- Ted Bundy
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Theodore Robert Cowell Bundy Nacimiento 24 de noviembre de 1946
Burlington, VermontFallecimiento 24 de enero de 1989 (42 años) Cargo(s) Asesinatos múltiples, secuestro, violación. Condena Ejecución en la silla eléctrica. Padres Louise Cowell y posiblemente Lloyd Marshall Theodore "Ted" Robert Cowell Bundy (24 de noviembre de 1946 en Burlington, Vermont- 24 de enero de 1989 en Florida) fue un asesino en serie. Los analistas estiman que el número de sus víctimas podría rondar las cien mujeres, muy lejos de los números oficiales de alrededor de treinta y seis.
Contenido
Infancia
Hijo biológico de un veterano de la fuerza aérea, a quién nunca conoció, y de Louise Cowell, vivió sus primeros catorce años en casa de sus abuelos maternos. Tiempo en el que creyó que sus abuelos eran sus padres y que su madre era su hermana mayor.
En 1950, Ted y su madre, se mudaron a Tacoma (Washington) con otros familiares. Ahí, Louise conoció a Johnnie Culpepper Bundy, un cocinero del ejército del que Ted posteriormente adoptó el apellido, y se casó con él en mayo de 1951. El matrimonio tuvo cuatro hijos, pero Ted nunca creó un lazo afectivo con el marido de su madre.
Universidad
Fue un estudiante aplicado y con buenas notas en la Universidad de Washington y en la Universidad de Puget Sound (Tacoma). Trabajó en varios lugares sin durar mucho tiempo en ellos.
Durante la primavera de (1967) se enamoró de Stephanie Brooks, una hermosa e inteligente joven de familia acomodada. Leslie fue el sueño hecho realidad de Bundy, pero dos años después ella se graduó en Psicología y finalizó la relación por considerar que su pareja era indiscreta y carecía de objetivos claros en la vida. Bundy nunca superó la ruptura y se obsesionó con Leslie manteniendo contacto a través de cartas para, así, intentar reconquistarla.
Abandonó los estudios durante un tiempo y después regresó a la Universidad de Washington para matricularse en Derecho. Fue considerado un estudiante brillante y estimado entre sus profesores. Paralelamente inició una relación de 5 años con Meg Anders quién era divorciada y tenía una hija pequeña. Sin embargo, Meg desconocía que su novio había estado saliendo con una chica de California con la que seguía escribiéndose cartas.
Durante 1969 - 1972 todo fue bien: envió solicitudes de admisión a escuelas de Derecho y estuvo involucrado en actividades comunitarias. Incluso obtuvo una condecoración de la policía de Seattle por salvar a un niño de tres años de morir ahogado, también se relacionó con figuras importantes del Partido Republicano de los Estados Unidos. Todo cambió en 1973 cuando se reencontró con Leslie, con quién sostuvo una relación que duró entre el verano e invierno de ese mismo año. Al final Bundy la abandonó sin que ella volviera a saber nunca más de él.
Primeros delitos y asesinato
Antes de comenzar a asesinar perpetró una serie de hurtos en casas ajenas y comercios mientras estaba ebrio.
El 4 de enero de 1974 entró en el cuarto de la universitaria Joni Lenz, de 18 años, la golpeó con una palanca metálica y la violó con una pata de la cama. Al día siguiente, la chica fue hallada malherida y sobrevivió con daño cerebral permanente. Bundy contaba con 27 años.
Veintisiete días después atacó a la estudiante en Psicología de la Universidad de Washington Lynda Ann Healy, de 21 años. Bundy entró en su dormitorio, la dejó inconsciente con un golpe y la sacó de la escuela. Nadie notó la ausencia de la joven hasta el día siguiente. La policía no estableció ninguna conexión entre las dos agresiones y tampoco se hicieron mayores pruebas ni estudios de la escena del crimen. Los restos de Lynda Ann fueron descubiertos un año después en una montaña cercana.
