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Estanislao Zeballos
Estanislao Zeballos
Estanislao S. ZeballosNacimiento 27 de julio de 1854
Rosario de Santa Fe, provincia de Santa Fe, ArgentinaFallecimiento 4 de octubre de 1923 Nacionalidad Argentina Ocupación abogado, periodista, catedrático, historiador, sociólogo, etnógrafo, geógrafo y cartógrafo, legislador, novelista, publicista, jurista e internacionalista Contenido
Perfil cultural
Fue Estanislao Severo Zeballos, el rosarino que se elevó en la consideración de sus connacionales y gozó de prestigio internacional, lo que se infiere de los importantes cargos que ocupara y distinciones que recibiera.
La perspectiva que da la distancia histórica a través de la cual se devela su figura, no admite dudas respecto de que en sus excepcionales méritos se halla la justificación del alto nivel que, pese a las adversidades, alcanzara Estanislao Zeballos.
La interpretación de los datos acerca de su existencia, conduce a la idea recurrente del argentinismo ejemplar de este ilustre hombre público, su atributo esencial, la nota distintiva de su pensamiento y acción. Su ejemplaridad puede advertirse sin dificultad en todas las instancias de su intensa vida pública y en el recogimiento fecundo de labranza de su copiosa obra - los trabajos y los días, de quien practicara infatigablemente el 'carpe diem', durante los 53 años de servicios dedicados al engrandecimiento de su patria. De otro modo no se explica el legado oceánico que dejara el más ilustre de los rosarinos.
Su curiosidad intelectual abierta a disímiles áreas del conocimiento conformó su vasto perfil cultural. Fue abogado, periodista, catedrático, historiador, sociólogo, etnógrafo, geógrafo y cartógrafo, legislador, novelista, publicista, jurista e internacionalista de fuste.
No fue un argentino típico, sino un argentino excepcional. En los aspectos doctrinario y pragmático fue un hombre representativo de la generación del 80, a la que perteneció por su nacimiento entre los años 1843 y 1857. Si bien, Zeballos se adelantó con su temprana gestión pública - habiendo sido Parlamentario a los 25 años y Canciller a los 34 - a las reglas establecidas por el método histórico de las generaciones, que prevén la culminación de la trayectoria vital, para esta generación, entre 1895 y 1910.En 1895, Zeballos, de 41 años, había sido electo tres veces Diputado y ocupado las altas funciones de Ministro de Relaciones Exteriores, 2 veces, y de Ministro Plenipotenciario de la Argentina.)
Su generación se vio acicateada por las múltiples carencias de nuestro país. Ideas fuerza de Estanislao Zeballos fueron: poblar el desierto, estimular la agricultura y la ganadería, difundir la instrucción pública, atraer capitales europeos y promover las investigaciones científicas. Esas ideas constituyeron su programa de acción, por el que trabajó tenazmente y explican la diversificación de las áreas que abordó.
No descansó en su prédica nacionalista, juzgó severamente el desgobierno y la mala administración, asumió la ingrata tarea de profetizar los males, insistiendo en las advertencias y proponiendo, siempre, las soluciones a los mismos.
Practicó con autoridad la crítica, fundado en la versación que le dio su vasta cultura, asumiendo el duro sino del intelectual en su defensa de la verdad como un deber irrenunciable, a pesar de las agresivas censuras que afrontara en los momentos cruciales de su actuación. Por esta razón fue una figura largamente negada en la producción escrita argentina, en un intento de opacar su brillo intelectual, que advirtieron rápidamente quienes ahondaron en su obra.En el presente la familia descendiente de Estanislao Zeballos vive en los Estados Unidos, en Palm Beach, Florida, y Lansing, Míchigan. Con otros familiares lejanos en Mendoza, Rosario, Córdoba y Buenos Aires, Republica Argentina.
Primer cuarto de siglo
Nació en Rosario de Santa Fe, provincia de Santa Fe, Argentina el 27 de julio de 1854.
