- Yugoslavia durante la Segunda Guerra Mundial
-
Durante la Segunda Guerra Mundial, Yugoslavia mantiene su neutralidad hasta 1941. En dicho año, con el deseo de ayudar al ejército italiano que se encontraba en dificultades en Grecia (véase Guerra Greco-Italiana), Alemania solicita derechos de tránsito para sus tropas. Tras la aceptación por parte del regente de Yugoslavia para la firma de una alianza con Alemania, el rey, bajo la influencia de algunos oficiales, pone fin a la Regencia. Esta decisión trae como consecuencia la invasión del país por el Tercer Reich alemán.
El desmantelamiento de Yugoslavia
Yugoslavia se ve invadida por todas sus fronteras, salvo la que comparte con Grecia. El ejército real yugoslavo únicamente resiste once días. El 17 de abril de 1941 se firma la capitulación. El rey Pedro II y el Gobierno se exilian en Londres, mientras que su país se ve inmediatamente desmantelado:
- Italia ocupa el sur de Eslovenia con Ljubljana, Dalmacia, Montenegro y, por el otro lado sur, junto a la Albania que han anexionado anteriormente, Kosovo y el oeste de Macedonia
- Alemania se apodera del norte de Eslovenia y del Bánato
- Se crea el Estado Independiente de Croacia (NDH), que incluye Bosnia y la Sirmia, aliado con la Alemania nazi.
- Serbia, que queda bajo ocupación alemana queda reducida más o menos a sus fronteras anteriores a 1912.
- Bulgaria se anexiona la parte oriental de Macedonia (véase Bulgaria durante la Segunda Guerra Mundial).
En Croacia, los alemanes ofrecen en primer lugar el poder a Maček, el jefe del mayoritario Partido Campesino. Este último, miembro del Gobierno en el exilio, declina la propuesta, aunque regresa a Croacia y reconoce al nuevo "Estado independiente" que queda en manos de Ante Pavelić, jefe del partido de extrema derecha de los Ustachá (o ustachis en parte de la literatura especializada). La jerarquía católica, con el arzobispo de Zagreb, monseñor Aloysius Stepinac a la cabeza, muestra la misma actitud. Estos reconocimientos se explican por el hecho de que Yugoslavia representaba para la mayoría de los croatas un Estado opresor y que la independencia de Croacia respondía a sus deseos.[1]
Contrariamente a Croacia, en Serbia el desmantelamiento del país y la ocupación alemana (precedida por el bombardeo de Belgrado) se sienten como una pesada derrota, aunque los alemanes logran encontrar a los colaboradores necesarios para la formación de un Gobierno, primero con políticos poco conocidos, aunque desde agosto de 1941 el general Milan Nedić forma un Gobierno que incluye igualmente a otros dos generales del Ejército real yugoslavo.[2]
La Serbia del general Milan Nedić
Nedić no está particularmente próximo a las ideas fascistas. Sin duda desea proteger a su pueblo del aniquilamiento físico, adoptando la misma postura que el mariscal Pétain en Francia.[1] Sin embargo, se dirige a sus compatriotas por radio para preconizar "el orden, el trabajo, la paz y la fraternidad". La primera labor del Gobierno consiste en ocuparse de los centenares de miles de serbios refugiados de Croacia y de otras regiones en que no se sienten seguros. Nedić debe igualmente tomar postura frente al movimiento de Resistencia de los Chetniks (Četnici), de orientación monárquica y nacionalista serbia, que se desarrolla desde el inicio de la invasión, y frente a la Resistencia de los partisanos de inspiración comunista, que se desarrolla tras la entrada en guerra de Alemania contra la URSS, la Operación Barbarroja, el 22 de junio de 1941. Para evitar que los alemanes envíen a sus aliados ustachá y búlgaros a reprimir la resistencia serbia, Nedić acepta la creación de una Policía y una "Guardia nacional serbia" que lanza a la lucha contra los partisanos. En relación con los Chetniks, las relaciones son mucho más ambiguas: existieron contactos múltiples entre el entorno de Nedić y el entorno militar anticomunista de los Chetniks. Según Paul Garde,[1] esta colusión, más que para atraer a las fuerzas gubernamentales hacia algún tipo de resistencia al ocupante, sirvió por el contrario para atraer a Draža Mihailović, el jefe de los Chetniks, hacia el colaboracionismo.
Antes de la guerra, desde el asesinato del rey Alejandro I existía un movimiento ultra nacionalista, antisemita y de orientación fascista, dirigido por Dimitrije Ljotić y bastante comparable a los ustachá de Croacia. Ljotić rechaza entrar en el Gobierno de Nedić, pero organiza a disposición de los alemanes una especie de milicia, el Cuerpo de voluntarios serbios, rival de la Guardia nacional serbia de Nedić, aunque a la postre ambas serán utilizadas directamente por los alemanes como fuerzas supletorias en la lucha contra los partisanos.
