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Cuenca hidrográfica del Ebro
La Cuenca hidrográfica del Ebro es la cuenca hidrográfica del río homónimo que discurre por el noreste de la península Ibérica y desemboca en el Delta del Ebro. Tiene una superficie de unos 85.000 km². La mayor parte de las precipitaciones que recoge provienen de su vertiente Pirenaica, al norte.
Se extiende de oeste a este por las comunidades autónomas de Cantabria, este de Castilla y León (provincias de Burgos y Soria), sur de País Vasco en Álava, La Rioja, Navarra, Aragón, Cataluña y Norte de la Comunidad Valenciana (provincia de Castellón), desembocando en el mar Mediterráneo. En su límite norte están los Pirineos, en el este limita con las Cordillera Costero-Catalana, y en el sur y oeste con el Sistema Ibérico. En la depresión central tiene una altura media de 200 metros sobre el nivel del mar, lo que destaca con las grandes elevaciones que la rodean (máxima de 3404 m en el Aneto). En la desembocadura del río está el delta del Ebro, un espacio protegido con el Parque natural del Delta del Ebro. Tiene depósitos de conglomerados y evaporitas marinos y continentales, de gran grosor en los rebordes montañosos y de menor espesor en el centro de la depresión: areniscas, margas, yesos, sales y calizas. Estos depósitos forman la cuenca sedimentaria del Ebro. La cuenca está situada sobre el lecho de un antiguo mar, posteriormente convertido en lago, que intermitentemente separaba la peninsula ibérica de Europa.
En parte más alta de su curso la vegetación asociada son pastos, hayedos y robledales, plantas que necesitan mucha humedad. En la depresión central, el clima es relativamente continental y por tanto más seco y extremo en temperatura; y finalmente cuando sobrepasa la Cordillera Costero-Catalana el clima es mediterráneo puro.
En la península Ibérica no encontramos otro río con mayor diversidad de flora en sus orillas por los distintos climas y paisajes por los que pasa desde su nacimiento con clima atlántico de montaña hasta su desembocadura en el delta de clima mediterráneo[cita requerida].
Cuenca sedimentaria del Ebro
Hasta hace 37 millones de años, la cuenca sedimentaria del Ebro era un mar interior rodeado por las cordilleras pirenaica, ibérica y costero-catalana. De estas cordilleras la más joven es la pirenaica, que ha sufrido mayor compresión tectónica y tiene por tanto mayor altitud y relieve. Las otras sin embargo son más redondeadas debido a la erosión. La cuenca sedimentaria es una acumulación de sedimentos de edad mayoritariamente Terciaria provenientes de las cadenas montañosas circundantes: Pirineos, Cordillera Ibérica y Cordillera Costero-Catalana. La cuenca se formó como resultado de la acumulación de sedimentos marinos, detríticos y evaporíticos en el espacio comprendido entre estas cadenas.
La presencia de un mar interior está registrada por fósiles marinos en zonas como Ricla en la provincia de Zaragoza o la de Yebra de Basa en la provincia de Huesca o por los depósitos salinos que encontramos en zonas como Remolinos en la orilla del Ebro. Hace 37 millones de años, ese mar quedó desconectado del océano debido a levantamientos tectónicos en la zona actual de la Rioja en algún momento entre el Neógeno y del Plioceno y dio lugar a una enorme cuenca lacustre evaporítica (endorreica, sin salida fluvial). Lagos residuales de este periodo son por ejemplo las lagunas endorreicas que aún persisten en Gallocanta, Sariñena o las del Bajo Aragón.
Se trata de una cuenca de antepaís atípica porque a la etapa marina de subsidencia, debida al apilamiento de los Pirineos, siguió un periodo de desconexión del océano debido a la clausura de la conexión con el Atlántico en la zona de Guipúzcoa, debido al levantamiento tectónico de la misma. Este periodo de sedimentación continental se caracterizó por la deposición de evaporitas (e.g., yesos) en lagos centrales que denotan el carácter endorreico que tuvo entonces la cuenca. Esta situación anómala de la cuenca duró hasta un momento aún indeterminado (entre 13 y 4 millones de años atrás) en que los lagos, que habían alcanzado una altitud varios cientos de metros sobre el nivel del mar debido a la acumulación de los sedimentos, encontraron una salida a sus aguas a través de la Cordillera Costero-Catalana y el gran lago comenzó a desaguar en el mar Mediterráneo. Vemos así como el paso de los milenios y la erosión ha diseñado la actual cuenca del Ebro.
Debido a la altitud de la cuenca y la corta distancia al mar, pocas decenas de kilómetros. Las aguas vertidas en época de lluvias produjeron en poco tiempo una incisión fluvial suficiente para bajar el nivel del sistema lacustre de la cuenca y permitir el paso a una etapa de incisión de los sedimentos en ella depositados. A partir de ese periodo se formó el Delta del Ebro, del cual la parte visible sobre el nivel del mar es mínima. El volumen actual de sedimentos terciarios en la Cuenca del Ebro es de unos 70.000 km³, mientras que antes de la incisión debió llegar a unos 120.000 km³. La diferencia entre ambas cantidades se encuentra actualmente en el Golfo de Valencia, Mediterráneo Occidental.
Véase también
- Valle del Ebro
- Anexo:Embalses de la cuenca del Ebro
Enlaces externos
- Cuenca hidrográfica del Ebro
- Estado de los embalses de la cuenca del Ebro
- Sociedad Española de Presas y Embalses
- Unión de entidades para el cumplimiento de la Directiva de Aguas en la cuenca del Ebro (CuencaAzul) .
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