- Jalisco
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Estado Libre y Soberano de Jalisco Estado de México
BanderaHimno: Himno del Estado de Jalisco • Latitud 22º 45' - 18º 55' • Longitud 101º 28' - 105º 42' Capital Guadalajara Entidad Estado • País México Gobernador
Senadores
DiputadosEmilio González Márquez (ver)
Alberto Cárdenas Jiménez
Héctor Pérez Plazola
Ramiro Hernández García
(ver)
19 (ver)Subdivisiones Municipios 125 • Fundación 23 de diciembre de 1823[1] Superficie Puesto 6.º • Total 80.386 km² Altitud • Máxima (Nevado de Colima)
4 260 msnmPoblación (2010) Puesto 4.º • Total 7 350 682 hab.[2] • Densidad 84 hab/km² (13) Gentilicio Jalisciense IDH 0,842 (12.º) – Alto Huso horario Centro, UTC-6 ISO 3166-2 MX-JAL Orden 9º Estado fundador de la Federación. Sitio web oficial Jalisco es uno de los 31 estados que junto con el Distrito Federal conforman las 32 entidades federativas de México.
Se encuentra situado en la zona occidental del país. Colinda con el Estado de Nayarit hacia el noroeste; Zacatecas, Aguascalientes hacia el norte; Guanajuato hacia el este y Colima y Michoacán hacia el sur. Hacia el poniente, Jalisco tiene una importante franja costera en el Océano Pacífico.
Jalisco es la cuarta entidad federativa más poblada de México y uno de los Estados más desarrollados en el país en cuanto a actividades económicas, comerciales y culturales. En ciertas partes de la capital y de algunos municipios el nivel de vida es comparable a países como España e Italia, pero al igual que en el resto de México no es representativo de todos los municipios. Su capital es Guadalajara, cuya zona metropolitana está compuesta por los municipios de Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco, El Salto, Ixtlahuacán de los Membrillos y Juanacatlán, haciendo de ésta la segunda aglomeración urbana más grande de México después de la capital. Es la tierra de los charros, jaripeos, palenques, mariachi, tequila y muchas de las tradiciones que en el mundo se asocian con lo auténticamente mexicano.
El clima en el Estado de Jalisco va de cálido subhúmedo a semiseco templado, destacando el semicálido subhúmedo con lluvias en verano.[3]
Contenido
Etimología
El nombre del estado proviene de la mezcla de tres palabras del náhuatl: xalli, que significa arena, ixtli, cara o superficie y la desinencia de lugar -co,significa, de este modo, "En la superficie de arena" o "En el arenal". Durante varios siglos, hasta alrededor de 1836, Jalisco se escribió "Xalisco", con X inicial, letra que reflejaba el fonema "sh" de su nombre original en náhuatl.
Historia
Época precolombina
En la región ha existido presencia humana desde hace alrededor de 15.000 años según lo indican restos humanos (entre ellos fragmentos de cráneos) y diversidad de vestigios de animales, junto con otros testimonios de objetos manufacturados, descubiertos alrededor de las lagunas de Zacoalco y Chapala, que entonces estaban unidas entre sí. Se han podido localizar puntas de flecha, raspadores de cuerno de venado, agujas, punzones, silbatos, anzuelos y colgantes de hueso o colmillos, percutores de hueso de caballo, e incluso una vértebra de ballena con dos golpes producidos por el filo de un instrumento tosco, que fue localizada a fines del siglo pasado en Zacoalco de Torres.
En 618 d. C. se funda el Reino de Xalisco por los toltecas Xalisco, su origen y desarrollo se ubica en el horizonte clásico y en el Posclásico.Por lo que se conoce actualmente, el señorío de Xalisco fue uno de los más importantes en la región, con relaciones comerciales que se extendieron hacia los pueblos del centro de Mesoamérica con los que realizaban intercambios de productos agrícolas, así como de artículos necesarios en la vida diaria y de ornato.
El señorío de Xalisco comprendió poblaciones localizadas en el occidente hacia la Bahía de Banderas. En esta región se han localizado importantes restos arqueológicos que demuestran el nivel alcanzado. Entre sus poblaciones principales estaban Tepique, Atemba, Pochotitán, Tecuitazco, Xalcocotan, Zacualpan, Xaltemba, Mazatán. El centro de este señorío se localizaba en las faldas del cerro del Coatépec, elevación que alcanza los 1.560 metros de altitud sobre el nivel mar y que domina todo el valle de Matatipac, en el actual municipio de Xalisco.
En 1112, la rebelión de las tribus dominadas por los toltecas fue invadida por tribus chichimecas e inició la caída de este imperio. Los chichimecas, en 1129 conquistaron esta zona y sometieron a los pobladores.
Conquista española
Una vez sometidos los tarascos, en lo que hoy es el Estado de Michoacán, dos razones primordiales hicieron que los españoles siguieran incursionando en dirección al poniente. Por un lado, la búsqueda de un puerto adecuado para establecer un astillero y zarpar de ahí en busca de las costas asiáticas; por otro, localizar los yacimientos que habían abastecido a los tarascos de metales preciosos, después de haberles arrebatado todo el oro y la plata que habían encontrado en su posesión.
Así, a fines de 1522, Cristóbal de Olid penetró por la sierra de Mazamitla hasta llegar a lo que hoy es Tamazula. Pronto regresó a Tzintzuntzan, la antigua capital purépecha que servía de base de operaciones, dejando a un primo de Hernán Cortés, llamado Hernando de Saavedra, a cargo de las minas del área explorada.
Por instrucciones de Hernando, Gonzalo de Sandoval fundó una villa de españoles entre Tecomán y el mar, a la que le dio el nombre de Colima el 25 de julio de 1523, con lo que se estableció otra plataforma para dominar la región. Como consecuencia, durante el mes de agosto de 1524, Cortés dispuso que otro pariente suyo, Francisco Cortés de San Buenaventura, fuese su lugarteniente en la Villa de Colima y sus comarcas, que repartiera tierras e indios y realizara expediciones hacia el norte para conocer la costa y buscar metales preciosos.
Los pueblos por los que pasaron y los recibieron en paz fueron convertidos en encomiendas de los españoles, más destacados en la destrucción de los que sí se opusieron a su presencia. De esta manera, desde Colima hasta Etzatlán, además de ruinas, también se fueron asentando algunos expedicionarios que servirían tanto para facilitar el regreso por el mismo camino que siguió de ida, como para asegurar la potestad de Hernán Cortés en toda el área, pues era él, en primera instancia, el promotor de la empresa.
A fines de diciembre de 1529, partió Nuño de Guzmán de la Tenochtitlán comandando a 300 españoles que aún no habían encontrado la fortuna anhelada, además de siete u ocho mil indios bien provistos de bastimento y a cargo del transporte de 12 piezas de artillería ligera. De paso por Tzintzuntzan trató de obtener todo el oro que pudiera haber quedado en poder de los tarascos, haciendo incluso que su Caltzontzín fuese muerto después de grandes torturas. Sin embargo, los invasores se encontraban lejos de consumar la dominación por completo, ya que mientras algunos grupos de aborígenes se remontaron y asentaron en sitios muy poco accesibles de la Sierra Madre, otros causarían aún más problemática antes de someterse por completo al orden colonial.
Vuelto a la vertiente del Pacífico, después de su malhadada incursión por Durango, el contingente de Guzmán tuvo de permanecer varios meses en Culiacán: debió dejar que pasara la época de lluvias para que bajaran los ríos y consolidar el dominio en la comarca. Para esto último convenía fundar una villa de españoles, fundada el día 29 de septiembre de 1531, con un grupo de españoles y con indios que no serían necesarios para el retorno, mismo que habría de iniciarse el 15 de octubre siguiente.
Después de disponer la fundación de Chiametla para que sirviera de apoyo a la comunicación con el norte, Nuño de Guzmán comandó que se adelantara hasta ahí Cristóbal de Oñate para prevenir su arribo. Ante el vacío que encontró en Tepic, Oñate siguió hasta Ahuacatlán, donde supo que un enviado de la Audiencia, Luis de Castilla, se encontraba con instrucciones de fundar un poblado español por el rumbo de Xalisco para acrecentar el territorio español.
La Corona deseaba reproducir en lo posible el mapa peninsular en América, de manera que el noroeste de lo conquistado hasta entonces tenía que llamarse igual que el noroeste ibérico, y Nuño procuraba de nuevo conectar Nueva Galicia con la Provincia del Pánuco asentando españoles cerca de Nochistlán.
Vuelto a Nueva España desde principios de 1530, Hernán Cortés esperó a que fuesen cambiados los funcionarios de la Real Audiencia de México para reclamar la posesión de Tamazula y Amula; pero, además, contraatacó solicitando también Ahuacatlán y Xalisco, argumentando que su enviado Francisco Cortés de San Buenaventura había sido el primero en ocuparlas.
Las cinco villas fundadas por iniciativa de Nuño de Guzmán, San Miguel, Chiametla, Compostela, Purificación y Guadalajara, dieron lugar a la primera división administrativa del territorio. Sin embargo, el número de ellas era demasiado pequeño para imponer el modo de vida a que aspiraban los españoles, y su inestabilidad inicial una muestra de que los lugares elegidos con criterio de conquistador no resultaron ser los más convenientes para la colonización. En efecto, al cabo de una década ninguna villa permanecía en el mismo sitio.
Cuando a principios de 1533 Nuño iba rumbo al Pánuco, visitó el solar donde esta villa se encontraba y comprendió que era demasiado grande el esfuerzo requerido para vivir ahí a cambio de las magras ventajas. En consecuencia, accedió a la petición de buscar otra sede, pero sin que los colonos cruzaran la barranca hacia el sur, a efecto de mantener su presencia en la cazcana. Sin embargo, los moradores no acataron este requisito y, cuando Guzmán volvió a mediados de 1534, se los encontró instalados en el valle de Tonalá, más fértil y poblado que cualquier lugar de toda la cazcana; con la ventaja adicional de que eran una mano de obra más apta por tratarse de indígenas sedentarios.
La presencia de una población hispana en estos lugares no era sólo del interés de Guzmán, como lo muestra el hecho de que, para mejorar la situación jurídica de Guadalajara, en 1539 el Rey atendió la solicitud del cabildo de la villa y le concedió las prerrogativas de ciudad y un flamante escudo de armas. De tal modo los aborígenes de Nueva Galicia pasaron a su nuevo estado llenos de virulencia y, por lo mismo, propensos a insubordinarse.
Poco a poco algunos de estos grupos aislados irían adquiriendo mayor coherencia, de manera que, en 1538, empezaron a surgir síntomas de una incipiente revuelta, llamada Rebelión de los Cazcanes, pues se dio en la región que se conoce como Cazcanes, en Jalisco y Zacatecas; a la larga, acarrearía serias mortificaciones a los españoles y provocaría cambios sustanciales en el mapa político de Nueva Galicia.
Los dos principales jefes indígenas rebeldes que se recuerdan son Coaxícar, en la zona de Hostotipaquillo, y Tenamaxtli, vencedores de Pedro de Alvarado, en Nochistlán, Zacatecas. Este murió a causa de una herida en la Guerra del Mixtón. A esta rebelión también se le conoce como La Guerra del Miztón, por que así se llama el monte en donde se dio la batalla más importante; el virrey Antonio de Mendoza aniquiló la resistencia en el Míztón, en octubre de 1541.
Fue al mediar 1540 cuando Oñate comprendió que no bastaban los recursos neogallegos para hacer frente a la situación y pidió ayuda a Mendoza. Este le mandó algunos refuerzos directamente a Guadalajara y ordenó a Pedro de Alvarado que acudiese perentoriamente en defensa de sus paisanos en peligro. Finalmente el Virrey logró ponerse al frente de uno de los mayores ejércitos que se vieran en acción durante toda la época colonial para acudir a pacificar Nueva Galicia. Se dice que sobrepasaba los 50 mil individuos, mismos que el 29 de septiembre emprendieron el camino de Guadalajara a toda la velocidad que le era posible a un contingente de tal magnitud.