Comienzan los asesinatos en serie
Durante la primavera y verano de 1974 desaparecieron varias universitarias. Se calcula que fueron ocho víctimas a las que atacó de noche, hasta que comenzó a hacerlo de día. La policía había iniciado una investigación y contaba con descripciones acerca de un hombre que solicitaba ayuda a chicas que jamás volvían a ser vistas. El individuo tenía la particularidad de ir cargado con libros y llevar un brazo enyesado o en cabestrillo. También hubo testigos que observaron a un hombre que solía tener "problemas" para arrancar su Volkswagen el cual había sido visto rondando el sitio donde desaparecieron dos de las jóvenes asesinadas.
El 9 de febrero de 1974, Carol Valenzuela, de 20 años, desapareció de Vancouver (Canadá). Su cadáver no fue descubierto hasta el mes de octubre junto a otro cuerpo sin identificar.
El 11 de febrero de 1974, desapareció Nancy Wilcox, de 16 años. Su cuerpo nunca fue hallado.
El 12 de marzo de 1974 Donna Mason, de 19 años, fue vista por última vez mientras iba a un concierto de jazz del campus.
El 17 de abril, Susan Rancourt de 18 años, caminaba por los jardines del Central Washington State College cuando desapareció.
Un mes más tarde desapareció Roberta Parks, de 20 años, quién había quedado con unas amigas para tomar café, nunca llegó. Parks se encontró con un hombre aparentemente lesionado que le pidió ayuda para subir unas cosas a su auto. Jamás fue vista de nuevo.
El 1 de junio de 1974, Brenda Ball, de 22 años, salió de la Taverna Flame en Burien (Washington) después de comentar a sus amigos que iba a buscar a alguien que la llevara a Sun City (California). La última vez que la vieron estaba hablando con un hombre con el brazo en un cabestrillo. Diecinueve días más tarde se descubrió que Brenda nunca llegó a su destino.
El 11 de junio de 1974 Georgann Hawkins, de 18 años, perteneciente a la fraternidad Kappa Alpha Theta de Seattle, desapareció después de despedirse de su novio e ir a buscar unos libros para un examen de castellano. Su compañera de habitación y la encargada del dormitorio reportaron su desaparición a la mañana siguiente.
El 14 de julio, la universitaria Janice Ott dejó una nota a su compañera de habitación avisándole que se iba en bicicleta al parque Lake Sammamish. Allí se le vio conversar con un hombre que tenía el brazo enyesado y le pedía ayuda para cargar libros en su auto. Días después volvió al mismo parque y secuestró a Denise Naslund, la cual pasaba el día con su novio y amigos. Los restos de Janice y Denise fueron encontrados en agosto de 1974 en el mismo lago Sammamish.
Bundy despistaba a la policía porque sabía como alterar su aspecto físico. Se cambiaba el peinado, se dejaba crecer barba y bigote o se los afeitaba. También cambió de residencia y se mudó a Midvale (Utah), donde el 30 de agosto de 1974 se matriculó como estudiante en la Facultad de Leyes en la Universidad de Utah.
El 18 de octubre de 1974 asesinó a Melissa Smith, la hija del sheriff local. La secuestró mientras ella iba a pasar la noche en casa de una amiga. Su cadáver fue encontrado nueve días después en Summit Park.
El 30 de octubre desapareció Laura Aimee, de 17 años, cuando volvía de una fiesta de Halloween. Su cadáver fue encontrado en los montes Wasatch mostrando signos de haber sido golpeada en la cabeza con una cuña de metal y violada.
La policía inició una investigación y descubrió similitudes en el modus operandi con algunos asesinatos ocurridos en Washington. Entre ambas comisarías elaboraron un retrato hablado del posible aspecto que tendría el asesino.
Primeros indicios
Bundy cometió su primer error el 8 de noviembre de 1974, cuando se acercó a Carol DeRonch en el Fashion Place Mall en Murray, Utah. Haciéndose pasar por un oficial de policía le informó que habían intentado robar su coche. DeRonch subió al auto de Bundy bajo la creencia errónea de que iban a una comisaría para presentar un informe. Después de detener abruptamente el coche Bundy sacó una pistola y le esposó una muñeca. Ella luchó y consiguió apartarse antes de que Bundy pudiera fijar el otro extremo de las esposas. Ella lo golpeó en la cara y salió corriendo. Consiguió que un motorista que pasaba la llevara a la policía.
