Las guerras austro-turcas hacen referencia a los conflictos militares que enfrentaron al Imperio Otomano y a los Habsburgo de Austria y España. La guerra estuvo caracterizada por las campañas terrestres en Hungría. Inicialmente la conquista otomana de la Europa oriental fue todo un éxito con la decisiva victoria de Mohács que redujo al Reino de Hungría a un estado de vasallaje y de tributario del Imperio Otomano. Más tarde, la Paz de Westfalia y la Guerra de Sucesión Española, respectivamente en los siglos XVII y XVIII, dejaron a Austria como el único territorio bajo el férreo control de los Habsburgo. Desde entonces, sin embargo, los progresos europeos en el sector de la artillería y las superiores tácticas militares europeas superaron literalmente la capacidad bélica y los recursos del Imperio Otomano y de sus cuerpo de élite, los conocidos jenízaros, asegurando así el dominio habsbúrguico sobre el frente terrestre. La guerra llegó a su término cuando Austria y el Imperio Otomano firmaron una alianza con el Imperio Alemán antes de la Primera Guerra Mundial. Tras aquella guerra ambos imperios se extinguieron.

Contenido 1 Orígenes 2 La avanzada austríaca 3 El asedio de Viena 4 La pequeña guerra 5 Guerra en el Mediterráneo 5.1 1480-1520 5.2 Sitio de Malta 5.3 Chipre y Lepanto

Orígenes

Los orígenes de la guerra son poco claros pero el hecho es que, si bien los Habsburgo fueron ocasionalmente reyes de Hungría y desde el siglo XV emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, las guerras entre húngaros y otomanos hacen referencia también a otras dinastías. Naturalmente las guerras otomanas en Europa oriental atrajeron la ayuda de Occidente, que veía la avanzada del potente estado islámico como una amenaza para la Cristiandad. Las cruzadas de Nicópolis y de Varna representaron las tentativas más determinantes para frenar la avanzada turca en Europa central y los Balcanes.

Por un período los otomanos intentaron plegar la resistencia en los Balcanes, como la de Vlad III. Sin embargo, la derrota de éstos y de otros estados vasallos rebelaron el camino de la evasión otomana en Europa central. El Reino de Hungría en este punto había llegado a hacer frontera con el Imperio Otomano y sus estados vasallos.

Tras la Batalla de Mohács, el rey Luis II de Hungría y I de Bohemia moría y su viuda, María de Austria, huyó para refugiarse junto a su hermano, el archiduque Fernando de Austria. Las reivindicaciones al trono de Hungría hechas por Fernando vinieron posteriormente reforzada por el hecho de haberse casado con Ana, hermana del rey Luis II, único miembro de la familia real del ya desparecido reino. Como consecuencia Fernando fue elegido rey de Bohemia en la Dieta de Bratislava. En Hungría fue elegido rey por una Dieta rival en diciembre del 1526, frente al otro rey coronado, Juan Zapolya, permaneciendo Hungría así dividida entre Fernando, Zapolya, y el Imperio Otomano.

La avanzada austríaca

En 1527 Fernando atacó Hungría, un estado duramente debilitado por los conflictos civiles, con la intención de expulsar a Juan Zapolya y reforzar así su autoridad. Juan no consiguió evitar la candidatura de Fernando que conquistó Buda y otros asentamientos clave a los largo de la costa del Danubio. No obstante todo lo acaecido, el sultán otomano fue lento en reaccionar y solo acudió en su ayuda cuando, el 10 de mayo de 1529, envió un ejército imponente que contaba con más de 100.000 hombres.

El asedio de Viena

El sultán otomano Solimán el Magnífico arrebató fácilmente a Fernando gran parte de las conquistas que éste había realizado en los dos años precedentes y, con la contrariedad de Fernando, solo la fortaleza de Bratislava resistió. Considerando la grandeza del ejército de Solimán y la devastación desatada sobre Hungría pocos años antes, no debe sorprender la falta de voluntad para resistir ante los ataques de uno de los más potentes estados del momento de muchos de los asentamientos que hasta hace poco habían estado bajo el dominio de los Habsburgo.

El sultán llegó a Viena el 27 de septiembre de 1529. El ejército de Fernando contaba con cerca de 16.000 soldados, siendo así superado en una proporción de cerca de 7 a 1, mientras que las murallas de Viena (con un espesor de casi 2 metros en algunas zonas) fueron una invitación para los cañones otomanos. A pesar de todo esto, Fernando defendió Viena con gran vigor. El 12 de octubre, después de haber minado y contraminado, se reunió un consejo de guerra otomano, y el 14 de octubre los otomanos decidieron abandonar el asedio. La retirada del ejército otomano fue estorbada por la fiera resistencia de Bratislava que, todavía una vez más, bombardeó a los otomanos. Las primeras nevadas dificultaron aún más las cosas a los otomanos e hicieron que tuvieran que pasar tres años antes de que Solimán pudiera comenzar una nueva campaña en Hungría.

La pequeña guerra

Después de la derrota de Viena, el sultán otomano tuvo que desviar su atención hacia otra parte de sus inmensos dominios. Aventajándose de esta ausencia, el archiduque Fernando lanzó una ofensiva en 1530, durante la cual se reconquistó la ciudad de Esztergom además de otras fortalezas. El asaldo a Buda fue solo obstaculizado por la presencia de los soldados otomanos.

