- Juan Carlos del Valle
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Juan Carlos del Valle (México, D. F., 1975) es un artista visual que busca presentar lo trascendente —lo que es común a todas las personas— mediante la exploración de la condición humana, apropiándose de las posibilidades expresivas de la luz. Desde su etapa formativa entendió el arte como la manifestación de un espíritu libre y optó por un camino ajeno al del orden establecido. Al margen de la enseñanza académica construyó una formación independiente de las tendencias globales. Entre 2004 y 2010 ha presentado 36 exposiciones en diversos espacios de México, Estados Unidos y Perú.
Contenido
La definición profesional
Juan Carlos del Valle nació en la Ciudad de México, D. F., el 9 de agosto de 1975. Decepcionado de la enseñanza académica, optó por seguir una formación independiente de las normas dictadas por las tendencias del sistema artístico global. En 1995 se integró al taller del maestro Demetrio Llordén (1931-2000), quien se había formado con el pintor José Bardasano (1910-1997). De Llordén recibió importantes enseñanzas durante sesiones de dibujo dentro y fuera del estudio, visitas a museos y galerías y el análisis de obras de diversos autores y períodos. En 2000 un grupo encabezado por el maestro realizó un viaje de trabajo a Europa, donde Del Valle observó que las escuelas de arte seguían desatendiendo un aspecto que él siempre consideró esencial para su trabajo: la enseñanza de las técnicas y el oficio pictórico. Durante ese viaje realizó nuevas visitas de estudio a relevantes museos de arte.
Consolidación en el oficio
Cuando el maestro Llordén murió, el 26 de diciembre de 2000, Del Valle estuvo bajo la tutoría del pintor José Manuel Schmill (1934-) con quien se enfocó el estudio del paisaje. Al lado de Schmill, reforzó sus ideas previas sobre el poder absorbente del trabajo pictórico y los contrastes luz-sombra y vida-muerte que sobresalen en algunos de sus lienzos en la línea del Memento mori, como Proceso (2005). Ya por completo seguro en su oficio, siguió trabajando de modo independiente. Entre 2001 y 2002 evaluó cionalmente su trayectoria al considerar el conjunto de obras creadas hasta entonces con miras a la edición del libro Oscuridad Luminosa.[1] Publicado en 2002, el libro es una selección de sus dibujos realizados entre 1997 y 2002. Tras su presentación en una sala del Palacio de Bellas Artes, este volumen significó el primer acercamiento de Del Valle con el gran público. En su prólogo la maestra Berta Taracena comentó:
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- “Dibujante incansable y pintor exigente que ya ha conseguido notables ejemplos en la tela, Del Valle crea con un mínimo de recursos, valores esenciales para el lenguaje plástico como suntuosidad, riqueza y sensación de vida; sobre todo esto último, ya que su expresión se caracteriza por el efecto de lo vivo que transmiten sus formas. Cabe subrayar aquí el significado de la palabra crea, ya que este manejo cuidadoso de los elementos visuales constituye por sí mismo un proceso creativo por excelencia, del cual proviene —y no de la inspiración, como vulgarmente se piensa— la elegancia en el estilo y el vigor en las formas de un artista que destaca ya en las obras de este pintor.”[2]
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El segundo volumen dedicado a su obra es el libro El juicio de los ojos[3] editado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y la editorial RM en 2006. El volumen ofrece ensayos dedicados a su trabajo por Jorge Reynoso Pohlenz, Ricardo Pérez Escamilla y Jaime Moreno Villarreal. Centrado en su obra realizada a partir de 2000 y hasta el año de publicación, éste incluye trabajos con distintas técnicas: dibujos a lápiz y al carbón y, sobre todo, óleos sobre lienzo. En este libro se reflejan bien las inquietudes temáticas de Juan Carlos del Valle en esa etapa, marcadas por la exploración de la luz. Una línea de trabajo es la representación de frutos y alimentos naturales. Hay, entre ellos, manzanas (Lo prohibido, 2001), sandías (Reunión, 2003), y pescados (Mutabilidad, 2003). Otra línea fundamental es la de los rostros presentados en una serie de retratos como Jocelyn (2004) y Jokanaán (2002). La figura humana, en especial el desnudo femenino, es una línea secundaria de trabajo. A este conjunto se agregan piezas atípicas como El muerto (2005) e Impromptu (2006) que presentan escenas íntimas y narrativas, línea que siguió indagando esporádicamente en óleos como La luna rosa (2008). Los trabajos incluidos en El juicio de los ojos fueron presentados en una exposición itinerante por distintas ciudades de México. De tal manera, el volumen es también el catálogo de la muestra.En el mismo año de publicación se lanzó el documental Juan Carlos del Valle. Pintor.[4] Este trabajo recapitula sobre la obra del artista y presenta varias de las ideas estéticas predominantes en su visión de esa etapa: la importancia de defender la propia inquietud creativa a contracorriente de las modas y demandas del mercado, el interés de observar en detalle el mundo de la naturaleza y el cuerpo, y su crítica a los movimientos de vanguardia que impiden a las jóvenes generaciones explorar a los maestros del pasado. De tal manera, tiene interés como documento de divulgación sobre la pintura y el oficio del artista. Esas mismas ideas estuvieron presentes en sus charlas, entrevistas y conferencias en centros educativos, incluyendo la clase magistral que ofreció a los estudiantes del plantel Toluca del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey en 2006.
