Batalla del Segre

Batalla del Segre
Batalla del Río Segre
Parte de la Guerra Civil Española
Lleida - Río Noguera Pallaresa - Embalse de Camarasa.jpg
El río Noguera Pallaresa, a su paso por el Embalse de Camarasa.
Fecha 4 de abril de 1938 - 3 de enero de 1939
Lugar Ríos Segre y Noguera Pallaresa, y el Pirineo Catalán (Lérida).
Resultado Victoria franquista
Beligerantes
Flag of Spain under Franco 1938 1945.svg España franquista Flag of Spain 1931 1939.svg II República española
Comandantes
Flag of Spain under Franco 1938 1945.svg Fidel Dávila Arrondo
Flag of Spain under Franco 1938 1945.svg José Solchaga
Flag of Spain under Franco 1938 1945.svg José Moscardó
Flag of Spain under Franco 1938 1945.svg Agustín Muñoz Grandes
Flag of Spain 1931 1939.svg Juan Hernández Saravia
Flag of Spain 1931 1939.svg Juan Perea Capulino
Flag of Spain 1931 1939.svg Francisco Galán
Flag of Spain 1931 1939.svg Gregorio Jover
Flag of Spain 1931 1939.svg Enrique Líster
Fuerzas en combate
Ejército del Norte
~180.000 hombres[1]
Ejército del Este
~180.000 hombres[2]
Bajas
Desconocidas Desconocidas

Recibe este nombre el conjunto de enfrentamientos y batallas habidos a lo largo de la línea defensiva del río Segre entre Abril de 1938 y Enero de 1939. Después de los arrolladores avances sublevados por Aragón, la mayor parte de Cataluña todavía resistía a las tropas sublevadas, apoyándose en los ríos Ebro y Segre; La línea del segre era la más larga y la más crucial en la defensa republicana de Cataluña. Durante mucho tiempo ignorada y sin ser tan famosa como otras batallas de la guerra, la del Segre constituye una de las más importantes batallas de la guerra.

Contenido

Contexto

El 7 de marzo de 1938, los sublevados habían roto la línea republicana en el frente de Aragón y comenzó una avalancha militar a la que los republicanos no fueron capaces de oponer una resistencia organizada. Resultado de esto, conquistaron un vasto territorio de Aragón y a principios de abril entraron en territorio catalán. Para estas fechas los republicana empezaron a oponer una fiera resistencia, mucha más organizada que en Aragón, pero a pesar de todo el 15 de abril el General Aranda llegó al Mar Mediterráneo por Vinaroz; El territorio republicano había sido cortado en dos, aún manteniendo las tropas leales la mayor parte de Cataluña.

Por el norte, el avance franquista llegó hasta el río Segre y tomó algunas poblaciones. En Lérida se organizó una fuerte resistencia al mando de Valentín González (El Campensino), pero cayó finalmente el 3 de abril). A estas alturas el avance de los sublevados se vio detenido prácticamente y a partir de entonces todos sus intentos de cruzar el río se verían entorpecidos salvo en Lérida y Seròs, donde lograron establecer cabezas de puente sobre el río. Más al norte, los nacionalistas continuaron su avance, capturando las poblaciones de Balaguer (donde establecieron otra cabeza de puente), Camarasa y Tremp, donde había grandes instalaciones hidroeléctricas que proporcionaban la electricidad a Barcelona y todo su entramado industrial, vital para la guerra. Esto constituyó un gran mazazo para las mismas porque privó a estas industrias de su fuente de energía principal, lo que obligó a echar mano de los viejos hornos de principios de siglo;[3] Los cortes de electricidad y una actividad industrial irregular se hicieron corrientes. Por otro lado, la 43ª División del Ejército Popular quedó cercada en los Pirineos aragoneses, en una pequeña bolsa situada en torno a Bielsa hacia el 14 de abril. Sin embargo, en su avance por los valles pirenaicos, las columnas de Solchaga fueron presa fácil para la artillería y aviación republicanas; La Compañía de esquiadores nacionalista fue prácticamente aniquilada en una emboscada, lo que marcó el final del avance sublevado al norte del Ebro.[3]

Después de llegar al mar, a Franco se le planteaba la opción de continuar el avance hasta Barcelona y conquistar Cataluña; Para sorpresa de sus generales, decidió marchar hacia el sur (hacia Valencia) y no intervenir en Cataluña por temor a incitar una intervención militar francesa a en el conflicto. Así, las tropas republicanas obtuvieron un necesario respiro para poder reorganizarse. No obstante, la lucha continuó a lo largo del Segre, que actuaba como frontera entre las dos zonas hostiles: la línea corría a lo largo de 300 kilómetros, empezando desde la confluencia del Segre y el Ebro, en Mequinenza, y seguía a lo largo del citado río y el Noguera-Pallaresa hasta los Pirineos.

