Incendio en la cárcel de San Miguel

El Incendio en la cárcel de San Miguel fue un siniestro ocurrido el 8 de diciembre de 2010 en el recinto penal de la comuna de San Miguel en Santiago, Chile. El hecho produjo la muerte de 81 reos, dejando a otros 16 heridos y más de 200 evacuados.^[1]

Detalles

Según la información oficial, la tragedia comenzó alrededor de las 5:43 de la mañana del 8 de diciembre, a causa de la disputa entre dos bandas rivales dentro del cuarto piso de la torre 5 del complejo penitenciario, originada por el deseo de expulsar a un interno del lugar donde dormía. Uno de los reos que participaba del hecho utilizó un lanzallamas artesanal, fabricado con un balón de gas y un tubo de plástico, lo que produjo que se encendieran elementos altamente inflamables, como colchones y ropa, dentro de la edificación.^[2] A todo esto se le suma que las llamas se propagaron en sólo tres minutos por la mayor parte de la zona afectada.^[3]

Los primeros testimonios de sobrevivientes y testigos dentro del penal señalaron que hubo peleas varias horas antes de que comenzara el incendio. También se dio a conocer la información de que sólo cuatro funcionarios estaban a cargo de resguardar la seguridad interior de todo el recinto, cuya población supera los 1.900 reclusos, siendo apoyados en el exterior por unos centinelas. Entre 8 y 10 funcionarios actuaron para salvar a los reos en medio del incendio.

La extinción del fuego se vio altamente dificultada, ya que el primer carro de bomberos apareció a las 5:56 , más de 10 minutos después de originado el siniestro, sumado a que antes de actuar debieron esperar a que actuara el personal antimotines, que, por protocolo debía desalojar los tres niveles inferiores y abrirles una vía segura hacia el fuego.^[4]

Se confirmó que una llamada de alerta a bomberos, fue realizada desde un celular alrededor de las 5:48 , la cual no fue realizada por personal de gendarmería, por lo que se cree que fue de parte de un reo.^[5]

El ministro de salud, Jaime Mañalich, señaló que el incendio ocurrido es la tragedia más importante en la historia del sistema carcelario del país. También detalló que los heridos fueron afectados por quemaduras en la vía aérea y quemaduras faciales, por lo que fueron entubados con ventilación mecánica en diferentes recintos hospitalarios de la ciudad.^[6]

Se informó que también resultaron heridos de mediana gravedad, un bombero y tres gendarmes.

El recinto estaba preparado para albergar una población de 1.100 reos, pero al momento del siniestro era habitada por 1.961, lo que según muchas autoridades reflejaba la precariedad del sistema carcelario chileno. Además se informó más tarde que eran solo 100 gendarmes, divididos en tres turnos, los que cuidaban a los casi 2.000 internos; así lo establecía el último informe elaborado por la Corte de Apelaciones el 14 de octubre, sobre la situación de los penales de esa jurisdicción. El informe también detallaba que en la torre siniestrada, habitaban un total de 484 reos primerizos condenados, rematados o detenidos, de todos los niveles de compromiso delictual. El informe concluye argumentando que el recinto era sucio, húmedo y maloliente, además de que no existía mayor disciplina por parte de la guardia penitenciaria para establecer un orden al momento del descanso de los internos.^[7]

El 13 de diciembre, 6 días luego del incendio, el ministro de justicia, Felipe Bulnes, comunicó que ya habían sido identificados los 81 fallecidos, destacando el trabajo conjunto realizado entre el Servicio Médico Legal y el Registro Civil.^[8]

El 20 de diciembre se informó que luego de presentar una notable mejoría, los 16 reos heridos que estaban internados en hospitales públicos fueron derivados al Hospital Penal para que continuaran su recuperación. Además se detalló que se continuará trabajando al interior del penal en los aspectos psicológicos, dando apoyo a los internos y funcionarios.^[9]