En la comisaría, Carol narró lo sucedido y así se obtuvo la descripción del hombre, del vehículo y el tipo de sangre del atacante.
Esa misma noche (8 de noviembre), Debby Kent, de 17 años, desapareció del aparcamiento del instituto Viewmont, donde había acudido junto a sus padres a ver una obra de teatro. Los familiares preocupados por la tardanza de Debby llamaron a la policía que tras una búsqueda por el estacionamiento encontraron la llave de un par de esposas. La llave pertenecía a las esposas con las que, horas antes, se había presentado Carol DaRonch en la estación de policía.
La directora de la obra de teatro, Jean Graham, declaró que durante la actuación un hombre de aspecto parecido al del sospechoso le había solicitado que lo acompañara al aparcamiento para identificar un vehículo, pero ella se había negado porque estaba ocupada con la obra.
Casi un mes después de ocurridos los hechos, un hombre llamó a la policía para reportar que la noche de la desaparición de Debby había visto salir precipitadamente un Volkswagen de color claro del estacionamiento de la escuela.
Asesinatos en Colorado
El 12 de enero de 1975, Caryn Campbell, de 23 años, acompañó a su prometido, el doctor Raymond Gadowski, a un seminario en Aspen (Colorado). Mientras descansaban en el salón del hotel ella regresó a la habitación para buscar una revista. El doctor Gadowski y sus hijos decidieron ir a buscarla al ver que no regresaba, pero no la encontraron. A media mañana se dio parte a la policía de su desaparición.
Un mes después un trabajador encontró el cadáver de Caryn en un banco de nieve a varios kilómetros del hotel. Había sido violada y brutalmente golpeada. No se encontró evidencia alguna del atacante.
El 1 de marzo de 1975 fue descubierto un cráneo en una zona boscosa de las montañas Taylor. Pertenecía a Brenda Ball. La policía realizó una amplia búsqueda por los alrededores y tres días después encontraron partes de los cuerpos de Lynda Healy, Susan Rancourt y Roberta Parks. Posteriormente se hallaron otros restos que fueron identificados como pertenecientes a Donna Mason.
El descubrimiento de algunas de las víctimas no detuvo a Bundy.
El 15 de marzo de ese mismo año secuestró a Julie Cunningham, de 26 años, cuando se dirigía a una taberna en Vail (Colorado). Su cuerpo no ha sido hallado.
El 6 de abril de 1975 tras discutir con su marido, Denise Oliverson, de 25 años, decidió ir a visitar a sus padres en Grand Junction (Colorado). Denise no regresó aquella tarde, pero tampoco llegó a casa de sus padres. Desapareció y su cuerpo aún no ha sido encontrado.
Nueve días más tarde, Melanie Cooley, de 18 años, desapareció cuando regresaba del instituto. Un trabajador de caminos descubrió su cadáver el 23 de abril. La chica había sido golpeada con una barra, sus manos atadas a la espalda mientras una funda de almohada estaba fuertemente anudada alrededor de su cuello.
El 1 de julio de 1975, Shelley Robertson, de 24 años, decidió viajar por el país practicando autostop. Sus amigos no se preocuparon demasiado cuando pasaron varios días sin verla. Hubo testigos que la vieron en una gasolinera hablando con un hombre que conducía un viejo camión. El 21 de agosto su cadáver fue descubierto por dos estudiantes en el pozo de una mina cercana a Georgetown (Colorado).
Identificación y posterior captura
Debido al retrato hablado del asesino, una amiga cercana de Meg Anders lo reconoció como Ted Bundy. Meg Anders también llamó de manera anónima a la policía sugiriendo que su novio podría tener algo que ver con las muertes. A pesar de que se facilitaron fotos recientes de Bundy a la policía, los testigos fallaron al hacer la correspondiente identificación. La policía desechó esa pista para enfocarse en otros informes. La atención hacia Ted Bundy se disipó hasta algunos años más tarde.
