- Isabel de Wittelsbach-Wittelsbach
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Isabel de Wittelsbach-Wittelsbach
Isabel de Wittelsbach-Wittelsbach Emperatriz Consorte de Austria, Reina Consorte de Hungría, Bohemia, Croacia y Eslavonia, Dalmacia, Galicia y Lodomeria, e Iliria
La emperatriz Isabel, "Sissi", por Francisco Javier Winterhalter, (1865), con una creación del famoso modisto Worth
24 de abril de 1854 - 10 de septiembre de 1898 Predecesor Ana María de Cerdeña Sucesor Zita de Borbón-Parma Otros títulos
Reina Consorte de Hungría y Bohemia24 de abril de 1854 - 10 de septiembre de 1898 Predecesor Ana María de Cerdeña Sucesor Zita de Borbón-Parma
24 de abril de 1854 - 12 de octubre de 1866 Predecesor Ana María de Cerdeña Sucesor Zita de Borbón-Parma
24 de abril de 1854 - 10 de septiembre de 1898 Predecesor Ana María de Cerdeña Sucesor Zita de Borbón-Parma Nacimiento 24 de diciembre de 1837
MúnichFallecimiento 10 de septiembre de 1898 (61 años)
GinebraEntierro Cripta Imperial de Viena (Kaisergruft) Consorte Francisco José I Descendencia Sofía Federica de Austria
Gisela de Austria
Rodolfo de Habsburgo
María Valeria de AustriaCasa Real Casa de Wittelsbach Himno real Gott erhalte, Gott beschütze Padre Maximiliano de Baviera Madre Ludovica Isabel de Wittelsbach (Múnich, 24 de diciembre de 1837 – Ginebra, 10 de septiembre de 1898). Más conocida por el diminutivo Sissi (nacida Elisabetta Amalia Eugenia von Wittelsbach, Duquesa de Baviera), fue emperatriz de Austria (1854-1898) y reina de Hungría (1867-1898). Su padre, el duque Maximiliano de Baviera perteneció a una dinastía de rama secundaria de los duques de Baviera; su madre, Ludovica, era hija del rey Maximiliano I de Baviera y hermana de Sofía de Baviera, madre del emperador Francisco José I, y por tanto su futura suegra.
Contenido
Su vida
Nació en Munich, Baviera. Con 16 años Isabel acompañó a su madre y a su hermana mayor, Elena de Baviera (Nené) en un viaje a la residencia de verano de Ischl, donde se esperaba que su primo carnal, el Emperador de Austria, Francisco José I de Habsburgo-Lorena, de 23 años, se fijase en la mayor de las hermanas, pero en su lugar, se sintió atraído por la menor de ellas, por lo que eligió a Elisabeth. Por lo tanto, el 24 de abril de 1854, se casó con el Emperador de Austria, y por este matrimonio se convirtió en Emperatriz de Austria y desde 1867 en Reina de Hungría.
Isabel tenía dificultades para adaptarse a la estricta etiqueta que se practicaba en la corte de Habsburgo, no obstante, le dio al emperador tres hijos en rápida sucesión: la archiduquesa Sofía Federica de Austria, que murió a los dos años de edad, la archiduquesa Gisela de Austria (1856-1932), el esperado sucesor al trono, el archiduque Rodolfo (1858-1889), y la archiduquesa María Valeria de Austria (1868-1924). Se le negó a Elisabeth la crianza de sus hijos, que estuvo a cargo de su suegra, la archiduquesa Sofía de Baviera, y después del nacimiento de Rodolfo el matrimonio comenzó a deteriorarse. Sólo se le permitió criar a su última hija, María Valeria, a la que ella llamaba cariñosamente "mi hija húngara", dado el gran aprecio que le tenía a ese país.
Dotada de gran belleza, se caracterizó por ser una persona rebelde, culta y avanzada para su época: fumaba, hablaba varios idiomas, practicaba la equitación, escribía poesía, cuidaba su figura, le gustaba viajar y detestaba el protocolo de la corte imperial de Viena, de la que permaneció alejada, debido en parte a los continuos enfrentamientos con su suegra, la archiduquesa Sofía, y más tarde por la muerte de su primogénita Sofía, lo que le llevó a una depresión, y el suicidio del príncipe heredero, Rodolfo, y su amante una baronesa de la nobleza húngara de nombre María Vetsera.
