- Movimiento Blanco
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El Movimiento Blanco, cuyo brazo militar es conocido como Ejército Blanco (Белая Армия, transliterado como Bélaya Armiya) o Guardia Blanca (Белая Гвардия, белогвардейцы; Belaya Gvardiya, belogvardejtsy) y cuyos miembros fueron llamados blancos (Белые, o despectivamente Беляки) o rusos blancos (no confundir con los ciudadanos de Bielorrusia), estaba formado por fuerzas nacionalistas contrarrevolucionarias rusas, en muchos casos pro-zaristas, que tras la Revolución de Octubre lucharon contra el Ejército Rojo (al igual que el nacionalista Ejército Verde) durante la Guerra Civil Rusa desde 1918 hasta 1921.
Contenido
La organización del moviento blanco
En sentido estricto, no existía un Ejército Blanco como fuerza unificada y menos un "gobierno" que dirigiera al movimiento blanco y rivalizara coherentemente con el gobierno soviético. Sin coordinación central, las fuerzas blancas nunca fueron más allá de una débil confederación de grupos contrarrevolucionarios. La mayoría de sus miembros había servido en el ejército del zar Nicolás II y buscaban el retorno de la monarquía en el Imperio Ruso. La ausencia de una administración gubernamental central y la falta de un liderazgo obedecido en forma unánime eran un problema para el movimiento blanco, mientras que los bolcheviques sí contaban con un partido político y una jerarquía disciplinada y sólidamente establecida que les permitía imponer su autoridad sin disensiones internas.
El movimiento blanco carecía de las estructuras políticas de los bolcheviques y pronto sus líderes militares empezaron a convertirse en verdadera autoridad política. Pero sin coordinación central, las ambiciones de cada grupo o camarilla de oficiales generaron graves pugnas entre los blancos. Tal situación se agravó al saberse que el zar Nicolás II había sido fusilado con toda su familia en Ekaterinburgo en julio de 1918. Al carecer desde entonces de una figura en nombre de la cual administrar vastas extensiones de territorio ruso, los generales del movimiento blanco se transformaron en pequeños caudillos regionales casi autónomos. Inclusive hubo extensas regiones en Siberia donde simples grupos de bandoleros locales eran la única autoridad y sobre las cuales los generales blancos no ejercían control alguno.
A veces, los aliados occidentales de la Triple Entente y fuerzas extranjeras intervencionistas proporcionaron importante asistencia a las unidades del ejército. Esto llevaría a algunos a ver al Ejército Blanco como representante de los intereses de las potencias rivales, elemento que la propaganda bolchevique aprovechó plenamente, difundiendo que los oficiales blancos sólo obedecían órdenes de Francia y Gran Bretaña, contrariando el interés de Rusia.
La Guerra Civil Rusa entre blancos y rojos duraría hasta 1921. El Ejército Blanco contó con colaboración ocasional de fuerzas (japonesas, británicas, canadienses, francesas y estadounidenses, entre otros. Estas potencias aportaron al Movimiento Blanco dinero, asesoramiento militar, trenes acorazados, y artillería pesada, además de recibir entre marzo y abril de 1918 un cuerpo expedicionario aliado para intervenir específicamente en la Siberia oriental. Lentamente el apoyo de estos contingentes extranjeros fue disminuyendo debido a que la opinión pública en sus países (sobre todo en Francia y Gran Bretaña) rechazaba la idea de continuar sosteniendo tropas para combatir en Rusia cuando la Primera Guerra Mundial ya había terminado y los soldados exigían volver a sus hogares. El creciente aislacionismo de EEUU a partir de inicios de 1919 hizo que dicho país también redujera su auxilio a los blancos. Estaba en discusión la utilidad de apoyar militarmente a un movimiento antibolchevique muy desorganizado y sin líderes reconocidos por todos, lo que podría implicar desperdiciar recursos sin apreciar ventajas efectivas. Finalmente, los éxitos repetidos de los bolcheviques desde mediados de 1919 y su consolidación como gobierno efectivo de Rusia causaron dudas sobre las posibilidades reales que el régimen comunista pudiese ser desalojado del poder, y que a su vez el movimiento blanco pudiese efectivamente sustituirlo.
