- Intervención en Siberia
-
La intervención siberiana de 1918-1922 fue el envío de tropas por parte de las potencias de la Entente a las Provincias Marítimas de Rusia como parte de un gran esfuerzo de las potencias Occidentales y Japón para ayudar al Ejército Blanco en contra del Ejército Rojo durante la Guerra Civil Rusa. El imperio japonés continuó ocupando Siberia incluso después de que el resto de las fuerzas aliadas la abandonaran en 1920.
Contenido
Trasfondo
Participantes
Gran Bretaña
Los británicos, con escaso personal, desplegaron solo 1500 soldados en Siberia. Provenían del 9º Batallón del Regimiento de Hampshire y del 25º Batallón del Regimiento Middlesex.
Canadá
La Fuerza Expedicionaria Canadiense en Siberia, al mando del Mayor General James H. Elmsley y autorizada en agosto de 1918, fue enviada a Vladivostok para reforzar la presencia aliada allí. Compuesta por 4.192 soldados, la fuerza regresó a Canadá entre abril y junio de 1919. Durante este tiempo, los canadienses tuvieron una baja participación en la guerra. Se enviaron menos de 100 tropas de procedimiento a Omsk, en calidad de personal administrativo para los 1500 soldados británicos que ayudaban al gobierno ruso blanco del almirante Alexandr Kolchak. La mayoría de los canadienses se mantuvo en Vladivostok, realizando ejercicios militares de rutina y tareas policiales en la ciudad portuaria.
Italia
Los italianos jugaron un rol pequeño pero de gran importancia durante la intervención, luchando junto con la Legión Checoslovaca y otras fuerzas aliadas usando trenes de guerra fuertemente armados y blindados para el control de grandes sectores del ferrocarril siberiano. Las principales áreas de operación fueron las regiones de Irkutsk, Harbin y Vladivostok.
Japón
En 1917 los japoneses ya habían rechazado una solicitud realizada por los franceses para intervenir en Rusia. Sin embargo el Estado Mayor del Ejército vio en la caída del régimen zarista la oportunidad de librar a Japón de cualquier amenaza futura por parte de Rusia mediante la creación de un estado tapón en Siberia. El gobierno japonés rehusó en principio embarcarse en tal aventura y fue solo un año después cuando, en vista del curso de los acontecimientos, decidió cambiar de política.
En julio de 1918, el presidiente Wilson solicitó a Japón el envío de 7000 soldados como parte de una coalición internacional de 25 000 efectivos, concebida para apoyar el rescate de la Legión Checoslovaca y el aprovisionamiento de suministros militares. Tras un acalorado debate parlamentario, la administración de Primer Ministro Terauchi Masatake accedió a enviar 12 000 soldados, pero bajo el mando de Japón y no como parte de una coalición internacional.
Una vez que se había tomado la decisión política, el Ejército Imperial Japonés asumió el control total de la operación bajo el mando del Jefe del Estado Mayor Yui Mitsue, realizando una cuidadosa planificación de la expedición. Los japoneses finalmente desplegaron unos 70 000 soldados.
Estados Unidos
La Fuerza Expedicionaria Americana a Siberia (AEF Siberia), bajo el mado del General William S. Graves, estuvo finalmente compuesta por 7950 hombres, entre oficiales y soldados. La AEF Siberia estaba formada por el 27º y 31º Regimientos de Infantería del Ejército de los Estados Unidos, más un gran número de voluntarios de los regimientos 13º y 62º, y unos pocos del 12º.
Aunque el General Graves no llegó a Siberia hasta el 4 de septiembre de 1918, los primeros 3.000 soldados norteamericanos desembarcaron en Vladivostok entre el 15 y el 21 de Agosto. Rápidamente se les asignó la vigilancia de diversos tramos de la línea férrea entre Vladivostok y Nikolsk.
Al contrario que sus aliados, el General Graves consideraba que su misión en Siberia era proteger los suministros norteamericanos y ayudar a la Legión Checa a evacuar Rusia, lo cual no incluía luchar contra los bolcheviques. Debido a sus repetidas llamadas a la moderación, Graves tuvo frecuentes enfrentamientos con los comandantes británicos, franceses y japoneses, los cuales querían que los norteamericanos tuvieran una participación más activa en las operaciones militares.
Intervención aliada (1918-1919)
En agosto de 1918 comenzó la intervención combinada aliada. Los japoneses hicieron pasar a más de 70 000 soldados por el puerto de Vladivostok y diversos puntos de la frontera con Manchuria. El despliegue de tan enorme fuerza para lo que se suponía una expedición de apoyo hizo que sus aliados recelaran de las auténticas intenciones japonesas. El 5 de septiembre los japoneses entraron en contacto con la vanguardia de la Legión Checa. Pocos días después, británicos, italianos y franceses se unieron a los checos en un intento de restablecer el frente oriental tras los Urales; en consecuencia los aliados europeos se desplazaron hacia el oeste. Los japoneses, con sus propios objetivos en mente, se negaron a continuar más al oeste del Lago Baikal y quedaron atrás. Esto hizo que los norteamericanos, sospechando de sus intenciones, también permanecieran cerca para tenerlos vigilados. En noviembre los japoneses ya habían ocupado todos los puertos y grandes ciudades de las Provincias Marítimas Rusas, además de la ciudad de Chitá en Siberia Oriental.
