- Vino de pitarra
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Se conoce como pitarra (antiguamente tinaja pequeña de barro) al vino elaborado desde antiguamente en las bodegas familiares de distintas zonas de Extremadura y zonas colindantes de Castilla-La Mancha, en España.
Contenido
Características
La artesanal recolección, pisado y cuidados que se realiza, y la escasez e incluso inexistencia de productos químicos, dotan a este vino de agradables sabores y aromas cabiendo destacar también altas tasas de graduación alcohólica. Estos vinos eran normalmente guardados en tinajas de barro de pequeña o mediana capacidad, tornando después al almacenamiento a gran escala en conos de barro. Actualmente se siguen elaborando vinos de esta categoría en Las Villuercas, concretamente en Cañamero, y en otras zonas de la provincia de Cáceres (sobre todo en Sierra de Montánchez y Sierra de Gata), en Tierra de Barros, provincia de Badajoz y Provincias de Toledo y norte de Córdoba.
Variedades
Las castas que se utilizan para su elaboración son las blancas alarije, pardina, cayetana, macabeo, borba y pedro ximénez y las tintas bobal, garnacha y cencibel (tempranillo). La pitarra tradicional blanca es, con diferencia, la más extendida. También se elabora una pitarra rosada y otra tinta de escasa capa.
Las nuevas generaciones han modernizado la elaboración artesanal del vino, añadiendo nuevas variedades, tales como chardonnay o cabernet sauvignon.
También se ha dado el fenómeno de la elaboración artesanal y familiar de vinos espumosos y cavas extremeños, para consumo local. El "champán de pitarra".
Esos espumosos, por su singularidad y escasez, son muy apreciados, especialmente en Tierra de Barros (Badajoz).
Elaboración
Es un vino fundamentalmente artesanal, por lo que la uva se moltura a la antigua usanza; en la mayoría de los casos, las estrujadoras, despalilladoras y prensas son manuales.
Después de despalillar y estrujar de forma generosa, comienza la fermentación. Tanto si son uvas blancas como si son tintas se vinifican en contacto con los hollejos.
Dependiendo de la graduación de la uva, la fermentación suele durar entre quince y veinte días.
Al ser envases abiertos y no excesivamente grandes, se utiliza el sistema de mecer el vino o bazuquearlo que consiste en, normalmente una dos veces al día, empujar hacia abajo las uvas estrujadas que están cociendo y van subiendo hasta la superficie con un mecedor o bazuqueador ( palos de madera con diferentes formas). Este proceso se deberá repetir hasta que el vino esté hecho.
En este momento la madre o casca ( hollejos, pepitas y residuos sólidos que quedan tras el prensado) se habrá depositado en el fondo de la tinaja. Esto indicará que el vino ha terminado su proceso de cocción. Después de fermentar se trasvasa el mosto a otras tinajas vacías o a garrafas de cristal de una arroba de cabida. Al sacar la madre de las tinajas se hace el prensado. Finalmente, coincidiendo con los días de más frío de diciembre y enero se hace el trasiego definitivo.
Si bien, la crianza del vino tinto se realizaba en las tinajas/pitarras de barro características, actualmente no es raro encontrarse en los sótanos de las viviendas familiares, barricas de roble, y botellas de espumoso en rima, esperando pacientes su degüelle, para acompañar los momentos felices del hogar.
Comercialización
Los vinos de pitarra son fundamentalmente vinos familiares. La elaboración no suele superar los mil litros de cosecha anual.
Su consumo se limita al ámbito privado de los elaboradores. Son los propios elaboradores/consumidores los que cuidan que la calidad del producto sea excepcional, recogiendo y seleccionando las uvas de notable calidad y velando para que la adición de productos químicos sea muy limitada.
En el norte de la provincia de Cáceres, no obstante, hay pequeñas bodegas de mayor capacidad y producción que comercializan el vino a nivel comarcal.
En el sur de Extremadura, prima la elaboración industrial del vino, en grandes bodegas y cooperativas, siendo los pitarreros, los que elaboran el vino exclusivamente de forma artesanal y para consumo privado.
Concursos
Otra característica de estos vinos, son los concursos que se celebran en distintas poblaciones de Extremadura, entre los elaboradores artesanales locales o comarcales. Destacan en la provincia de Cáceres, el Concurso de la Vera, en Talaveruela y el de Serradilla. En la provincia de Badajoz, se celebran en Don Benito, Esparragalejo, Ribera del Fresno, Santa Marta o Talarrubias, entre otros.
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