Nueva Galicia había sido "pacificada" "a fuego y sangre", "de seis partes de indios murieron cinco", lo cual significa, simple y llanamente, que había sido asolada por el ejército de Mendoza, pero no que se hubiera instaurado la paz completa. Su debilidad, que le impidiera defenderse por sí sola de la revuelta, se había incrementado. Ahora, a causa de ella, quedaba bajo la autoridad militar del virrey de la Nueva España y éste cargaría a su vez la responsabilidad de protegerla, estableciéndose un lazo de dependencia respecto de la ciudad de México que persistiría durante toda la época colonial.
Las noticias sobre la sangrienta Guerra del Mixtón no sólo corrieron por toda la Nueva España, sino también llamaron la atención de las autoridades peninsulares, quienes decidieron, en 1544, que uno de los oidores de la Audiencia de México, se presentase en Nueva Galicia, ordenase su gobierno en forma provisional y rindiese un informe de la situación. En cuanto al obispo, proponía que fuese alguien del clero regular para que fomentara la evangelización y, en cuanto a la Audiencia, que tuviera injerencia también sobre las comarcas de Zacatula y Colima, y que, para evitar abusos, se diluyese su autoridad entre cuatro oidores. Constancia de que el Consejo de Indias tomó en cuenta lo dicho por el oidor es que no pasó mucho tiempo sin que se llevara a cabo lo que solicitó.
Ambos grupos, colonos y funcionarios, se caracterizarían por su voracidad y deseo de volver enriquecidos a España lo más pronto posible, lo cual tenía que provocar con frecuencia enfrentamientos entre individuos de uno y otro bando: unos cometían todo tipo de abusos sobre los nativos a fin de que rindieran más, otros expoliaban a los colonos y mermaban los dineros destinados al Rey; unos esgrimían en su favor la confianza y la representación real, otros el haber sido ellos o sus padres quienes habían ganado tales tierras para el Rey, arriesgando sus vidas e invirtiendo sus bienes.
En efecto la mayoría de las encomiendas neogallegas fueron concedidas por Nuño de Guzmán a sus seguidores, a más de otras que fueron dispuestas por Antonio de Mendoza en manos de aquellos acompañantes suyos que buscaron radicar en las tierras "pacificadas" y habían hecho méritos suficientes durante la campaña.
Época colonial
Véase también: Virreinato de Nueva EspañaTras la conquista de Tenochtitlán por parte de los españoles, el resto del territorio nacional y parte de lo que hoy son los Estados Unidos de América pasaron a dominio hispano. Debido a la baja densidad de población, el territorio de la Nueva Galicia no ocasionó problemas para ser conquistado; sin embargo, en Michoacán, los españoles tuvieron que enfrentarse a los indígenas que ofrecieron fuerte resistencia al invasor.
Es evidente que la colonización representó para los naturales una calamidad mayor que la misma guerra para sojuzgarlos. Trabajos excesivos, escasa alimentación, castigos, epidemias, etc., fueron las causas directas del mayor descalabro demográfico de la historia de México. Se calcula aproximadamente una reducción de un 91% entre 1550 y 1650.
Finalmente, había sido en 1560 cuando Guadalajara se convirtió en capital de la Nueva Galicia. Tanto el presidente Morones como el nuevo obispo, Pedro de Ayala, apoyaron la pretensión guadalajareña y el 10 de mayo del año referido se despachó la cédula que concedió el cambio de residencia. Morones hizo su entrada el 10 de diciembre, pero el franciscano Ayala no tuvo que movilizarse ya que estaba residiendo desde hacía doce meses en el convento que su Orden tenía establecido en Guadalajara.
Los habitantes del occidente neogallego, donde la minería no es una actividad económicamente importante, no podían permanecer impávidos ante la evidencia de que los mayores recursos emigraban sin dejarles provecho, pero no pudieron lograr más, en tanto que el Virrey pretendió incluso pasar la capital de Nueva Galicia a Zacatecas, a lo que sí se negó la Corona española. Pero lo que sí se hizo, en 1571, fue establecer una Caja Real en Zacatecas con todas las de la ley y por completo independiente de la Caja tapatia.
Entre las dificultades más graves enfrentadas por los españoles en su afán de armar una nueva sociedad en el territorio sometido, figuró el problema de la comunicación; en primer término, porque el vencedor aún no acertaba a implantar su idioma; en segundo, porque en la tierra se hablaban diferentes lenguajes, propiciando que hasta el trato entre los mismos nativos fuera incierto.
De tal manera, a pesar de las disposiciones oficiales y de los esfuerzos del clero secular en favor de la castellanización, Nueva Galicia vivió durante el siglo XVI un proceso de nahuatlización, tanto de indios con otras lenguas como de los pocos habitantes españoles, tras el cual sobrevendría el mestizaje de usos y costumbres.
La vida de los neogallegos adinerados, como en el resto de la América española, giraba en torno de sus domicilios. En ellos se nacía y moría; se conmemoraban las festividades privadas y algunas comunes; se divertían y atendían negocios, y sobre todo, se jugaba a los naipes de muy diferentes maneras.
De no ser para acudir al templo o a los eventos públicos, aquella oligarquía salía a las calles sólo para lo imprescindible. Raras veces se movían a pie; casi siempre recurrían al caballo o al coche, aunque el tramo por recorrer fuese corto. El medio de locomoción estaba tan ligado al estatus que difícilmente se prescindía de él.
De las casas de españoles sólo salían de vez en cuando a la vía pública, sirvientes y empleados de bajo nivel. Las plazas, con abrevaderos al centro, cumplían más bien una función comercial. En sus contornos se instalaban los vendedores que ponían sus comercios por la mañana y los retiraban por la tarde a fin de guardar la mercancía en los almacenes que cada quien poseía en su casa.
Tres cosas llamaban sobremanera la atención al recién llegado de Europa hacia 1621: una era la propensión a bañarse en los numerosos manantiales, por simple gusto o para curarse llagas y dolores; la segunda consistía en el consumo generalizado de chocolate y la última venía a ser el uso del tabaco (mascado o fumado) reiteradamente.
Los pudientes gustaban de vivir en el centro; de modo que entre más hacia las afueras habitaba una familia, era, sin duda, más pobre. Hasta fines del siglo XVII, no se sabe de una sola casa particular que haya sido toda de cantera. En realidad, ni los edificios públicos lo eran, excepto la catedral y la iglesia de San Francisco.
De acuerdo con el nivel alcanzado por la educación y la arquitectura neogallegas en el siglo XVII, casi nada puede decirse del desarrollo de las letras y de las artes. Tonalá, por caso, uno de los lugares más poblados cuando los españoles llegaron, mantuvo una destreza alfarera que adquiriría gran renombre gracias al consumo que los habitantes de Guadalajara realizaban de sus productos y a las adquisiciones para enviar a México e, inclusive, a España.
En el campo de las letras, el panorama se vio más retrógrado, debido al hecho de que Guadalajara no dispuso de una imprenta hasta el año 1793.
De tal modo, si no lograban los escritores que sus trabajos se imprimieran fuera de Nueva Galicia, sólo podían aspirar a que se hicieran unas cuantas copias de sus originales y circulasen de mano en mano entre un raquítico grupo de lectores. De cualquier forma, algunos pocos acertaron a ver sus textos en letras de molde.
Bajo tales condiciones, pronto se sintieron los primeros efectos de un incremento de los recursos humanos y económicos que se manifestaría, entre otras cosas, en un acelerado desarrollo de Guadalajara y demás poblaciones importantes del nuevo Reino de Galicia.
A comienzos del siglo XVIII, franceses e ingleses daban ya claras muestras de estar interesados en participar también de la colonización en América. Pronto se sumaron los rusos, aumentando la preocupación de las autoridades españolas que vislumbraban una competencia y un peligro para sus dominios más septentrionales, además del riesgo de perder las probables riquezas de las tierras aún no colonizadas. De cualquier modo, la colonización de las tierras aún ajenas a la conquista española ocupó un importante sitio en la historia de Nueva Galicia, sobre todo porque dio lugar a una mayor trascendente metamorfosis económica, política y demográfica experimentada por la región. Guadalajara, por lo tanto, pasó a ser el punto de concentración para una larga serie de intereses de toda índole, principalemte económicos. En 1767, la situación cambiaría súbitamente donde imperaban las misiones de los jesuitas. Carlos III, molesto por su resistencia al poder real más las numerosas acusaciones de que era objeto la Compañía de Jesús, se dispuso a proscribirla y expulsar a todos sus miembros de los dominios españoles.
En Guadalajara el trámite se desarrolló sin mayores contratiempos. La madrugada del 25 de junio, por órdenes del Gobernador, se aprehendió a los 12 jesuitas que había en la ciudad y al día siguiente se les envió a Veracruz, donde fueron embarcados con rumbo a Italia. Después siguieron los jesuitas de lo que hoy son los estados de Nayarit, Sonora, Sinaloa y California.
Los jesuitas fueron sin embargo reemplazados por los franciscanos. Tras el descenso de habitantes sufrido por casi todo el Virreinato hasta mediados del siglo XVII, a causa de las continuas guerras con los indígenas, Nueva Galicia inició un considerable crecimiento que se acentuó a partir de 1720, y más aún después de 1760. Siempre se conservó la misma proporción entre los diferentes tipos de habitantes que, al comenzar el siglo XIX, se manifestaba con estas cifras:
- Una tercera parte de indios, (172.676),
- Otra de españoles peninsulares y criollos (164.420)
- Y el resto, negros, mestizos, mulatos y demás castas (179.720).
Alrededor de 1713, la población de Guadalajara llegaba a unos siete mil habitantes, en tanto que para 1738 se estimaba en alrededor de 12.000 habitantes, 20.000 a mediados de siglo y casi 35.000 al comenzar el siglo XIX. Guadalajara se transformó rápidamente en un centro de comercio privilegiado. Las alcaldías mayores y los corregimientos pasaron a denominarse "partidos", permaneciendo sujetos a su respectiva intendencia mediante subdelegados impuestos por el propio intendente. Se pensaba acabar con el antiguo contubernio de comerciantes y alcaldes, así como imponer orden en el manejo oficial y, sobre todo, en evitar la evasión de impuestos. La Caja Real de Guadalajara engrosó beneficios, aumentando, por ejemplo, al doble sus ingresos entre 1770 y 1800.
Con un total de 26 partidos políticos, inició en su comando la Intendencia de Guadalajara, pero no tardaron en suscitarse algunos cambios importantes. Después de 1803, Juchipila y Aguascalientes se unieron a Zacatecas; Colima pasó a Guadalajara, y desapareció por completo el gobierno de las fronteras de San Luis de Colotlán, cuyo territorio se adhirió al partido de Bolaños, aunque el subdelegado fijó su residencia en Colotlán. Finalmente, Compostela y el departamento naval de San Blas se convirtieron también en partido de la Intendencia de Guadalajara.
Para dar lugar a la independencia debieron enfrentarse criollos contra peninsulares, formando bandos opuestos perfectamente definidos. A este supuesto se contrapone el hecho ya establecido de cómo muchos de los españoles peninsulares estaban, de por sí, más al servicio de los núcleos criollos privilegiados que al del mismo Rey; ello sin considerar que el criollaje no favorecido, al margen de las familias prominentes, recelaba de ambos grupos, y que más de algún miembro de estas esferas encumbradas aún no digería ni olvidaba su profundo resentimiento por haber sido desplazado por unos y relegado por otros. Con la implantación de las intendencias a partir de 1786, se agravó todavía más la repulsa criolla hacia los empleados públicos "gachupines".