Fue su padre el Teniente Coronel Estanislao Zeballos, fue Ayudante del Gral. Juan Pablo López, herido en 1838 en la batalla de Loreto contra un fuerte contingente indígena. Sargento Mayor graduado, fue Capitán del Puerto de Rosario en 1850; se plegó al pronunciamiento de Urquiza en 1851. Se desempeñó como Juez de Policía de Rosario en 1853. Efectuó la 1ª Nomenclatura de las calles de la ciudad. Los Anales de Carrasco lo recuerdan como único orador en el acto de inauguración del Hospital de Caridad en 1855.
Su madre, Doña Felisa Juárez, fue una matrona culta y memoriosa, distinguida socialmente, que le trasmitió la tradición oral de la villa (se conservan los dos testimonios firmados por sus padres sobre el sitio preciso en el que el General Belgrano enarbolara la bandera el 27 de febrero). Nacido en la propiedad paterna de la esquina sudeste de las calles Córdoba y Aduana, hoy Maipú, en la que actualmente se levanta el edificio del Jockey Club, fue el mayor de los hijos de la familia, truncada tempranamente con la desaparición del padre.
Calixto Lassaga recuerda los años de su infancia en Rosario en los que ambos, condiscípulos de la escuela primaria, conocieron a actores y testigos de la turbulenta historia nacional que los precedió. (Homenaje pronunciado ante la Junta de Historia y Numismática Americana , en el 10º Aniversario de su muerte)
Según Rodolfo Rivarola el entorno de su ciudad natal - situada sobre las altas barrancas del Paraná mirando al sol naciente, el paisaje isleño, la vasta planicie pampeana al poniente y una sociedad tradicional litoraleña abierta a la afluencia de bienes de ultramar, que eleva el nivel de su vida acompasadamente a un rápido ritmo de crecimiento económico, centro de atracción de una fuerte corriente inmigratoria y de migración interna, motivaciones éstas de una fe colectiva en el progreso - es explicativo del carácter y dinamismo de Zeballos, su apertura intelectual y febril laboriosidad.
Hacía dos años que Rosario había sido declarada Ciudad en el momento de su nacimiento. Acababa de sancionarse la Constitución y el país se hallaba dividido y sometido a duros enfrentamientos por establecer la unidad nacional. Lograda ésta, estallaría el conflicto dirimido en la Guerra del Paraguay, cuyos preparativos en la ciudad conmovieron vivamente su mente infantil. En el entorno urbano de esta etapa de su vida, los nombres dominantes en sus acontecimientos políticos eran los de Urquiza y Mitre.
Un episodio de esta época dejó en él una fuerte marca - que explica ciertamente su actitud posterior ante el candente problema del indio y origina algunas de sus obras – fue el ataque de un malón, cerca de la Posta de Arequito, lugar en el que acompañaba a su padre, y del que salvó apenas su vida huyendo al galope.
Ý, asimismo, motivó sus tempranas incursiones por regiones deshabitadas y riesgosas que exploró, convirtiéndose en geógrafo y geólogo sobre el terreno. Su objetivo recurrente fue liberar nuestra pampa de las dolorosas depredaciones de bienes y personas, para posibilitar el proceso de su colonización agrícola, clave del progreso a juicio de su generación. Si bien cabe señalar que para Zeballos la fórmula 'gobernar es poblar', era insuficiente si no se lograba erradicar la otra dimensión del desierto, la de la incultura. Sostenía reiteradamente "los hondos problemas internos argentinos lo son de educación".
Fue un niño de inteligencia precoz y, en mérito a sus dotes, por mediación de Nicasio Oroño, a los doce años de edad Estanislao Zeballos fue becado para proseguir sus estudios iniciados en Rosario en la Escuela de Artes y Oficios, en el Colegio Nacional de Buenos Aires; el 'Colegio de Mitre', como se lo designaba en su época, para contraponerlo al de Concepción del Uruguay, el 'Colegio de Urquiza'. Ambos reclutaban su estudiantado entre los jóvenes más brillantes de las provincias, con el objetivo de formar a la clase dirigente del país, que rara vez fue defraudado. Zeballos respondería con creces a tal designio. En 1866 se trasladó a la Capital y rápidamente se convirtió en un provinciano de educación metropolitana, según Pedro Goyena. Se dirimía, por entonces, el histórico entredicho entre porteños y provincianos. Puede inferirse que la conjunción de visiones en Zeballos, fue decisiva en su concepción integradora de la soberanía nacional, de la que nunca desertó.