También toleró, hasta cierto punto, el romance de su marido, el Emperador, con la actriz Katharina Schratt ya que Sissi detestaba la vida de corte, aversión que se convirtió con el tiempo en auténtica fobia y también la vida conyugal. Esta fobia le provocaba en sus breves estancias en Viena transtornos psicosomáticos como cefaleas, náuseas y depresión nerviosa. La emperatriz se mantuvo siempre que pudo alejada de Viena y de la vida pública. Fue una emperatriz ausente de su Imperio, aunque no por ello menos querida por el pueblo o menos pendiente de los asuntos de Estado. De hecho fue la emperatriz una de las impulsoras de la coronación de Francisco José como rey de Hungría.
Fue una mujer muy culta. Tenía un carácter obsesivo, en especial por su cabello, que era de color rubio obscuro y se lo tiñó de castaño para resaltar sus adornos de flores. Estudió griego, para disfrutar de los clásicos, con tal afán que llegó a dominarlo. Estudiaba durante horas y contrató a un lector llamado Cristomanos que durante años le leyó obras clásicas en esta lengua y con el que sostenía charlas en griego, para practicar. Profundamente identificada con la causa húngara, Sissi aprendió con ahínco el húngaro hasta dominarlo por completo. Dominaba también el inglés y el francés, circunstancia que aprovechó para leer obras en estas lenguas directamente. Amaba la obra de Shakespeare y también la de Hegel.
En 1889, la vida de Elisabeth quedó hecha trizas por la muerte de su único hijo, y por tanto, del único heredero al trono, el príncipe Rodolfo, de 30 años, y su joven amante, la Baronesa María Vetsera fueron hallados muertos, aparentemente por suicidio. El escándalo se conoce con el nombre de Mayerling, por el nombre del refugio de caza del príncipe donde tuvo lugar la tragedia.
Después de la muerte de Rodolfo, la Emperatriz siguió siendo un icono dondequiera que fuera: un largo vestido negro con botones en la parte superior, una sombrilla blanca hecha de cuero y un abanico marrón que escondía su rostro de miradas curiosas. Sólo unas pocas fotografías se conservan, de fotógrafos con suerte que lograron congelarla en una imagen sin que ella lo advirtiera. La emperatriz, que siempre había estado en extremo preocupada por su belleza y su figura, a partir de la treintena dejó cada vez menos que la retrataran y mucho menos que le hicieran fotos, ocultando su rostro tras sombreros, abanicos y sombrillas, para que nadie la captara en su madurez. Con el tiempo, se hizo extraño que la emperatriz visitase a su marido el emperador en Viena; pero curiosamente, su correspondencia aumentó de frecuencia durante los últimos años y la relación entre los esposos se había convertido en platónica y cariñosa.
En su vapor imperial, llamado Miramar, la emperatriz recorrió el Mar Mediterráneo, siendo uno de sus lugares favoritos Cap Martin, en la Rivera Francesa, donde el turismo se había hecho constante a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Pasaría algunas temporadas de verano en el Lago de Ginebra en Suiza, Ischl en Austria, y en Corfú, donde se construyó un palacio, el "Aquilleón", en honor a Aquiles, uno de sus héroes griegos preferidos. Además, visitó otros países como Portugal, España, Marruecos, Argelia, Malta y Grecia, Turquía y Egipto, ya que los viajes se habían vuelto en algo común en su vida, aunque también en un escape de ella misma.Fue una señora a la que le gustó apoyar a los más necesitados, así fue como visitó la casa hogar de las Hermanas Doroteas hijas de los Sagrados Corazones que se ubica en Italia. Ahí se encuentra un monumento de piedra que recuerda su estancia.
