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Otros Presidentes de Bolivia Fronteras de Bolivia Se denomina Junta Tuitiva de los Derechos del Pueblo al gobierno resultante de la revolución acaecida en la ciudad de La Paz (actual Bolivia y entonces integrante del Virreinato del Río de la Plata) el 16 de julio de 1809.
Contenido
Antecedentes
El 25 de mayo de 1809 se había producido la Revolución de Chuquisaca, durante la cual fue depuesto el presidente de la Real Audiencia de Charcas, Ramón García de León y Pizarro, acusado de conspirar a favor de la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hermana de Fernando VII y reina regente de Portugal en el Brasil, quien pretendía asumir los títulos de su hermano en tierras americanas. Secretamente un grupo de líderes independentistas decidió aprovechar las circunstancias a favor de la independencia, para lo cual partieron desde Chuquisaca hacia varias ciudades en busca de propagar sus ideas. Con encargos de la Audiencia fue a La Paz Mariano Michel Mercado, quien durante el mes que permaneció en la ciudad se reunió con partidarios de la independencia.[1]
Eventos
Aprovechando que toda la atención estaba en la procesión de la patrona castrense la Virgen del Carmen y por ello se habían licenciado las tropas, los revolucionarios encabezados por Pedro Domingo Murillo apoyados por el Batallón de Milicias al mando de su segundo jefe, Juan Pedro de Indaburu, tomaron el cuartel de Veteranos, arrestaron a los oficiales y convocaron al pueblo a la plaza por medio de campanas y pidieron un cabildo abierto, solicitando que fueran separados de sus cargos el obispo de La Paz Remigio de la Santa y Ortega y el gobernador intendente interino Tadeo Dávila, éste intentó sofocar la revuelta y se dirigió hacia el cuartel en donde fue arrestado. El cabildo aceptó realizar esa noche un cabildo abierto admitiendo e incorporando como representantes del pueblo a Gregorio García Lanza, Sagárnaga y Juan Basilio Catácora. Tras la renuncia del gobernador y del obispo, la deposición de los alcaldes ordinarios y de los subdelegados partidarios, el cabildo secular de la ciudad dispuso que Murillo asumiera como comandante militar de la provincia con el grado de coronel, mientras que Juan Pedro de Indaburu quedó como su segundo, otorgándosele el grado de teniente coronel. Todas las deudas en favor del fisco fueron abolidas y los documentos que las avalaban fueron quemados.
El cabildo tomó el nombre de Junta Gobernadora, conformándose en una junta de gobierno consultiva de doce miembros, denominada Junta Tuitiva de los derechos del Rey y del Pueblo:
- Presidente de la Junta:
- coronel comandante Pedro Domingo Murillo
- Vocales:
- Melchor León de la Barra, cura de Caquiaviri
- José Antonio Medina, cura de Sicasica
- Juan Manuel Mercado, presbítero
- Antonio Ávila
- Gregorio García Lanza, auditor de guerra
- Juan Basilio Catácora
- Juan de la Cruz Monje y Ortega, asesor
- Secretarios:
- Sebastián Aparicio
- Juan Manuel Cáceres, escribano
Posteriormente fueron nombrados como vocales suplentes:
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- Sebastián Arrieta, tesorero de la Real Hacienda
- Antonio Ávila
- Francisco Diego Palacios
- José María Santos Rubio
- Buenaventura Bueno
Posteriormente se incorporaron los Diputados indígenas de los partidos:
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- Francisco Figueredo Incacollo y Catan (Francisco Katari Inca Kollo), representante del partido de Yungas
- Gregorio Rojas, representante del partido de Inquisivi
- José Zanco, representante del partido de Larecaja o Sorata
Al día siguiente fueron convocados los españoles europeos en la plaza, a quienes se les hizo prestar el juramento de:
(...) hacer perpetua alianza con los criollos, no intentar cosa alguna en su daño, y defender con ellos la religión y la patria.Proclama
El 22 de julio se aprobó el "Plan de Gobierno" de diez artículos que se convirtió en el primer estatuto constitucional de América Latina. Se enviaron diputados a cada uno de los seis partidos de la Intendencia de La Paz. Se formaron tres ministerios, llamados departamentos: Gobierno, Gracia y Justicia, Culto y Hacienda.