Fuerzas presentes

Bando republicano

Por el lado republicano estaban presentes el Ejército del Este con los cuerpos X, XI y XVIII situados a lo largo del río Segre, más la Agrupación Autónoma del Ebro (de reciente creación), encargada de la defensa del área del río Ebro. Más tarde esta unidad se renombró como Ejército del Ebro y paso a otras funciones. En el sector del Pirineo aragonés se encontraba la 43ª División, situada tras la retaguardia franquista, y que desde Abril se encontraba situada en la denominada Bolsa de Bielsa. Todas estas fuerzas se encontraban muy mermadas después de ser arrolladas por las tropas franquistas durante las batallas en Aragón en el mes de marzo. Sin embargo, a un paulatino endurecimiento en la voluntad de resistencia republicana también se unió la decisión militar de Franco de atacar hacia el Levante, dando un respiro a las tropas de este sector. En este contexto se produjo la apertura de la frontera francesa y la llegada de todos los suministros militares de la URSS que estaban acumulándose desde comienzos de año. Las fuerzas republicanas se han estimado en torno a unos 180.000,[4] con apoyo de artillería, carros y aviación.

Nido de ametralladoras, situado en la línea del Frente del Segre.

Bando franquista

Por el lado franquista se encontraban presentes en la zona Balaguer los Cuerpos de Ejército de Aragón y el Marroquí, mientras que en la zona de Tremp se encontraban el Cuerpo de Montaña y el de Navarra. Sin embargo, gran parte de estos cuerpos tenían fuerzas empeñadas en la Ofensiva del Levante que se estaba desarrollando en el momento, con lo que su capacidad había menguado aunque seguían constituyendo una fuerza a tener en cuenta. Lo mismo cabe decir de la Aviación nacional, que tenía el grueso de sus fuerzas actuando en el Levante. En total, sus fuerzas alcanzaban unos 180.000 hombres.

Cronología

La cabeza de puente de Balaguer

Artículo principal: Ofensiva de Balaguer

Tras el desastre republicano en Aragón se había llevado a cabo una completa reorganización del Ejército del Este, en parte con refuerzos humanos procedentes de nuevas levas y en parte por el armamento soviético que estaba entrando por la frontera francesa que se encontraba abierta de nuevo. Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor Central republicano, había planificado una ofensiva republicana en la zona de Balaguer con un doble propósito: intentar conquistar la cabeza de puente sobre el río Segre que mantienen los franquistas, a la vez que probar la capacidad de las nuevas fuerzas del Ejército del Este.

La noche del 21 al 22 de mayo se produjeron numerosos ataques contra Sort, Tremp y la cabeza de puente de Balaguer. En la zona sur de estos ataques se intenta producir una maniobra con el objetivo de cercar la posición de Balaguer pero finalmente fracasa la acción. Los ataques republicanos por diversos lugares del frente producen ligeras inflexiones pero ningún de ellos prospera. Ante la dificultad de los avances, el 24 de Mayo el Estado Mayor republicano cursa nuevas órdenes para las tropas de la zona: los ataques militares se concentrarán en el sector de Balaguer para intentar acabar con la cabeza de puente mientras que al norte se debería cortar la carretera de Tremp para concentrarse en la conquista de esta posición. La situación no mejorará y el día 27 las fuerzas republicanas pasan a la defensiva. Por otro lado, la aviación nacional (inactiva al principio por encontrarse participando en la campaña del Levante y el mal tiempo) se traslada a la zona e interviene en el contraataque nacional. Su participación acabará resultando decisiva. Finalmente, el 1 de Junio se aborta la ofensiva en la zona del Ejército del Este mientras que la 43ª División republicana se retira hacia sus posiciones iniciales en la Bolsa de Bielsa ante la creciente superioridad franquista.

