- Vegetación halófila
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La vegetación halófita es la característica de los suelos salinos.
El término fue propuesto por el geólogo Oscar E. Meinzer (1876-1948).
Relativamente pocas especies de plantas son halófilas - quizás no más que el 2%. La mayoría de las especies son "glicofitas," dañándose fácilmente por salinidad.[1]
Su distribución puede ser tanto terrestre como acuática, algunas de esas comunidades acuáticas halófilas soportan salinidades superiores a las que podemos encontrar en un medio marino.
Podemos distinguir comunidades halófitas continentales, costeras, marismas, litorales, etc.
Una medida cuantitativa de la tolerancia a la sal es el «total de sólidos disueltos» en agua de riego que una planta puede tolerar. El agua de mar típicamente contiene 40 g/l de sales disueltas (mayormente cloruro sódico). Las legumbres y el arroz pueden tolerar cerca de 1-3 g/l, y son consideradas glicófitas (como lo son la mayoría de las plantas de cosecha). Del otro extremo, Salicornia bigalovii crece bien con 70 g/l, y es una promisoria halófita para cosecha.[2] Plantas como la cebada (Hordeum vulgare) y la datilera (Phoenix dactylifera) pueden tolerar 5 g/l, considerándoselas como halófitas marginales.[1]
Véase también
Enlaces externos
Referencias
- ↑ a b Glenn, E. P., Brown, J. J., and Blumwald, E. (1999). "Salt Tolerance and Crop Potential of Halophytes," Critical Review in Plant Sciences, Vol. 18, No. 2, pp. 227-255. DOI: 10.1080/07352689991309207
- ↑ Glenn, E. P.; Brown, J. J.; O'Leary, J. W. (1998). "Irrigating Crops with Seawater," Scientific American, Vol. 279, no. 8, Aug. 1998, pp. 56-61.
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