Proclama de la Junta Tuitiva:
Compatriotas: Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria; hemos visto con indiferencia por más de tres siglos sometida nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de un usurpador injusto que, degradándonos de la especie humana, nos ha mirado como a esclavos; hemos guardando un silencio bastante parecido a la estupidez que se nos atribuye por el inculto español, sufriendo con tranquilidad que el mérito de los americanos haya sido siempre un presagio de humillación y ruina. Ya es tiempo, pues, de sacudir yugo tan funesto a nuestra felicidad, como favorable al orgullo nacional español. Ya es tiempo, en fin de levantar el estandarte de la libertad en estas desgraciadas colonias, adquiridas sin el menor título y conservadas con la mayor injusticia y tiranía. Valerosos habitantes de La Paz y de todo el Imperio del Perú, revelad vuestros proyectos para la ejecución; aprovechaos de las circunstancias en que estamos; no miréis con desdén la felicidad de nuestro suelo, ni perdáis jamás de vista la unión que debe reinar en todos, para ser en adelante tan felices como desgraciados hasta el presente. En la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, a los 27 días del mes de julio de 1809.[2]La Junta envió un oficio al gobernador de Potosí explicando su accionar:
Si este Pueblo reunido con todas sus jerarquías que lo forman pidió a voces la deposición de sus autoridades, fue porque le eran sospechosas y caminaban de acuerdo con otros jefes de este Reino para realizar sus miras infames y ambiciosas.Reacción realista
Mientras tanto, el intendente de Potosí, Francisco de Paula Sanz desconoció a la Audiencia de Charcas y a la Junta Tuitiva de La Paz, procedió a separar a los oficiales americanos del Batallón de Cívicos e hizo arrestar a varios simpatizantes de la Audiencia, entre ellos a los jefes del Batallón de Azogueros. Pidió ayuda al virrey del Perú José Fernando de Abascal y Sousa. El presidente interino de la Real Audiencia del Cuzco, brigadier José Manuel de Goyeneche, por instrucción del virrey Abascal, ofreció al virrey del Río de la Plata Baltasar Hidalgo de Cisneros sus fuerzas militares para actuar sobre los sublevados de La Paz y de Charcas. Cisneros aceptó el 21 de septiembre pidiendo que se coordinara con el general Vicente Nieto quien había sido nombrado presidente de la Audiencia de Charcas.
Abascal envió al gobernador de Huarochiri coronel Juan Ramírez Orozco a tomar el mando de las tropas en la frontera de la Intendencia de Puno y la de La Paz. Estableciéndose el campamento en el pueblo Zepita, a donde envió una compañía del Regimiento veterano Real de Lima y milicias de Arequipa, Cuzco y Puno. La vanguardia al mando del coronel Piérola desalojó a los revolucionarios del puente sobre el río Desaguadero, límite entre los virreinatos.
El 20 de septiembre Goyeneche se puso en marcha hacia el Campamento de Zepita, mientras que el gobernador intendente de Potosí Paula Sanz movilizaba sus tropas hacia Chuquisaca y Cisneros enviaba un contingente desde Buenos Aires de casi un millar de soldados al mando del nuevo presidente de la Audiencia de Charcas general Vicente Nieto y del subinspector general Bernardo Lecocq.
Las tropas partieron de Buenos Aires el 4 de octubre de 1809, incorporando algunos soldados en Salta. Participaban soldados veteranos de Dragones, del Regimiento Fijo de Infantería y del Real Cuerpo de Artillería, una compañía de marina y tropas milicianas de Patricios, Arribeños, Andaluces, Montañeses y Artilleros de la Unión.