El devenir de la luz (2006), una colección de pintura y dibujo, se presentó en el Museo de la Ciudad de México con una amplia cobertura mediática. Mientras tanto El juicio de los ojos recorría las ciudades de Guanajuato, Puebla, Cuernavaca, Culiacán, Aguascalientes, Zacatecas y Toluca. La muestra y su catálogo resultaron fundamentales para la proyección pública de Del Valle y despertaron el interés de los coleccionistas privados por su obra. Fueron también el primer paso hacia su internacionalización. Bajo el nombre de The Eyes Within, la colección se presentó en la sede del Instituto de México en San Antonio, Texas en 2007. Su primera muestra colectiva en el extranjero, de ese mismo año, fue presentada por la Galería Artizen de Dallas, Texas. Esta etapa de su trayectoria, cuando diversos trabajos suyos ya formaban parte de colecciones privadas, culmina con la muestras Trazos, en el Centro Cultural Faro de Oriente de México, D. F. y De Visiones y Fantasías en el Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán. Una exposición de especial interés, realizada en mayo de 2008 fue la retrospectiva Juan Carlos del Valle, Pintura y dibujo, ofrecida por la Galería Aldama Fine Art. Ésta fue la presentación más amplia y ordenada de su trabajo realizada por una galería privada hasta la fecha. Con motivo de la muestra se editó un catálogo de obra que incluía el ensayo “Juan Carlos del Valle. La transmutación del tiempo” del historiador del arte, curador y crítico Luis Martín Lozano.
El pan de cada día
La pintura Vale bolillo (2008) fue la primera señal pública de la nueva ruta que tomó la obra de Del Valle. La representación de un pan de mesa común sobre un perturbador fondo negro, casi abstracta, de rápida factura e intenso contenido emocional, anunciaba un cambio en su modo de representar los alimentos y el interés central de éstos en su trabajo posterior. En un movimiento de conexión entre la pintura premoderna y las vanguardias estéticas, Del Valle retomó el enfoque discursivo del Arte conceptual como soporte para la comprensión integral de sus piezas centradas en el alimento como un símbolo abierto a numerosas lecturas.
En esta nueva etapa pintó obras en una sola sesión con la técnica de óleo sobre lienzo que presentan productos de la comida industrial (Pastel I, Pastel II y diversas Galletas, 2008-2009); alimentos característicos de la cultura mexicana (La Torta, 2008, Chicharrón y Guacamole, ambas de 2007) y de la comida rápida (Rebanada de pizza, 2008). Su visión de la carne, marcada antes por la tradición del Bodegón, enfocó ahora la forma en que se ofrece este producto en las grandes tiendas de autoservicio (Carne descongelada, 2009). Aparte del realismo naturalista, en el mismo contexto abordó los realismos abstractos y matéricos como ocurre en el díptico Catsup y Mostaza (2008), Nata (2008), Refresco color naranja (2009), Mayonesa (2009) y las piezas dedicadas a explorar la textura de los quesos.
