- Momias guanches
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Los guanches, antiguos habitantes de Canarias (hoy comunidad autónoma de las Islas Canarias, en España) momificaban a sus difuntos.
Esta costumbre estaba destinada a preservar el cuerpo del fallecido mediante técnicas de embalsamiento muy similares a las que se realizaban en otras civilizaciones antiguas. Su finalidad, vinculada a sus creencias religiosas, era proteger al cadáver y también distinguir su relevancia social. Aunque la momificación se practicó en todas las islas, fue en la isla de Tenerife donde alcanzó mayor perfección.
Según las investigaciones realizadas mediante el método del Carbono-14, las dataciones para los enterramientos cubren un periodo que va desde el siglo III d.C. hasta la época de la conquista de Canarias en el siglo XV d.C. Cabe resaltar que la momificación guanche es en muchos aspectos parecida a la practicada por los antiguos egipcios. Para preservar la corrupción en los cadáveres cuidaban mucho el proceso, el cuerpo, y sobre todo guardaban una especial memoria y honra a los difuntos. La momificación o mirlado, como le llamaron los primeros cronistas españoles de las "islas afortunadas" (Canarias), no fue de uso general entre la población guanche, existiendo varios procesos que muestran cierta gradación en la práctica funeraria que corresponden a una diferencia social y económica entre las diferentes castas de su sociedad.[1] Lógicamente las momias de sus reyes (Menceyes), eran las que recibian mayores cuidados en la momificación. Los guanches al igual que los antiguos egipcios, guardaban en ocasiones las vísceras de sus reyes "menceyes".
El Museo de la Naturaleza y el Hombre (Museo Arqueológico de Tenerife), en Santa Cruz de Tenerife, expone algunas de estas momias (Momia de San Andrés), que durante siglos fueron objeto de coleccionismo y curiosidad científica en Europa. El Museo de la Naturaleza y el Hombre es un referente a nivel mundial en lo que se refiere a conservación de momias. En una de las salas del Museo Nacional de Antropologia de Madrid se expone una momia guanche que actualmente es reclamada por el Cabildo de Tenerife, tras formularse hace pocos años en Canarias una ley para que se devuelva el patrimonio canario que se encuentre fuera del archipiélago.[2]
En el año 1933 fue descubierta la mayor necrópolis guanche hallada hasta la fecha en el Archipiélago Canario, la necrópolis guanche de Uchova en el municipio de San Miguel de Abona en el sur de la isla de Tenerife. Dicho yacimiento fue saqueado casi en su totalidad, se calculan que habían entre 74 y 60 momias guanches. El estudio de esta cueva funeraria reveló las particularidades de los ritos mortuorios aborígenes que hasta entonces se desconocían, como la colocación de los cadáveres y el acondicionamiento de sus lechos.[3]
Los descubrimientos de las momias en Tenerife
En distintos municipios de la isla se han encontrado momias entre ellos:
Adeje
- Barranco del Infierno: una momia infantil. Actualmente expuesta en el Museo Arqueológico de Santa Cruz, según parece hallada por Béthencourt Alfonso.
- Ucazme: Enterramiento colectivo de siete individuos. Los vestigios de momificación se encontraron en los restos de carne adheridos al hueso y correspondieron a tres individuos: dos mujeres y un hombre; Miembro superior derecho y mano momificada femenina, extremidad superior con mano momificada femenina y columna, pelvis y extremidades inferiores sin pie momificados.
- Barranco del Agua-Ifonche: Varias momias encontradas en 1847.
- Barranco de Abapio: Varias momias.
- Barranco de Ajabo: una momia masculina
Arico
- Barranco Juan Andrés: Varias momias, dos de ellas llevadas al Gabinete de Historia Natural de París en el siglo XVIII según Viera y Clavijo.
- Barranco de Amara: Varias momias.
- La Fajana-Guasa: Varias momias enzurronadas.
Buenavista
- Teno: Momia masculina.
Candelaria
- Laderas de Araya: Varias momias, una infantil.
- Cumbres de Araya: Varias momias.