Independencia
Véase también: Independencia de MéxicoLa noticia de que Carlos IV había abdicado a favor de su hijo Fernando se conoció en Guadalajara en julio de 1808, y sus autoridades se aprestaron a organizar la jura del nuevo Rey, tal como se había hecho veinte años atrás con Carlos IV. Sin embargo, el reporte luego informó de 16 de julio de la presionada decisión de Fernando VII de abdicar en favor de su padre y éste en favor de Napoleón Bonaparte. Esta maniobra, conocida como la Farsa de Bayona por los españoles, desató una vertiente oposición de casi todos los americanos. En España y sus colonias se sostenía la Doctrina Suareciana del Poder, cobrando auge la idea de que el pueblo era la fuente originaria del poder y que el Rey no podía disponer de él sin su anuencia. Es por eso que José I, hermano de Napoleón, era considerado como el rey ilegítimo. En España se desató una serie de oposiciones que involucraban el movimiento juntista y la guerra de la independencia española ante Francia.
Así pues, en el caso particular de México, y ante los hechos que agitaban a la Península, correspondía a los componentes de los ayuntamientos decidir que se haría. Durante los días sucesivos se presentaron ante el Presidente personas de todas las órdenes ofreciéndose en defensa de "Religión, Rey y Patria". Incluso llegaron enviados de las comunidades indígenas a la capital de Nueva Galicia, para ofrendarse también en aras de Fernando VII.
En abril de 1809, las autoridades de la Intendencia juraron obedecer a la Suprema Junta Central Gubernativa de España e Indias, tal y como se había hecho en la ciudad de México, en tanto que elegían al obispo Cabañas como su delegado en la Suprema Junta. Pero como el suelo hispano, durante el primer semestre de 1809, resultó atacado por la fuerza invasora, y las perspectivas del triunfo español parecían muy remotas, Cabañas no se movió de Guadalajara. Por otro lado, del sur de América empezaron a llegar noticias revolucionarias: ciudades como Caracas, Buenos Aires y Bogotá habían decidido prescindir del gobierno español y aspiraban a tomar la dirección de sus respectivas provincias.
Guadalajara tuvo noticia de la insurrección encabezada por Miguel Hidalgo en Dolores el 25 de septiembre de 1810. El canónigo José Simeón de Uría, recién electo diputado a las Cortes españolas por la Intendencia de Guadalajara, desde las proximidades de Querétaro envió la voz de alerta a las autoridades neogallegas. Para fines de septiembre, el grito de Dolores resonaba en la Nueva Galicia; dos pequeños grupos sublevados hacían acto de presencia: uno, acaudillado por Navarro, Portugal y Toribio Huidrobo, se desplazaría entre Jalostotitlán, Arandas, Atotonilco y La Barca; otro, guiado por José Antonio "El Amo" Torres, recorrería Sahuayo, Tizapán el Alto, Atoyac y Zacoalco.
El 28 de noviembre, los insurgentes de Mercado se emplazaron frente al puerto requiriendo su rendición, lo cual ocurrió tres días después, no obstante que había elementos suficientes para la defensa. Al apoderarse Torres de Guadalajara, de inmediato informó a Hidalgo y a Allende de sus logros y los invitó a tomar posesión de la recién sometida ciudad. Hidalgo recibió la oferta en Valladolid (hoy Morelia) y, sin tardanza, se trasladó a la sede neogallega al frente de casi siete mil jinetes. El 25 de noviembre acudieron a Tlaquepaque las diversas corporaciones civiles y eclesiásticas de la ciudad para recibirlo y escoltarlo durante su entrada. El 29 de noviembre expidió un primer decreto de abolición de la esclavitud dirigido a toda la Nación, pero una semana más tarde, el 6 de diciembre, emitió otro, más conciso, donde su firma se acompañaba por la de Ignacio López Rayón, en calidad de secretario.
A fin de sofocar la rebelión, avanzaron rumbo a Guadalajara los brigadieres Félix María Calleja y José de la Cruz. Hidalgo, al enterarse de ello, salió a encontrarlos al frente de su "ejército", compuesto por ochenta mil hombres. Entre ellos, iban los siete mil indios de Colotlán que comandaba el cura Calvillo, que sólo sabían manejar la flecha y la honda. Aún cuando la superioridad numérica insurgente logró poner en graves aprietos a su contrario, la mejor disciplina y técnica de éste le hizo ganar la batalla. Acto seguido, los principales caudillos rebeldes, acompañados por una pequeña escolta, escaparon hacia el norte, donde tendría lugar el epílogo de la audaz empresa. Calleja, por su parte, entró en Guadalajara el 21 de enero. Esa misma tarde José de la Cruz apareció también en la ciudad. Desde ese mismo momento se propusieron borrar cualquier vestigio de Hidalgo y acabar con los insurgentes que subsistieran en la Intendencia.
No obstante, allí las ideas de independencia permanecieron en el ánimo popular. Máxime que el gobierno del virreinato continuó mostrándose incapaz de oponer las soluciones conducentes a esa desatada disconformidad. Entre 1811 y 1817 se produjo una "guerra de guerrillas" con tres principales y distintos focos de rebelión: el sur de la Intendencia, el lago de Chapala y la zona alteña vecina al Bajío. A fines de 1812 se levantaron también en armas los pueblos indígenas asentados en la ribera de Chapala y en la isla de Mezcala. La causa directa fue la persecución emprendida contra Encarnación Rosas, un excombatiente aborigen. Para evitar ser aprehendido, Rosas armó a un grupo con hondas y piedras y "recibieron a los gachupines con tanta furia, que derrotados volvieron a Chapala...". Siguió una larga serie de enfrentamientos entre ribereños y soldados de la Intendencia que se prolongarían hasta 1816.
La situación se tranquilizó en Guadalajara en 1814 y la economía criolla experimentó un notable desarrollo. El comercio, por ejemplo, recibió un gran impulso al abrirse el puerto de San Blas al comercio extranjero. Por otro lado, a partir de 1811, un número elevado familias habían emigrado del resto de la Intendencia y otros lugares más remotos a la tranquilizada capital neogallega en busca del refugio y amparo que a sus personas y fortunas se les negaba en los convulsionados lugares donde residían. De esa suerte, Guadalajara alcanzó en 1814 los 60 mil moradores, comparada con la cifra de 30 mil, calculada a principios del propio siglo XIX.
Dado el peligro que la Constitución y el liberalismo imperante en las nuevas Cortes representaban para los grupos más privilegiados de todo el Virreinato, un primer mecanismo defensivo sería el de la oposición dentro de las mismas Cortes. La provincia de Guadalajara colaboró con Iturbide, cuando éste hizo su triunfal entrada a la ciudad de México, al frente del Ejército Trigarante, el 27 de septiembre de 1821. Más tarde, la Constitución Particular de 1824 de la Nueva Galicia prohibió expresamente la esclavitud en su territorio y sobre cada jefe político recayó la responsabilidad de liberar a cuantos conservaran esa condición.
Lo que enderezaría la nave del país con sólo consumar la Independencia no había sobrevenido como se anhelaba, y hasta hubo quien empezara a considerar erróneo el haberse separado de España. En última instancia, se había realizado un viraje político importante: la Independencia, no esperada especialmente por grandes sectores de la población, ni consumada en la forma imaginada por los insurrectos de 1810. O sea que no se habían realizado las transformaciones sociales indispensables para contrarrestar el agobio en que vivía la inmensa mayoría de los habitantes.
De una o de otra forma, los neogallegos debieron adaptar a su cambiante escenario desde las más sencillas e íntimas costumbres hogareñas, hasta los complejos e impostergables mecanismos de subsistencia. En ello quedaba implícito el allegamiento de nuevas fórmulas de diversión, de transporte, de proceder religioso, de educación y de trato con visitantes – nacionales o extranjeros – que empezaron a recorrer la entidad en busca de contactos mercantiles y de otra índole.
En síntesis, los tiempos de la apacible vida neogallega yacían sepultados en el recuerdo de sus antecesores. El Reino de la Nueva Galicia era a partir de ese momento el Departamento de Jalisco.
Siglo XIX
Véase también: PorfiriatoAl desaparecer el Imperio, los líderes locales pretendieron una completa autonomía, por lo cual se desató una intensa campaña en favor del federalismo que se apoyó en dos grandes figuras: Francisco Severo Maldonado y Prisciliano Sánchez, ambos respaldados por el propio jefe político Quintanar.
Desde marzo de 1821, había circulado en Guadalajara el Contrato de asociación para la República de los Estados Unidos del Anáhuac, donde Maldonado sostenía que el sistema federal era el más apropiado para gobernar un territorio de grandes dimensiones y para darle mayor cohesión a los habitantes de cada provincia.
Por su parte, el Pacto Federal de Anáhuac, de Prisciliano Sánchez, aparecido en 1823, aseguraba que el federalismo constituía "un invento feliz" de la política porque se ajustaba a las condiciones naturales del hombre, a fin de representar el único medio capaz de moderar la fuerza del gobierno central y la manera más eficaz para que cada individuo desarrollara con plenitud sus virtudes cívicas. Sobre Don Prisciliano Sánchez existe un muy completo estudio biográfico denominado Reivindicación de Don Prisciliano Sánchez, Precursor del Federalismo Mexicano y Fundador del Estado de Jalisco, publicado en 2003 por el historiador Marco Antonio Cuevas Contreras.
Por su parte, en México se instaló finalmente el nuevo Congreso Nacional el 7 de noviembre de 1823 y, después de acalorados debates, el 31 de enero de 1824 se aprobó el Acta constitutiva federal, cuyo artículo 50. estipulaba que la república habría de ser organizada bajo las bases del federalismo. Fue remitida de inmediato a todos los estados, siendo jurada el 7 de febrero de 1824 por las autoridades de Jalisco, no obstante que en ella se concedían facultades tales al Congreso General y al Ejecutivo que les permitirían controlar desde el Centro a toda la Nación.
El primer gobernador constitucional, Prisciliano Sánchez, y su vicegobernador, Juan N. Cumplido, lo mismo que la I Legislatura del estado, tomaron posesión de sus cargos el 24 de enero de 1825.
La gestión del primer gobernador, que debía concluir en 1829, se vio interrumpida por su muerte repentina víctima de una infección, el 30 de diciembre de 1826, dando lugar a que Juan N. Cumplido se convirtiera ya en la pieza política principal de Jalisco. Hasta el día de su muerte (en 1851) fue nombrado seis veces gobernador interino en periodos que abarcaron de dos meses a un año, a más de resultar electo en tres ocasiones diputado local.
En general, los sucesores de Prisciliano Sánchez continuaron con la misma línea política de éste. En el año de 1827, el Gobierno logró intervenir en el manejo de los diezmos y, en marzo de 1829, se privó a la Iglesia de su opción de adquirir bienes raíces y fundar obras pías.
Por otra parte, el uso extensivo de la libertad de imprenta dio lugar a una profusa Boletería que posibilitó la expresión escrita de todas aquellas ideas que las restricciones anteriores habían acallado. Ahora, ni censura ni tribunal alguno podían impedir y, mucho menos, castigar la crítica abierta de cuanto asunto anduviera en boga.
De 1821 data la primera escuela en Guadalajara sostenida exclusivamente con fondos del Ayuntamiento; pero no fue hasta el gobierno de Prisciliano Sánchez cuando se llevó a cabo una intensa campaña de escolarización, en tanto que la Constitución local sentaba el compromiso de crear escuelas de primeras letras en todos los pueblos de la entidad y de elaborar un plan general de estudios. Este fue publicado el 20 de marzo de 1826 y establecía que la enseñanza oficial en Jalisco habría de ser "pública, gratuita y uniforme", en sus cuatro niveles: municipal, departamental, cantonal y estatal. Asimismo, se clausuraron el colegio de San Juan Bautista y la Universidad de Guadalajara a causa de su marcada tendencia colonial, y se fundó el Instituto del Estado con un programa académico más amplio y acorde a lo que el Gobierno esperaba de la educación superior.
