- Los cachirules
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Los cachirules, conocido asimismo como El cachirulazo fue un sonado escándalo del fútbol mexicano ocurrido en 1988 cuando se descubrió que la selección juvenil mexicana de fútbol alineó por lo menos a cuatro jugadores que sobrepasaban la edad reglamentaria mientras competía en las eliminatorias para clasificar a la Copa Mundial de Fútbol Juvenil de 1989.
El asunto terminó con un veto y una fuerte sanción para el fútbol mexicano, cuyas selecciones nacionales de fútbol fueron marginadas de toda competencia internacional durante un período de dos años (1988-1990), lo cual también implicaba la no participación de México en la Copa Mundial de Italia 1990. El caso de los cachirules ha sido comúnmente considerado un parteaguas, marcando un antes y un después en la historia del fútbol mexicano.[1] [2]
Contenido
Nombre
El nombre cachirules posiblemente deriva del personaje de televisión de las décadas de 1950 y 1960 "Cachirulo", creado por el actor Enrique Alonso para el público infantil de los primeros años de la televisión en México. Llamar al equipo cachirules aludía al hecho de que al igual que Alonso, quien interpretaba en Cachirulo a un personaje edad mucho menor que la del actor, los futbolistas implicados en el escándalo fingían asimismo ser mucho más jóvenes de lo que en realidad eran.
Otra opción para el origen de la palabra alude al origen mismo de la palabra "cachirul" o "cachirulo", término que en México se acostumbraba dar a principios del siglo XX a todo remiendo, parche o complemento de mala calidad en la ropa de la gente de las zonas populares o de escasos recursos; con el tiempo el término cachirul o cachirulo, se empleó para todo aquello que fuese de dudosa calidad, origen o reputación. El fútbol tomó dicho calificativo en los llanos de las categorías amateurs en las ciudades y pueblos mexicanos, para emplearlo en los jugadores que sin ser parte de la plantilla registrada en el equipo, eran alineados para completar el mismo y evitar con ello la derrota en la mesa por falta de jugadores. Esta práctica implicaba engañar al arbitro, ya que se alineaba a un jugador empleando el registro de otro, provocando con ello, claro está, un cachirulo. Con el tiempo, el término cachirulo, en México, ha pasado a ser de uso exclusivamente futbolero.[cita requerida]
Historia
Antecedentes
Para acceder al Mundial Juvenil de 1989 que se celebraría en Arabia Saudí México habría de jugar una ronda clasificatoria a llevarse a cabo en Guatemala durante abril de 1988.
La FIFA había lanzado previamente un comunicado entre enero y febrero de 1988 alertando a todas las federaciones de no engañar al máximo ente rector del fútbol mundial con respecto a las edades de los jugadores a participar en selecciones juveniles (atendiendo a que era práctica muy común en todo el mundo incluir en selecciones juveniles a jugadores con una edad superior al límite oficial). De hecho, la edad máxima fijada por la FIFA para la participación de futbolistas en el mundial juvenil era de 20 años de edad.
A México le tocó jugar frente a Guyana, a la que venció en dos ocasiones con marcadores de 9-0 y 2-0, y asimismo contra la local Guatemala, a la que venció con marcadores de 2-1 y 3-0. Esta última victoria se dio el 20 de abril de 1988 con un gol de Gerardo Jiménez, que aseguró el liderato del grupo y la clasificación del combinado tricolor al torneo juvenil mundial.