Sólo cuatro años más tarde de su arribo a Buenos Aires, a los 16 años, dio comienzo a su actuación pública, evidenciando la vocación de servicio al bien público, que desplegó hasta el fin de sus días.
. Entre 1870 y 1871 la ciudad fue atacada por el flagelo de la fiebre amarilla. Se había constituido una Comisión Popular de Salubridad y Zeballos entonces estudiante, colaboró como activo auxiliar de la misma, dando asistencia o trasladando los cadáveres de la tragedia. Como se sabe, el mismo Presidente de la República, en ejercicio por ausencia de Mitre, Marcos Paz, falleció en esta epidemia. También Zeballos contrajo la enfermedad, salvándose bajo la protección de José C. Paz, que presidía la Comisión Popular.
Esta relación le abriría las puertas del diario "La Prensa", cuando a los 20 años se graduaba de Abogado. Comenzó siendo cronista y llegó a ser Redactor en Jefe y Director, tras una labor periodística que se prolongó toda su vida.
Siendo alumno universitario participó como animador de una de las primeras rebeldías estudiantiles de la Universidad de Buenos Aires, en diciembre de 1871, en ocasión del suicidio del estudiante Roberto Sánchez por haber sido reprobado en un examen, injustamente, dada su excesiva timidez. El hecho motivó un alzamiento generalizado del alumnado, apoyado por la opinión pública, cuyo resultado fue la separación de los dos profesores responsables y la sanción de una reforma universitaria. Asimismo, la fundación del primer centro estudiantil, propuesto por Zeballos, que lo bautizó "13 de diciembre", la fecha del suceso. Simultáneamente había ingresado en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, llevado por su afán de saber, aunque no completó la carrera de Ingeniero. Lo adquirido en esta casa de estudios promovió su interés en el acrecentamiento de las ciencias. Cursando el 1er. Año, fundó la "Sociedad de Estímulo Científico" 1872, poco después "Sociedad Científica Argentina" editora de la Revista Anales. Fue la tercera de sus fundaciones.
Costeaba sus estudios siendo escribiente, lo fue durante algunos años del sabio alemán Germán Burmeister, Director del Museo Público, formándose en la atmósfera de despertar científico del país propiciada por Sarmiento.
En 1875 presentó a la Sociedad Científica Argentina el proyecto de fundación del Museo de Ciencias Naturales.
Amplió sus estudios emprendiendo largos viajes. En 1874 realizó excavaciones en las barrancas del río Paraná, hallando los restos de un gliptodon y dos años más tarde publicó en colaboración con el ingeniero Pedro Pico un informe sobre el túmulo prehistórico de Campana, de valioso material arqueológico, que inició la sistematización de las investigaciones arqueológicas en el país.
Apoyó la expedición del Perito Moreno para explorar las cuencas de los ríos Negro y Limay. Años después recogió las informaciones obtenidas, proponiendo el traslado de la frontera Sur hasta el Río Negro en su obra La conquista de quince mil leguas, publicada en 1878, que fue fuente informativa de la "Campaña al Desierto" del Gral. Julio Roca, realizada al año siguiente.
Finalizada ésta exploró, a sus expensas, la región de los araucanos y reunió sus observaciones en Viaje al país de los araucanos, publicado en 1881, extenso estudio esclarecedor de numerosas leyendas circulantes, que rodeaban a este pueblo de un halo de misterio irracional. Este trabajo fue el 1er. Tomo de una trilogía que integró la Descripción amena de la República Argentina, siendo el 2º La Región del Trigo, aparecido en 1883 y el 3º, A través de las cabañas de 1888.En 1879 fundó el "Instituto Geográfico Argentino", del que fue su 1er. Presidente y por esa época gestionó una subvención a Florentino Ameghino, para la publicación de sus estudios sobre los Mamíferos fósiles.