La bolsa de Bielsa

Artículo principal: Bolsa de Bielsa

Los intentos franquistas por eliminar a la 43ª División republicana que seguía resistiendo en Bielsa fracasaron a lo largo de toda la primavera de 1938, al tiempo que se convertía en un símbolo de la resistencia republicana. Este sector se encontraba muy alejado del frente del Segre pero aún así estaba íntimamente ligado a las acciones que ocurrieran en el frente catalán. No es menos, pues la presencia de la 43ª División debilitaba aún más a las tropas sublevadas que guarecían las zonas de Tremp y Balaguer, como en conjunto todo el margen izquierdo del Segre y el Noguera Pallaresa. Sin embargo, a principios de Junio la presión franquista aumentó y el día 15 los republicanos cruzaron la frontera francesa tras volar todas las instalaciones e infraestructuras que pudieran servir al enemigo.[5] La Bolsa de Bielsa había significado un ejemplo de heroica resistencia para todas las tropas republicanas, como parte de la política de Resistencia a ultranza (Resistir es Vencer) propagada por el Presidente Negrín.[6]

La Batalla de la Electricidad

El control de las plantas de Camarasa y Tremp tiene una importancia decisiva en la Batalla del Segre, en particular durante los enfrentamientos ocurridos en Vilanova de la Barca en el mes de Agosto y los ocurridos en el Bajo Segre, ya en el mes de Noviembre. Las estaciones hidroeléctricas situadas a lo largo del río Segre habían quedado en manos de los sublevados cuando estos alcanzaron el río Segre a principios de Abril y con ellas, también quedaba en sus manos la fuente de energía de las industrias pesadas Barcelona. Bajo planteamiento de Vicente Rojo, fue lanzada una ofensiva a finales del mes de Mayo para, mediante un golpe de mano, intentar recuperar las estaciones eléctricas de la zona de Noguera Pallaresa y distraer a las fuerzas franquistas que se encontraban en levante; Aunque el intento acabó fracasando, sirvió para medir la capacidad del reorganizado Ejército del Este.[7]

Por otro lado, la posibilidad de controlar el flujo del Segre fue decisiva: Durante la Batalla del Ebro los sublevados abrieron en numerosas ocasiones las compresas para elevar el flujo de la agua y destruir así las pasarelas y pontones de los republicanos. Esta particular "artillería hidráulica" fue obra de un ingeniero británico de la "Compañía de Riegos y Fuerza del Ebro", Charles Smith, que había huido de la España republicana en 1936 con el comienzo de la guerra. Una vez que pasó a Francia, en 1938 se unió finalmente al lado de los sublevados, desde donde ayudará a estos para aprovechar la planta de Camarasa.[8]

Ofensiva de Cataluña: El asalto final

Artículo principal: Ofensiva de Cataluña

El 23 de diciembre de 1938 las tropas franquistas lanzaron un ataque sobre las posiciones republicanas del Segre (límite entre los contendientes), rompiendo el frente republicano ese mismo día y dando lugar a la largamente esperada ofensiva nacional sobre Cataluña.[9] El primer asalto lo efectuaron los requetés del Cuerpo de Ejército de Navarra y los italianos del CTV en varias puntos del Segre, 20 km al norte de su confluencia con el Ebro, en Mequinenza. Una vez cruzado el río y asegurada la posición, los sorprendidos defensores (una compañía de Carabineros) se vieron abandonados por sus oficiales. Más al norte, en las estribaciones de los Pirineos, Muñoz Grandes y García Valiño rompieron a su vez las líneas republicanas en ese sector. En Barcelona se pensó que se trataba de una ataque de poca envergadura, pero los ataques franquistas abrieron numerosas brechas en el frente del Ejército del Este y ocasionaron la desbandada de algunas unidades republicanas.[10] Para evitar una penetración masiva de atacantes, se envió al V Cuerpo de Ejército bajo el mando de Enrique Líster, militar de probada confianza. Con el cuartel general en Castelldans, contuvo la ofensiva durante 12 días,[11] evitando que las tropas nacionales penetrasen masivamente por el vértice de los ríos Ebro y Segre. La lucha fue particularmente intensa en estos cruciales días. En el sector del Ebro, la crecida del caudal del río impidió momentáneamente que las tropas marroquíes del general Juan Yagüe lo atravesaran y, de este modo, que se ataque el sector sur de las defensas republicanas. El ataque franquista quedó estancado hasta el día 3 de enero de 1939, cuando un ataque de los tanques alemanes forzó una retirada republicana en un sector del Segre; Ese mismo día y varios kilómetros más al sur, las divisiones marroquíes de Yagüe lograron cruzar el Ebro y establecer varias cabezas de puente.