Bundy adoptó la estrategia de trasladarse de un estado a otro para evitar que la policía descubriera sus patrones. Con el pasar del tiempo sus ataques se volvieron cada vez más erráticos y temerarios. Algunas de sus víctimas se convirtieron en testigos, lo que más tarde harían posible el enjuiciamiento de Bundy.
El 16 de agosto de 1975 un patrullero detuvo un Volkswagen para comprobar su matrícula. El sospechoso se dio a la fuga siendo detenido poco después. En el auto se encontró una palanca de metal, esposas, cinta y otros objetos que dieron inicio a una investigación a gran escala en torno a un hombre: Theodore Robert Bundy.
Primer juicio
El 23 de febrero de 1976 comenzó el juicio contra Ted Bundy por secuestro agravado. Tenía 29 años y entró en la sala con la confianza de que no existían pruebas suficientes en contra él. Sin embargo, Carol DaRonch le señaló como el hombre que intentó secuestrarla y amenazó con matarla. Él negó conocerla, pero carecía de coartada. El 30 de junio de 1976 fue sentenciado a una condena de 15 años de prisión con posibilidad de libertad condicional.
En prisión, los médicos le efectuaron pruebas psicológicas y toxicológicas concluyendo que no era psicótico ni drogadicto o alcohólico y que tampoco sufría algún tipo de daño cerebral. Los resultados de las pruebas permitieron seguir preparando procesos en su contra.
Las pruebas periciales del Volkswagen determinaron que las muestras de pelo encontradas eran de Melissa Smith y de Caryn Campbell. Exámenes posteriores revelaron que las contusiones cerebrales en ambos cuerpos podían haber sido ocasionadas por la palanca encontrada en el coche de Bundy. La policía de Colorado levantó cargos por asesinato el 22 de octubre de 1976. En abril de 1977 fue trasladado a la prisión del condado de Garfield.
Fugas
Durante los preparativos de su segundo juicio, Bundy despidió a sus abogados y decidió defenderse él mismo. Por ese motivo se le permitió visitar la Biblioteca de la Corte de Aspen (Colorado). El 7 de junio de 1976 saltó desde la ventana de la biblioteca, lesionándose el tobillo. Aún así, eludió a la policía durante 6 días y sobrevivió robando y durmiendo en una caravana abandonada. La policía lo atrapó cuando trataba de robar otro Volkswagen con las llaves puestas.
Volvió a escapar de nuevo en enero de 1977 trepando al techo de una de las estaciones de la cárcel, para desde ahí acceder a otra parte del techo que desembocaba en el armario de un departamento vacío del penal. Esperó a que no hubiera nadie cerca y salió por la puerta delantera de uno de los departamentos de los funcionarios de prisiones. Hasta la mañana siguiente, pasadas 15 horas, no se dieron cuenta de su desaparición. Esta vez huyó a Chicago y Florida usando el seudónimo de Chris Hagen.
Últimos crímenes y arresto
El 14 de enero de 1977 el edificio de la fraternidad Chi Omega estaba semivacío cuando Nita Neary volvió en la madrugada. Le extrañó que la puerta estuviera abierta y decidió esconderse. Vio salir del edificio a un hombre con una gorra azul y una carpeta envuelta en un trapo. Creyendo que habían asaltado la fraternidad fue en busca de su compañera Karen Chandler, a la que encontró tambaleándose por el pasillo herida gravemente. Kathy Kleiner fue hallada con vida, aunque malherida, en su cuarto.
La policía encontró el cadáver de Lisa Levy, la cual había sido golpeada en la cabeza, y brutalmente violada. También estaba el cadáver de Margaret Bowman, estrangulada mientras dormía con un golpe en la cabeza que le destrozo el cráneo. El resto de las chicas no pudieron aportar más pistas salvo el testimonio de Nita Neary.
No lejos de allí, Bundy atacó a Cheryl Thomas que sobrevivió a una paliza brutal. Su cráneo fue fracturado en cinco lugares, la mandíbula rota, y un hombro dislocado. La joven sufrió pérdida permanente de la audición con problemas de equilibrio. En la escena del crimen se encontraron evidencias corporales, como cabello y sangre, del autor.