Merece especial mención la Biblioteca de este prominente intelectual argentino, gran bibliófilo, en la descripción de quien tuvo la oportunidad de conocerla, Martín García Mérou, autor de una de sus primeras notas biográficas, escrita en la década de 1890:“Nada brinda una mejor imagen del carácter de Zeballos que su magnífica Biblioteca. Es un museo, una galería pictórica, un laboratorio científico, y al mismo tiempo el estudio de un hombre de sociedad. Antiguos manuscritos, curiosidades aborígenes, alfarería peruana junto a jarrones pompeyanos, recuerdos históricos; cuadros de maestros de renombre, europeos como americanos; gabinete de monedas antiguas, autógrafos, mapas, pergaminos, armas; todas las artes, ciencias y distinciones de la mente tienen representación en los vastos salones donde se encuentran agrupados, en medio de este envidiable ‘maremagnum’, cerca de 14.000 volúmenes, cuidadosamente seleccionados por su propietario.”Al inventario añade la presencia de un magnífico violoncello en uno de los ángulos y bosquejos de sus viajes, testimonios de sus aficiones artísticas.
Zeballos fue uno de los personajes más caricaturizados de su época, costumbre en boga en el siglo pasado. La ironía popular lo bautizó el hombre-orquesta, aludiendo a su múltiple versación.
[Supliendo la caricatura, la imagen verbal de uno de sus coetáneos fue esta:
Poseía el don de la perfecta urbanidad, responder puntualmente su correspondencia, agradecer los envíos de libros, retribuir visitas, fueron proverbiales en él.
Vestía jacket gris, levita negra o americana azul, con una invariable flor en la solapa. Caminaba rápidamente, con cierto taconeo. Un robusto bigote y el cabello con raya lateral, peinado en jopo. Mentón recio y mandíbula inferior arqueada y una mirada brillante y aguda, que trasmitía su vigor intelectual y su carácter optimista. De su persona emanaba la cierta sensación de energía interior y de potestad. Ello generaba su principal defecto, una ingenua altanería. Infundía un respeto que lo aproximaba más a la èlite que al pueblo, sin pertenecer totalmente a ninguno.]
Se sostuvo que si hubiera vivido en tiempos de la Revolución Francesa, la nobleza lo hubiera rechazado por sus ideas democráticas y el estado llano por sus costumbres señoriales.
No obstante no haber vivido en aquella época, su vida fue pródiga en experiencias revolucionarias.
El 24 de setiembre de 1874 el Gral. Mitre proclamó la revolución contra el fraude electoral y su amparo en el Congreso. Aquella mañana el fundador de La Prensa, Dr. José C. Paz proclamó en un artículo "Ha llegado la hora de trocar la espada por la pluma" y las rotativas se detuvieron, plegándose también Zeballos al movimiento. Se desempeñó como secretario de campaña de Mitre. La revolución fue vencida en La Verde y Santa Rosa, marcando este último combate el ascenso militar y político del Gral. Julio A. Roca.
Nunca otra vez empuñó las armas Zeballos, apostando siempre por la fuerza de la razón y el orden constructivo.
La rebelión de 1880, la más sangrienta que registra nuestra historia, tuvo en él un decidido adversario. Entonces Diputado Nacional, se mantuvo fiel al Presidente Avellaneda y, unido al Gral. Racedo, le tocó asistir a la batalla de Puente Alsina en las trágicas jornadas del 20 y 21 de junio.Gestión pública
Al final de la década de los años 1870 se inicia la gestión pública de Estanislao Zeballos, con esta secuencia cronológica:
1879 - Diputado de la Legislatura de Buenos Aires
1880-1884 Diputado Nacional
1886-1888 Diputado Nacional
1888-1892 Diputado Nacional
1889-1890 Ministro de Relaciones Exteriores de Juárez Celman
1891-1892 Ministro de Relaciones Exteriores de Pellegrini
1893 - Ministro plenipotenciario en EE. UU. y México para arbitraje de Misiones.
(A su regreso trabajó en su bufete y cátedra universitaria de Derecho Internacional)
1901 Miembro de la Junta de Historia y Numismática Americana Sitial Nº 26 (ANH)
1906-1908 Ministro de Ministro de Relaciones Exteriores de Figueroa Alcorta.