Entre las diferentes aproximaciones a la serie, cabía una lectura metafísica. Mediante una exploración del potencial simbólico de los alimentos Del Valle aludía a la necesidad espiritual del hombre contemporáneo, como se hizo evidente con la pieza Santas Pascuas (2009), centrada en un par de huevos estrellados que representan el final de la Vigilia y el triunfo de la resurrección en el contexto del Catolicismo. De esa lectura alusiva a los símbolos cristianos surgió el proyecto El pan de cada día, producido en colaboración con Caritas. Ciudad de México, IAP.[5]
Los 25 cuadros de la serie se exhibían en el interior de iglesias situadas en diversos barrios de la Ciudad de México con el objetivo de acercarla a todo tipo de públicos. Acompañada por música tenía lugar una lectura orante[6] de la Biblia en la que un sacerdote exponía a los parroquianos comunes del templo y a otros espectadores ajenos a la feligresía (incluyendo ateos y personas de confesiones distintas a la católica) el sentido contemporáneo de la expresión “el pan de cada día” mencionada por Jesús de Nazaret en el Padre Nuestro[7] y de las reflexiones planteadas en el Capítulo VI del Evangelio de Juan [8] referentes al alimento espiritual y el cuerpo de dios tomado en la Eucaristía que Jesús de Nazaret instituyó en la Última Cena.
El pan de cada día creaba una atmósfera de recogimiento espiritual que promovía la meditación, la reflexión y el regreso a la religiosidad. Su sede inicial fue la Capilla del Colegio San Ignacio de Loyola, llamado Colegio de las Vizcaínas.[9] Entre septiembre de 2009 y marzo de 2010 el proyecto —planeado para un año— se había llevado a cabo en siete iglesias de la Ciudad de México y la afluencia acumulada había superado a los seis mil asistentes en sólo 19 días de exhibición. El proyecto proponía nuevas alternativas para vivir lo sagrado religando el arte contemporáneo con el sentimiento religioso. En otro sentido buscaba expandir esta experiencia a espacios públicos —las iglesias— diferentes a los habituales.
Aparte del folleto-programa-misal El pan de cada día. Intervención pictórica en el espacio y tiempo religioso,[10] la editorial Tres Picos editó un catálogo bilingüe de las piezas, complementado con textos de Blanca González Rosas.[11] Queda pendiente, sin embargo, un estudio a fondo que explore los interesantes aspectos de un proyecto cuya multiplicidad de dimensiones rebasó a la crítica contemporánea: la confluencia de tradición y contemporaneidad en la elección de los objetos representados, en el modo de representarlos y su discurso subyacente, una combinación tan provocadora y desconcertante para los fundamentalistas de la religión católica como para los fanáticos del postestructuralismo. El pan de cada día generó interés en medios internacionales como el Diario Vasco.,[12] El Comercio en Perú,[13] ABC en España,[14] y El Confidencial, también en España[15]
Proyecciones del yo
En un nuevo proceso de exploración Del Valle retomó el género del retrato. Sus rostros representados en esta etapa fueron objeto de intervenciones diversas. En la serie, denominada Proyecciones del yo, algunos permiten ver al personaje en un segundo plano (Yo y No yo —autorretratos del artista—, 2009); otros simplemente lo ocultan casi por completo (I. D. 1 y E. S., 2009); algunos más lo cubren con veladuras donde la elección del color forma parte de la caracterización del personaje y de la actitud del artista con respecto a éste. En algunos también se presenta un proceso de transfiguración que va del hombre común al insecto o al personaje fantástico. Este ciclo inaugura nuevos horizontes conceptuales y temas de reflexión: ¿Puede considerarse como retrato una pieza donde el rostro tiene un lugar secundario o desaparece? ¿La intervención es la destrucción parcial de una pieza acabada o la re-significación de otra, o ambas? La historiadora Blanca González Rosas reflexionó así sobre ellos:
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- “Interesado en explorar y comprender los misterios de la condición humana, Juan Carlos del Valle ha desarrollado una propuesta retratística que se expande entre la fisonomía, el ser interior, la máscara y el tiempo compartido entre el modelo y el artista en el proceso de creación. Un tiempo efímero en el que el artista se introduce en su acto creativo atrapando el yo del otro mientras proyecta su propio yo. Una acción potente y misteriosa, en la que el retrato pierde individualidad convirtiendo la imagen en la representación de una condición y una conexión humana que oscila entre el sentimiento, la fisonomía, la máscara y el arquetipo."[16]
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En la delicada frontera entre lo abstracto y lo figurativo, la ficción y la realidad, la tradición y la vanguardia, Juan Carlos del Valle tiene un perfil único en el arte contemporáneo. Actualmente continúa trabajando en un amplio taller acondicionado a sus necesidades específicas de exploración. Como parte de su constante interés por la divulgación escribe un artículo mensual para la revista Casas & Gente, así como una columna para el periódico Heraldo de Toluca.[17]Ante la crítica
Aparte de las frecuentes reseñas de sus exhibiciones aparecidas en la prensa común, la obra de Juan Carlos del Valle ha despertado el interés de los críticos de arte que reflexionan sobre su obra y explican su mecánica de trabajo.
