- José Rivera Indarte
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José Rivera Indarte (Córdoba (Argentina), 1814 – Santa Catarina (Brasil), 1845), poeta, periodista argentino, destacado opositor al gobierno de Juan Manuel de Rosas.
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Un partidario de Rosas
Estudió en Buenos Aires, y desde muy joven mostró afición por la poesía. Durante un tiempo residió en Montevideo, donde publicó un periódico llamado El Investigador. Fue expulsado por el presidente Fructuoso Rivera, a pedido del ministro — y futuro presidente — Manuel Oribe, y regresó a Buenos Aires.
Su primera obra maestra era una pequeña Oda a Rosas, que lo mostraba como un encarnizado perseguidor de unitarios. Era un pasquín pegado en esquinas de la ciudad, encabezado por una espiga de maíz — llamada mazorca — que representaba a Rosas, usando una analogía respecto al cabello rubio del gobernador y su color de tez encarnado. El cartel era una amenaza velada a los opositores, y la figura fue tomada como símbolo por los fanáticos rosistas de la Sociedad Popular Restauradora, que comenzaron a usar orgullosos el nombre de La Mazorca.
En la oposición
En 1837, se unió a los jóvenes literatos de la Asociación de Mayo, por lo que pronto fue investigado por la misma Sociedad Popular Restauradora a la que antes alabara como posible aliado de los enemigos franceses. Por otro lado, fue procesado por estafa y falsificación de documentos. Por esa razón huyó a Europa en 1839, después del descubrimiento de la conspiración de Maza. Visitó Londres y los Estados Unidos.
Regresó a Montevideo a fines de ese año. Allí se dedicó a atacar en la prensa al gobierno de Rosas, por medio de poesías y alegatos. Acompañó a Florencio Varela a convencer al general Juan Lavalle de unirse a los franceses que estaban atacando a su patria, para invadir Entre Ríos y Buenos Aires. El principal medio en que publicó fue el diario El Nacional, desde el cual acusó a Rosas de toda clase de crímenes e inmoralidades.
En 1841, el gobernador Rosas recibió un paquete a nombre de una sociedad de anticuarios, con una nota que decía que eran unas medallas. La caja no fue abierta por el gobernador sino por su hija Manuelita Rosas, que salvó su vida de milagro: contenía una máquina infernal, una corona de doce caños de pistola, cargados cada uno con una bala, y con un mecanismo que la debía hacer disparar automáticamente — en todas direcciones — al abrir la caja. Nunca se supo por qué no funcionó, porque se encontró perfectamente armada y lista para disparar; aún así no disparó ni un tiro. El principal sospechoso de haber organizado el atentado fue Rivera Indarte.
Tablas de sangre
Un diplomático francés le pidió que publicara un libro que incluyera una lista, lo más larga posible, de las víctimas de Rosas. Para ello ofreció pagarle un penique por cada muerto. El resultado fue su obra maestra, conocida como Tablas de Sangre. Para llegar a completar la lista que necesitaba recurrió a todos los muertos conocidos, tanto los asesinados por la Mazorca, como por orden directa de Rosas. Pero también incluyó personas fallecidas de muerte natural, individuos que habían muerto mucho antes de la llegada de Rosas al poder y hombres que muchos años más tarde aún vivían. Agregó también nombres imaginarios para gente inexistente, muertos identificados como NN de los que nadie supo cómo habían muerto, y también a Facundo Quiroga y sus acompañantes — amparándose en que su asesino había acusado a Rosas el día de su ejecución. También lo acusó de la muerte de Alejandro Heredia, Benito Villafañe y de otros personajes públicos en que no cabe duda que Rosas no tuvo responsabilidad alguna.
De esta curiosa manera, Rivera Indarte logró completar una lista de 480 muertos; por eso cobró dos libras, es decir, 480 peniques. Con la esperanza de cobrar algo más, lo acusó también de ser el responsable de la muerte de 22.560 muertos durante las guerras civiles desde 1829 en adelante. La cantidad que citó resulta ridícula por sí misma, ya que es improbable que hayan llegado a tomar las armas semejante cantidad de hombres en ese período. Por supuesto, para Rivera Indarte, todos habían muerto por culpa de Rosas; los muertos en combate y los muertos en campaña, de ambos bandos.
Esta lista fue utilizada durante décadas para acusar a Rosas de crímenes enormes. La lista resulta absurdamente agrandada, y no tuvo ningún rigor periodístico ni histórico: sin embargo, durante casi un siglo ésa fue una de las principales bases para acusar a Rosas.
Como corolario de la nómina, le agregó un ensayo: Es Acción Santa Matar a Rosas. Curiosamente, su principal acusación era por asesinato. Pero también lo acusaba de muchas otras inmoralidades: defraudación fiscal, malversación de fondos, insultar a su madre en el lecho de muerte, abandonar a su esposa en sus últimos días, tener amantes de las familias más respetables. Llegó a acusarlo de incesto con su hija Manuelita.
Como curiosidad, ignoraba el que fue tal vez el único acto inmoral — fuera de los crímenes políticos — de su vida: Rosas tenía en su casa una criada pobre, Eugenia Castro, a la que hizo su amante y que le dio varios hijos.
En sus últimos años escribió una colección de poemas llamado Melodías hebraicas, una especie de citas bíblicas mal enfocadas, con cierta pretensión poética, de estilo romántico.
El principal teatro de la ciudad argentina de Córdoba llamado actualmente Teatro del Libertador General San Martín inicialmente y por mucho tiempo llevó oficialmente el nombre de Teatro Rivera Indarte.
Enlaces externos
- Biografía de José Rivera Indarte, escrita por Juan María Gutiérrez y publicada en 1860.
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