Asegurada su posición, atacaron a los republicanos por el flanco sur, amenazándolos con un gran cerco. El día 4 las unidades franquistas del Segre atacaron la población de Borjas Blancas, rompiendo de nuevo el frente y causando una retirada transformada que acabó convirtiéndose en una nueva fuga, como ocurriera en Diciembre; Fue gracias a la destreza de Líster que se pudo contener momentáneamente el ataque, aunque no pudo evitar la caída de la arrasada Borjas Blancas.[12] Más al norte, los Cuerpos de Ejército de Muñoz Grandes, García Valiño (apoyados por Moscardó) atacaron en el sector de Noguera Pallaresa la localidad de Artesa de Segre, importante centro de comunicaciones en el que se apoyaba la retaguardia republicana en ese sector.[13] Después de esto el frente republicano se podía considerar abierto. Un último y masivo asalto de tanques por parte de los italianos del CTV obligó a retirarse de todo el frente a Líster y su V Cuerpo. A pesar de la retirada republicana, cada conquista que realizaban los franquistas era después de librar un duro combate. La intensidad de los combates fue tal que el comandante italiano (Gastone Gambara) fue herido durante el avance y varios italianos fueron hechos prisioneros.[14] [15] La conquista de Cataluña había comenzado definitivamente, y con ello la Batalla del Segre tocaba a su fin.

Consecuencias

La del Segre fue una de las batallas más largas de toda la guerra, aunque tradicionalmente la historiografía no la haya reconocido como tal.[16] Sin embargo, la tenaz resistencia de las tropas republicanas (en momento puntuales) a lo largo del Segre permitió mantener Cataluña durante un año más fuera del alcance franquista. Tras la Batalla del Ebro, las tropas del Ebro estaban completamente agotadas y desgastadas, mientras que las fuerzas del Ejército del Este lograron aguantar el embite durante unas semanas: A principios de 1939 la resistencia se vino abajo y tras ella quedaba el largo camino hacia la frontera francesa.

Referencias

  1. El País. «Regreso a la batalla del Segre». Consultado el 09-07-2006.
  2. El País. «Regreso a la batalla del Segre». Consultado el 09-07-2006.
  3. a b Hugh Thomas, pág. 860
  4. El País. «Regreso a la batalla del Segre». Consultado el 09-07-2006.
  5. Hugh Thomas, pág. 892
  6. Hugh Thomas, p.880
  7. Ramón Salas Larrazábal, p.1851
  8. Tuñón de Lara, pág. 251
  9. Hugh Thomas, p. 933
  10. Hugh Thomas, p. 933
  11. Hugh Thomas, p.934
  12. Hugh Thomas, p.934
  13. Hugh Thomas, p. 934
  14. Hugh Thomas, p.935
  15. Hugh Thomas dice que un numero de italianos fueron capturados por los hombres de Líster durante su retirada. Después de un interrogatorio, fueron fusilados.
  16. El País. «Regreso a la batalla del Segre». Consultado el 09-07-2006.
  • Este artículo está basado en parte en los artículos homólogos de las Wikipedias francesa y catalana.

Bibliografía

  • Thomas, Hugh (1976) (en español). Historia de la Guerra Civil Española. Barcelona: Círculo de Lectores. ISBN 84-226-0873-1. 
  • Beevor, Antony (2005). La guerra civil española. Círculo de Lectores. ISBN 978-84-672-1532-8. 
  • (en catalán) GALITÓ Pol, GIMENO Manel, PITA Rodrigo et TARRAGONA Josep, Les batalles del Segre i la Noguera Pallaresa. L'atac final contra Catalunya: abril-desembre 1938, éd. Pagès, Lérida, 2006
  • Tuñón de Lara, Manuel (1989) (en español). La Guerra Civil Española 50 Años Despues. Barcelona: Ed. Labor. pp. 476. 
  • Martínez Reverte, Jorge. La batalla del Ebro. Ed. Crítica. Madrid, 2003. ISBN 84-8432-469-9
  • Salas Larrazábal. Historia del Ejército Popular de la República. Ediciones Españolas S.A.

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