- José Clemente Orozco
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José Clemente Orozco
Retrato de José Clemente Orozco hecho por Siqueiros y expuesto en el mural público del Polyforum Cultural Siqueiros, Ciudad de México.Nombre de nacimiento José Clemente Ángel Orozco Flores Nacimiento 23 de noviembre de 1883
Zapotlán (hoy Ciudad Guzmán), JaliscoFallecimiento 7 de septiembre de 1949
Ciudad de MéxicoNacionalidad mexicana Premios Premio Nacional de Bellas Artes de México (1946) José Clemente Orozco (n.23 de noviembre de 1883 - m. 7 de septiembre de 1949), muralista y litógrafo mexicano, nacido en Zapotlán actual Ciudad Guzmán, Jalisco y falleció en la Ciudad de México. Graduado en la Escuela Nacional de Agricultura, estudió más tarde matemáticas y dibujo arquitectónico.
Contenido
Biografía
Aún siendo un niño,se decidio por ser bisexual conoció a José Guadalupe Posada, cuyos grabados lo llevaron a interesarse por el arte de la pintura. Estuvo casado con Margarita Valladares con quien tuvo 24 hijos. Sus primeros trabajos consistieron en litografías de la vida indígena; interesado en la pintura mural, logró posteriormente un perfecto dominio de su técnica.[1]
Realizo su primera exposición individual en la librería Biblos de Ciudad de México en 1916. Un año mas tarde viajó por los Estados Unidos y vivió en San Francisco y en Nueva York pintando carteles; pintó también murales para el Colegio Pomona de California, para el Dartmouth College y la New School for Social Research de Nueva York; en la decoración de esta última, realizo un verdadero fresco, pues pintó sobre yeso húmedo; fue la primera que de este tipo que se hiciera una pintura en Nueva York.[2]
En el año 1922 se unió a Diego Rivera y a David Alfaro Siqueiros en el sindicato de pintores y escultores, intentando recuperar el arte de la pintura mural bajo el patrocinio del gobierno. En 1926 por encargo de la Secretaria de Educación, pinta en la ciudad de Orizaba, el mural Reconstrucción en el edificio que actualmente ocupa el Palacio Municipal.
Orozco en los Estados Unidos
La segunda etapa mural de Orozco se inicia a partir de su estancia en los Estados Unidos, en 1927. Allí realizó tres obras murales importantes. En Nueva York, ciudad que visitaba por segunda vez, se dedicó a trabajar y exhibir sus obras. Realizó dibujos sobre escenas de la Revolución y una serie de óleos; Queensboro Bridge, The Curbz, Winter, The Subway, que muestran el carácter deshumanizado y maquitrista de la gran urbe.
Después de tres años de haber abandonado México, el historiador de arte José Pijoán hizo gestionar para que Orozco fuera invitado al Pomona College en Claremont, California, y decorara el Fray Hall. Aquí realizó uno de los motivos más importantes de su pintura en la figura de Prometeo, héroe mítico que valientemente se apodera del fuego divino para entregarlo a los mortales. La figura central del mural del Pomona College es un gran desnudo: el Prometeo triunfador que ayudará a los hombres a purificarse. Esa gran figura constituye el punto de partida de esta nueva etapa de Orozco. Con esta pintura se declara la indiferencia, la ansiedad, el amor, la alegría; es decir, ante tal espectáculo, sólo algunos hombres comprenden la trascendencia de poseer el fuego. También en 1930, Orozco realizó unos murales en la New School of Social Research de Nueva York. Después fue invitado a impartir clase de la técnica del fresco en el Dartmouth College, en Hanover, New Hampshire, donde permaneció hasta 1934.
Regreso a México
A su regreso a México en 1934 Orozco realizó el gran tablero rectangular de Palacio de Bellas Artes titulado Catarsis, situado frente al de Rivera: El hombre en la encrucijada. Es una representación sangrienta del conflicto violento entre el hombre moderno y el caótico mundo mecanizado que lo rodea y al mismo tiempo lo oprime. En este mundo, todo es violencia y caos. De 1936 a 1939 realizó Orozco tres grandes obras murales en Guadalajara: en la Universidad, en el Palacio de Gobierno y en el Hospicio Cabañas. En la Universidad decoró la cúpula y los muros de la plataforma del anfiteatro (1936). En la cúpula pintó una alegoría del hombre, haciendo hincapié en los beneficios de la educación y de la investigación científica. En el palacio de Gobierno de Jalisco Orozco realizó un mural donde trata un tema histórico. Unificó los muros y la bóveda de la escalera, logrando una especia de tríptico dedicado a la lucha por la liberación de México. Un enorme Hidalgo es el centro mayor de interés de esta obra.
En cuanto a las pinturas de la capilla del Hospicio Cabañas (1937-39), se ha dicho que significan un compendio de la filosofía humanística de su autor, que parte del origen y desarrollo de América y del mundo. Esta obra monumental consta de 40 grandes frescos alojados en las distintas secciones arquitectónicas de todo el conjunto (una cúpula, un tambor de soporte, las pechinas, ocho bóvedas y catorce paneles, además de varios fragmentos menores) de la antigua capilla del siglo XIX, construida según diseño de Manuel Tolsá. El hombre envuelto en llamas, en la cúpula, resume todos los temas tratados, además de ser la apoteosis del tema de Prometeo en la obra de Orozco.