Reacciones posteriores

El hecho produjo una reacción de repudio generalizado en todos los penales del país. Se produjeron varios motines e intentos de estos. El primero ocurrió en la misma cárcel de San Miguel, a dos días del incendio, un intento de motín que dejó 23 lesionados leves. Luego se señaló que la violencia se generó debido al traslado de 35 reclusos de la torre 3 a un recinto de la sexta región, los cuales fueron llamados al gimnasio de la cárcel para luego ser informados que debían ser derivados, lo cual generó diversos episodios que involucraron el encendido de colchonetas y ropa.^[10] Al día siguiente, la agitación vivida en esos momentos en los penales del país, obligó a gendarmería a decretar alerta nacional, aumentando la seguridad de los 88 recintos de todo el país.^[11]

El 12 de diciembre más de 500 reos de la cárcel de Calama iniciaron una huelga de hambre, con la idea de solidarizar con las familias de los fallecidos y de denunciar los graves problemas de hacinamiento que viven diariamente.^[12]

El 16 de diciembre se vive la situación más tensa ya que se produjo un gran motín en la ex Penitenciaría de Santiago, luego de que algunos reos se manifestaran a raíz del incendio. En momentos en que se producían allanamientos, con la finalidad de requisar elementos prohibidos, un grupo de reos pertenecientes a la calle 11 comenzó a quemar colchones, frazadas y ropa de cama e inició un amago de incendio en ese sector, con el propósito de manifestar su rechazo a las medidas de control. El saldo final de heridos fue de 54 internos y 12 gendarmes, además de 10 detenidos.^[13] Ese mismo día se produjo un hecho de similares características en la ciudad de Quillota, con la participación de alrededor de 100 internos.^[14]

El 21 de diciembre un motín en la cárcel de Antofagasta dejó 41 reos heridos, además de 6 gendarmes y un carabinero que fue golpeado por familiares. Los internos se sublevaron exigiendo la restitución de beneficios como la visita conyugal.^[15]

El 5 de enero de 2011 se realiza la reconstitución de escena, la cual se extendió por ocho horas y media. Comenzó cerca de las 5 de la mañana, incluyendo la participación de más de 200 personas, entre ellas funcionarios de la PDI, Bomberos, Gendarmería y los reclusos sobrevivientes, que actuaron como testigos. El fiscal regional trabajó en el lugar acompañado de otros seis fiscales. Al finalizar el procedimiento, se afirmó que los resultados se entregarán dentro de unos 15 días. Los grupos policiales se preocuparon de determinar el lugar exacto donde se inició el fuego, después de esa primera etapa de la reconstitución, se tomó declaración a todos los gendarmes que estaban en el penal el día del siniestro, tanto a la guardia interna como la externa y la tercera etapa consistió en recrear el arribo de Bomberos al penal, así como los tiempos usados por éstos para combatir las llamas, revisando todo el sistema de red húmeda.^[16]

Cobertura mediática

Todos los medios de prensa locales dieron amplia cobertura al hecho, sobretodo los canales de televisión, los que dedicaron sus noticieros matinales a la tragedia y mostraron la angustia e incidentes provocados por los familiares de los presos durante la jornada del 8 de diciembre. Se estableció que entre todos los canales de televisión abierta, se destinaron 49 horas de ese día en la noticia.^[17] Uno de los canales que fue más criticado por su forma de abordar los hechos fue MEGA, que mostró imágenes con los cuerpos calcinados de algunos reclusos.^[18]

El Consejo Nacional de Televisión (CNTV) recibió 21 denuncias contra MEGA, 7 contra Chilevisión, 4 contra TVN y 1 contra Canal 13 por su sensacionalismo al cubrir los hechos. El organismo decidió, en su sesión del 14 de marzo de 2011, multar a los cuatro canales con el pago de 200 UTM.^[17]

Referencias

Enlaces externos

• Listado de fallecidos
• Especial de La Tercera
• Especial de Emol