A partir del verano de 1918 el ejército japonés prestó apoyo a facciones de los Rusos Blancos; la 5ª División de Infantería y los japoneses, con el refuerzo del Destacamento Especial de Manchuria de Grigori Semiónov, tomaron el control del Transbaikal, región donde se instauró un efímero gobierno blanco.
Retirada de las fuerzas Aliadas (1919-1920)
Al término de la guerra en Europa los aliados decidieron apoyar a los ejércitos blancos antibolcheviques implicándose de forma más decidida en la Guerra Civil Rusa. Los aliados prestaron ayuda militar al gobierno de Kolchak en Omsk mientras que los japoneses hicieron lo propio con los rivales de Kolchak, Grigori Semiónov e Ivan Kalmikov. En verano de 1919 el régimen blanco de Siberia se derrumbó después de la captura y ejecución de Kolchak por el Ejército Rojo.
En junio de 1920, los norteamericanos, británicos y restantes miembros de la coalición aliada se retiraron partiendo de Vladivostok, como hizo ese mismo año la Legión Checa. Sin embargo, los japoneses decidieron quedarse: ya dominaban Corea y Manchuria y temían la expansión del comunismo tan cerca de sus fronteras. En cualquier caso, Japón se vio obligado a firmar el Acuerdo de Gongota para evacuar pacíficamente sus tropas del Transbaikal, lo cual significó, en Octubre de 1920, el inevitable final del régimen de Grigori Semiónov.
El ejército japonés continúo aportando ayuda militar al Gobierno Provisional de Priamur, en contra de su rival apoyado por Moscú, la República del Lejano Oriente. La continuidad de la intervención japonesa preocupaba al gobierno estadounidense, que sospechaba que Japón escondía ambiciones territoriales en Siberia y Rusia Oriental. Sometida a intensa presión diplomática por parte de Estados Unidos y Gran Bretaña, y frente a una oposición doméstica cada vez más fuerte debida al coste humano y económico de la intervención, la administración del Primer Ministro Katō Tomosaburō retiró sus tropas en Octubre de 1922.
Consecuencias
Repercusión en la política japonesa
Las motivaciones de la intervención japonesa en Siberia fueron complejas y deficientemente llevadas a la práctica. De cara al exterior, Japón, y los otros miembros de la coalición internacional, estaban en Siberia para proteger los suministros militares y para rescatar a la Legión Checa. Sin embargo, la intensa hostilidad del gobierno japonés al comunismo, la revancha de históricas afrentas con Rusia y el hecho de tener al alcance de la mano la posibilidad de resolver el "problema del norte" de su seguridad, mediante la creación de un estado tapón o incluso por medio de conquista territorial directa; fueron factores que sin duda influyeron. En cambio, el apoyo a diferentes líderes del Movimiento Blanco dejo a Japón en una delicada situación diplomática frente al gobierno de la Unión Soviética cuando el Ejército Rojo finalmente emergió victorioso de la Guerra Civil. La intervención hizo pedazos la unidad interna de Japón en tiempos de guerra, envolviendo a gobierno y ejército en amargas controversias e, incluso, provocando divisiones internas en el seno mismo del ejército.
Las pérdidas japonesas en la expedición a Siberia fueron de unos 5000 muertos o heridos en combate, además de unos gastos de más de 900 millones de yenes.
Véase también
- Separatismo Siberiano
Referencias
- ↑ «Canada’s Siberian Expedition». Consultado el 08/02/2011.
Bibliografía
- John Albert White, The Siberian Intervention, Greenwood Press, 1970
- Betty Miller Unterberger, America's Siberian expedition, 1918-1920: a study of national policy, Greenwood Press, 1969
- James William Morley, The Japanese thrust into Siberia, 1918, Columbia University Press, 1957
- Paul Martin Andrews, The Siberian intervention: turning point in Canada's relations with Great Britain, SUNY, Plattsburgh, 1974
- I. T. M. Gow, Military intervention in pre-war Japanese politics: Admiral Katō Kanji and the 'Washington system, Routledge, 2004
- Guins, George C. (1969). «The Siberian Intervention, 1918-1919». Russian Review 28 (4): pp. 428-440. http://www.jstor.org/stable/127162.
- Robert James Maddox, The unknown war with Russia: Wilson's Siberian intervention, Presidio Press, 1977
Enlaces externos
Categorías:- Revolución rusa
- Primera Guerra Mundial
Wikimedia foundation. 2010.