- Calasanz
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Calasanz
- Para el sacerdote y santo español véase José de Calasanz.
Calasanz es una villa de la provincia de Huesca, perteneciente al ayuntamiento de Peralta de Calasanz en la comarca de La Litera. Está situada en una colina cortada por la parte Este y Norte, a 736 m. de altitud. El término confina por el Norte con los de Juseu y Aguinaliu, por el Este con Gabasa, por el Sur con el de Peralta de la Sal y por el Oeste con los de Estadilla, Alins y Azanuy, teniendo una extensión aproximada de una hora y media de Norte a Sur y lo mismo de Este a Oeste.
Contenido
Población
La población actual de Calasanz ronda las 40 personas, triplicando prácticamente durante la época estival. La persona natural de Calasanz se denomina con el apodo de Cañuto.
Localización
Calasanz está situado en la franja oriental de la provincia de Huesca, frontera lingüística con el catalán. El habla o dialecto que se habla se conoce como chapurriau. Si quieres leer una serie de dichos de Calasanz extraídos del excelente libro "Calasanz" de Antonio Alós Pascáu clickea este enlace:
Calasanz de Antonio Alós Pascáu
Historia
Varios historiadores y estudiosos de la toponimia, como el prestigioso Dr. Corominas, creyeron que el origen de Calasanz estaba en la raíz árabe <cala> (castillo) y la latina <sanctii> (del santo), equivalente a castillo del santo. Menéndez Pidal lo relaciona con Calahorra, Calamocha... El escolapio P. Julio Campos, basándose en la cita documental de Calasanz, en el siglo VI, opina que el topónimo derivaría del prefijo prerromano o celta <cala> y el latín <sanctmus>. El ilustre escolapio cree que la interpretación toponímica correcta sería "el monte del santo". Este santo o titular del poblado o villa no era otro que San Cipriano de Cartago. En efecto, el culto y la dedicación a este santo de santuarios e iglesias en España aparecen extendidos a finales del siglo IV, pues lo insinúa el poeta Prudencio en uno de sus poemas.
La primera cita documental que encontramos sobre Calasanz es del siglo VI, concretamente del año 556 en que el obispo de Huesca, Vicente, hace donación de algunas posesiones en Calasanz. En esta época España está ocupada por los visigodos y Calasanz pertenece eclesiásticamente a la diócesis oscense.
A mediados del siglo X el conde ribagorzano Bernardo vence a los árabes, hasta Calasanz. Aparece en este siglo en numerosas ocasiones dicha villa como punto de conquista de los condes urgelitanos. Arnau Mir de Tost tomará Calasanz y Gabbana con la ayuda de los condes de Urgel y Barcelona. Armengol IV de Urgel sitiará en el año 1083 Calasanz, mientras entregará a la canónica de Solsona los lugares de Gabasa y Purroy. Por fin, en el 1090 caerá Calasanz junto con otros castillos del Norte de La Litera: Rocafort, Pelegrin, Camporrells, etc. El día 8 de marzo de este año hace entrega del templo de San Cipriano, que había sido transformado en mezquita por los musulmanes, a la canónica de Solsona.
En el año 1092, a la muerte de Armengol IV, el castillo de Calasanz pasará a su hijo Armengol V, aunque en el 1096 se perderá tras una razzia de musulmanes de Lérida.
Dos años más tarde, Pedro I, que quería dominar el valle del Cinca, sitia Calasanz, según narra el historiador Zurita. La leyenda dice que en su sitial llevaba siempre la imagen de la Virgen de la Garza y cuando se conquistó Calasanz, tras un largo asedio, la Virgen ordenó que le construyeran un eremitorio. Esta conquista se produjo el día de San Bartolomé (24 de agosto) del año 1102, según consta en el Fragmentum Historicum.
“Dominus Petrus filius eius tenuit comitatum qui anno incarnatione Domini MCII cepit Calasanz”
El rey mandó construir el eremitorio de San Bartolomé y dio una feria a la localidad. Calasanz pasará pues, a depender territorialmente del reino de Aragón.
En el año 1124, el rey Alfonso I está en la villa, desde donde concede fueros de población a Aínsa. Dos años más tarde, en su castillo se produce la entrevista del rey aragonés con el conde de Barcelona y sus dos hijos Ramón Berenguer III y Berenguer Ramón. Tras la derrota sufrida a las puertas de Fraga por Alfonso I Calasanz pasa a la soberanía territorial del Condado de Urgel. Al morir Jaime I, Calasanz pasará al condado ribagorzano hasta finales del siglo XVI. En el año 1332 hay un documento real en el que se alude a la sal de las salinas de Peralta y Calasanz.
En pleno siglo XVI se llevó a cabo la construcción de la actual parroquia de San Cipriano que sustituiría a la primitiva iglesia románica.
Por un real decreto en el año 1708, las salinas de Calasanz, al igual que los otros pueblos-salinares aragoneses, pasarán a la corona y en el año 1736 se prohibirá la producción de sal en ellos.