En cuanto a la educación de niñas, el Plan prescribía que también se estableciesen escuelas públicas "en todos los pueblos de Estado" para que aprendieran a "leer, escribir, contar, el dibujo y las labores convenientes a su sexo".
Aunque de hecho ya lo estaba desde el triunfo de los planteamientos de Cuernavaca, no fue sino el 23 de octubre de 1835 cuando el federalismo quedó oficialmente suprimido en todo el país. Jalisco y las demás entidades pasaron por entero a depender de México, mientras los partidarios del centralismo, entusiasmados por el triunfo, se lanzaban a demostrar que las cosas iban a marchar mejor en lo sucesivo.
En junio de 1836, José Antonio Romero cesó como gobernador interino de Jalisco pues pasó al gabinete presidencial, tomando sa lugar el vicegobernador Antonio Escovedo, a quien correspondió dar a conocer las llamadas Siete Leyes Constitucionales que fueron proclamadas en la ciudad de México el 30 de diciembre de 1836.
En el ahora "departamento" de Jalisco, los tres gobernadores habidos entre 1835 y 1841: Romero, Escobedo y José Justo Corro – quien cubrió un interinato de noviembre a diciembre de 1837 –, fueron fieles ejecutores de la voluntad del Centro, a pesar de que los tres eran jaliscienses de nacimiento.
El entusiasmo que despertó el advenimiento del federalismo se vio empañado pronto por las noticias acerca de la invasión de fuerzas militares de Estados Unidos y de que la corbeta de guerra estadounidense Cyane había anclado en San Blas el 2 de septiembre de 1846. No se sabe con certeza cuánto tiempo permaneció el referido buque bloqueando el puerto, pero es evidente que impidió, o cuando menos dificultó, las operaciones de los comerciantes comarcanos, aparte del sobresalto que sembró entre los moradores.
Si bien es cierto que Jalisco veía transcurrir el asedio de las tropas norteamericanas a distancia, por cuanto éstas no daban trazas de intentar un avance o un desembarco por tierras occidentales, el Gobierno del estado no dejó de preparar dispositivos para la defensa en prevención de que la guerra cambiara su curso inesperadamente. Así, al mediar 1847 cristalizaban las negociaciones tendentes a constituir una alianza con los estados de México, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas y Aguascalientes, pues se reunió en Lagos con representantes de ellos a discutir las maniobras militares conducentes. A mediados de agosto, el gobernador Angulo concurrió a Zamora con sus colegas de México, Zacatecas y Guanajuato para definir nuevas prevenciones destinadas a la salvaguardia del área.
A principios de enero de 1848 arribaron a San Blas los buques Lexington y Whiton, cuya tripulación se apoderó de algunos bagajes sin importancia. El puerto no fue atacado ni retenido por el enemigo; de cualquier forma, la cercana presencia extranjera intimidó al Gobierno de Jalisco. Muy pronto – el 2 de febrero de 1848 – sobrevino el tratado de Guadalupe Hidalgo que puso fin a la guerra. Conforme a tal pacto, México perdía, además de Texas, la Alta California, Arizona y Nuevo México, que en su conjunto significaban un poco más de la mitad del territorio nacional.
Francia, España e Inglaterra acordaron el 31 de octubre de 1861 intervenir militarmente en la República Mexicana, en virtud de la suspensión de pagos ordenada por el presidente Juárez. Posteriormente, sólo los franceses continuaron con la empresa, en aras de otros fines. Al contrario de la indiferencia mostrada cuando la invasión estadounidense 15 años atrás, esta vez Jalisco se aprontó a movilizarse verdaderamente en defensa de la Nación. El propio Congreso estatuyó, antes de disolverse, que los jaliscienses entre los 18 y los 50 años de edad debían prestar servicio militar, de manera que el 2 de mayo, el gobernador Ogazón pudo disponer la organización de 10 cuerpos de infantería y de caballería.
El 6 de enero de 1864, arribó a la capital de Jalisco el ejército francés llevando a la cabeza al mismísimo mariscal Bazaine, substituto de Forey. Nadie opuso resistencia, pues Arteaga tenía dos días de haber salido con la tropa hacia el sur de Jalisco, dando lugar a las expresiones despectivas de los soldados jaliscienses que hizo públicas Bazaine, vaticinando que la "pacificación sería muy rápida". Mas la guerra de guerrillas resultó a la larga mucho más dañina para el invasor que el enfrentamiento abierto.
A consecuencia de las derrotas sufridas por los franceses en Europa en octubre de 1866, se hizo inminente el total retiro de las fuerzas expedicionarias en México, máxime que el ejército imperial ya mostraba serias cuarteaduras y empezaba a dar graves tumbos en distintas partes del país.
Eran tiempos malos los que venían: la dictadura de Santa Anna, la Revolución de Ayutla y la Guerra de tres años, causaron serios daños a la educación. De este modo, en 1860 – un año antes de la muerte de López Cotilla – sólo subsistían 19 escuelas oficiales en Guadalajara y, peor aún, al restablecerse en 1867 el régimen republicano, luego de la invasión francesa, Guadalajara no contaría más de 11 planteles municipales que atendían un total de 590 niños y 69 niñas.
Benito Juárez fue reelecto Presidente de la República por resolución mayoritaria del Congreso; pero se mantendría en el poder muy debilitado por la disidencia de Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz que ya encabezaban sendas facciones de liberales. Debilitamiento que no dejó de repercutir en Jalisco, por cuanto la "Unión Liberal" se erigió en el principal enemigo del Gobernador, propiciando una enconada lucha política que sólo terminaría cuando los vallartistas consiguieron consolidarse en el poder en 1871. Mientras los diputados esperaban a que concluyera el periodo constitucional de Gómez Cuervo, éste completó el número necesario de magistrados para reinstalar en noviembre al Supremo Tribunal de Justicia, suspendido a raíz del cese de su presidente. En febrero de 1871, la Legislatura estuvo ya constitucionalmente en tiempo hábil para regularizar sus funciones, mas el Gobernador, alegando su mala conducta anterior, no la reconoció.
Hacia 1878, la superficie de Jalisco – calculada entonces en 115.000 km² – albergaba en sus doce cantones, 30 departamentos y 118 municipalidades que conformaban la estructura territorial del estado, más del 10% de los 9,5 millones de mexicanos; aunque el Séptimo cantón – Tepic –, con seis departamentos y 28 municipios, de hecho ya no pertenecía a Jalisco desde que, en 1867, había sido convertido en distrito militar. Comoquiera, sus pobladores llegaban a la cifra de 857.000, mayor que la de cualquier otra entidad. Más del 70% vivía en áreas rurales y tenía a la agricultura como principal ocupación, tanto que, en 1877, las cosechas jaliscienses alcanzaron el 16,5% de la productividad de todo el campo nacional. Jalisco era el mayor cultivador de maíz, frijol y trigo. El primer lugar correspondía al maíz y el segundo a los otros dos cereales acompañados de algodón, la caña de azúcar y el tabaco, cuyos respectivos volúmenes, a más de satisfacer la industria local, lograban colocar excedentes en otras partes. En seguida estaba el cultivo del agrave que, año tras año, se convertía en creciente riqueza agroindustrial a consecuencia del mayor consumo del "vino mezcla" o tequila, que había sobrevenido a raíz de la fiebre del oro en la Alta California. Asimismo, aunque en cantidad mucho menor, los suelos jaliscienses cosechaban ajonjolí, papa, lenteja, arroz, cebada, chile, comino, garbanzo, haba, etc.
Cuando Porfirio Díaz fue elegido por gran mayoría en febrero de 1877, Ignacio L. Vallarta ganó la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, lo que dio vuelo a sus aspiraciones de suceder a Díaz y ocasionó la escisión entre ambos comandantes.
Entre las principales acciones del nuevo gobierno estuvo la de fundar un Monte de Piedad y Caja de Ahorros. Asimismo, promulgar en mayo de 1887 un nuevo Reglamento de Instrucción Primaria por medio del cual el Gobierno del estado absorbía los gastos de la educación elemental y, en junio de 1889, otra Ley Orgánica de Instrucción Pública que imponía el laicismo. Además, a mediados de 1888 inició la construcción de un mercado en Guadalajara y dispuso convenientes reformas a la Escuela de Medicina.
Asimismo, en 1889, Corona pudo vanagloriarse de que la tranquilidad pública se había mantenido "sofocándose pronto y enérgicamente la intentona de algunos malhechores".
La principal acción del gobierno de Ramón Corona se enfocó a promover el comercio mediante la supresión de las alcabalas, a partir de marzo de 1888, y la introducción en Guadalajara del ferrocarril procedente de la ciudad de México, cuyo primer viaje concluyó el 15 de mayo de 1888 en medio de grandes fiestas.
Desde 1882, el gobernador Riestra había conseguido la autorización para fundar el "Banco de Jalisco". Sin embargo, los estatutos propuestos no fueron aprobados porque se contraponían con varios artículos de la Constitución. No fue sino hasta un año después, cuando Tolentino volvió a la carga y el Congreso local lo autorizó para que designara al grupo de accionistas que habría de establecer en definitiva el Banco de Jalisco, institución que efectuaría, exenta de cualquier gravamen, operaciones de depósito, descuento, circulación y emisión de dinero.
En cambio, antes de concluir 1883, sí pudo establecerse una sucursal del Banco Nacional de México, que terminó por potenciar en Jalisco el inicio de las actividades crediticias, en las cuales, además de participar como socio de algunos capitales, el estado se vio favorecido con la apertura de una cuenta de crédito hasta por 30 mil pesos. Años después, en 1889, se establecería también en Guadalajara una sucursal del Banco de Londres y México.
La ganadería, que desde tiempos antiguos había sido una de las actividades económicas más importantes, al declinar el porfiriato también registró un cierto descenso. De tal suerte, si en 1903 tenía un valor superior a 18,5 millones de pesos, para 1909 se hallaba en menos de 17; tal descenso también puede ser valorado por medio del número de bovinos; un millón en 1903 que en 1909 bajó a 735.000. A pesar de ello, hasta 1902 Jalisco fue el primer productor de ganado vacuno y de leche con el 10% de la existencia nacional, y de ganado porcino con el 9%. En lo que se refiere a su precio también subió casi un 40% entre 1890 y 1910.
Para 1895 el valor total de las cosechas en Jalisco casi alcanzó 15 millones de pesos, 8% del total nacional; en 1901 subió a 23 millones (casi el 9%) pero en 1904 bajó a 17 millones (el 7%), y aunque en 1906 tornó a subir, ya no recuperó el nivel de 1901.
El creciente interés por perpetuar el rostro propio encontró un nuevo satisfactor en la cámara fotográfica. Sobre todo porque el costo de una fotografía, mucho más bajo que los honorarios de cualquier pintor, permitieron a muchas más personas poseer la reproducción. En efecto, aún cuando los primeros en fotografiarse fueron los más acaudalados, pronto innumerables fotógrafos ambulantes recorrerían pueblos y ciudades en busca de clientes de menores recursos dispuestos a posar frente a sus voluminosos aparatos. Parece ser que fue Jacobo Gálvez, en 1853, uno de los primeros en traer a Guadalajara, después de su viaje por Europa, los elementos técnicos para reproducir imágenes casi instantáneas: una cámara obscura para fijar imágenes, no en lámina como se hacían ya en aquella época y según el método de Daguerre, sino en papel.