La Croacia de los Ustachá
El nuevo estado es dividido en zonas de ocupación alemana e italiana. El régimen dictatorial de Ante Pavelić comienza por abolir el Parlamento croata y proscribir toda oposición a su política. Desde la toma del poder por los ustachá, algunas unidades especiales, que se sitúan por encima de la ley, siembran el terror en las ciudades y pueblos de mayoría serbia masacrando su población . La doctrina de los ustachá es que los únicos auténticos croatas son los católicos y los musulmanes. Los serbios, de religión ortodoxa, no entran pues en esa categoría. Además, a imitación de la Alemania nazi, el Nuevo Estado de Croacia promulga leyes raciales contra judíos y gitanos.
Tras las primeras masacres de serbios, los chetniks intervienen como defensores de los serbios, pero lo hacen masacrando a su vez a croatas y musulmanes.[1]
Un movimiento de Resistencia de obediencia comunista, los partisanos antifascistas, emerge desde principios de 1941, dirigido por el croata Josip Broz, conocido como Tito. En 1943, de un total de 26 divisiones de partisanos, 11 se encuentran en Croacia, y los partisanos se abren ampliamente a los serbios perseguidos por los ustachá aunque, como los ustachá y los alemanes son cada vez peor vistos por croatas y musulmanes, muchos de éstos se unen igualmente a los partisanos, que son así capaces de liberar amplias zonas del territorio.[1]
Yugoslavos incorporados a las fuerzas armadas alemanas
Los intentos alemanes de formar unidades de voluntarios y conscriptos en Yugoslavia, y en la vecina Albania, fueron moderadamente exitosos durante los cuatro años de su ocupación. Por lo menos, es lo que puede decirse por el número de hombres alistados. Sin embargo, los intentos de explotar los conflictos interétnicos para consolidar su dominio sobre Yugoslavia fueron muy contraproducentes, pues agravaron y extendieron la acción de partisanos y guerrilleros de diversas facciones, enfrentados entre sí y contra las fuerzas alemanas de ocupación. Las unidades de procedencia yugoslava más relevantes del Ejército Alemán (Heer) fueron:
- El 369º Regimiento croata de Infantería, luego elevado al rango de 369ª División de Infantería croata.
- La 7ª División de Montaña SS Prinz Eugen.
- La 13ª División de Montaña SS Handschar.
- La 21ª Waffen División de Montaña SS Skanderbeg.
- La 23ª División de Montaña SS Kama.
La Resistencia en Yugoslavia
Bajo la dirección de Draža Mihailović, antiguo coronel del Ejército yugoslavo,[3] los chetniks, que incluyen básicamente combatientes serbios, de tendencia monárquica y nacionalista serbia, son los primeros en organizar la Resistencia a los alemanes y sus aliados. En junio 1941, Josip Broz Tito, un comunista croata, crea un movimiento de partisanos al que otorga, de acuerdo con la política de Moscú, el carácter de una amplia coalición antifascista mejor que una orientación abiertamente comunista. Los partisanos acogen combatientes de cualquier nacionalidad, ya sean serbios, croatas o bosnios. Chetniks y partisanos hacen por un tiempo causa común contra el enemigo, pero rápidamente se enfrentan entre sí. Los chetniks llegarán incluso a colaborar con el ocupante en ofensivas contra los partisanos. Los ingleses, que inicialmente daban apoyo a los chetniks, les abandonan finalmente a principios de 1944 en favor de los partisanos de Tito, que en ese momento ya son 300.000 hombres, presentes en todo el territorio yugoslavo, y que ya han creado amplias y numerosas zonas liberadas. En agosto de 1944, el rey Pedro II lanza un llamamiento en favor de la unión a los partisanos de Tito.
