. Las restauraciones comenzaron en 1988 y finalizaron en 1992.
En 1995, la tumba estuvo abierta al público para un número limitado de visitantes diarios. Después se cerró de nuevo, siendo accesible con el abono de un derecho de acceso que debe pagarse a una caja del Consejo supremo de las Antigüedades egipcias, especialmente dedicada a la restauración y a la conservación de los monumentos.
Referencias
- Siliotti, Alberto (1995). Egipto: Templos, hombres y dioses. Editorial Folio. ISBN 84-7583-336-5.
- Puvill Doñate, Marta (1999). Textos de la tumba de la Reina Nefertari. Editorial Marta.
- La tumba de Nefertari.
Enlaces externos
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