Al finalizar el siglo XIX, quienes se habían mantenido en la cúspide de la pirámide socioeconómica de Jalisco se encontraban de hecho concentrados en Guadalajara, donde gozaban de las crecientes comodidades y mejores perspectivas pecuniarias que el medio ofrecía. Mas ahora esta minoría se encontraba rodeada por una buena cantidad de europeos que se habían asentado en Guadalajara, atraídos por sus posibilidades comerciales, y muchos hasta casados con hijas de los más opulentos, incorporando así sus apellidos a la flor y nata de aquella sociedad.
De 1904 a 1909, Porfirio Díaz eligió Chapala para descansar cada año durante las semanas Santa y de Pascua, con lo cual también colaboró a poner de moda a la población entre las ricas familias tapatías, quienes acabaron transformando la aldea en un verdadero sitio de descanso.
Hacia 1909, aparecieron las lanchas de motor y los deportes acuáticos; en 1910 se fundó el Yacht Club y la Compañía de Fomento, misma que construyó la estación y la vía ferroviaria y fue propietaria del servicio de vapores Vicking y La Tapatía, ambos destrozados por un fuerte oleaje en 1926. Un año antes se había acondicionado el antiguo Camino Real de Guadalajara que mucho impulsaría el flujo turístico sobre Chapala.
Siglo XX y siglo XXI
Antes de 1908, no hubo en Jalisco una oposición al Gobierno verdaderamente organizada. Más bien se manifestó en reducidos grupos de estudiantes, profesionistas y ciertos mineros y obreros textiles que llevaron a cabo algunas huelgas. De hecho, la crítica de mayor trascendencia se debió a personajes como Roque Estrada, Ignacio Ramos Praslow y Miguel Mendoza López, aglutinados en torno a un partido de nombre "Obrero Socialista", del que emergió una publicación llamada Aurora Socialista. Pero en febrero de 1908, Porfirio Díaz manifestó a un periodista estadounidense su deseo de retirarse pronto del poder y el agrado con que vería a un partido de oposición para las elecciones de 1910.
Acompañado de Roque Estrada, Francisco I. Madero estuvo en Guadalajara en diciembre de 1909. Pese a los obstáculos puestos por el Gobierno, pudo llevar a cabo un mitin que patentizó una gran popularidad; pero mayor aún resultó la concurrencia en mayo de 1910, cuando volvió a Guadalajara ya como candidato formal a la Presidencia de la República y con un proyecto más preciso en el que, además de las instancias de corte político que había manejado antes.[4]
Tan pronto como se dieron a conocer los resultados de los sufragios que dieron a Madero el triunfo, el Gobierno de Jalisco se dio a la tarea de restaurar el orden constitucional. Se convocó a elecciones municipales para el 5 de noviembre, manifestándose ya una clara preponderancia del Partido Católico Nacional (PCN), que ganó la mayor parte de las alcaldías. Ello se refrendó al restaurarse el Poder Legislativo local, en marzo de 1912, con doce diputados propuestos por el partido de referencia.[5]
En Jalisco, además de que su Congreso enunció su propuesta de que la propiedad territorial fuese accesible a un mayor número de habitantes, se declaró también en favor de que la condición de los trabajadores mejorara y de que se diera fin a las injusticias. Los cambios, decían, habrían de realizarse mediante una evolución lenta y firme, "sin lucha de clases, pero con medidas enérgicas".
En marzo fue establecido el descanso dominical obligatorio y en julio se reconoció el derecho de los trabajadores a organizarse y se confirió personalidad jurídica a los sindicatos, a la sazón controlados por el clero en su mayoría. Mas, por otro lado se dispuso la militarización de los empleados comerciales y que cualquier huelga no autorizada fuese reprimida con celeridad.
El 8 de julio de 1914, con Álvaro Obregón al frente, las fuerzas constitucionalistas desplegaron mismo su triunfalismo demostrando su ánimo anticlerical. El avance había transcurrido por la costa del Pacífico, donde las fuerzas de vanguardia de Manuel Diéguez, Rafael Buelna y Lucio Blanco habían abierto el camino después de apoderarse de Acaponeta, San Blas y Tepic.
La ocupación de la capital tapatía se realizó pacíficamente, pues la plaza había sido evacuada, pero el gobernador huertista José María Mier y sus tropas fueron sorprendidos en El Castillo por Lucio Blanco y Enrique Estrada: el ejército fue desbandado y Mier resultó muerto.
Las fuerzas revolucionarias no fueron bien recibidas en la capital de Jalisco. No sólo los miembros del clero, como afirmó Obregón, se opusieron al nuevo gobierno. El rechazo se hizo más patente a medida que empezaron a implantarse las reformas y decretos expedidos por el Gobierno constitucionalista.
El 11 de diciembre, Medina derrotó a los carrancistas e hizo que Diéguez se retirara a Ciudad Guzmán, de manera que, en cuanto lo alcanzó Villa, pudieron entrar juntos a Guadalajara sin mayor dificultad. Aquí fueron recibidos con grandes muestras de entusiasmo, dada la esperanza de que anularían las disposiciones constitucionalistas. En primer lugar, Villa nombró gobernador de Jalisco a Julián Medina, quien de inmediato prohibió la moneda carrancista y puso en circulación la propia; a su vez, prometió seguridad tanto al trabajo como a la capital y decretó que los inmuebles de la clase acomodada, confiscados por el general Diéguez, volviesen a sus antiguos propietarios, en tanto que ordenaba reabrir al culto los templos que fueron cerrados durante el gobierno de Diéguez y liberar a los sacerdotes presos.
Para los primeros días de 1915, Diéguez había fortalecido a su ejército y retornaba a Guadalajara, así que reinstaló su gobierno en Guadalajara sin mayor represalia y, de inmediato, se aprestó para continuar la campaña. El 18 de abril de 1915, Diéguez se apoderó nuevamente de Guadalajara, tras derrotar al general Medina que huyó rumbo a Lagos. Después designó a Manuel Aguirre Berlanga, una vez más, como gobernador interino, en tanto él iba en busca de Obregón, que daba los últimos toques a su campaña contra los restos del ejército enemigo.
Por otra parte, el pleito en las entrañas mismas de la Revolución hizo que las resoluciones referentes a un cambio radical en las estructuras socioeconómicas nacionales, reflejadas principalmente en las relaciones obrero-patronales y en la tenencia de la tierra, adquirieran un carácter ambiguo, destacándose mejor la precisión de las propuestas de la doctrina social católica.
La legislación agraria carrancista del 6 de enero de 1915 – incorporada al estado por Diéguez en marzo del mismo año – no había resultado prevalecedora. De ahí las reclamaciones campesinas y que pronto algunos trabajadores agrícolas pasaran a tomar tierras, no obstante que Aguirre Berlanga amenazó con castigar severamente a los autores de tales "atropellos". Los conflictos siguieron hasta el extremo de que el propio Diéguez pidió al Constituyente de Querétaro que la nueva Carta tuviera en mente a los campesinos mestizos pobres y no sólo a los indígenas.
Resultado de la Constitución de 1917 fue también el incremento de la entrega de tierras;[6] sin embargo, no todos los demandantes y necesitados la recibieron de momento. Como la reforma agraria funcionó en relación directa con el apremio campesino, los primeros grupos beneficiados fueron, o bien comunidades indígenas despojadas no mucho antes, o aquellos pueblos mayormente afectados por la crisis de principios de siglo que se habían distinguido por su participación activa en el movimiento revolucionario.
Siendo ya presidente electo, en octubre de 1920, Álvaro Obregón se manifestó partidario de la pequeña propiedad y de que cada campesino tuviese una parcela cedida por los latifundistas. En consecuencia, después de tomar posesión el 1 de diciembre, expidió una serie de decretos encaminados a regular la extensión y funcionamiento de los ejidos e instauró las procuradurías de pueblos para proporcionar a las comunidades el auxilio legal preciso, mas también legisló sobre las grandes y pequeñas propiedades privadas, declarando inafectables a las que constituían unidades agrícola-industriales de producción.[7]
En el mes de octubre de 1921 fue celebrado en Guadalajara un Congreso de Obreros Libres, en el que estuvieron representados 35 mil trabajadores adheridos a las uniones católicas del país. Todos se manifestaron contra la sindicalización y a favor del mutualismo como forma de organización laboral, además de que condenaron las huelgas y todo aquello que tuviera que ver con los "obreros rojos" de la CROM (Confederación Regional Obrera Mexicana) y de la recién fundada CGT (Confederación General de Trabajadores).[8]
Si bien es cierto que en 1926 las condiciones laborales garantizadas por el poder civil sobrepasaban a las que estaba dispuesto a conceder un régimen presidido por católicos, no menos lo es que el problema de la tenencia de la tierra distaba de estar resuelto satisfactoriamente.
Por eso fue que, al iniciarse el choque violento entre la Iglesia y el Estado, mientras los obreros desertaban de las filas católicas, éstas se engrosaban con campesinos dispuestos a defender sus medios de subsistencia.
Gobierno
Jalisco es un estado libre, autónomo y soberano a la federación de México. Su gobierno se divide en tres poderes que son el ejecutivo, legislativo y judicial. El poder ejecutivo esta a cargo del gobernador del estado con un período de gobierno de seis años, que es elegido democráticamente, el gobernador es el que tiene que coordinar todos los programas de desarrollo para el estado. El poder legislativo está conformado por los diputados locales que forman el congreso del estado y los eligen por tres años, en el se discuten las reformas a las leyes del estado y el presupuesto. Por último al poder judicial le corresponde aplicar las leyes, el gobernador nombra a los miembros del poder judicial. El actual gobernador es el panista Emilio González Márquez para el período 2007-2013.
División administrativa
En total el estado comprende 125 municipios, distribuidos en 12 regiones con una subregión, cada región tiene un municipio sede designado por la importancia y ubicación estratégica de dicho municipio en la región respectiva. La división en regiones es una simple división administrativa que facilita el manejo del estado. Las regiones administrativas son las siguientes:
- Regíón Norte
- Región Altos Norte
- Región Altos Sur
- Región Ciénega
- Región Sureste
- Región Sur
- Región Sierra de Amula
- Región Costa Sur
- Región Costa Norte
- Región Sierra Occidental
- Región Valles
- Región Centro
Geografía
El Estado de Jalisco se localiza en la zona occidente de la República Mexicana. Se encuentra limitado al norte por los Estados de Zacatecas, Aguascalientes; al noroeste con Nayarit; al noreste con Guanajuato y San Luis Potosí; al sur con Colima; al sureste con Michoacán y al suroeste con el Océano Pacífico. Tiene una extensión territorial de 80.137 km², lo que representa el 4,09% de la superficie total de México.
Jalisco tiene problemas de límites territoriales con sus vecinos, en especial con el Estado de Colima, con quien disputa una muy importante zona de la costa. Tradicionalmente los límites entre entidades se han definido por límites naturales, en este caso el límite es un río, casi en su desembocadura en el océano Pacífico. El conflicto limítrofe inició cuando se modificó el curso del río, quedando la zona de playa en la parte que pertenece a Colima y que Jalisco tiene intención de reclamar por su capacidad económica, a través del turismo que actualmente recibe como en el Complejo Grand Bay - Isla Navidad. Actualmente la solución del problema entre estos dos estados depende del Senado de la República.
Actuamente Jalisco cuenta ya con la más grande tecnología en cuanto a prevención de desastres naturales, hace poco se colocaron en las costas del estado de Jalisco alarmas de tsunamis las cuales no contaba.[1]
El estado de Jalisco encierra áreas que corresponden a 4 provincias fisiográficas de México: Eje Neovolcánico, Mesa Central, Sierra Madre Occidental y la Sierra Madre del Sur.
Provincia del Eje Neovolcánico Representada en el estado por las subprovincias: Bajío Guanajuatense, Sierras y Bajíos Michoacanos, Altos de Jalisco, Chapala, Guadalajara, Sierras de Jalisco, Sierras Neovolcánicas Nayaritas, Volcanes de jalisco y Escarpada Limítrofe del Sur.
