- Parque Nacional Otishi
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Parque Nacional Otishi
La creación del Parque Nacional Otishi es el resultado de uno de los procesos más antiguos en la historia de los parques nacionales del Perú. Los esfuerzos de conservación del área se remontan a 1965, cuando la Unión Panamericana (hoy OEA) propuso al Estado Peruano la creación del Parque Nacional del Cutivireni, promoviendo la protección de una parte del entonces Bosque Nacional del Apurímac, debido a su belleza natural. El pedido se basaba en hallazgos previos de los investigadores Wolfram Drewes y José Lizárraga (1961), por la revista National Geographic (1963) y por el Plan Peruvia, elaborado por el ingeniero Alfonso Rizo Patrón en 1964. Diez años después, en 1974 las misiones franciscanas de la selva central, a través del Vicario de San Ramón, plantearon el gobierno militar de aquella época la creación de áreas de protección en la cordillera, para salvaguardar la singular belleza de la zona, así como las áreas ocupadas por los asháninkas.
Contenido
Información básica
- Categoría: Parque Nacional.
- Fecha de creación: 15 de enero de 2003
- Ley de creación: Decreto Supremo Nº 003-2003-AG
- Superficie: 305.973,05 hectáreas.
- Ubicación: Parte alta del extremo norte de la cordillera Vilcabamba, provincias de Satipo y Junín de la región Junín y la provincia de La Convención de la región Cusco.
- Ecorregión: selva alta y selva baja.
Objetivos
Conservar las muestras representativas de la diversidad biológica natural y de las grandes unidades existentes en su territorio. Otishi y las reservas comunales adyacentes cubren la parte norte de la Cordillera Vilcabamba, que comprende las cabeceras de las cuencas de los ríos Tambo, Ene y parte de la cuenca del río Urubamba. La parte baja de la cordillera Vilcabamba constituye el territorio tradicional de las etnias asháninka y machiguenga, que ocupan territorios organizados en Comunidades Nativas reconocidas por la legislación peruana.
Especies que protege
En fauna: el mono maquisapa (Ateles paniscus), el mono aullador (Alouatta seniculus), el tití pigmeo (Cebuelo pigmaea), el oso hormiguero gigante (Mymercophaga tridactyla), el oso de anteojos o "meni" (Tremarctos ornatus), el gallito de las rocas (Rupicola peruviana), el águila arpía (Harpia harpyja), el ocelote (Felis pardalis) y el margay (Felis wierdii). El parque protege además una muy diversa flora silvestre que cuenta con grupos como las palmeras y helechos entre sus principales y más diversos exponentes.
Cutivireni
Orígenes
En 1987, la recientemente formada Asociación para la Conservación del Patrimonio de Cutivireni (ACPC)[1], completa un recorrido terrestre hasta llegar al puente natural Pavirontsi. El inmenso arco de piedra que forma esta formación geológica fue reportado inicialmente por Alfonso Rizo Patrón, y sus medidas lo convierten en el puente natural más grande del mundo. A su regreso, los expedicionarios convocaron a una conferencia de prensa en la que resaltaron la necesidad de su protección, elevando una nueva propuesta para la creación de un parque nacional, basada en sus hallazgos y en el creciente consenso que la idea del parque despertaba en la población local. En 1988, un sector del Bosque Nacional del Apurímac se convirtió en Zona reservada del Apurímac, separando Vilcabamba de otras zonas en donde la colonización descontrolada estaba causando la acelerada destrucción de los bosques.
En 1989, la comunidad científica incluyó Vilcabamba entre las áreas de mayor prioridad para la conservación en el Perú,. Los años siguientes, marcados por la violencia política en el país, significaron un alto a la colonización que amenazaba la zona. Sin descuidar el apoyo a la emergencia que vivía la población indígena, las organizaciones ambientalistas presentaron una nueva propuesta concordada para el establecimiento de un parque y dos reservas comunales en la Zona Reservada del Apurímac, en 1994. Debido a los inmensos problemas del Estado, esta propuesta fue dejada en suspenso. La imposibilidad de acceder de forma segura a la zona impidió completar la información requerida para proceder a la declaración de las nuevas áreas protegidas.
Gracias a la coordinación de ACPC y Conservación Internacional, un equipo de [[Biología|biólogos extranjeros y peruanos logra realizar dos expediciones a la cordillera en 1997 y 1998: las conclusiones del equipo del Programa de Evaluación Rápida (Rapid Assesment Program) confirman la existencia de nuevas especies y una extraordinaria diversidad biológica. Para 1999, ACPC y el Centro de Desarrollo Indígena Amazónico (CEDIA), con el apoyo de Conservación Internacional, deciden unir esfuerzos para culminar el proceso de establecimiento de las áreas protegidas y se avocan a realizar un intenso trabajo de campo. Con la información recopilada en esta etapa, que enriquecía el trabajo de más de diez años de cada institución, ACPC y CEDIA brindan el soporte técnico para que las propias federaciones indígenas sean las que lideren un nuevo y definitivo esfuerzo para la declaración de las áreas protegidas de Vilcabamba. En un proceso participativo y amplio, representantes indígenas de 36 comunidades nativas asentadas en la región, sus representantes regionales y nacionales, junto con diversas organizaciones ambientalistas, bajo el auspicio del INRENA, alcanzan el consenso necesario para que finalmente, el 15 de enero de 2003, después de casi 40 años, el Parque Nacional Otishi fuera declarado como tal.