1908 Ministro interino de Justicia e Instrucción Pública
1912-1916 Diputado Nacional
1916 “Palmas de Benemérito de la Geografía Nacional”
1918 Decano de la Fac. de Derecho de la Universidad de Buenos AiresPara precisar con certeza el perfil de Zeballos es preciso tener en cuenta que no fue un profesional de la política, sino un ejecutor de ella. Su formación política exhibió el sello indeleble del ideario nacionalista de Mitre, recibido en las aulas del Colegio Nacional de Buenos Aires.
En 1880 fue elegido Diputado juntamente con Bernardo de Irigoyen, Miguel Cané, Lucio V. López, Miguel Goyena, Nicolás Calvo, Delfín Gallo, Luís Sáenz Pena, José C. Paz, Antonino Cambaceres e Hipólito Yrigoyen.
Ejerció este cargo en cuatro períodos y presidió la Cámara en dos oportunidades.
Un contemporáneo elogia su envergadura mental y lo recuerda como orador en la Cámara de Diputados, de ‘palabra fácil, abundoso y fértil’. Su convicción y seguridad era vertida en un discurso metódico y de hábil manejo argumental.
Desarrolló como parlamentario una intensa actividad, tanto como autor de Proyectos o interviniendo en los debates sobre los siguientes asuntos: reforma de los Códigos de Procedimiento y de Comercio; proyectos, informes o discursos sobre fomento de los territorios, tierras y colonias; sobre agricultura, irrigación, ferrocarriles, restricción monetaria, redescuentos, convenciones sanitarias, comercio de carnes, prenda agraria, ley de vinos, construcción de caminos, fomento de la navegación marítima con pabellón nacional, fiscalización de trusts, Universidad Federal de Rosario y ley de matrimonio civil, los más significativos.
Se recuerdan algunas intervenciones brillantes de Zeballos en la Cámara de Diputados, tales como la que tuvo al haber sido interpelado por ésta, siendo Ministro de Relaciones Exteriores, acerca de la cuestión de límites con Chile. Es usual conceder al interpelado un plazo para su preparación, pero Zeballos se presentó de inmediato, demostrando tal versación en la materia, que obtuvo el respaldo unánime a su gestión.
Las Actas Secretas de 1914 registran el gran discurso que pronunciara discrepando con Luís María Drago y el entonces Canciller Murature. El mismo que antes se opusiera como periodista a su gestión y concluyó reconociendo lo acertado de su postura, luego de oírlo.
Su discurso parlamentario de defensa de los derechos argentinos ante el apresamiento del vapor "Presidente Mitre" por Inglaterra en 1915, fue incorporado al Diario de Sesiones de la Cámara joven de los EEUU, por su acopio de doctrina jurídica sobre Derecho Internacional Público.
Su pensamiento nacionalista en la vertiente económica de su obra parlamentaria y de publicista revela al pragmático, movido por las urgencias del progreso, y al visionario, alerta ante peligros no advertidos, como el emergente de la influencia extranjera, anunciado en mayo de 1909: “Necesaria reorganización de los ferrocarriles y demás medios de transportes, para reducirlos a un sistema en que predomine el interés nacional, como único medio de defender los derechos de la producción argentina, contra intereses privados legítimos, ciertamente, pero que comienzan a predominar en nuestras administraciones, en la prensa y en los círculos políticos, excediéndose de tal suerte que se debilitan las esperanzas de controlarlos..."
O el célebre debate sobre redescuento de las carteras bancarias, en julio de 1914:
“En materia de protección de los capitales extranjeros el país ha ido hasta la abdicación de su soberanía y de su dignidad; de su soberanía porque hemos puesto el atributo supremo de emitir la moneda en manos de extranjeros desconocidos...; de nuestra dignidad porque no nos defendemos de las explotaciones del Capital extranjero, que ha llegado a constituir monopolios, de manera, que pocas manos manipulan la riqueza argentina, imponiendo la ley voraz de los precios a los grandes y a los pequeños, al trigo y al pan.”
Su pragmatismo centraba en la cultura del trabajo, la solución del mal más pernicioso de la sociabilidad argentina, la holgazanería arrogante. En un discurso pronunciado al habilitarse una fábrica textil, en 1892, expresó que la industria educa, corrige y moraliza a los individuos.