Blanca González Rosas, ensayo “Alimentos industriales y espirituales en la obra de Juan Carlos del Valle”:[18]-
- “…el encuentro con la obra de Juan Carlos del Valle ha sido tan sorpresivo como estimulante. Interesado en la comprensión de la condición humana, el artista ha desarrollado una propuesta cuyo punto de partida es el potencial simbólico y sensual de lo representado. Formado al margen de las tendencias del mainstream y convencido de las bondades estéticas de las prácticas pictóricas premodernas —especialmente las barrocas y decimonónicas españolas— ha desarrollado un lenguaje que, con base en la deconstrucción y reconstrucción lumínica y conceptual de vocabularios realistas, le permite explorar sentimientos, emociones y dudas sobre el origen, causas y propósitos de la existencia.”
Élida Román, Introducción a la muestra El juicio de los ojos con motivo de su presentación en el Centro Cultural San Marcos de Lima, Perú:[19]-
- “El de este artista es un realismo al servicio de una reflexión personal, una indagación sobre el mundo focalizando el comienzo en un punto sencillo, mínimo, y tratando de horadar la corteza, buscando esencias o respuestas. La elección misma de los temas, pretexto para el ejercicio creativo, revela un autodesafío hacia el propósito. Evocando la vanitas del pasado, es un recuerdo de la fragilidad del hombre y la relatividad de las apariencias”.
Luis-Martín Lozano, ensayo “La transmutación del tiempo”:[20]-
- “Juan Carlos del Valle comprende la dimensión justa que adquiere cada uno de los embates del pincel contra la tela, que ha escogido como soporte para sus pinturas. Cada gesto esta acompañado, no sólo de un impulso creativo, sino también de un conocimiento físico, tanto de cómo se puede comportar el color del óleo, como de su capacidad en dejar una impronta; y de cómo el verdadero artista comprende que él está al servicio de la pintura y no a la inversa.”
Andrés Henestrosa, ensayo “Juan Carlos del Valle”:[21]-
- “Siempre sorprendió y asombró que en los mexicanos despertara muy temprano la vocación y capacidad de expresarse artísticamente, sobre todo en la plástica. Se diría que en todo artista, bien sea poeta, bien sea pintor, sobrevive, revive el viejo cuicapique y el tlacuilo, en ellos una sola cosa: pinta el escritor y escribe, escribe y describe el pintor. De esos es Juan Carlos del Valle que siendo un joven de escasos 28 años parece un artista viejo de años, heredero de los creadores antiguos. En las cosas más sencillas, que acaso por estar cotidianamente ante nuestros ojos no percibimos su belleza y novedad, este joven encuentra ocasión de mostrarse en el tamaño que es como artista plástico.”
Jorge Reynoso Pohlenz, ensayo "El juicio de los ojos":[22]-
- Juan Carlos [del Valle] ha perseguido un camino digno e íntegro; no ha elegido un camino fácil, sometiéndose primero a una disciplina considerada anacrónica, y reconociendo que su elección lo obliga a desarrollar su búsqueda plástica hasta el día en que suelte los pinceles.”
Enrique Franco, presentación de la muestra Nuevas Tendencias:[23]-
- “Lo cierto es que con artistas como Juan Carlos del Valle vemos un aspecto que casi era de esperarse: ante el generalizado desconocimiento de la historia, es necesario volver a aprenderla y demostrarla […] En su obra nos encontraremos frente a una nueva postura, la del estudio de los maestros del pasado, contraria a muchas de las tendencias actuales, en las que el concepto se encarga de solucionar la obra, y en la que la habilidad técnica ni siquiera es considerada."
Ricardo Pérez Escamilla, ensayo “A contracorriente”:[24]-
- “Juan Carlos [del Valle] posee un lugar importante en la plástica actual por su exaltación y por la labor que lleva a cabo a favor del rescate y la actualización de técnicas y de temáticas pertenecientes a otros tiempos. Vive en un mundo moderno aunque trabaja con una mística monástica de austeridad, disciplina y rigor en la que se encuentra presente la tradición de algunos artistas de la corriente estética del exilio español…”.