Una excepción notable a esta política fue Japón, que por su proximidad geográfica a Rusia esperaba aprovechar las riquezas naturales de Siberia, cuya explotación no podían realizar los blancos debido a las presiones de la guerra. Los intereses económicos de japón justificaban entonces mantener la presencia de tropas en zonas de la Siberia rusa. La participación bélica de Japón en la Primera Guerra Mundial había sido muy pequeña y por lo tanto no había problemas estratégicos ni financieros que le impidieran sostener una ocupación militar en Rusia, más aún considerando que el Ejército Blanco dependía por completo del apoyo material japonés y que, por lo tanto, no se opondría a la penetración económica de Japón. La posterior retirada japonesa en 1922 resulta explicable al expandirse el poder soviético y quedar anuladas las tropas de los blancos (suprimiendo así el único apoyo efectivo a los japoneses dentro de Rusia), además de la negativa del gobierno nipón a embarcarse en una impredecible guerra contra las tropas bolcheviques.
Los blancos aguantaron bastante tiempo en algunas zonas (especialmente en el este de Siberia, sur de Ucrania y Crimea), pero desde mediados del año 1919 las fuerzas del Ejército Rojo empezaron a obtener victorias relevantes. En julio de 1919 el almirante Aleksandr Kolchak asumió el mando militar del Ejército Blanco en Siberia y se reveló como uno de los jefes militares más capaces de los blancos. Pero la falta de coordinación con otros líderes blancos y la impopularidad de sus caudillos locales hizo que el Ejército Blanco perdiera terreno ante el renovado Ejército Rojo. A fines de 1919 los bolcheviques habían recuperado la mayor parte de la Rusia Europea y habían expulsado a los blancos a las zonas más remotas de Siberia. Las tropas blancas, desmoralizadas y en desintegración permanente, empezaron a depender fuertamente del apoyo militar japonés a lo largo del año 1920.
Algunos soldados blancos lucharon bajo la dirección del autoproclamado General Grigori Semiónov, formando bandas armadas dedicadas al pillaje. Otros pasaron a Mongolia, donde establecer un régimen pro-ruso a las órdenes del barón Roman von Ungern-Sternberg, a costa de considerables bajas. Pero fracasaron en la unidad o la cooperación efectiva entre sus cuerpos, mientras que el Ejército Rojo paulatinamente consiguió ventaja y tomó el poder en Mongolia.
Ideología
La ideología del Movimiento Blanco estuvo en permanente desarrollo durante la guerra civil. Los generales Kornilov y Denikin sostuvieron ciertas formas de base ideológica pero ninguna era tan concreta o coherente como la del general Wrangel durante el llamado «experimento de Crimea» en 1920. Fue ahí donde Wrangel planteó brevemente el núcleo del «ideal blanco», que hacía énfasis en la liberación de Rusia de los bolcheviques y otras fuerzas «anárquicas», el establecimiento de un gobierno justo y honrado, la protección de los fieles contra las persecuciones religiosas, los derechos del granjero a la propiedad de la tierra, y la oportunidad de todos los rusos de elegir a un «líder».
Aun así este «experimento de Crimea» fue muy tardío para entusiasmar a grandes masas de la población, pues ocurría en una fase de la guerra en la que los bolcheviques ya habían conseguido la ventaja militar, mientras los blancos perdían apoyo de franceses y británicos. Asimismo el carácter exclusivista y elitista que caracterizaba a los oficiales blancos durante el zarismo no había desaparecido del todo y ello hacía muy difícil conseguir la adhesión de las masas populares, lo que generaba graves problemas cuando los líderes blancos intentaban reclutar tropas leales a su causa. En las últimas fases de la guerra los batallones del Ejército Blanco contaban con una proporción excesiva de oficiales en comparación con los soldados reclutados.