Al concluir su primer mandato de Diputado Nacional, cuando Zeballos tenía 30 años, tuvo la expectativa de ser Gobernador de la provincia de Santa Fe y fundó el ‘Partido Constitucional’, que postuló su candidatura en 1885, año previo a las elecciones de 1886, durante la gobernación de Zaballa. Se formó una Comisión en pro de la misma, que viajó a entrevistarse con el Presidente Roca, pero éste le negó su apoyo. Se conservan varias cartas de Zeballos a otro ilustre rosarino, Gabriel Carrasco, instándole a participar en esta campaña electoral, a favor de la candidatura presidencial de Bernardo de Irigoyen, obteniendo su respaldo. En el orden nacional triunfó el candidato de Roca, Juárez Celman, y en el provincial el candidato capitalino. El juego de las fuerzas políticas frustró la que pudo ser una progresista gobernación.
En política internacional bregó por el respeto de nuestro país ante el mundo, en la convicción del 'Destino Manifiesto' de la Argentina como potencia de América del Sur. La praxis de la época en que le tocó actuar le impuso abocarse prioritariamente a la defensa de la integralidad territorial, las cuestiones limítrofes. Como internacionalista alcanzó el privilegio de serle reconocido un estilo propio, se aludía a "la política de Zeballos" en todas las cancillerías de América.
En 1889, siendo Zeballos Presidente de la Cámara de Diputados, fue llamado por el Presidente a ocupar la cartera de Relaciones Exteriores.
El país vivía momentos de tensión con la nación trasandina y Zeballos encaró la situación con firmeza, obteniendo del gobierno la formación de una Comisión Especial con el fin de adquirir armamento moderno en Europa. La presidía José C.Paz, entonces Ministro en Francia, y era uno de sus integrantes el Gral. Pablo Ricchieri, quien dejó la crónica de su desempeño en el delicado conflicto de la defensa nacional.
Este problema fue una constante en el pensamiento de Zeballos, que tanto en esta como en otras ocasiones le costó severos enfrentamientos de algunos sectores de la sociedad porteña, interesados en tergiversar su patriótica preocupación de fortalecer a la Argentina en previsión de posibles agresiones a su soberanía, tildándola de postura armamentista. Una obra que compila escritos de Zeballos sobre el tema, aparecidos en la Revista de Derecho, Historia y Letras entre los años 1908 y 1910, lleva por título "La Diplomacia Desarmada", haciendo alusión a la tesis del autor en pro de una democracia basada mínimamente en el equilibrio de fuerzas de los adversarios, como garantía de una justicia equitativa en los pleitos.
.Un estadista que, como Zeballos, se propusiera el engrandecimiento del país, no podía dejar de ser pacifista, aunque su firmeza en aconsejar, ante ciertas coyuntura críticas, el equipamiento bélico nacional para equilibrar fuerzas con los oponentes provocó la resistencia.
Sus textos no dejan lugar a dudas: en 1900, tras reflexionar que para salvar la paz habíamos cedido durante medio siglo, territorios, soberanía, amor propio y principios, viendo el fracaso de tal política correspondía cerrar el ciclo de la Paz Armada, que incidía fuertemente sobre el erario exhausto y paralizaba materialmente el país, en tal sentido expresaba: "La paz, se dice. ¡Cuánta pena me causa, señores, que se profane a diario en la República Argentina el augusto nombre de la paz! La paz no es el suicidio, la paz es la vida."
Su gestión fue breve, ya que en el mes de abril de 1890 ante el ambiente de efervescencia que precediera la revolución de ese año, renunció el gabinete en pleno.
Fue nuevamente Canciller durante la Presidencia de Carlos Pellegrini, demostrando firmeza en la defensa de los intereses nacionales ante Inglaterra, al rechazar la indemnización a súbditos británicos, víctimas de la revolución de 1890, dado que no se le otorgaba a los argentinos, y ante Francia, refrendando la expulsión de un barco francés de aguas territoriales argentinas, posición aceptada por la Cancillería francesa, que suscribió a raíz del hecho un Tratado comercial bilateral en 1892.