En el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz se dice que Calasanz tiene, hacia el año 1842, 150 casas, una plaza cuadrilonga, una casa abadial de buena construcción con huerto de secano y regadío, otra municipal arruinada y una mala cárcel incómoda e insalubre. Cuenta además con una escuela de primeras letras con 25 discípulos y dotada de 1.234 reales de vellón.
Por la guía de la provincia de Huesca de Don Adrián Hernández y Cerezo podemos saber que en el año 1908 la población contaba con 772 habitantes y estaba en el distrito electoral de Benabarre. Su alcalde era Cándido Panzano, el secretario Jaime Peirón, el juez Enrique Rami, el parroco José Rodrigo y los maestros José Riverola y María Gavín. Existían en ese año en la localidad dos tiendas de comestibles, dos molinos de aceite, dos carpinterías, dos herrerías, dos sastrerías y dos tiendas de tejidos. Los propietarios más importantes eran Ignacio Paúl, Pío Naval y Ramón Sesé.
En el año 1970 se funden los municipios de Cuatrocorz, Gabasa, Peralta y Calasanz con la nueva denominación de Peralta de Calasanz, estando la sede municipal en Peralta de la Sal.
En el año 1981, Antonio Alós Pascau publica el libro Calasanz con el importante mérito de recoger romances y poemas en el dialecto local.
En el año 1990 nació el trunfas, y desde entonces sigue dando por saco a toda la población con sus diversos vehiculos autopropulsados.
Actualmente, el lugar sigue manteniendo su peculiar belleza y tipismo y el encanto propio de los pueblos medievales.
Arquitectura
La villa mantiene su estructura medieval, con casas señoriales de los siglos XVII y XVIII.
La iglesia parroquial del siglo XVII está dedicada a San Cipriano.
Sobre la cima de la colina, donde está situada la villa, se encuentra la ermita románica de San Bartolomé. Fue mandada edificar por el rey Don Pedro I de Aragón en el año de 1102, por haber tomado la fortaleza en el día de este Santo (24 de agosto) y consagrada el 24 de agosto de 1103.
En la partida de La Ganza existe una ermita bajo la advocación de Nuestra Señora de la Ganza; es de una sola nave y de construcción sencilla, pero toda de piedra de cantería, con una casa contigua, en la que en tiempos vivía el ermitaño.
Usos en la Historia
A 1 km del portal de la villa se encuentra un pozo de agua salada, junto al cual se encuentran las eras para elaborar la sal. Este salinar fue cerrado en el siglo XVIII por orden del rey Felipe V y reabierto durante el siglo XX para su explotación comercial.
Cerca del salinar existe un pozo de hielo (en aragonés "pou de chelo") muy bien conservado. La utilidad del pozo de hielo era la obtención de hielo para el transporte y mantenimiento de alimentos, así como para la elaboración de helados y refrescos. El pozo está orientado al norte y próximo al arroyo formado por el agua sobrante de la fuente del pueblo. Durante los días fríos de invierno, el hielo formado en el arroyo, la nieve caída, o hielo producido arrojando agua al pozo en los días de heladas eran recogidos en el pozo. Una vez dentro, el hielo era apelmazado, alternando capas de hielo con capas de paja para su mejor mantenimiento. En el fondo del pozo existe un sistema de drenaje para permitir la circulación del agua producida en el deshielo y de esta forma no se acelere el deshielo del resto.
Topografía y botánica
El terreno es montuoso y cruzado de arroyos, barrancos y sierras. Sus principales montes son los llamados Cánigo, Berguellí, Sardanella y Ardós. Hay en ellos algunas carrascas, bojes, romeros, tomillos y otros arbustos.
Agricultura y ganadería
Se cultivan olivares, almendreras, viñedos y cereales.
En la actualidad existen algunas granjas de conejos, cerdos y avestruces.
Existe un coto deportivo de caza, con una buena abundancia de jabalíes.
Fiestas
Las fiestas patronales tradicionales se celebran para San Cipriano (17 de septiembre) pero la fiesta mayor se celebra el primer domingo del mes de agosto cuando se juntan todos los cañutos (naturales de Calasanz) que por una razón u otra han tenido que emigrar. Durante 4 días la comisión de festejos organiza actividades para todo el rango de edades. Las actividades más tradicionales son:
- Cena popular
- Bailes todos los días con sesiones de tarde y noche
- Competición de tiro al plato
- Ronda Jotera
- Trofeo de guiñote
- Juegos para niños
- Partido de fútbol
Servicios
Desafortunadamente, y debido a la fuerte emigración que ha sufrido la villa, el nivel de servicios es nulo, no existiendo escuela, restaurante, tiendas de comestibles y un largo etcétera que también sufren un gran número de pueblos del alto Aragón. Desde el 3 de julio de 2004, la Villa de Calasanz dispone de una casa rural, Casa Plana, donde poder comer y descansar.
Véase también
Referencias
Enlaces externos
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