Las relaciones con los Aliados
Mihailović fue el primero es establecer contactos con los Aliados en el verano de 1941.[3] Pronto los informes del SOE británico comenzaron a indicar la reticencia de Mihailović en atacar a los ocupantes, pero sin indicar que el motivo era, al menos parcialmente, evitar represalias contra la población serbia.[3]
Antes del invierno de 1942-1943, el interés de Gran Bretaña y Estados Unidos por la antigua Yugoslavia es escaso, concentrados como estaban en los combates en el norte de África y en el Frente Oriental.[3] Los Balcanes no se contaban entre las prioridades militares de los estadounidenses.[3]
Los gobiernos de Londres y Washington desconocieron la existencia del movimiento partisano dirigido por Tito hasta 1943.[4] Hasta entonces toda la actividad guerrillera se atribuyó a los chetniks de Mihailović.[4] Este recibió el 25 de diciembre de 1945 la incorporación del coronel británico S. W. Bailey, como oficial de enlace.[4] Proserbio y anticomunista, Bailey simpatizó con sus tropas, a pesar de su escasa estima por el propio Mihailović.[5] Para entonces, sin embargo, la política de Londres hacia la resistencia yugoslava comenzaba a cambiar, con tensiones entre el gobierno británico y el gobierno yugoslavo en el exilio, que había nombrado a Milhailović ministro de Defensa pero se mostraba incapaz de acordar unos objetivos para la guerra, encontrándose sus miembros divididos respecto a los mismos, para insatisfacción de los británicos.[5]
A pesar del apoyo de los diplomáticos británicos, a partir de febrero de 1943 la actitud de Winston Churchill hacia Mihailović comenzó a cambiar gracias a los informes del SOE.[6] Se decidió mantener el respaldo a Mihailović pero, a la vez, enviar otra misión de eslace con los partisanos yugoslavos.[6] Las acusaciones de Mihailović hacia los británicos y sus declaraciones sobre su enemistad principal hacia los partisanos y croatas (además de los ustacha), no favoreció su causa en Londres.[6] [7]
La segunda fase del cambio de política del gobierno británico se desarrollo entre mayo y noviembre 1943, cuando se celebraron las conferencias de El Cairo yTeherán.[8] Los informes del enlace con los partisanos indicaban que estos estaban realizando la mayor parte de los ataques contra el Eje, y confirmaban los anteriores rumores de colaboracionismo de los chetniks, sin indicar los contactos de los partisanos con el Eje.[8] Los oficiales destinados con Mihailović confirmaron la reticencia de este a atacar al enemigo.[8]
El interés británico por Yugoslavia aumentó a partir de la caída de Mussolini en julio, que auguró la rendición italiana.[9] El principal objetivo de Churchill era el mantenimiento del control sobre Grecia y la restauración de su rey, Jorge II, lo que debía asegurar los intereses británicos en el Mediterráneo oriental.[9] Churchill trató entonces de encontrar un aliado efectivo en Yugoslavia que, dada la división interna en el gobierno en el exilio y la falta de actividad de Mihailović, debía ser Tito.[9] En septiembre de 1943, envió a un nuevo oficial, Fitzroy Maclean, cuyos informes decidieron completamente a Churchill a apoyar Tito.[9] Maclean afirmaba que las fuerzas de este eran la principal organización de la resistencia fuera de Serbia.[9] A pesar de admitir su carácter predominantemente comunista y su inclinación hacia el gobierno de Moscú, Maclean consideraba un error el mantenimiento del apoyo a Mihailović, que acabaría siendo derrotado.[10]
En noviembre Tito formó un gobierno provisional el AVNOJ en Jajce, que exigió fuese reconocido por los Aliados, a la vez que se mostraba opuesto al regreso del rey Pedro II de Yugoslavia mientras Mihailović continuase como ministro de Defensa de su gobierno en el exilio.[11] Ello llevó a Churchill a solicitar al rey su destitución a comienzos de 1944.[11] En marzo tanto el embajador británico como el ministro de Exteriores volvieron a efectuar la solicitud.[12] Finalmente, el 15 de mayo de 1944, el monarca formó un nuevo gobierno del que se excluyó a Mihailović, encabezado por el antiguo gobernador de Croacia, Ivan Šubašić.[12] Stalin animó a los partisanos a alcanzar un acuerdo con este y Tito mostró su disposición al mismo en junio.[12]
En agosto de 1944 Churchill viajó a Italia para tratr con Tito, que aseguró al primer ministro británico que no deseaba imponer un gobierno comunista en Yugoslavia, a la vez que evitaba comprometerse sobre el regreso del rey.[13] Las promesas de Tito tranquilizaron a Churchill.[13]
El 1 de noviembre de 1944 Tito y Šubašić alcanzaron un acuerdo para formar un gobierno de coalición, en el que el primero aportaría el doble de miembros que el segundo.[14] El acuerdo fue aceptado por los británicos con resignación y presionaron al soberano yugoslavo, opuesto en principio, a rubricarlo, lo que le obligaba a formar un consejo regente que le representaría.[14] Ante la amenaza de expulsión del Reino Unido, el rey cedió a finales de enero de 1945.[15]
Pronto el nuevo gobierno yugoslavo mostró su disposición a no permitir la formación de un Estado democrático, utilizando la represión, el terrorismo de Estado y la intimidación contra la oposición, a pesar de las promesas de Tito.[16]
La Liberación
Mientras el Ejército Rojo avanza hacia Hungría tras haber entrado en Sofía el 9 de septiembre de 1944, los partisanos de Tito,en colaboración con el ejército soviético, liberan Belgrado el 20 de octubre,[2] aunque los alemanes resistirán en algunos puntos de Bosnia, Croacia y Eslovenia hasta mayo de 1945.