Investigación
El periodista Antonio Moreno del canal Imevisión (ahora TV Azteca) y autor de una columna especializada en fútbol para el diario mexicano Ovaciones, descubrió en un anuario publicado en abril de 1988 por la propia Federación Mexicana de Fútbol (edición 1986-87) una discrepancia entre las edades publicadas en dicho documento y las presentadas ante la Concacaf para enviar a los futbolistas a las eliminatorias en Guatemala[1] . Moreno publicó el 20 de abril de 1988 un artículo resaltando el peligro de "tratar de ganar ventaja sobre los rivales al incluir jugadores mayores a la edad permitida". La respuesta del presidente de la FEMEXFUT de esos días, Rafael del Castillo, fue minimizar el asunto y agredir verbalmente al periodista.[3]
Sin embargo, Antonio Moreno tuvo el respaldo de José Ramón Fernández, también periodista de Imevisión y titular del programa La Misma Hora, que dio a conocer la noticia en la televisión. La reacción inicial de la FMF fue negar o no responder a las acusaciones; sin embargo, cuando el público vio la magnitud del escándalo, diversos periodistas mexicanos comenzaron a entrevistar a los jugadores y a buscar insistentemente las actas de nacimiento de los integrantes de la selección, al final se dieron a conocer las verdaderas actas de nacimiento del delantero Gerardo Jiménez y de José de la Fuente, ambos con dos años más de la edad afirmada por la Federación. El delantero José Luis Mata se pasaba de la edad máxima por tres años y el defensa Aurelio Rivera por cuatro.[3] Rivera, a la sazón capitán del equipo, ha afirmado en posteriores entrevistas que todos menos dos integrantes de esa selección eran mayores que la edad reglamentaria, más esta aseveración no está confirmada.[4]
La información fue ampliamente difundida en la prensa televisiva y escrita de México e inevitablemente llegó a oídos de la Federación Nacional de Fútbol de Guatemala, la cual presentó una queja oficial ante la Concacaf exigiendo se investigase el caso. La indagación fue llevada a cabo por el salvadoreño José Ramón Flores, quien comprobó rápidamente la falsedad de las edades presentadas por la FMF para los jugadores mexicanos en el torneo.[5]
Consecuencias
Como resultado, inicialmente la Concacaf determinó que las edades de los cuatro jugadores mencionados por Moreno eran efectivamente falsas y se marginó a México del Mundial juvenil de fútbol a realizarse en Arabia Saudita, asimismo se inhabilitó de por vida a ciertos directivos aunque no al director técnico Francisco Avilán, entre ellos José de Jesús Álvarez Guzmán, Rafael Castellanos, Rafael del Castillo, Víctor Manuel González, Ramón Martínez, Manuel Acevez Montenegro, Gerardo Gallegos, Gilberto Morfín Salazar y Héctor Antonio Pérez.[5] Con esta descalificación fue el equipo guatemalteco el que reemplazó a México en la siguiente ronda de eliminatorias. A la larga, fueron las selecciones de Costa Rica y Estados Unidos quienes clasificaron en representación de la Concacaf al mundial juvenil.
Rafael del Castillo presidente de la Federación Mexicana de Fútbol intentó apelar ante la FIFA con la esperanza de anular o minimizar el castigo de la Concacaf.[2] Los directivos mexicanos llegaron a las oficinas del máximo organismo del balompié mundial confiando en la capacidad e influencia que el directivo mexicano Guillermo Cañedo poseía entonces dentro del organismo futbolístico internacional como asesor de Joao Havelange, entonces presidente de la FIFA, pero el resultado no fue el esperado.
En mayo de 1988 la FIFA no sólo respaldó las sanciones impuestas por la Concacaf a la selección juvenil, sino que además la FIFA extendió una suspensión de dos años a todas las selecciones mexicanas (incluyendo la selección mayor) de toda competencia avalada por este organismo; así México quedó fuera del fútbol de los Juegos Olímpicos de 1988 (torneo para el cual ya estaba calificado) a realizarse en Seúl y del Mundial de Fútbol de 1990 en Italia, al prohibirse su participación en las etapas de clasificación previa.
Notas
- ↑ a b «Caso 'cachirules': negro recuerdo». Diario El Universal. Eluniversal.com. Consultado el 19-09-2008.
- ↑ a b Video del reportaje del 20 aniversario del escándalo de Los Cachirules - Parte 2 ESPN. Consultado el 2010-01-01.
- ↑ a b Video del reportaje del 20 aniversario del escándalo de Los Cachirules - Parte 1 ESPN. Consultado el 2010-01-01.
- ↑ «Negro recuerdo: a 20 años del caso de los “cachirules”». Correo de Guanajuato. El Universal. Consultado el 06-10-2009.
- ↑ a b «Francisco Avilán no quiere hablar sobre los "cachirules"». Diario La Afición. laaficion.com. Consultado el 19-09-2008.
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