Jaime Moreno Villarreal, ensayo “El relato de la mano”:[25]-
- “Del Valle trabaja en su casa, una casa blanca. Pero su estudio es umbrío, un laboratorio de penumbra cuyo muro norte está ocupado por una aparente cajonera inmensa, cuyos compartimientos cuadrados resulta que no son gavetas, sino postigos de ventanas numerosas, mediante las que, al abrir o cerrar, el pintor administra y regula la luz natural”.
Referencias
- ↑ Juan Carlos del Valle, Oscuridad luminosa. Ediciones Nueva Guía, México, D. F., 2002.
- ↑ Ibidem.
- ↑ Juan Carlos del Valle, El Juicio de los ojos. Instituto Nacional de Bellas Artes y Editorial RM. México, D. F., 2006.
- ↑ Juan Carlos del Valle, pintor. Productora Illusion, México, 2006
- ↑ Véase http://www.caritas-mexico.org/
- ↑ Para una explicación de la lectura orante véase [http://www.buenasnuevas.com/biblia/temas/temasb-10.htm
- ↑ Véase Mateo, 6:11 en http://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo+6&version=RVR1960 y http://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo%206&version=NVI.
- ↑ Véase Juan, 6: 51-58 en http://www.biblegateway.com/passage/?search=John%206,%2051-58&version=NIV
- ↑ Véase Milenio “La Iglesia abre sus puertas al arte contemporáneo” en http://impreso.milenio.com/node/8636937.
- ↑ El pan de cada día. Intervención pictórica en el espacio y tiempo religioso. Fundación Umbra, México, D. F. 2009.
- ↑ Juan Carlos del Valle, El pan de cada día / Our Daily Bread. Tres Picos Servicios Editoriales, México, D. F., 2009.
- ↑ Véase artículo “Un nuevo arte” en http://www.diariovasco.com/v/20100330/opinion/articulos-opinion/nuevo-arte-20100330.html
- ↑ Véase http://elcomercio.pe/noticia/486636/pan-cada-dia-exposicion-pinturas-comida-iglesias
- ↑ Ver http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=400594
- ↑ See http://www.elconfidencial.com/ultima-hora/insolita-exposicion-irrumpe-iglesias-mexico-pinturas-20100528.html
- ↑ Blanca González Rosas, comentario a la serie Proyecciones del yo, en http://aldama.com/delvalle%20proyecciones%20texto1.html
- ↑ Véase http://www.heraldotoluca.com/
- ↑ Catálogo de la Exposición Juan Carlos del Valle, Pintura y dibujo. Aldama Fine Art, México, 2008.
- ↑ Catálogo de la Exposición El Juicio de los ojos. Centro Cultural San Marcos, Museo de Arte, Lima, Perú, 2009.
- ↑ Catálogo de la Exposición Juan Carlos del Valle, Pintura y dibujo. Aldama Fine Art, México, 2008.
- ↑ Texto inédito, fechado en 2003, reproducido en la página de Juan Carlos del Valle.
- ↑ Incluido en Juan Carlos del Valle, El Juicio de los ojos. Instituto Nacional de Bellas Artes, México, D. F., 2006.
- ↑ Ensayo introductorio a la muestra Nuevas Tendencias, versión completa disponible en http://www.juancarlosdelvalle.com.mx/pdf_critica/enriquefranco.pdf.
- ↑ Incluido en Juan Carlos del Valle, El Juicio de los ojos. Instituto Nacional de Bellas Artes, México, D. F., 2006.
- ↑ Incluido en Juan Carlos del Valle, El Juicio de los ojos. Instituto Nacional de Bellas Artes, México, D. F., 2006.
Enlaces externos
Página oficial de Juan Carlos del Valle.[1]
Video “Juan Carlos del Valle. El pan de cada día. Presentación.”[2]
Video “Juan Carlos del Valle. El pan de cada día”. (TV UNAM)[3]
Video. Juan Carlos del Valle. (Once TV).[4]
Milenio TV. Entrevista de Angélica Ponce. “El pan de cada día”.[5]
Video “Juan Carlos del Valle. Pintor”.[6]
Página del Centro Cultural de San Marcos, Lima, Perú dedicada a la exposición El juicio de los ojos.[7]
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