Por qué es importante Otishi
Científicos de varias nacionalidades y grupos de conservación en todo el mundo han reconocido la biodiversidad única de Vilcabamba. En 1990, el Taller Internacional para la Conservación de Áreas Prioritarias en la Amazonía llevado a cabo en Manaos, Brasil, con más de cien especialistas, determinó la necesidad de conservar el extremo norte de la cordillera Vilcabamba debido a la enorme biodiversidad y endemismo. En 1994, el área fue considerada por especialistas peruanos una de las trece áreas con la prioridad de conservación más alta del Perú.
Las dos características mencionadas anteriormente para la zona (biodiversidad y endemismo) son condicionadas por factores fisiográficos, climáticos y edáficos poco comunes en la cuenca amazónica, como son el aislamiento de la cordillera dentro de un ambiente selvático, con áreas en el límite de las tierras bajas y la transición hacia ambientes andinos; la amplia variación en los rangos de altitud y precipitación en la zona (de 500 a 4.300 msnm y entre 1.200 a 5.600 mm de precipitación anual); y la singular composición calcárea de los suelos, que contrasta notablemente con los suelos comúnmente ácidos del resto de la Amazonía peruana.
Al sobrevolar la cordillera Vilcabamba, se puede observar una sucesión de picos de gran altura totalmente desprovistos de vegetación, que emergen de valles nubosos compuestos por pajonales de puna que lentamente se transforman en bosques de queñual y posteriormente dan paso a bosques de ceja de selva, en su camino hacia la baja Amazonía. En su vertiente occidental, la pendiente de la cordillera es elevada, con inclinaciones moderadas; sin embargo, hacia la vertiente oriental del Urubamba, la cordillera cambia radicalmente mostrando inmensos abismos, con laderas formadas por paredes de roca calcárea.
Joyas de Vilcabamba
Debido a la composición calcárea de los suelos, Otishi es una de las zonas de mayor concentración de cataratas del Perú. Hasta el momento se han identificado más de 25 cascadas importantes en le cuenca del río Cutivireni, el cual nace en las cumbres de la cordillera. Sobre el Cutivireni se encuentra el Pavirontsi, un gigantesco arco de roca de 250 metros de largo y 130 metros de ancho. Esta estructura natural forma un túnel de 62 metros de alto y 65 metros de ancho, el cual se asemeja a la bíveda de una catedral. Sobre el río Parijaroni, un tributario del Cutivireni, se encuentra la catarata de Parijaro, la más grande de las reportadas, con 230 metros de caída. La imagen de ella aparecida en la portada de la revista National Geographic sirvió para apoyar la conservación de Otishi y la cordillera Vilcabamba.
Otishi incluye ambientes considerados de ceja de selva y altoandinos. Debido a esta condición, se pueden encontrar en el Parque especies de fauna de ambientes andinos y de la transición andino-amazónica. Según los investigadores, la diversidad de aves en la zona alcanza las 450 especies, de un total de 1.760 en el país entero. La fauna local incluye especies amenazadas, sobre todo en las partes medias y bajas de la cordillera. Entre estas especies se pueden mencionar el mono maquisapa (Ateles paniscus) conocido por los asháninkas como "osheto", el mono lanudo (Alouatta senículus), el titi pigmeo (Cebuela pígmaea), el oso hormiguero gigante (Mymercophaga tridactyla), el oso de anteojos o "meni" (Tremarctos ornatus), el gallito de las rocas (Rupicula peruviana), entre otras. Otras especies amenazadas presentes en el área son el águila arpía (Harpia harpyja), considerada rara en toda la Amazonía, y otras dos especies cuyo estado es indeterminado; el ocelote (Felis pardalis) y el margay (Felis wiedii). Se encontraron también un total de 123 especies de murciélagos, siendo tres de ellas recientemente descubiertas por la ciencia. Doce de las dieciséis especies de anuros y reptiles colectados entre los 3.300 y 2.000 msnm son nuevos reportes para el conocimiento occidental.
Más de 26.000 nativos asháninkas y matsiguengas viven en las áreas naledañas al Parque Nacional Otishi y las Reservas Comunales. Durante los últimos siglos, ellos han sido los principales guardianes de la singular riqueza de Otishi y Vilcabamba. Gracias a la labor del Estado, de las organizaciones ambientalistas y de sus propias instituciones representativas, ellos serán en adelante, guardianes formales de los tesoros de Vilcabamba.
Categoría: Parques nacionales del Perú
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