Subprovincia del Bajío Guanajuatense Sólo una pequeña porción, al sureste del municipio de San Diego de Alejandría, penetra en el estado de Jalisco y se asocia a un solo sistema de topoforma; el llano de piso rocoso que representa el 0,001% de la superficie total del estado.
Subprovincia de las Sierras y Bajíos Michoacanos Es un rincón muy pequeño de esta subprovincia el que penetra en el estado de Jalisco y abarca parte de los municipios de Ayo el Chico y Degollado; presentando tres sistemas de topoformas: Mesetas Lávicas, Lomerios de Colinas Redondeadas con Terrenos Ondulados y Valles de Laderas Tendidas.
Subprovincia de los Altos de Jalisco La mayor parte de esta subprovincia queda dentro del estado de Jalisco, se caracteriza por amplias mesetas de origen volcánico y presenta la mayor densidad de topoformas degradativas, generadas por disección hídrica y abundancia de valles profundos de laderas escarpadas a fines de los caños de la Sierra Madre Occidental. Representa el 17,51% con respecto a la superficie total de la entidad y se distinguen en ella los siguientes sistemas de topoformas: Escudo-Volcanes Aislados o en Conjunto, Pequeña Meseta asociada con lomeríos, Gran Meseta con Cañadas, Meseta Lávica, Meseta Lávica asociada con lomeríos, Meseta Escalonada, Lomerío de Colinas Redondeadas, Lomeríos Suave en Arenisca Conglomerado, Valle de Laderas Escarpadas asociadas a lomeríos, Valle con Terrazas, Cañón y Depresión.
Subprovincia de Chapala Esta subprovincia alcanza una magnitud significativa en afallamiento asociado con manifestaciones volcánicas y grabens (áreas hundidas entre sistemas de fallas). Se tiene aquí a 1.500 msnm el mayor lago del país, cuyas aguas ocupan un enorme graben ubicado entre sistemas de grandes fallas este-oeste y otras más pequeñas dirigidas burdamente de norte a sur. Por otro lado, el vulcanismo se desarrolló a lo largo de algunas líneas de fallas y levantó las sierras que bordean el lago. El resultado es un paisaje de origen unitario pero de morfologías combinadas que aportan una notable singularidad a la provincia.
En la subprovincia de Chapala se distinguen 4 regiones o sectores:
1. Una región occidental con importantes sistemas de fallas noroeste-sureste y norte-sur que han generado grabens con esos mismos rumbos y que forman los vasos de los lagos Atotonilco, Zacoalco, San Marcos y Sayula, situados a una altitud de 1.350 msnm.
2. El propio lago de Chapala y las Sierras de Laderas de Escarpa de falla que lo circundan, más su extensión cenagosa al este: La Ciénega de Chapala. El lago, bastante somero, mantenido fundamentalmente por los aportes del río Lerma al que recibe en el extremo oriental.
3. Las sierras afalladas y llanos al norte de los lagos.
4. Las sierras afalladas y la región de lomeríos al sur de los lagos
Dentro del estado de Jalisco la subprovincia de Chapala presenta los siguientes sistemas de topoformas: Sierras de Laderas Abruptas con Cañadas; Sierra de Laderas Tendidas; Sierra con Laderas de Escarpa de Falla; Sierra con Ladera de Escarpa de Fallas y Mesetas; Escudo-Volcanes Aislados o en Conjuntos; Sierra Volcánica con Mesetas; Lomeríos Asociados con Llanos; Lomeríos Suave (tobas); Lomeríos Suaves (conglomerados y areniscas); Valle de Laderas Tendidas; Valle de Laderas Tendidas con Terrenos Ondulados; Depresión; Gran Llano; Pequeño Llano Aislado y Llano Salino.
Subprovincia de Guadalajara Esta pequeña subprovincia queda toda dentro del estado de Jalisco ocupando el 3,73% de la superficie. Cubre totalmente los municipios de Antonio Escobedo, El Arenal, Guadalajara y Zapopan, Ahualuco de Mercado, Amatitán, Etzatlán, Hostotipaquillo, Magdalena, San Marcos, Tala, Tequila, Teuchitlán, Tlaquepaque y Tonalá.
La subprovincia se caracteriza por las notables manifestaciones de vulcanismo explosivo, que data de tiempos relativamente recientes y cuyas huellas se observan en la ciudad de Guadalajara y en la sierra de la Primavera.
A pesar de ser una subprovincia pequeña es la menos uniforme, teniendo una gran complejidad en su panorama fisiográfico, en el que se encuentran sistemas tan distintos como sierras, mesetas, lomeríos y llanos; sin embargo, en general su litología está constituida por rocas ígneas extrusivas ácidas, vidrios volcánicos (obsidiana) basaltos y nubes ardientes.
Subprovincia de las Sierras de Jalisco Esta subprovincia inserta totalmente en el estado de Jalisco, está constituida por dos tipos básicos de topoformas generales: montañas y mesetas. Entre sus extremos norte y sur, las cadenas montañosas se encuentran acomodadas de tal modo que describen la forma de una burda letra "S".
Dentro del área rodeada por la curva superior de la letra quedarían alojados los sistemas de topoformas más occidentales de la vecina subprovincia de las Sierras de Jalisco. Varias cumbres de los núcleos montañosos de rocas ígneas que componen la sierra se levantan por encima de los 2.000 msnm, en tanto que las superficies más bajas se encuentran a una altitud de 800 msnm.
La subprovincia de las Sierras de Jalisco presenta los siguientes sistemas de topoformas: Gran Sierra Volcánica Compleja o Grandes Estrato-Volcanes, ierra de Laderas Abruptas, Sierra de Laderas Tendidas, Sierra de Laderas Tendidas con Llanos, Sierra Compleja, Escudo-Volcán Aislado, Meseta Lávica, Mesetas Lávicas asociadas con cañadas, Mesetas Escalonadas asociadas con lomeríos, Mesetas Pequeñas con lomeríos, Lomerío Suave asociado con cañadas, Valle de Laderas Escarpadas, Valle de Laderas Tendidas, Valle de Laderas Tendidas asociado con lomeríos, Cañón y Pequeño Llano Aislado.
Subprovincia de las Sierras Neovolcánicas Nayaritas Un pequeño rincón de esta subprovincia del Eje Neovolcánico, penetra en el extremo norte del estado de Jalisco, del que ocupa el 0,007% de la superficie, localizado en parte del municipio de Hostotipaquillo y distribuido en tres sistemas de topoformas que son: una Sierra de Laderas Tendidas, una Meseta Lávica con Cañadas y un Valle Tendido con Terrenos Ondulados.
Subprovincia Volcanes "El Colima" Esta subprovincia penetra al estado por el este y recibe este nombre debido a sus dos geoformas más representativas, El Nevado "El Colima" y el Volcán del Fuego "El Colima". Ocupa apenas el 2,36% de la superficie total estatal; cubriendo totalmente los municipios de Tonila y Zapotitlán de Vadillo y parte de los de Zapotlán El Grande, Tolimán, Tuxcacuesco, Tuxpan, Venustiano Carranza y Zapotiltic. El panorama fisiográfico de la subprovincia está integrado por siete sistemas de topoformas: Gran Sierra Compleja o Grandes Estrato-Volcanes Aislados, representados por el Nevado y el de Fuego "El Colima", que están constituidos por andesitas (rocas ígneas medias en sílice) y sus altitudes son de 4.240 y 4.220 m respectivamente; Sierra de Laderas Abruptas, que se encuentra sobre la base occidental del Nevado, representada por el Cerro el Petacal, de rocas lávicas sílicas; los Lomeríos Suaves (tobas) asociados con cañadas y los Lomeríos Suaves (arenisca conglomerado) integran las amplias faldas que se extienden en torno a los volcanes, surcadas por arroyos radiales; el Valle de Laderas Escarpadas, que es el sistema de cañadas hondas y ramificadas, que sobre la base occidental de los volcanes han labrado sus cárcavas; el Pequeño Llano Aislado, de origen aluvial que se localiza en el extremo norte; y el Piso de Valle, que está formado por el valle plano y angosto del río Armería.
Subprovincia de la Escarpa Limítrofe del Sur Solo una pequeña parte de esta subprovincia penetra en el estado de Jalisco y abarca una porción del municipio de Jilotlán de los Dolores, con un solo sistema de topoformas, la Meseta Lávica asociada con Sierras que es un conjunto de mesetas basálticas escalonadas y que descienden hacia el sur, a altitudes de 1.000 a 1.500 msnm interrumpidas por Escudo-Volcanes también basálticos.
Provincia Mesa Central Penetra al estado de Jalisco por el noroeste; ocupa el 3,44% de la superficie total estatal y en ella se presentan parte de tres subdivisiones de la provincia que corresponden a la subprovincia Llanos de Ojuelos y las discontinuidades fisiográficas Sierra de la Cuatralba y Valles Paralelos del suroeste de la Sierra de Guanajuato.
Estas subdivisiones de la provincia poseen patrones característicos de topografía y morfología; presencia y distribución de suelos y vegetación diferentes, por lo que la descripción de suelos, vegetación, posibilidades de uso agrícola, ganadero y forestal, y el estado actual de las formas de producción agrícola, se encuentra referida por regiones
Esta provincia cuenta con una subprovincia llamada Llanos de Ojuelos.
Subprovincia Llanos de Ojuelos Esta subprovincia penetra al noreste del estado y limita al sur con los Altos de Jalisco; inmediatamente al norte de Encarnación de Díaz. Comprende una porción pequeña de la entidad (2.310,297 km²), que cubre totalmente el municipio de Ojuelos y parte de los de Encarnación de Díaz y Lagos de Moreno. Los sistemas de topoformas más representativos de la subprovincia, dentro del estado son: Las Llanuras de Piso Rocoso, cubiertas por suelos someros de aluvión y salpicadas de pequeñas charcas; y las Mesetas con Cañadas que se encuentran entre las llanuras. Las Sierras Bajas y los Lomeríos probablemente se derivaron de la erosión de mesetas similares a las ya mencionadas; sus laderas son rectas y su elevación es de 2.300 y 2.250 msnm respectivamente. En general, la litología de estos sistemas de topoformas está constituida por rocas de origen volcánico, ricas en sílice.
Provincia de la Sierra Madre Occidental Esta provincia cuenta con dos subprovincias: La de las Sierras y Valles Zacatecanos y la de Las Mesetas y Cañones del Sur
Subprovincia Mesetas y Cañones del Sur Esta Subprovincia se encuentra en casi toda la extremidad norte de Jalisco hasta el límite sur del extenso cañón que ha formado el Río Grande de Santiago, quedando su frontera sur-oriental en el estado al norte de la ciudad de Tequila; abarca la totalidad de los municipios Bolaños, Huejuquilla el Alto, Mezquitic, Teocaltiche y Villa Guerrero, y parte de los municipios de Colotlán, Chimaltitlán, Hostotipaquillo, Huejucar, San Martín de Bolaños y Tequila.
Forma parte de la "espina dorsal" de la Sierra Madre Occidental. Su paisaje está constituido por altas mesetas, algunas de ellas enormes, que se interrumpen abruptamente por profundos cañones.
La superficie total de esta subprovincia es de 8.165,349 km² y representan el 10,35% con respecto a la superficie total del estado. Los sistemas de topoformas que se encuentran en esta subprovincia dentro del estado de Jalisco son: Superficie Disectada de Gran Meseta, que son agrupaciones de mesetas de tamaño pequeño; Pequeñas Mesetas; Asociadas a Cañadas; Lomeríos, que se encuentran como pequeños grupos aislados en los Pisos de Valle, generalmente amplios; Lomeríos y Cañadas, Piso de Valle con Terrazas; Piso Amplio de Valle con Lomeríos y por último Cañones.