Tras la Guerra Civil Rusa
Tras el fin de la Guerra Civil Rusa, los conceptos de Wrangel fueron plasmados en una ideología concreta por pensadores rusos como Ivan Ilyin, basada principalmente en las ideas de los eslavófilos.
Las tendencias monárquicas fueron muy fuertes entre los oficiales veteranos blancos, el republicanismo era más raro. En agosto de 1922, dos meses antes de ser expulsados los blancos de su último baluarte en Vladivostok, el ejército blanco del lejano Este del general Mijaíl Ditterix llegaría tan lejos como para convocar la Zemskiy Sobor de Preamursk y elegir (sin su participación) al Gran Duque Nicolás Nikoláyevich Románov como zar de todas las Rusias.
Luego que fue vencida la Guardia Blanca, la Comisión Central Ejecutiva de Rusia y del Soviet de Comisarios del Pueblo declaró, mediante un decreto de 1921, que entre dos y tres millones de personas (entre los cuales se encontraban antiguos rusos blancos u opositores a la Revolución de Octubre) pasaban a ser apátridas. Tras ello hubo una fuerte emigración de rusos antisoviéticos, agrupándose en Berlín, París, Harbin y Shanghái, estableciendo redes culturales que durarían hasta la Segunda Guerra Mundial. A partir de dicho momento, sus actividades encontrarían acogida en Estados Unidos.
La actividad blanca se concentraría posteriormente en círculos de exiliados e intentos fallidos de inflitrarse en la Unión Soviética, tratando de contactar con simpatizantes blancos que hubieran quedado en Rusia ocultando sus antiguas ideas.
El Movimiento Blanco fue la primera fuerza organizada que entró en lucha armada contra la Internacional Comunista fuera de Rusia. El teniente general monárquico E. K. Miller, que fue en 1919-1920 uno de los jefes del Movimiento Ruso Blanco, y que encabezó en el exilio la "Unión Militar Rusa" (ROVS), declaró al iniciarse la Guerra Civil Española en 1936 que la Cruzada contra el comunismo empezada en España era continuación de la Lucha Blanca y llamó a los nacionalistas rusos a que se enrolaran como voluntarios en el ejército del general rebelde Francisco Franco. Unos ochenta miembros de la ROVS y otros nacionalistas rusos en forma individual, lograron entrar en España, donde integraron un destacamento ruso que formaba parte del Tercio Doña María de Molina. Los anticomunistas rusos lucharon también en las filas de la Legión Extranjera Española y otras unidades del Ejército Nacional.[1]
Personajes destacados del movimiento blanco
- Mijaíl Vasílievich Alekséyev
- Stanisław Bułak-Bałachowicz
- Antón Ivánovich Denikin
- Mijaíl Gordéyevich Drozdovski
- Aleksandr Ilich Dutov
- Iván Aleksándrovich Ilín
- Alekséi Maksímovich Kaledin
- Aleksandr Vasílievich Kolchak
- Lavr Geórgievich Kornílov
- Piotr Nikoláyevich Krasnov
- Aleksander Pávlovich Kutepov
- Viacheslav Grigórievich Naumenko [2][3][4]
- Sergéi Leonídovich Márkov
- Vladímir Zinóvievich Mai-Mayevski
- Yevgeni Karlóvich Míler
- Gran Duque Nicolás
- Víktor Leonídovich Pokrovski
- Grigori Mijáilovich Semiónov
- Andréi Grigórievich Shkuró
- Barón Roman von Ungern-Sternberg
- Piotr Nikoláyevich Wrangel
- Nikolái Nikoláyevich Yudenich
Véase también
- Ejército de Voluntarios
- Intervención aliada en la Guerra Civil Rusa
- Ejército Ruso de Liberación
- Operación Keelhaul
- ROVS
Enlaces externos
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- Organizaciones monárquicas
- Monárquicos de Rusia
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