Masacres y pérdidas humanas
Entre la invasión de Yugoslavia, en abril de 1941, y su completa liberación en mayo de 1945, además de los enfrentamientos estrictamente militares, el país queda marcado por una serie de matanzas de una amplitud considerable:
- En primer lugar, las masacres de serbios cometidas por los ustachá, en el momento inmediatamente posterior a su toma del poder, en mayo de 1941. En su zona de ocupación, el Ejército italiano se opone frecuentemente a esas atrocidades.
- Las víctimas de los campos de la muerte, siendo el más conocido de ellos el de Jasenovac, principal campo de internamiento de judíos. En esos campos, organizados también por los ustachá, son encerrados no sólo judíos y gitanos, sino también serbios y, ya en el período final de la guerra, los croatas que se oponen a los ustachá.
- Los chetniks asesinan también a musulmanes y especialmente a croatas, principalmente en Bosnia-Herzegovina y en el Sandžak.
- Los partisanos ejecutan igualmente a muchos de sus adversarios políticos. Tras la Liberación, los británicos entregan a Tito los restos del ejército y de los funcionarios de Pavelić que se les habían rendido, junto con sus familias, en el pueblo fronterizo austríaco de Bleiburg, en total algunas decenas de miles de personas. Casi todos son exterminados en las posteriores marchas de la muerte, en las que recorren centenares de kilómetros hasta su agotamiento.
El balance de todas estas masacres es difícil de establecer. Las cifras aceptadas en el siglo XXI por los estudiosos es de alrededor de un millón de muertos en todo el país,[17] de ellos cerca de 500.000 serbios, 200.000 croatas, 90.000 bosniacos, 60.000 judíos, 50.000 montenegrinos y 30.000 eslovenos. La mayoría de las víctimas murieron en territorio del NDH.[17] En los territorios bajo control de los ustachá, se cita a 30.000 víctimas judías (75% de la población de 1941),[17] 16.000-27.000 gitanos (entre el 53 y el 96% del total de 1941)[17] y 350.000 serbios (18% de la población de 1941).[17] [18] Las víctimas judías y gitanas habrían sido también numerosas en Serbia.
A estas cifras hay que anadir los muertos italianos en las Foibes, casi todos en la primavera de 1945.[19]
En total, las pérdidas demográficas imputables a masacres o a hechos bélicos se elevan a cerca de un millón para el conjunto de la Yugoslavia, aunque algunos académicos como Rummel creen sean mayores.[20]
Referencias
- ↑ a b c d e Paul Garde: Vie et mort de la Yougoslavie
- ↑ a b Batowski, Henryk: "Diplomatic Events in East-Central Europe in 1944" , East European Quarterly, 5:3 (1971)
- ↑ a b c d e de Santis (1981), p. 541
- ↑ a b c de Santis (1981), p. 543
- ↑ a b de Santis (1981), p. 543
- ↑ a b c de Santis (1981), p. 544
- ↑ de Santis (1981), p. 545
- ↑ a b c de Santis (1981), p. 546
- ↑ a b c d e de Santis (1981), p. 547
- ↑ de Santis (1981), p. 548
- ↑ a b de Santis (1981), p. 550
- ↑ a b c de Santis (1981), p. 551
- ↑ a b de Santis (1981), p. 554
- ↑ a b de Santis (1981), p. 555
- ↑ de Santis (1981), p. 558
- ↑ de Santis (1981), p. 559
- ↑ a b c d e Biondich (2005), p. 72
- ↑ Cifras citadas por Paul Garde, que se refiere, para las víctimas serbias, a dos autores, žerjavić por un lado y Koćević por otro.
- ↑ Foibe
- ↑ Tito's Democide in Jugoslavia
Bibliografía
- Este artículo fue creado a partir de la traducción parcial del artículo Campagne de Yougoslavie de la Wikipedia en francés, concretamente de esta versión, bajo licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0 y GFDL.
- Biondich, Mark (2005). «Religion and nation in wartime Croatia: Reflections on the Ustasa policy of forced religious conversions, 1941-1942». Slavonic and East European review 83 (1): pp. 71-116. http://www.jstor.org/pss/4214049.
- Santis, Hugh de (1981). «In Search of Yugoslavia: Anglo-American Policy and Policy-Making 1943-45». Journal of Contemporary History 16 (3): pp. 541-563. http://www.jstor.org/pss/260320.
Véase también
- Resistencia en Yugoslavia durante la Segunda Guerra Mundial
- Historia de Yugoslavia
Categorías:- Historia de Yugoslavia
- Yugoslavia en la Segunda Guerra Mundial
Wikimedia foundation. 2010.