Biodiversidad
Demografía
Población
Según los resultados que arrojó el II Censo de Población y Vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) con fecha censal del 12 de junio de 2010, el estado de Jalisco contaba hasta ese año con un total de 7 350 682 habitantes, de dicha cantidad, 3 600 641 eran hombres y 3 750 041 eran mujeres.[2] La tasa de crecimiento anual para la entidad durante el período 2005-2010 fue del 1.7%.[9] Según indica este censo, 4.434.252 de los jaliscienses viven en la zona metropolitana de Guadalajara.[cita requerida] La población aumentó aproximadamente 750.000 habitantes desde el último conteo, realizado en 2005.[cita requerida] Hoy en día, la población del Estado representa el 6,5 % del total del país.
Principales Ciudades Ciudad Población Guadalajara 1,494,134 Zapopan 1,243,538 Tlaquepaque 608,187 Tonalá 478,981 Tlajomulco de Zuñiga 416,552 Puerto Vallarta 255,725 Lagos de Moreno 153,855 El Salto 138,585 Tepatitlán de Morelos 136,235 Zapotlán el Grande 100,519 Ocotlán 92,958 Arandas 72,885 Tala 69,046 San Juan de los Lagos 66,279 La Barca 64,274 Zapotlanejo 63,632 Atotonilco el Alto 57,712 Autlán de Navarro 57,559 Ameca 57,357 Encarnación de Díaz 51,404 Sayula 45,755 Mascota 40,404 Zonas Metropolitanas Zona Metropolitana Municipios Población Zona Metropolitana de Guadalajara *Guadalajara
*Zapopan
*Tlaquepaque
*Tonalá *Tlajomulco
*El Salto
*Ixtlahuacán
*Juanacatlán4 434 252 Zona Metropolitana de Puerto Vallarta *Puerto Vallarta
*Bahía de Banderas (Nayarit)379 934 Zona Metropolitana de Ocotlán *Ocotlán
*Poncitlán141 365 Grupos étnicos
Los huicholes son el grupo étnico más conocido y numeroso del estado de Jalisco, se concentra principalmente al norte del estado en muncipios como Bolaños, Huejuquilla o Villa Guerrero que comparte asentamientos con otros estados como Nayarit y Zacatecas, al sur se encuentra otro grupo indígena nativo de Jalisco, los nahuas herederos de la lengua azteca quienes radican en los muncipios de Tuxpan y Tonila; y en menor proporción los purépechas, mixtecos, mazahuas otomíes y zapotecos.
Marco socioeconómico
A mediados del siglo pasado, el incremento de la población de Jalisco en el periodo 1950-1960, presentó una tasa de crecimiento anual del orden del 3,4%. El periodo que comprende 1970-1980 muestra un descenso con respecto a la década precedente, tendencia que se mantiene posteriormente. Se ha observado la disminución en el ritmo de crecimiento hasta llegar a un 1,33% del año 2000 al 2005. En el Alto Santiago, se encuentra la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), la cual es el principal centro de población de la entidad. Una serie de factores ha generado la conurbación de la ciudad de Guadalajara con los municipios limítrofes, lo que ha acelerado el crecimiento de su población. De acuerdo con cifras de INEGI, para el año 1950 la población total del estado de Jalisco era un poco más de 1,7 millones de habitantes, en el año 2005, ésta asciende a más de 6,7 millones, junto a este significativo aumento se fueron dando diversas transformaciones demográficas a nivel subregión, en especial en el Alto Santiago, que pasó de una participación relativa en la concentración de población del 46,6% al 71,2% en este periodo de tiempo. Con base en el último registro oficial del año 2005, la población total de la entidad suma 6.752.113 habitantes, lo cual representa el 6,5% de la población total del país (103,3 millones); en lo que se refiere a la población rural, ésta representa el 13,9% de la población total del estado y la población urbana equivale al 86,1%.[10]
Educación
Véase también: Anexo:Universidades en JaliscoLa ciudad de Guadalajara, capital de Jalisco, es la sede de la segunda universidad fundada en México, la Universidad de Guadalajara. Esta entidad educativa pública es la segunda en cantidad de estudiantes en el territorio (después de la UNAM), (195.116 estudiantes de profesional medio, bachillerato, técnico superior, licenciatura y posgrado).
También es sede de la que es la primera universidad privada de México, la Universidad Autónoma de Guadalajara, por sus siglas U.A.G. La sede principal de la Universidad Autónoma de Guadalajara es Ciudad Universitaria, ubicada en el municipio de Zapopan; en dicho lugar se encuentra la rectoría y la mayoría de las carreras que se imparten. Cuentan también con el Instituto de Ciencias Biológicas, UAG campus Santa Anita (Tlaquepaque), UAG Campus Tepic, UAG Campus Tabasco, Instituto Autónomo de Educación de Tecomán (IAETAC), el sistema de educación básica y media José Vasconcelos en Baja California, y la primaria Antonio Caso más Santa Anita.
Cuenta con dos campus de la universidad privada más importante del país, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tec de Monterrey).
El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), es una universidad privada con sede en la ciudad de Tlaquepaque, Jalisco, México. Esta institución educativa fue fundada en el año de 1957 y pertenece al Sistema Universitario Jesuita (SUJ) que a su vez forma parte de la Compañía de Jesús. En este sentido la universidad también es nombrada como la Universidad Jesuita de Guadalajara pero es conocida comúnmente como el ITESO.
Ofrece 26 programas de licenciatura, 2 de especialidades, 13 de maestría y 3 doctorados. La matrícula del ITESO es de alrededor de 8.000 estudiantes. La Universidad cuenta sólo con un campus, el cual está ubicado al sur de la Zona Metropolitana de Guadalajara en las inmediaciones de Tlaquepaque donde se encuentran sus diversas instalaciones.
Tres campus de la Universidad del Valle de México, tres campus del Tec Milenium (Tlaquepaque, Zapopan y Ejecutivo), la Universidad del Valle de Atemajac con tres campus (Zapopan, Lagos de Moreno y Puerto Vallarta), la Universidad Panamericana, la Universidad Cuauhtémoc, la Universidad Marista de Guadalajara el Instituto Tecnológico Superior de Arandas, el Instituto Tecnológico Superior de Chapala, el Instituto Tecnológico Superior de Cocula, el Instituto Tecnológico Superior de El Grullo, el Instituto Tecnológico Superior de la Huerta, el Instituto Tecnológico Superior de Lagos de Moreno, el Instituto Tecnológico Superior de Mascota, el Instituto Tecnológico Superior de Puerto Vallarta, el Instituto Tecnológico Superior de Tala, el Instituto Tecnológico Superior de Tamazula, el Instituto Tecnológico Superior de Tequila, el Instituto Tecnológico Superior de Zapopan y el Instituto Tecnológico Superior de Zapotlanejo.
Además, existe el Centro de Investigación y Asistencia Tecnológica del Estado de Jalisco CIATEJ.
De estos centros educativos 18 poseen carreras de ingeniería y otras carreras afines a la industria de la electrónica, como ingeniería electromecánica, ingeniería en tecnologías electrónicas, en tecnologías de la información y comunicaciones, ingeniería industrial, ingeniería de sistemas, teleinformatica, administración de tecnologías de la información, y tecnologías computacionales, entre otras.
Así mismo, en la localidad de Atequiza, Ixtlahuacan de Los Membrillos; cuenta con La Escuela Normal Rural Miguel Hidalgo, fundada a partir de los ideales de la Revolución, es una institución formadora de docentes para el ámbito rural, atendiendo gratuitamente a hijos de campesinos y obreros.
Economía
Jalisco, el quinto estado en extensión y el cuarto más productivo de la República Mexicana (después del D.F, Estado de México y Nuevo León), ha experimentado un importante crecimiento en su actividad económica y comercial durante los últimos años. Entre los principales productos que forman parte de la comercialización del estado destacan los cosméticos, aparatos electrónicos, tecnología, farmacéuticos, construcción, textiles, tabaco, alimentos y bebidas, artículos deportivos, etc. Así mismo, el sector de servicios también ha crecido con intensa pujanza, al igual que el sector turístico y el financiero.
Este desarrollo intensivo del sector comercial en la entidad es superado por el del Distrito Federal, el Estado de México y Nuevo León. La población económicamente activa en el sector agropecuario ha disminuido, mientras que en el sector terciario y secundario ha incrementado su demanda, sobre todo en los servicios y en el comercio. Sin embargo, el estado se distingue por el cultivo de granos como: maíz, sorgo, frijol, arroz, cebada, trigo, caña de azúcar, algodón, cártamo, soya, alfalfa, melón, papa, jitomate, papaya, café, mango, aguacate, plátano, guayaba, sandía y limón agrio. Existe ganado porcino, bovino utilizado para abasto, y lechero, ovino, caprino y equino. La actividad pesquera se realiza en los puertos de Barra de Navidad, considerado puerto de cabotaje, en Puerto Vallarta, considerado puerto de altura, y en la laguna de Chapala. Las especies que se obtienen son: huachinango, charal, pescado blanco, tortuga, bagre, carpa, camarón, tiburón, mojarra, rana y popocha. Su actividad industrial es extractiva, minero metalúrgica, siderúrgica, maquinaria, equipo y material de transporte, productos químicos, madera, textil, eléctrica y electrónica, material fotográfico, alimentaria, bebidas, tequila, cerveza y calzado.
Turismo
Infraestructura
En Jalisco se localiza la segunda ciudad más poblada del país, Guadalajara, que junto con Tlaquepaque, Tonalá, El Salto, Tlajomulco de Zúñiga y Zapopan forman la zona metropolitana de la ciudad. El estado muestra una imagen comercial importante debido a su sistema de comunicaciones y vías férreas, que reflejan un factor importante para ampliar su desarrollo.
El municipio de Villa Hidalgo, el cual esta localizado en Los Altos de Jalisco forma una gran importancia en la economía tanto como del estado y de el país ya que ocupa el tercer lugar en importancia textil en todo el país, ahí se confeccionan principalmente prendas de tejido de punto.
Jalisco cuenta con los siguientes destinos carreteros: Guadalajara-Mazatlán-Nogales; Ciudad Juárez-Zacatecas-Lagos de Moreno-Oaxaca-Tapachula y Guadalajara-México-Veracruz. Cuenta con instalaciones portuarias que aprovechan las condiciones naturales del estero El Salado en Puerto Vallarta, dentro de la bahía de Banderas. Se conecta con los puertos de Manzanillo y Mazatlán. Posee dos aeropuertos internacionales: el de Guadalajara y Puerto Vallarta, los cuales sitúan a Jalisco dentro de las rutas internacionales más importantes.
Comunicación y Transporte
Las comunicaciones y transportes son dos actividades importantes para el desarrollo social y económico de el Estado, ya que su función primordial es la de facilitar la integración social y geográfica del territorio para el traslado de personas y bienes.
La ubicación geográfica de Jalisco en el Occidente de la Nación Mexicana es estratégica, lo que le ha valido una privilegiada comunicación, tanto con el Centro, Sur, Este, Norte de la Nación, como con los Puertos del Pacífico, con las entidades vecinas y al interior del Estado.
La participación de las comunicaciones en la formación del Producto Interno Bruto ha generado el 6% del Estado. La estructura interna de este sector ha experimentado algunos cambios, puesto que la evaluación de las actividades tradicionales de correos y telégrafos, se ha visto contrarrestada ante el rápido crecimiento de la infraestructura telefónica, actividad que aumentó su importancia de manera considerable para 1997. Este aumento pone de manifiesto la integración e intercomunicación que a través de este medio está teniendo la entidad.