El mito
Es dudoso su papel político, aunque dicen que ejerció influencia sobre el emperador para lograr el compromiso de 1867 por el que se creaba la monarquía dual austrohúngara. Al ser coronada reina de Hungría, el 8 de junio de 1867 en Cfen, recibió como obsequio el palacio Gödölö. Esto, junto con sus continuos viajes a Hungría acrecentó el rumor de una relación sentimental con el Conde Gyula Andrássy. La causa de sus viajes continuos a Hungría era la profunda simpatía e identificación con la cultura y la causa húngaras.
Entre sus destinos en el extranjero cabe destacar Baviera, Grecia e Irlanda. También visitó ciudades españolas como Palma de Mallorca, Alicante y Elche, donde bautizó una palmera de siete brazos. Estuvo también en Madeira recuperándose de una supuesta tuberculosis. Sissi padeció trastornos de tipo nervioso como anorexia, depresión, crisis de ansiedad y fobia a la vida pública.
Con el enfermizo objetivo de mantener su peso en 50 kilos y su cintura de tan sólo 47 centímetros, con una altura de 1,72 metros, la Emperatriz inventó sus propias dietas para adelgazar consistentes en jugo de carne y algo de fruta, y en largas caminatas diarias de más de 10 km que agotaban a todas sus damas de compañía, que tenían que ser relevadas al poco tiempo. Como en aquella época los especialistas de nutrición no existían, nadie podía informarle a Isabel que su estado correspondía con el de una enferma bulmaréxica, mezcla de las dos enfermedades nutricionales más extendidas del Occidente actual (bulimia y anorexia). Sus comportamientos obsesivos no hacían efecto sólo en sus hábitos alimenticios, sino también en las ocupaciones diarias, ya que tenía la necesidad de siempre estar en movimiento, de no sentarse, de caminar por largas horas y de montar otras muchas a caballo. El desencadenante principal de esta obsesión para mantenerse bella y delgada empezó por sus primeros tres embarazos de rápida sucesión. Además, la emperatriz no deseaba mantener relaciones con su marido.
Los alimentos principales de la Emperatriz eran carne de ternera, pollo, venado y perdiz; carne fría, sangre de buey cruda, tartas, helado y leche, prescindiendo de verduras y frutas, a excepción de naranjas. Sin embargo, era muy extraño que demostrara su apetito delante de cualquier persona. Los únicos que habían tenido la oportunidad de ver a la Emperatriz sentada ante una mesa fueron sus hermanos, algún otro miembro de la familia de Baviera, su hija menor, a quien consideraba como única hija, y su profesor de equitación, Middleton.
Dicen que cuando Sissi se comprometió con el Emperador, la madre de éste, la Archiduquesa Sofía de Baviera descubrió con horror que tenía dientes amarillos y eso fue el motivo de la primera crítica de la suegra hacia la futura esposa de Francisco José. Con el tiempo la Emperatriz perdió progresivamente los dientes debido a su mal cuidado y falta de aseo. Por esa razón, evitó sonreír a boca abierta frente a la corte y al público en general por esa falta de dientes que la acomplejó durante sus últimos años.
Como parte de la familia Wittelsbach, la equitación fue una de sus grandes pasiones, que compartía con los Habsburgo, la familia de su esposo, mientras que los Borbones eran aficionados por el arte. La necesidad de aire libre la heredó de su padre el duque Maximiliano, que inculcó a sus nueve hijos el amor por el campo y los animales.
Su afán como amazona no sólo tenía que ver con el arte de montar, que realizaba de lado, sino también a su vestimenta. Una vez sentada en el caballo, ordenaba coser su traje de falda larga para que tuviera una caída perfecta. La Emperatriz convirtió la gimnasia en una actividad diaria que alargaba de manera compulsiva varias horas, algo que no era común para una dama de su época. En todos los palacios en los que se asentó mandó colocar espalderas, anillas y escaleras. Estas obsesiones hicieron que su vanidad se acrecentara a lo largo de los años y ni siquiera las noches le otorgaban un buen sueño. Por su parte, las actividades corporales y su estricta dieta aumentaron su carácter ya de por sí neurasténico, algo que afectó su salud gravemente. Isabel sufrió reuma, neuritis y otras enfermendades a causa de su ayuno flagelante.