En noviembre de 1906 fue designado Canciller por el Presidente Figueroa Alcorta. Durante su gestión se dedicó a contrarrestar la propaganda belicosa del Brasil, mediante actos que consolidaron el prestigio nacional e intervino en las negociaciones motivadas por la reclamación de soberanía del Uruguay, respaldada por la cancillería de Itamaratí. Zeballos debió afrontar los intentos de trasgresión de los Tratados vigentes entre ambas naciones, en soledad, a causa de la ineficacia del personal a su cargo. Con actitud crítica, expresaba que los Embajadores no sabían más que la mitad de la misa, por su escasa dedicación al estudio de las cuestiones o por ocupar los cargos ocasionalmente por ser amigos del Presidente de turno, siendo la resultante la inconsistencia de la diplomacia argentina.
Rodeado de una oposición interna hostil, en junio de 1908 renunció a esta cartera y a la de Justicia, que desempeñaba simultáneamente, explicando haber tomado la decisión "obligado a no defenderse y a guardar silencio, bajo las exigencias de sus deberes para con el país".
Seguidamente emprendió una gira oratoria por el interior, de exposición de sus juicios sobre la política exterior argentina. Se extendió hasta el año 1909. En esa ocasión visitó Rosario, siendo aclamado en el teatro de La Opera.
Ejerció durante 24 años la docencia universitaria. En su cátedra de Derecho Internacional Privado fue un maestro de la juventud argentina. De proverbial puntualidad, y vastísima cultura, cautivó a sus discípulos por el vigor de su exposición y la firmeza de sus convicciones, según se lee en los testimonios conservados.
Les impartió una teoría jurídica, que fue elaborando inspirado por el principio de la igualdad ante la ley. La Argentina era pionera en Derecho Internacional Privado en razón de su experiencia de país inmigratorio, y Zeballos desde la cátedra de la Facultad de Derecho sistematizó la doctrina que denominó "Teoría Argentina del Derecho Privado Humano" o "Sistema Argentino", la que fue aprobada por la Asociación de Derecho Internacional en 1922, uno de cuyos principios originales fue la introducción de la extraterritorialidad del domicilio en el orden privado. Como jurista renovador de esta rama del Derecho Internacional adquirió renombre mundial. Expuso su teoría, que sentó la orientación de la América Hispana, en la voluminosa obra en 5 tomos "La Nationalité. Desde el punto de vista de la legislación comparada y del derecho privado humano”. Escrita en francés y comenzada a publicar en 1914, no tiene traducción.Producción intelectual
La pluma fue herramienta principal de la obra civilizadora de Estanislao Zeballos. Su lema , que figura en la portada de su "Revista de Derecho, Historia y Letras" - que resume la cultura argentina de un cuarto de siglo (1898-1923) y contiene gran parte de sus trabajos - es Scribere est agere, “Escribir es acción”.
Fue escritor de una excepcional fecundidad, concomitante a la de su capacidad oratoria. La copiosa nómina de sus trabajos: libros, opúsculos, artículos, conferencias, reseñas biográficas y notas bibliográficas, sobrepasa los 400 títulos.
De los ya mencionados títulos, un centenar y medio revisten el carácter de históricos y son referentes a la época indiana, conquista y exploración del territorio, período nacional, historia socio-cultural, en parte coetánea - enriquecida con crónicas y recuerdos personales -, a los que se suman 50 reseñas biográficas y sus trabajos de historia de las relaciones internacionales.
De acerado juicio crítico, fundado en la valoración rigurosa del documento, previa a su incorporación a la obra, indicaba la necesidad de separar la paja del trigo, reconociendo que el documento solía resultar una impronta del egoísmo, calculado para defender los derechos de la posteridad.
Se explayó en sus artículos sobre la sociabilidad porteña y nacional del siglo XIX, en particular, las tradiciones sociales, que consideraba el fuego sagrado de unión con los orígenes. Son destacables entre éstos "Los Porteños" y "Los Provincianos" y la "Semblanza del Ingeniero Carlos Pellegrini", a cuyas obras pictóricas consideró testimonios reveladores de las inclinaciones morales y sociales del universo retratado. En sus retratos de las damas porteñas Zeballos descubrió 36 estilos diferentes de peinados, observando que esa extraordinaria variedad, en un medio social reducido, agregada a los trajes y alhajas, documentaban la personalidad estética de la urbe.
