Historieta en Chile

Federico Von Pilsener y su perro Dudelsackpfeifergeselle, de fray Pedro Subercaseaux (Lustig), considerado el primer personaje del cómic chileno.

La historieta o cómic en Chile tiene una historia centenaria.

En la tradición de la prensa ilustrada europea (1900-1946)

Las primeras historietas, siempre con didascalias y compartiendo espacio con versiones noveladas de clásicos de la literatura o artículos de interés para escolares, se publicaron en revistas como «Zig-Zag» (1905-1964) o «El Peneca» (1908-1960). Entre ellas, destacó la serie «Un alemán en Chile»^[1] (1906-1907) de fray Pedro Subercaseaux (bajo el seudónimo Lustig),^[2] a cuyo protagonista Federico Von Pilsener se le considera el primer personaje del cómic chileno.^[3]

En 1931, en un momento de crisis política causada por los efectos de la crisis económica de 1929, nació la revista satírica «Topaze», dedicada a la sátira política. «Pobre Diablo» (1946-1952) sería otra revista del mismo cariz.

En octubre de 1941, la misma Editorial Zig-Zag, comenzó a editar la revista «El Cabrito», con un formato semejante a «El Peneca», pero con mayor presencia de historietas nacionales. Esta publicación terminó con el número 362 de septiembre de 1948.

Condorito y su perro Washington, de Pepo, considerado el personaje más conocido del cómic chileno.

La Edad de Oro (1947-1968)

A finales de los años 1940, surgieron personajes clásicos del cómic chileno, como Pepe Antártico (inicialmente en Noticias de Última Hora, en 1947) de Percy y Condorito («Okey», 1949) de Pepo. Ambos llegaron a protagonizar revistas como «Risas de Pepe Antártico» (1951-1984) y Condorito (1955). Otras revistas que surgieron en esta época fueron la deportiva «Barrabases» (1954), de Guido Vallejos, que acogió a la serie del mismo nombre y a otros personajes de Themo Lobos como Cicleto y Ñeclito. También se comenzó a editar «El Pingüino» (1956-1969), del mismo Vallejos.

Ya en los 1960, cabe destacar las revistas «Rocket» (1965), dedicada a la ciencia ficción, y «Mampato» (1968), con la serie del mismo nombre Mampato, en cuya gestación y desarrollo participaron Oskar y Themo Lobos, además de Eduardo Armstrong.

Entre las publicaciones políticas, a la tradicional "Topaze", con abundantes caricaturas, se sumó a partir de 1968 la revista «La Chiva», creación colectiva de Alberto y Jorge Vivanco, Palomo y Hervi. La prensa diaria, por su parte, incluía abundantes historietas extranjeras y algunas nacionales, como "Perejil", de Lugoze", "Homobono", de Alhué, "Artemio", de Pepe Huinca (Jorge Vivanco) y "Don Memoriario", de Lukas (Renzo Pecchenino), por citar algunas.

A partir de 1962, la editorial Zig Zag comenzó a publicar localmente varias revistas de Walt Disney, como "Las aventuras del Zorro", "Tio Rico" y "Fantasía". También editó historietas de creación propia o adaptaciones de guiones extranjeros, como algunas bélicas ("Guerra"), de aventuras en la jungla ("Jungla", "Mizomba"), de vaqueros ("El Jinete Fantasma") y de terror (El siniestro Doctor Mortis).

La decadencia (1973–presente)

Después del golpe militar de 1973, el cómic chileno empezó a decaer, y se dejaron de publicar muchas revistas, como «Mampato» en 1978. Sin embargo, se mantuvieron por algún tiempo algunas historietas, como Don Memorario (creada en 1967) de Lukas, y se crean nuevas, como Supercifuentes, el Justiciero (1978) de Hervi, Palomita (La Cuarta, 1984), de Eduardo de la Barra, y la revista «Bandido» (1988), además del florecimiento de un movimiento de cómic underground muy influido por el español,^[4] con revistas como «Matucana» (1984) y «Trauko» (1988), que incluía las aventuras de Checho López, y autores como el surrealista Clamton. Themo Lobos lanzaría nuevas revistas como «Cucalón» (1986-1993) o «Pimpín» (1990), de breve vida.

Con posterioridad, predomina el fanzinismo y la autoedición entre los nuevos autores, como Brian Wallis («El Brujo»), Guillo, Jucca («Anarko») o Pedro Peirano («Chancho Cero»), a pesar de la existencia de nuevos sellos como Mythica Ediciones. Se lanzan también novelas gráficas como Juan Buscamares (1993) de Félix Vega y Road Story (2007) de Gonzalo Martínez.^[5] Otros, como Gabriel Rodríguez, trabajan para el mercado estadounidense.^[6]

Referencias

Enlaces externos

• Comics en Chile
• Ergocomics
• Meliwarén, página web dedicada al cómic chileno