Desde los 44 años sufrió casi todo el tiempo dolores de ciática y en las piernas, acumulación de líquidos. No le ayudaron sus visitas a los balnearios que frecuentaba, aunque el médico Georg Metzger, probablemente ayudado por la psiquiatría, logró cambiar sus manías nutritivas.
Murió a los 61 años el 10 de septiembre de 1898 en Ginebra, asesinada por el anarquista italiano Luigi Lucheni, que en realidad estaba planeando un atentado contra el pretendiente al trono francés Henri de Orléans. Fue asesinada con un punzón que le clavó su asesino fingiendo un tropezón por el que empujó a la emperatriz. Al principio esta no fue consciente de que la habían herido, sólo pensaba que aquel extraño hombre pretendía robarles a ella y a su dama de compañía. Al subir al barco que las estaba esperando comenzó a sentirse mal y a marearse, por lo que su dama de compañía le desabrochó el corsé, siendo entonces conscientes de la fatal herida por la que ya no pudo hacerse nada, costándole la vida. Uno de los más famosos valses de Johann Strauss lleva el nombre de "Sissi Emperatriz" pues fue estrenado en un cumpleaños de la soberana y ha pasado a la posteridad como una gran obra musical decimonónica.
En películas y televisión
Personaje histórico que ha pasado al cine a través de películas austro-alemanas de los años 50 como Sissí, Sissí Emperatriz y El destino de Sissí, todas ellas protagonizadas por la bella actriz vienesa Romy Schneider, así como Ludwig II, de 1972, aunque ya en 1932 la realizadora alemana Lotte Reiniger hizo un corto sobre la emperatriz. También fue interpretada por Ava Gardner en Mayerling (1968). La escritora española Ángeles Caso ha escrito varios libros sobre la emperatriz desmitificando la imagen que de ella se dio en el cine y existen numerosas publicaciones sobre su vida en numerosos idiomas. En 1998, con motivo del centenario de su muerte, se estrenó en Viena el musical Elizabeth. En la serie "Comisario Rex", de Austria, hubo un episodio titulado "Sissi", sobre una asesina que pretendía mimetizarse con ella. Su imagen es actualmente un icono turístico de Austria; así en el palacio Hofburg de Viena, que ella tanto detestaba, hay actualmente un museo en su honor.
Año Película Actriz 1955 Sissi Romy Schneider 1956 Sissi Emperatriz Romy Schneider 1957 El destino de Sissi Romy Schneider 1968 Mayerling Ava Gardner 1972 Ludwig II Romy Schneider 1991 Sissi, el beso del emperador Vanessa Wagner 1997 La princesa Sissi[1] Dibujos animados 2004 Sissi, l'impreratrice rebelle Arielle Dombasle 2008 El reino de los chiflados Dibujos animados Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Isabel de Wittelsbach-Wittelsbach.Commons
- Sissi, la emperatriz incomprendida (Anabel Sáiz Ripoll)
- Sissi, del mito a la historia (Matteo Tuveri) Eco delle Dolomiti, Pinzolo, 2007, ISSN 1970-3104
- Película infantil sobre Sissi emperatriz y el emperador Franz
- Matteo Tuveri, Sissi becomes Lissy, L'Unione Sarda, 6 gennaio 2009, p. 40, Cagliari.
- Web Site del biógrafo italiano de la emperatriz Elisabeth
Notas
- ↑ Es una serie de 7 películas infantiles protagonizadas todas ellas por Sissi: "Sissi se sale con la suya", "Una sorpresa imperial", "La terrible Helena", "Corriendo riesgos", "La venganza de Arkas", "Los padres se oponen" y "El baile de compromiso"
Predecesor:
Ana María de CerdeñaEmperatriz Consorte de Austria
1854 - 1898Sucesor:
Zita de Borbón-ParmaPredecesor:
Ana María de CerdeñaReina Consorte de Hungría
1867 - 1898Sucesor:
Zita de Borbón-ParmaCategorías: Nacidos en 1837 | Fallecidos en 1898 | Casa de Wittelsbach | Casa de Austria | Imperio Austrohúngaro | Asesinatos en Suiza | Políticos asesinados
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