Al terminar los grandiosos frescos del Hospicio Cabañas, Orozco se instaló en México donde abrió una exposición con los dibujos de bocetos de sus pinturas murales.En este año, 1940, realizó dos obras murales más, una en la Biblioteca Gabino Ortiz en Jiquilpan, Michoacán, y la otra en Nueva York.
La obra realizada en el mismo año fue encargo que le hizo el Museo de Arte Moderno en Nueva York para la exposición "Veinte siglos de arte mexicano". El resultado fue Dive Bomber. Su tema muestra el gran peligro que tiene encima la humanidad: el fantasma de la guerra.
Suprema Corte de Justicia de la Nación
En el año de 1941 realiza los frescos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que consta de cuatro tableros, englobando tres temas principales. En dos tableros se refiere al tema de la justicia; en ellos critica y satiriza a la práctica de la justicia, llena de errores e injusticias. La justicia y su práctica se contraponen. El verdadero derecho se abate contra los charlatanes, los demagogos y los políticos que dicen profesar los ideales de libertad y democracia pero actúan en sentido contrario. Otro tema se refiere a las riquezas nacionales; los productos de la tierra-metales preciosos, petróleo- están bajo protección de la bandera mexicana y del jaguar, símbolos nacionales. Un tema más se relaciona con los movimientos sociales obteros.
Últimas obras
En el lapso que va de 1941 a 1944 Orozco se dedica a la pintura de caballete y a otra gran obra mural en la bóveda y los muros del coro de la antigua iglesia de Jesús Nazareno (1942-44). Las ideas que plasma ahí se relacionan con el Apocalipsis.
Hacia el año 1946, integró junto con Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, la comisión de Pintura Mural del Instituto Nacional de Bellas Artes. En este año recibió el Premio Nacional de Bellas Artes de México.[3] En 1947 expuso en el Palacio de Bellas Artes. De regreso en Guadalajara se le encarga la pintura del echo de la Cámara Legislativa (1948-49). El tema desarrollado se relaciona con la legislación revolucionaria mexicana y el decreto que en este lugar promulgó Hidalgo la abolición de la esclavitud. La figura central es Hidalgo, más sereno y pensativo que el de la escalera de Palacio. Con esta última obra concluye su labor de muralista. Así cierra su ciclo, en el que predomina, más que la preocupación épico-histórica, la visión cualitativa del drama humano. Murió el 7 de septiembre de 1949 en la Ciudad de México, mientras trabajaba en los primeros trazos de un mural en el edificio multifamiliar Miguel Alemán. Fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres, en la Ciudad de México.[4]
Obras
Su obra se enmarca en el grupo de pintores y muralistas mexicanos, junto a Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Estos muralistas expresionistas mexicanos anticiparon las tendencias neorepresentativas o neoicónicas que se dieron hacia 1960.
A diferencia de Rivera y Siqueiros, Orozco retrata la condición humana de forma apolítica; se interesa por valores universales y no insiste tanto en valores nacionales, de ahí que sus imágenes más características comuniquen la capacidad del hombre de controlar su destino y su libertad ante los efectos determinantes de la historia, la religión y la tecnología.
El afán de lograr en sus cuadros recios efectos emotivos dio a sus obras simplicidad de línea y color y prestóles audacia en la interpretación de motivos contemporáneos y valores sociales.
Estilo
Su estilo heroico está fundado en un realismo de carácter expresionista, conscientemente ligado a las viejas tradiciones artísticas mexicanas, de violento dinamismo y amplísima factura.
“Orozco fue un pintor comprometido con las causas sociales, en las que plasmó un realismo ferozmente impresionante. Él plasmó también la penosa situación del africano. Para él, el muralismo es la forma más desinteresada de hacer arte, porque no puede hacerse de ella un uso particular, sino que tiene una trascendencia social. Es, por lo tanto, el arte más puro y derecho para que el pueblo lo vea y lo confronte”.
Galería fotográfica
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El hombre en llamas, en la bóveda del Hospicio Cabañas.
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Juventud en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
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Catarsis en el Palacio de Bellas Artes.
Véase también
Referencias
- ↑ Orozco, José Clemente Op.cit. p.13-18
- ↑ Orozco, José Clemente Op.cit. p.47-53
- ↑ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. «Premio Nacional de Ciencias y Artes». Secretaría de Educación Pública. Consultado el 1 de diciembre de 2009.
- ↑ «Rotonda de las personas ilustres». Segob. Consultado el 20 de julio de 2011.
Bibliografía
- Orozco, J. C. (1945) Autobiografía, México, (1970) ed. Ediciones Era, ISBN 978-968-411-073-1 URL consultado el 29 de septiembre de 2009
- Salvat, J. (1986) Historia del arte mexicano (vol. 13), Querétaro, (1986) SEP
Enlaces externos
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