El 9 de febrero de 1978 secuestró a Kimberly Leach, de 12 años, en Lake City. Su amiga Priscila narró a la policía que la había visto subirse a una camioneta blanca con un hombre del que no pudo aportar más datos. Ocho semanas después se encontró, en Florida, el cuerpo de Kimberly.
Tras el asesinato de Leach, Bundy por alguna razón regresó a su apartamento de Tallahassee, al parecer se deshizo de la furgoneta blanca y casi fue detenido cuando intentaba robar otro vehículo. Escapó cuando el oficial lo dejó solo mientras revisaba las placas del coche robado. De regreso a su apartamento limpió el lugar de huellas, robó un VW y finalmente dejó Tallahassee. Después de algunos encontronazos con los empleados del hotel en relación con sus tarjetas de crédito (eran robadas y habían sido denunciadas), Bundy terminó en Pensacola, Florida, donde las placas del auto robado fueron reconocidas por un oficial de patrulla que lo detuvo, después de una corta persecución y de una breve lucha fue detenido de nuevo.
Juicios
Fraternidad Chi Omega
El 25 de junio de 1979 en Miami (Florida) se le juzgó por los crímenes de la fraternidad Chi Omega. Fueron nombrados como los delitos de la década, y tuvieron tal impacto en la opinión pública que hicieron que gran parte de los estadounidenses consideraran a Bundy como la encarnación del Mal.
Bundy ejerció como su propio abogado, pero las evidencias contra él fueron aplastantes. Primero fue el testimonio de Nita Neary, que lo señaló cómo el hombre al que vio salir con gorra de la fraternidad. Después subió al estrado el odontólogo Souviron, que determinó que las marcas de dientes encontradas en el cuerpo Levy coincidían con la dentadura de Bundy. Testigos de cargo y descargo fueron llamados por ambos lados -incluyendo a María Luisa Bundy para la defensa. Bundy lloró durante el testimonio de su madre -una rara muestra de emoción real. Al jurado le fue permitido escuchar detalles del secuestro de DeRonch.
El 31 de julio de 1979, tras siete horas de deliberación, el jurado lo declaró culpable. Él escuchó el veredicto sin demostrar emoción alguna, a diferencia de su madre que suplicó piedad. Ted afirmó ser víctima de una farsa, de un juicio injusto y abusivo por lo que no tenía que pedir clemencia por algo que no había cometido. El juez Cowart lo sentenció a la pena de muerte en la silla eléctrica por los asesinatos de Lisa Levy y Margaret Bowman.
Kimberly Leach
Aunque Bundy ya se encontraba en el corredor de la muerte, el estado de la Florida decidió juzgarlo por el asesinato de Kimberly Leach. El 7 de enero de 1980 comenzó el juicio. Tras el fracaso de ejercer como su propio abogado, Bundy contrató a Julius Africano y Lynn Thompson. Con ellos trazó la idea de apelar por incapacidad mental. Pero la estrategia legal no funcionó y fue declarado culpable.
Durante el procedimiento penal del caso Leach, aprovechó una antigua ley de la Florida que proclamaba que toda declaración de matrimonio en un juzgado, hecha en presencia de funcionarios judiciales, era válida y legalmente vinculante. Haciendo uso de ese derecho le propuso matrimonio a su novia, Carol Ann Boone. En ese momento, Boone se convirtió en la esposa de Bundy. Pocas horas más tarde sería condenado a muerte por el asesinato de Leach y enviado a la prisión de Raiford.
Ejecución
Nada fue fácil con Bundy y su ejecución no sería diferente. Siguió proclamando su inocencia y metódicamente agotó sus apelaciones. Representándose a sí mismo obtuvo numerosos retrasos a la ejecución la primera siendo el 4 de marzo de 1986 , incluyendo uno quince minutos antes de la hora programada para morir el 2 de julio de 1986, y otro el 18 de noviembre a tan sólo siete horas de la ejecución.
Buscando aplazar el cumplimiento de su sentencia le confesó al doctor Bob Keppel, jefe de investigadores del Departamento de Justicia de Washington con quién había colaborado tiempo atrás en la búsqueda de Gary Ridgway (asesino en serie conocido como The Green River Killer), algunos de los lugares en donde guardaba los restos de unas cuantas de sus víctimas. En su casa fueron descubiertas algunas de las cabezas de sus víctimas. La conducta de Bundy fue catalogada como perversión y compulsión necrofílica.