Carreteras
El Estado se encuentra comunicado por una amplia red de carreteras, a través de las cuales integra a la entidad con el resto del país y que, conjuntamente con las carreteras estatales, permite comunicación con las 124 cabeceras municipales de la entidad, en una extensión de 25.303,98 km, de los que: 5.148,28 km corresponden a carreteras libres; 5.148,28 km de red Federal y 3.095,46 km de red Estatal; carreteras de cuota 566,10 km; 5.433,70 km a caminos rurales y 14.155,90 de brechas. Sus principales vías de comunicación vinculan a la entidad con el interior de Jalisco, con la capital de la República y con los principales centros industriales, tales como Monterrey, N.L., Saltillo y Torreón, Coah.; Querétaro, Qro.; León y Salamanca, Gto.; San Luis Potosí y el Noroeste, Centro y Sur del país.
El avance logrado en la construcción de caminos, ha impulsado notoriamente a los municipios que se vincularon a la red carretera, los que experimentaron un aumento en su nivel de desarrollo, dado principalmente en las regiones de alto potencial, lo que tuvo un efecto acelerador de la dinámica social y económica de las zonas favorecidas entre las regiones.
La Capital del Estado cuenta con una eficiente red vial, sobre todo en las vías de entrada y salida a la ciudad, así como de vías rápidas que la cruzan, en las que se localizan los pasos a desnivel en los cruces de las vías de ferrocarril y en vías rápidas.
- Carretera Guadalajara-Nogales, que permite comunicación con los estados del Norte del país, los Puertos del Pacífico y la Frontera con los Estados Unidos de Norteamérica.
- Carretera Federal 80 Guadalajara-Barra de Navidad vía de comunicación que conecta con la Costa Alegre, y municipios como Cocula, Tecolotán, Autlán y Cihuatlán.
Igualmente existe la vía cuota y libre a Colima, que conecta municipios como Sayula y Zapotlán El Grande con la capital del Estado.
- Hacia el centro del país el Estado se conecta por la carretera Guadalajara-México, interconectando al sur y sureste del país; además de las carreteras de Guadalajara-Chapala-Jocotepec y La Barca-Ocotlan, dando comunicación esta última al Corredor Industrial del Salto.
- Hacia el noroeste del país la comunicación se da a través de la carretera Guadalajara-Zacatecas-Saltillo, en donde existe comunicación con la frontera central con los Estados Unidos de Norteamérica.
La carretera León-Lagos de Moreno-Aguascalientes y la continuación de la carretera Lagos de Moreno- San Luis Potosí. Así mismo, la carretera Guadalajara-Colotlán, con los ramales a San Martín de Boloños y Mezquitic, que integran a la región Norte con el resto del Estado.
Red Ferroviaria
En la red ferroviaria convergen tres ejes ferroviarios, que une a la entidad con las regiones del Norte de la república, hasta la frontera con los Estados Unidos de Norteamérica; al Sur permitiendo comunicación con el Puerto de Manzanillo y con el Centro de la república a través de la línea Guadalajara-México. El Estado cuenta con una longitud de red ferroviaria de 153,22 km de vías. El sistema ferroviario en la entidad establece vinculación a través de las líneas: Guadalajara-Ocotlán- La Barca-México, Línea en que se localiza la mayor parte de la industria de Jalisco, ya que establece comunicación con el Corredor Industrial del Salto. La segunda línea en importancia vincula a Guadalajara con el puerto de Manzanillo, Colima, uniendo a Guadalajara con Zacoalco de Torres, Sayula, Zapotlán El Grande y Tuxpan. La tercera comunica a Guadalajara con el noroeste del país hacia la frontera norte con los Estados Unidos de Norteamérica por Mexicali, B.C. y Nogales, Son.
Infraestructura Aérea
Es innegable la importancia del crecimiento de la infraestructura aérea, a pesar de las buenas comunicaciones terrestres en la entidad. Este incremento se ve reflejado no sólo en cuanto al movimiento de pasajeros, sino también en el de transporte de express y carga. La aviación comercial comunica al Estado por medio de un importante número de compañías aéreas nacionales y extranjeras. Para ello cuenta con dos aeropuertos internacionales operados por el grupo aeroportuario del pacífico, el aeropuerto internacional de Guadalajara Don Miguel Hidalgo, el aeropuerto internacional de Puerto Vallarta Lic. Gustavo Díaz Ordaz, el aeropuerto nacional de Unión de San Antonio, Lic. Primo de Verdad y Ramos así como también una aeropista de mediano alcance en Colotlan, Tuxpan, Mascota y recientemente en Tomatlan.
El Aeropuerto Internacional de Guadalajara "Miguel Hidalgo", ubicado en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, se encuentra a 13 km de la ciudad de Guadalajara.
El transporte aéreo en el interior Estado toma también relevancia, ya que cubre las áreas en donde la comunicación terrestre se encuentra escasamente desarrollada. Este transporte de aeronaves pequeñas, se apoya en una terminal anexa al Aeropuerto Internacional de Guadalajara y en 63 aeropistas localizadas en los diversos destinos dentro del Estado, conectando a lugares como: Zapotlán el Grande, Talpa, La Barca, Mascota, Autlán, Barra de Navidad, entre otras.
Comunicación Marítima
Jalisco cuenta con un Puerto Marino: Puerto Vallarta, considerado tanto pesquero y de turismo, como de tráfico de altura; últimamente ha adquirido cierta importancia comercial. No obstante, la producción de Jalisco se mueve hacia los mercados exteriores a través del Puerto de Manzanillo localizado en el estado de Colima a 313 kilómetros de Guadalajara por la autopista Guadalajara-Colima, el cual proporciona servicios de altura y cabotaje. Con la reconstrucción y modernización del puerto mencionado, se asegura un tráfico marítimo más fluido y una protección y cuidado mayor a las mercancías.
Telecomunicaciones y Correos
Las telecomunicaciones han tenido un amplio desarrollo en los últimos años, estando Jalisco comunicado por la red nacional y con el resto del mundo.
El Estado cuenta con una eficiente red telegráfica y postal, así como con un amplio sistema telefónico que permita la comunicación fluida de mensajes, tanto al interior del Estado como al resto del país e internacionalmente, y con un sistema de radiocomunicación que permite integrar aquella área donde la instalación de otros servicios resulta demasiado onerosa.
La Zona Metropolitana de Guadalajara se encuentra unida a la red nacional e internacional de telmex y microondas que constituye la columna vertebral de las telecomunicaciones en el país, canalizado a través del sistema de servicios de teleseñalización, telecontrol, teleinformación y al sistema telefónico de larga distancia, lo que le ha permitido una comunicación mayor con otras grandes ciudades del interior del país y el resto del mundo.
En general todas las cabeceras municipales tienen servicio de correo, quedando por ser incorporadas algunas localidades debido al incremento en la población.
Teléfonos
El servicio telefónico es la actividad que presenta más participación y mayor dinamismo en su crecimiento: (7,5% promedio anual del sector). En diciembre de 1997, la cobertura telefónica se incrementó en más de 51.000 líneas con respecto a 1996; en este último año quedaron digitalizadas el 100% de las líneas en la Zona Metropolitana de Guadalajara. El servicio se concentra en la parte central del Estado, principalmente en la Zona Metropolitana de Guadalajara que en marzo de 1998 absorbe 409.969 líneas residenciales instaladas, 61.259 líneas comerciales instaladas y cuenta con 52.435 líneas disponibles. En las áreas rurales se ha visto incrementado el servicio, tratando de integrar a las zonas más aisladas, y en las urbanas, se considera suficiente para cubrir la demanda.
En 1998 en el Estado existían 13,47 líneas por cada mil habitantes.
Cultura
Las tradiciones de un pueblo, con el sabor de México.
Véase también: Gastronomía de MéxicoGastronomía
La cocina jalisciense ha contribuido ampliamente a dar fama internacional a la gastronomía mexicana. Los platillos jaliscienses tienen una relación directa con los productos locales como el maíz, el fríjol, la calabaza, el trigo, el agave y los árboles frutales
Algunos de los platillos más representativos son: la birria, el pozole blanco o rojo, los sopes, el guacamole, frijoles charros, el menudo, las tortas ahogadas, la carne en su jugo, las enchiladas rojas y verdes, la cuachala, los tamales de elote, el borrego al pastor y los tamales de frijol entre mucha más variedad.
Entre sus dulces sobresalen el alfajor, palanquetas de cacahuate o pepitas de calabaza, cocadas, dulces en conserva, dulces de leche, la jericalla, perones enmielados rojos, algodones, buñuelos, camote y calabaza enmielada.
Mientras que en sus bebidas el tequila, aguamiel, pulque, tejuino y aguas frescas de frutas naturales, marcan la distinción.
La cocina jalisciense es un espacio en el que se unen, por un lado la elaboración de platillos, en los que se distinguen los guisados, salsas, aún las más picantes, dulces y bebidas que se destacan por su apariencia y exquisito sabor, por otro lado los utensilios y productos necesarios para su preparación.
Deportes
Deportes tradicionales
Con frecuencia se dice que el deporte nacional de los mexicanos es la charrería, no se atrubuye su origen dentro del estado pero si es el estado de Jalisco que mayor emblema le ha dado a este deporte. Este deporte es derivado de las faenas de los caporales en las haciendas ganaderas. Su origen data de la época colonial, y se atribuye a Maximiliano de Habsburgo, segundo emperador de México, la creación del traje de charro en su forma definitiva. La práctica de la charrería está limitada a un sector muy pequeño de la población, debido al elevado costo de la manutención del caballo y de los aperos necesarios (indumentaria, accesorios). El reconocimiento como deporte nacional es más bien honorífico, porque como otros supuestos símbolos mexicanos, no tiene declaración oficial. La versión popular de la charrería es el jaripeo, presente en casi todas las fiestas de los pueblos.Deportes profesionales
Otros deportes
El boxeo y la lucha libre gozan igualmente de buena reputación. En la primera disciplina, boxeadores jaliscienses.
La fiesta taurina es también muy seguida, sobre todo en el centro del país, siendo la plaza más importante: La Monumental Plaza de Toros de Guadalajara, así como otas plazas importantes como la de Autlán de Navarro.
Participación de México en el mundo
Por otra parte, Jalisco optiene la sede de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 que inician en el mes de octubre. Guadalajara es la primera sede mexicana en celebrar eventos de importante magnitud deportiva después de la Ciudad de México que había sido la sede principal duranta varias décadas.
Referencias
- ↑ La Diputacion Provincial y El Federalismo Mexicano - http://books.google.com.mx/books?id=i_GK_-6deKIC&lpg=PA227&ots=eyvDzsrMIz&dq=22%20De%20Mayo%20De%201824%20durango&pg=PA227#v=onepage&q=&f=false
- ↑ a b Instituto Nacional de Estadística y Geografía (ed.): «Principales resultados por localidad 2010 (ITER) - Jalisco» (XLS) (2010). Consultado el 5 de marzo de 2011.
- ↑ fuente: INEGI. carta de climas, 1:1.000.000
- ↑ Mongrafías de la Revolución Mexicana
- ↑ Historia de México
- ↑ Constitución de Jalisco de 1917
- ↑ Álvaro Obregón - elbalero.gob.mx
- ↑ Answers.com
- ↑ Instituto Nacional de Estadística y Geografía (ed.): «Tasa de crecimiento media anual de la población por entidad federativa, 1990 a 2010» (2010). Consultado el 5 de marzo de 2011.
- ↑ Fuente INEGI II Conteo de Población y Vivienda. 2005
Véase también
- Portal:Jalisco. Contenido relacionado con Jalisco.
- Anexo:Municipios de Jalisco
- Bandera de Jalisco
- Organización territorial de México
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Jalisco. Commons
- Gobierno del Estado de Jalisco — sitio web oficial
- INEGI: Estadísticas sociodemográficas de Jalisco
- INEGI: Información geográfica de Jalisco
- Sistema Estatal de Información Jalisco (SEIJAL)
- Cédulas Municipales de Jalisco
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