- Alimentación por tercer carril
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Alimentación por tercer carril
La alimentación por tercer carril es un sistema de alimentación ferroviaria eléctrica que consiste en utilizar un conductor que es un perfil de acero laminado paralelo a la vía, colocado sobre apoyos aislados que reposan en las traviesas de la vía y en cuyos extremos se sujetan.
Existe un brazo sispuesto en el vehículo eléctrico que, por contacto, cierra el circuito al estar el tercer carril en tensión con respecto a los carriles por los que rueda el tren.
Este sistema de alimentación, muy desarrollado a principios de siglo, ha caído en desuso debido a sus graves inconvenientes. No obstante, sigue siendo todavía empleado en ciertos casos, como en los metros, ya que dichas inconveniencias pueden ser subsanadas en su caso particular.
Ventajas
El tercer carril es generalmente de acero dulce, y las ventajas de este sistema de alimentación con respecto al usual sistema de catenaria:
- Rigidez. Gracias a la rigidez, no experimenta deformaciones sensibles, ni por su propio peso, ni por el paso de los elementos de toma de corriente, al contrario de lo que sucede en la solución flexible de conductores aéreos, como la catenaria.
- Economía. La sección del tercer carril en acero equivale aproximadamente a 900 milímetros de cobre, lo que es el doble de la sección útil de una catenaria usual.
- Gálibo. Se reduce considerablemente respecto al necesario en el caso de empleo de catenaria.
Inconvenientes
- Riesgo de electrocución de personas y animales.
- Estorbo en las playas de vías en las estaciones. Si bien reduce el gálibo, aumenta considerablemente su ocupación espacial horizontal.
- Necesidad de interrumpirlo en los pasos a nivel y aparatos de vía. Esto, si bien se evita dotando al vehículo de varios brazos frotadores, no impide que existan lagunas de longitud superior a la distancia entre brazos, con lo que hay que recurrir a soluciones complicadas.
- No posibilidad de empleo en electrificación con corriente alterna. Además, en corriente continua es limitada la tensión de servicio. La poca altura a la que está del suelo, del orden de 30 centímetros, limita la tensión a valores entre los 500 y los 800 voltios, a pesar de que haya casos en los que se alcancen los 1.500 voltios, como sucede en el metro de Barcelona.
- Sensibilidad ante la nieve y el hielo.
Categoría: Transporte por ferrocarril
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