- Malpaís de Candelaria: Datación de muestras de tejido muscular de restos momificados: 1.133 + 77 D.C.
- Barranco las Goteras-Araya: cuatro momias.
El Rosario
- Barranco Jagua: una momia, junto a huesos de un adulto y un niño. Fue la primera vez que se describió un enterramiento con el cadáver todavía in situ. La momia se encontraba sobre cinco tablones de tea y soportada por cuatro.
Granadilla
- Barranco de Gorda: 3 momias que fueron destruidas.
- Risco Bermejo-Chiñama: 2 momias.
Guía de Isora
- Chajajo: Varias momias.
- Cueva del Retamar: 2 cadáveres con señales de momificación. Yacimiento expoliado. Hallazgo de diversas pieles de cabra, provistas de distintos cosidos, es interpretado como vestigios de las envolturas funerarias, y exponente de la práctica de un ritual de amortajamiento.
- Cueva la Canal: Una mujer con restos de momificación.
Güímar
- Cueva de la Hoya de Juan Luís: Varias momias.
La Guancha
- Hoya Brunco: Varias momias.
La Laguna
- Barranco Milán: Varias momias destruidas.
La Orotava
- Roque Blanco: 3 momias, dos adultos y una infantil. El estado de los restos humanos descubiertos, revela la práctica de enterramientos antiguos y de otros más modernos, por simple observación se dedujo que los cadáveres más antiguos estaban sin momificar, así lo confirmaron los huesos hallados y momificados los más modernos.
La Victoria
- Risco Caído: Barranco Hondo: 2 momias destruidas.
Las Cañadas del Teide (La Orotava)
- Llano Maja: 3 cabezas de perro unA momificada. El uso del perro se ha excluido como ofrenda alimenticia, asimilándose con la idea de animales guía o compañeros del muerto. Evidentemente dada la parquedad de la información, son muchos los interrogantes que se abren sobre el tratamiento funerario de que son objeto los perros. Por ejemplo, la práctica de momificación aplicada a estos animales, solo se constata en un único individuo, a partir de la conservación parcial de tejidos blandos, por lo que habría que tener en cuenta otras posibilidades tafonómicas como un origen natural y fortuito de tal fenómeno, determinado por las condiciones ambientales que se dan en esta zona.
- Roque y Cueva de los Cochinos-Cañada del Hoyo-Ucanca: una Momia enzurronada, boca abajo.
- Montaña la Camellita – Guajara: Varias momias, restos enviados a Madrid.
- Cueva del Salitre: Restos de momificación, pieles apergaminadas.
San Miguel de Abona
- Barranco Pilón: Momia infantil. Considerado como el primer descubrimiento de un enterramiento infantil, solo y aislado, que se estudió en Tenerife. Por su estrechez no entra un adulto, por lo que existe la hipótesis de que pudieron participar niños en el acto funerario. La momia fue envuelta de la cabeza a los pies con pieles de cabra sin pelo, bien curtidas y algunas finamente gamuzadas, la envoltura tenía cuatro capas de piel.
- Cueva de Uchova: 6 momias desaparecidas (información oral y artículos de prensa).
Santa Cruz de Tenerife
- Barranco de San Andrés: una momia de las mejores conservadas, hoy expuesta en las vitrinas del Museo Arqueológico (Momia de San Andrés).
- Cueva Vegeril - Anaga: Varias momias destruidas.
- Laderas de Icorbo – Anaga: una momia.
- Roque de Tierra – Anaga: 5 cadáveres cubiertos con pieles de cabra.
- El Chorrillo: Una momia. Datación de tejido muscular de restos momificados: 1.257 + 81 D.C.
Santa Úrsula
- Barranco Los Naranjos: 2 momias.
Tacoronte
- Barranco Guayonje: una momia depositada en el Museo Casilda de Tacoronte, recuperada de Necochea (Argentina).
Referencias
- ↑ Sentinella, David E.. El enigma de las momias.
- ↑ El presidente del Cabildo de Tenerife visita la momia guanche en Madrid
- ↑ Un estudio recuerda el expolio de la mayor necrópolis guanche jamás hallada
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