El 17 de enero de 1989, obtuvo la fecha definitiva: Iba a ser ejecutado una semana después. Bundy no había terminado su lucha para evitar la muerte y trató de mantener sus confesiones como cebo para, así, obtener más tiempo. Él y sus abogados pidieron una prórroga de tres años para que confesara los demás asesinatos. También trató de coaccionar a los familiares de sus víctimas para que solicitaran a la corte que le otorgaran más tiempo para poder confesar. A pesar de no conocerse el paradero de muchas de las víctimas, todas las familias se negaron.
Bundy celebró una maratón de entrevistas y confesiones durante sus últimos días aunque nunca estuvo dispuesto a admitir todo, especialmente los asesinatos de algunas de las víctimas más jóvenes. En su último día llamó a su madre y rechazó su última comida. Fue electrocutado el 24 de enero de 1989 y declarado muerto a las 07:16 de la mañana.
Patología
En diciembre de 1987, Bundy fue examinado durante siete horas por Dorothy Otnow Lewis, profesora de la New York University Medical Center. Lewis lo diagnosticó como un maníaco-depresivo cuyos delitos ocurrían normalmente durante los episodios depresivos.[1] Bundy le explicó con detalle su infancia, en especial su relación con sus abuelos maternos, Samuel y Eleanor Cowell. Según Bundy, su abuelo Samuel Cowell era un diácono de su iglesia. La descripción estableció a su abuelo como un tirano abusador, Bundy lo describió como un racista que odiaba a los negros, los italianos, los católicos y los judíos. Además, declaró que su abuelo torturaba animales, golpeando al perro de la familia y maltratando los gatos de los vecinos. También le dijo a Lewis que su abuelo mantenía una gran colección de pornografía en su invernadero, donde, según sus familiares, Bundy y un primo se colaban a mirar durante horas. También dijo que Samuel Cowell montó en rabia violenta cuando el tema del padre del muchacho era tocado por familiares que solían expresar escepticismo ante la historia que daba.[2] Bundy describió a su abuela como una mujer tímida y obediente, que ingresaba de forma esporádica a los hospitales para someterse a tratamiento por depresión.[3] Hacia el final de su vida, Bundy dijo que se convirtió en agorafóbica.[4]
Julia, la tía de Bundy, recordó un incidente perturbador que tuvo con su joven sobrino. Después de recostarse para tomar una siesta, Julia se despertó rodeada de cuchillos de cocina de la familia Cowell. El pequeño Ted, de tan sólo tres años de edad, estaba al pie de la cama sonriéndole.[5]
Bundy usó tarjetas de crédito robadas para comprar más de 30 pares de calcetines, mientras se escondió en la Florida;. Él mismo se consideraba como fetichista de los pies.[6]
En la entrevista con Dobson, antes de su ejecución, Bundy dijo que la pornografía violenta desempeñó un importante papel en sus crímenes sexuales. Según Bundy, cuando era un niño encontró "fuera de casa, en el supermercado local, en una farmacia, pornografía suave... Y de vez en cuando encontraba libros pornográficos con contenido más explicíto..."[7] Bundy dijo, "Sucedió en etapas, poco a poco, mi experiencia con la pornografía en general, pero con la pornografía que presenta un nivel alto de violencia sexual, una vez que te vuelves adicto a ella, —y esto lo veo como una especie de adicción igual que otros tipos de adicción— comienzas a buscar todo tipo de material con cosas más potentes, más explícitas, más gráficas. Hasta llegar a un punto en el que la pornografía va tan lejos que comienzas a preguntarte como sería hacerlo en realidad"[7]
Algunos investigadores creen que la permanente insistencia de Bundy de que la pornografía fue un factor contribuyente en sus crímenes fue otro intento de manipulación. Una vana esperanza de impedir su ejecución diciéndole a Dobson lo que quería oír.[8] [9] [10]
En una carta escrita poco antes de su fuga de la cárcel de Glenwood Springs, Bundy manifestó "He conocido a personas que irradian vulnerabilidad... Sus expresiones faciales dicen: Tengo miedo de ti. Estas personas invitan al abuso... Esperando ser lastimadas, ¿sutilmente lo fomentan?"[11]
En una entrevista de 1980, hablando de la justificación en las acciones de un asesino en serie, Bundy dijo: "¿Que es uno menos? ¿Qué significa una persona menos en la faz del planeta?" [12]
Cuando los detectives de Florida pidieron a Bundy que les dijera en dónde había dejado el cuerpo de Kimberly Leach para darle paz a la familia, él supuestamente replicó: "Pero si yo soy el hijo de puta más duro que jamás han conocido."[13]
Cine
La vida y actos de Ted Bundy ha sido llevada al cine:
- Ted Bundy (película) (2002), dirigida por Matthew Bright.