Enfrentamientos
La Junta Tuitiva organizó la defensa de La Paz y envió a Victoriano Lanza a Chuquisaca para pedir auxilios mientras intentaba propagar la insurrección en otras ciudades. El material militar existente en la ciudad sólo era de 800 fusiles y 11 piezas de artillería. Goyeneche recibía secretamente bagajes del subdelegado de Larecaja Francisco Mutari, quien le servía de contacto con sus partidarios en La Paz. El 25 de septiembre fue abortada una contrarrevolución realista encabezada por Francisco San-cristóbal, quien fue arrestado. El 30 de septiembre fue disuelta la Junta Tuitiva, asumiendo Murillo el mando político y militar, disolviéndose también el escuadrón de Húsares. El 12 de octubre fue sofocado un nuevo intento contrarrevolucionario realista.
El 13 de octubre Goyeneche abandonó el Campamento de Zepita rumbo a La Paz, mientras el 15 de octubre Murillo trasladó las tropas y la artillería a Chacaltaya, excepto una compañía que permaneció custodiando la ciudad. De esa compañía se apoderó Juan Pedro de Indaburu el 18 de octubre, pasándose a los realistas, capturando a varios revolucionarios y haciendo ahorcar al día siguiente a Pedro Rodríguez. Murillo entró con las tropas en la ciudad, siendo herido Indaburu y ejecutado por Antonio de Castro, mientras las tropas saqueaban La Paz, retirándose ese mismo día hacia Chacaltaya.
El 25 de octubre Goyeneche atacó con artillería Chacaltaya, por lo que los revolucionarios huyeron hacia el Partido de las Yungas abandonando la artillería, 200 fusiles y posibilitando la entrada de Goyeneche en la ciudad ese mismo día. Desde allí envió al coronel Domingo Tristán con una división de 100 hombres hacia las Yungas, en donde entre octubre y noviembre de 1809 derrotó a Victorio García Lanza en los combates de Irupana y Chicaloma. Luego de este último fueron ejecutados Lanza y Antonio de Castro poniendo sus cabezas en picas. Mientras Murillo fue apresado en los primeros días de diciembre en Zongo. Luego también apresaron a muchos otros revolucionarios.[3]
Represión
Tras dominar la insurrección, Goyeneche ordenó el juzgamiento de los revolucionarios. El virrey Cisneros le ordenó que "procediese contra los reos pronta y militarmente aplicándoles todo el rigor de la ley". Mientras que el general Vicente Nieto pedía "practicar el pronto, ejecutivo y veloz escarmiento". Diez de los cabecillas fueron ahorcados, otros fueron degollados y sus cabezas clavadas en picas colocadas en la vía pública y otros fueron puestos en prisión o desterrados a las islas Malvinas y a las Filipinas, a todos se les confiscaron los bienes. En total se hicieron 86 procesos hasta marzo de 1810.[4] Los ejecutados el 29 de enero de 1810 fueron: Basilio Catacora, Buenaventura Bueno, Melchor Jiménez, Mariano Graneros, Juan Antonio Figueroa, Apolinar Jaén, Gregorio García Lanza, Juan Bautista Sagárnaga y Pedro Domingo Murillo quien antes de su ejecución en la horca pronunció las siguientes palabras:
Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar, ¡viva la libertad![5]El 7 de marzo de 1810 Goyeneche salío de La Paz para retornar al Cuzco, dejando a Juan Ramírez Orozco como gobernador intendente, junto con 400 hombres.
Referencias
- ↑ La guerra de los 15 años en el Ato Perú por Juan R. Muñoz Cabrera, 1867
- ↑ Proclama de la Junta Tuitiva
- ↑ 16 de julio de 1809, la primera revolución independentista del continente
- ↑ Levantamiento de La Paz - 1809
- ↑ Movimientos precursores de la emancipación
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