Existe una vieja leyenda nativa que narra cómo un poderoso dios del bosque castigó a los hombres de una tribu por haber desobedecido sus mandatos. Cargado de ira, el dios separó al hombre y a la mujer, enviando a esta última a los cielos y dejando al hombre a sufrir su soledad en la Tierra. Al ver la severidad de su castigo, pero sin mostrar una pizca de arrepentimiento, el dios puso alas a las flores más bellas del bosque para que le hicieran compañía a las solitarias mujeres. Fue así como nacieron los picaflores.

Áreas de distribución

Los picaflores, llamados k´ente por los antiguos quechuas, son consideradas verdaderas joyas voladoras por los amantes de la naturaleza. Éstas únicas y admirables criaturas se encuentran únicamente en el continente americano. Entre ellos figuran las aves más pequeñas del mundo y aquellas con las plumas más hermosas del reino aviar; las del metabolismo más rápido y con el mayor número de batidas de alas (hasta 140 veces por segundo).

Los picaflores se encuentran estrechamente relacionados con las flores, de las cuales obtienen el néctar rico en azúcares y los insectos que constituyen su alimento. La diversidad de especies de picaflores en un lugar determinado estará pues, directamente relacionada con la abundancia de plantas con flores y con las condiciones climáticas, alcanzando su máxima abundancia en los trópicos.

De las 300 especies existentes en el mundo, más de la mitad habita la región amazónica, disminuyendo su diversidad hacia las zonas templadas del norte y sur. En Alaska, por ejemplo, existe sólo una especie. Caso similar ocurre en las zonas más altas de los Andes, donde el número de especies de picaflor se reduce conforme se incrementa la altitud.la mayor cantidad de especies de picaflores en el Perú se encuentra en Tarma y las demas zonas andinas.

El picaflor en el Perú

En el Perú existen 115 especies de picaflores y su distribución se encuentra en relación directa con la abundancia de cobertura vegetal y los bosques, y en relación inversa con la altura. Así, el menor número de especies se presenta en la ecorregión de la puna, aumentando gradualmente en el desierto costero, el bosque tropical del Pacífico y la serranía esteparia, hasta llegar a una verdadera explosión de diversidad en los bosques de la selva alta.

La selva alta puede considerarse el verdadero paraíso de los picaflores. En un sólo árbol en floración, y con algo de paciencia, es posible observar a decenas de especies revolotear en busca del preciado néctar. Los hay de diversas formas y colores, con colas largas y cortas, con pebachos y collares o tan pequeños que se confunden con insectos al volar.

Su relación con las flores

Su relación con las flores del bosque es tan profunda que incluso partes de su cuerpo han evolucionado para evitar la competencia y optimizar la explotación de los recursos alimenticios que la naturaleza les ofrece. Uno de los ejemplos que mejor gráfica esta evolución conjunta es el tamaño de sus picos. Algunas especies tienen picos largos y rectos, indicados para acceder a las grandes flores del tipo campanilla que penden de las ramas más delgadas; otras lo poseen curvado hacia arriba o hacia abajo; y otras, finalmente, pequeño y puntiagudo para perforar los pétalos y "robar" el dulce contenido a la planta.

Sus nidos, verdaderas obras de arte y delicadeza, constituyen otra característica muy singular. La mayoría de picaflores construye nidos con fibras muy finas, como telas de arañas o lana de cactus, y los recubren de líquenes y musgo para hacerlos invisibles a posibles depredadores. Algunas especies tejen su nido en las rocas, sobre los peciolos de las hojas o hasta en la punta de las mismas, pero siempre en las cercanías de alguna fuente segura y abundante de alimento.

Maravilloso picaflor

El Perú posee el picaflor más pequeño del mundo (Myrmia nicrura) y también el de la cola más larga (Loddigesia mirabilis). El primero llega apenas a los cinco centímetros de largo incluyendo la cola y el pico, pesa sólo unos cuatro gramos y sus huevos son algo mayores que un grano de arroz. Habita los bosques del extremo norte del Perú. El segundo llega a medir 26 centímetros de largo, 13 de los cuales corresponden a su enorme cola en forma de banderola formada por dos plumas que el ave puede mover independientemente. Es uno de los picaflores más raros del mundo y habita sólo en las selvas de altura de la región Amazonas en el Perú.