- Un extraño a mi lado (2003), dirigida por Paul Shapiro (basada en el libro del mismo nombre por Anne Rule, que conocía a Bundy personalmente) .
Referencias
- ↑ Nelson, 1994, p. 152.
- ↑ Michaud y Aynesworth, 1999, p. 330.
- ↑ Nelson, 1994, p. 154.
- ↑ Rule, 2000, pp. 501–508.
- ↑ Rule, 2000, p. 505.
- ↑ Michaud y Aynesworth, 1999, p. 241.
- ↑ a b Shapiro, Ben (2005). Porn Generation. Regnery Publishing. p. 160. ISBN 0895260166.
- ↑ Michaud y Aynesworth, 1989, p. 320.
- ↑ Sharp, Kathleen (18-12-2007). «The Objective Hoax». Criminal Brief.
- ↑ "Bundy: a study in contrast, conflict, violence", Gregory Enns, The New York Times News Service, printed in the Tuscaloosa News, May 18, 1989. Comments from Art Norman and William Hagmaier.
- ↑ Kendall, 1981, p. 168.
- ↑ Michaud y Aynesworth, 1989, p. 188.
- ↑ Michaud y Aynesworth, 1999, p. 263.
- Ressler, Robert K. Y Schatman, Tom (1995). El que lucha con monstruos', Editorial Seix Barral S.A, Barcelona, ISBN 84-322-4041-9
Bibliografía
- Keppel, Robert (2005). The Riverman: Ted Bundy and I Hunt for the Green River Killer (Paperback edición). Pocket Books. ISBN 978-0-743-46395-9. Actualizado después del arresto y confesión del Asesino del río Verde, Gary Ridgway.
- Kendall, Elizabeth (seudónimo de Elizabeth Kloepfer) (septiembre de 1981). The Phantom Prince: My Life With Ted Bundy. Madrona Pub. ISBN 978-0-914-84270-5.
- Larsen, Richard W. (1980). Bundy: The Deliberate Stranger. Prentice Hall. ISBN 978-0-130-89185-3.
- Michaud, Stephen; Aynesworth, Hugh (agosto de 1999). The Only Living Witness. ISBN 978-1-928-70411-9.
- Michaud, Stephen; Aynesworth, Hugh (octubre de 1989). Ted Bundy: Conversations with a Killer. Signet. ISBN 978-0-451-16355-4. Transcripción de las entrevistas con Bundy en el corredor de la muerte.
- Nelson, Polly (1994). Defending the Devil: My Story as Ted Bundy's Last Lawyer. William Morrow. ISBN 978-0-688-10823-6.
- Rule, Ann (2000). The Stranger Beside Me. Signet. ISBN 978-0-451-20326-7.
- Sullivan, Kevin M. (2009). The Bundy Murders: A Comprehensive History. McFarland and Co.. ISBN 978-0-786-44426-7.
- Winn, Steven; Merrill, David (1980). Ted Bundy: The Killer Next Door. Bantam. ISBN 978-0-553-20849-8.
Véase también
- Asesinos
- Asesinato
- Asesinos en serie
- Asesino masivo
- Bipolaridad
- Psicopatía
- Spree killer
- Sociopatía
- Trastornos de la personalidad
Enlaces externos
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