Como ocurrió en la precedente ofensiva austríaca, el retorno de los otomanos forzó nuevamente a los Habsburgo de Austria a retornar a una posición defensiva. En 1532 Solimán envió un enorme ejército para capturar Viena. Sin embargo, el ejército tomó un trayecto distinto hacia Kőszeg. Después de una heroica defensa por parte de una fuerza austríaca compuesta por solo 700 soldados, los defensores aceptaron una rendición honrrosa de la fortaleza a cambio de su salvación. Después de este ataque, el sultán se retiró contento de su éxito y reconociendo las limitadas conquistas austríacas en Hungría, mientras que al mismo tiempo forzó a Fernando a reconocer a Juan Zapolya como rey de Hungría.

Mientras la paz entre los austríacos y los otomanos duró nueve años, Juan Zapolya y Fernando encontraron conveniente seguir luchando a los largo de sus respectivas fronteras. En 1537 Fernando rompió el tratado de paz enviando a sus generales más hábiles al desastroso asedio de Osijek que finalmente resultó un triunfo para los otomanos.

En 1540 la muerte de Juan Zapolya llevó a Austria a avanzar nuevamente hacia Buda. Pero de nueva el ejército austríaco fue aniquilado por Solimán: el más anciano general austríaco, Rogendorf, demostró su incompetencia. Solimán masacró a las restantes tropas austríacas y procedió a aniquilar de facto a Hunría. En 1551, cuando fue impuesto un tratado de paz, la Hungría habsbúrguica había sido reducida a una tierra de frontera. Sin embargo, en Eger los austríacos obtuvieron una sorprendente victoria, en parte gracias a los esfuerzos de los civiles presentes.

La pequeña guerra vio oportunidades desperdiciadas por ambos lados; las tentetivas de los austríacos de incrementar su influencia en Hungría fueron fallidas al igual que los intentos otomanos de asaltar Viena. No obstante, no había esperanzas para un status quo ya que el Imperio Otomano era un adversario demasiado poderoso y peligroso. En los siguientes 100 años, los austríacos debieron permanecer a la defensiva. Costosas batallas como aquellas de Buda y Osijek fueron evitadas. En cualquier caso los intereses de los Habsburgo se dividieron entre la lucha contra el avance islámico en Europa, los intentos de evitar la progresiva descentralización de la autoridad imperial en Alemania y las ambiciones de España en el Norte de África, en los Países Bajos y en su lucha contra Francia. Los otomanos por su parte no pudieron expandir su poder tal y como lo habían hecho en tiempos pasados.

Guerra en el Mediterráneo

1480-1520

El Imperio Otomano había comenzado rápidamente a desplazar a sus oponentes cristianos en el mar. En el siglo XIV los otomanos tenían tan solo una pequeña armada. En el siglo XV cientos de navíos tomaron parte en la conquista de Constantinopla y comenzaron a desafiar el poder naval de las Repúblicas de Venecia y de Génova. En 1480, los otomanos inentaron sin éxito sitiar la isla de Rodas, rocafuerte de los Caballeros de San Juan. Cuando los otomanos volvieron en 1522 éstos consiguieron finalmente tras un asedio de 6 meses conquistar la isla con lo que ls cristianos perdieron una importante base naval.

Sitio de Malta

A pesar de esto, Chipre permaneció en poder de los venecianos. Cuando los caballeros de San Juan fueron trasladados a Malta los otomanos observaron como su victoria en Rodas tan solo había desplazado el problema. Los barcos otomanos realizaron diversos ataques contra los caballeros, mientras que éstos detenían el avance turco en el este. A pesar de ello, los otomanos asediaron muchas zonas del sur de Europa e Italia, gracias a su alianza con Francia que se encontraba en guerra con los Habsburgo (veánse Guerras italianas (1494-1559)). La situación se volvió insostenible en 1565 cuando Solimán el Magnífico (vencedor en Rodas) decidió eliminar la base de los caballeros de San Juan en Malta. La presencia de la flota otomana tan cercana al papado alarmó a los españoles, quienes comenzaron a reunir primero una pequeña fuerza expedicionaria (que llegó a tiempo para el sitio) y finalmente una gran flota para socorrer la isla. La ultra-moderna fortaleza estrellada de Sant'Elmo fue tomada tan solo con una gran cantidad de muertos, pero la toma del resto de la isla fue demasiado. A pesar de ello, la piratería berberisca continuó y la victoria de Malta no tuvo efecto sobre la presión militar otomana en el Mediterráneo.

Chipre y Lepanto

La muerte de Solimán el Magnífico en 1566 trajo la subida al poder de Selim II. Conocido como Selim el Borracho envió una gran expedición para conquistar Chipre a los venecianos. La otra opción militar llevada a cabo por Selim fue la de asistir la rebelión de los moriscos españoles.

Tras la conquista de Chipre en 1570, los venecianos pidieron ayuda a las potencias cristianas, pero tan sólo el papa Pío V respondió. El Papa consiguió convencer al rey de España para crear una Liga Santa que formó una armada para enfrentarse a los turcos. La Liga Santa derrotó a los otomanos en la famosa Batalla de Lepanto.