De sus reseñas biográficas son destacables las de Río Branco, Mitre, Roca, Sarmiento, Güemes y Emilio Mitre, su gran amigo de la infancia.
En sus trabajos históricos abundan juicios de un claro sentido nacionalista, como el de estas líneas: “Grande y noble es condenar la tiranía - y por cierto, nunca tendré una palabra para justificar a Rosas; pero también es grande y noble admirar el heroísmo de esos hombres de Estado que entre la miseria, sin ejército, sin armas y sin dinero, hicieron imponer respeto a la bandera que hoy no es suficientemente respetada.”
Expuso sus puntos de vista sobre el problema indígena, en las obras quizás más conocidas de su bibliografía, publicadas en la década de 1880, precedidas por "La conquista de 15.000 leguas" aparecida en 1878: Viaje al país de los araucanos,1881; Callvucurá y la dinastía de los Piedra, 1884; Painé y la dinastía de los Zorros, 1886; Relmú, Reina de los Pinares, 1888 Las tres últimas son crónicas noveladas.
Para abordar este problema secular de nuestra historia, por el que se sintió sensibilizado desde la edad temprana, se valió del ensayo - abarcador de la tradición, la historia y la geografía - de la novela y el cuento, en un intento de transferirlo a todos los sectores culturales. Estas obras constituyen una excelente fuente de información sobre los pueblos originarios (salvando algunos errores de detalle), que contienen minuciosas descripciones originales, parte de ellas basadas en observaciones personales, producto de sus exploraciones, que exceden el marco de una crónica, alcanzando algunos fragmentos el nivel de la excelencia estética.
En una perspectiva de conjunto, las obras de esta temática abordan el pensamiento de Zeballos acerca del encuentro de dos civilizaciones, mediante un relato realista, de enfoque sociológico dominante, ligado a la concepción integralista de la nacionalidad, que sustentó.
Entre sus numerosos trabajos inéditos se conservan los manuscritos de la que debía ser su obra magna, una "Historia de la Guerra del Paraguay", sobre la que se documentó personalmente con el Gral Mitre, todos los domingos por la tarde, durante años.
Al final de su vida trabajó en la soledad en la que el entorno familiar le dejó. A los 69 años, deteriorada su salud, se exigió el último esfuerzo de trasladarse a los Estados Unidos, invitado por el Institut of Politics de la Universidad de Harvard a participar en su ciclo “Conferencias de Williamstown”. Dictadas en lengua inglesa fueron publicadas póstumamente en 1927.El 4 de octubre de 1923, año de su viaje, su deceso fue anunciado por los grandes diarios del país.
El patriotismo de Estanislao Zeballos se subraya recurrentemente en todos los estudios sobre su figura, como emergente nítido de su legado. No fue el suyo un patriotismo declamatorio, sino el eje de su existencia, el valor primero en potencia y en acto, de subordinación del interés privado al servicio del colectivo, manifiesto en los numerosos roles ejercidos durante el medio siglo de su vida pública. En su curso se sucedieron triunfos y derrotas, aciertos y errores, elogios y vituperios de amigos y adversarios, pero ni aún éstos pusieron en tela de juicio ese patriotismo militante hasta la abnegación. En sus honras fúnebres abundan juicios de este tenor: “Amó a su patria como nadie la amara más; todos sus talentos, todas sus patrióticas agresiones, todas las sinceridades de su alma, todos los esfuerzos de sus indomables energías, todas las pasiones de su corazón, fueron de ella y para ella. No le escatimó ningún servicio, ni ningún sacrificio; no le esquivó ninguna responsabilidad; se jugó por entero, sin vacilaciones ni cobardías.”Hacia 1905 Zeballos expresó su preocupación por la soberanía Argentina sobre las islas del canal de Beagle y publicó un artículo titulado: “El incidente de límites con Chile sobre las islas Nueva y Picton”. Murió en Liverpool, Inglaterra, el 4 de octubre de 1923.
Sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta.
Bibliografía
La Nationalité, 5 vols. Obra de legislación comparada y derecho privado.
Enlaces externos
- Perfil de Estanislao Zeballos escrito y publicado en 1886, en el periódico "El Nacional" de Buenos Aires.
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