- Manuel Lorenzo de Vidaurre
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Manuel Lorenzo de Vidaurre
4 de julio de 1827 – 4 de agosto de 1827
1825 – 1828 Predecesor Primer presidente Sucesor José Cavero y Salazar 1831 – 1834 Predecesor José María Galdiano Sucesor Mariano Alejo Álvarez 1837 – 1839 Predecesor Justo Figuerola Sucesor José de la Cuba
Datos personalesNacimiento 19 de mayo de 1773
Lima, PerúFallecimiento 9 de marzo de 1841
Lima, PerúProfesión Abogado, magistrado y político Manuel Lorenzo de Vidaurre y Encalada (Lima, 19 de mayo de 1773 – Lima, 9 de marzo de 1841) fue un jurista, político y ensayista peruano. Fue uno de los precursores reformistas de la independencia del Perú, es decir, aquellos que consideraban que los problemas de las colonias podían solucionarse con reformas emanadas de la Corona española y sin llegar a la separación de la metrópoli, ideas que expuso en dos libros, Cartas americanas y Plan del Perú, escritos en la década de 1810 y publicados recién en 1822. Sin embargo, tras viajar por Francia, Inglaterra, España y los Estados Unidos, hizo profundas reflexiones y aceptó finalmente la necesidad de la separación (1823). Ya en su faceta de prócer independentista contribuyó con sus servicios y sus propuestas jurídicas a la cimentación del proyecto republicano. Durante la dictadura bolivariana fue sucesivamente adulador y detractor del Libertador Bolívar. Fue el primer presidente de la Corte Suprema de Justicia del Perú (1825), cargo que ejerció en tres períodos. También ejerció la presidencia del Congreso Constituyente en 1827, y el ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores en ese mismo año y en 1832.
Fue un hombre múltiple y talentoso, poseedor de un carácter apasionado y contradictorio (“genio eléctrico”, lo llamó Bolívar), y formado en la disciplina ideológica de la Ilustración. Vio en la ley el más eficaz instrumento para la felicidad de su pueblo; y en la palabra, oral o escrita, el medio de labrar la opinión pública; de modo que se volcó inquietamente en cartas, discursos, artículos, proyectos de codificación y tratados mediante los cuales quiso difundir sus concepciones acerca de la organización de la República. Su contribución al Derecho peruano ha sido valiosa.
Biografía
Hijo del coronel Antonio Basilio Vidaurre de la Parra y Manuela Catalina de Encalada y Mirones, era de familia acomodada y estudió en el Real Convictorio de San Carlos. Tras optar grado de Bachiller en Cánones (1795) en la Universidad de San Marcos e iniciarse en el ejercicio de la abogacía (1797), optó grado en doctor en Leyes y Cánones (1802).
Recibió la influencia de las ideas de Montesquieu, Locke, Rousseau y otros pensadores de la Ilustración. Sus audacias librepensadoras llegaron a conocimiento del Tribunal de la Inquisición y, obligado a comparecer semanalmente ante sus jueces durante varios años, extremó entonces su ostentación de piedad. Pero al mismo tiempo expuso la necesidad de reformar la administración de justicia, para subsanar los defectos que padecían los litigantes y, conmovido por la invasión napoleónica, se mostró como un ferviente fidelista. Para evitar la influencia de su ejemplo, el virrey José Fernando de Abascal lo excitó a viajar a España para gestionar una colocación ajustada a sus méritos y, llegando a Cádiz (1810), escribió el libro que publicaría bajo el título de Plan del Perú, por requerimiento del ministro de Gracia y Justicia. Gracias a esa obra, donde exponía los defectos de la administración colonial y la solución para hacer una justicia más rápida y honesta, obtuvo su nombramiento como oidor de la Real Audiencia de Cuzco (29 de diciembre de 1810).
Retornó al Perú por vía de Cabo de Hornos y, temeroso de cualquier contacto con las turbulencias separatistas de Buenos Aires y Santiago de Chile, parece que sólo tocó tierra en Arica. En el ejercicio de sus funciones de oidor (1811-1815) demostró independencia; pero al estallar la revolución que acaudilló el brigadier Mateo Pumacahua, los rebeldes le ofrecieron la presidencia de la junta de gobierno, y aunque lo rechazó, le extendieron un salvoconducto para que no se le molestara.
Sofocada la rebelión cuzqueña, el virrey Abascal lo llamó a Lima y le inició proceso acusándolo de complicidad con los rebeldes (1815). Vidaurre solicitó entonces su traslado a España para ser juzgado con alguna imparcialidad. Ya en la península, afrontó una fría hostilidad. Se trasladó a Francia e Inglaterra; y al fin obtuvo una plaza de oidor en la Real Audiencia de Puerto Príncipe, hoy Camagüey (1820). Allí emitió opiniones políticas muy atrevidas; y para alejarlo de América, se optó por trasladarlo a la Real Audiencia de Galicia (1822).
Optó luego por viajar a Estados Unidos; se puso en relación con el Libertador Simón Bolívar; y por invitación suya retornó al Perú. Fue designado para instalar la Corte Superior de Justicia de Trujillo (11 de abril de 1824); y al fundarse la Corte Suprema de la República, pasó a ser vocal de ella (1825) y su primer presidente. Además, integró entonces dos comisiones: para redactar los estatutos de la Universidad de Trujillo, creada por Bolívar; y para formar un proyecto destinado a definir la creación de una Sociedad Económica de Amantes del País.
Pero hubo de viajar a Panamá (5 de junio de 1825), al ser acreditado como plenipotenciario ante el Congreso Americano que allí se reunió; y trabajó febrilmente para sentar las bases de la Confederación de naciones hispanoamericanas propuesta por Bolívar. Su adulación hacia el Libertador se hizo proverbial. Y no obstante aquella estrecha colaboración, se enemistó con Bolívar cuando éste hizo aprobar la Constitución Vitalicia; y tras la partida de aquél, se alió con los liberales antibolivarianos para efectuar una reacción nacionalista (27 de enero de 1827). En este agitado período desempeñó labores periodísticas: como editor del diario El Discreto (en cuyas páginas insertó un proyecto de constitución) y como colaborador generoso en El Revisor y El Peruano (1827), y más tarde en El Fénix (1834).
Fue ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores (30 de enero a 16 de mayo de 1827) en la junta de gobierno presidida por el general Andrés de Santa Cruz y, elegido diputado por Lima, ejerció la presidencia del Congreso Constituyente (4 de julio a 4 de agosto de 1827). Poco después se le implicó en una presunta conspiración y fue desaforado. Partió al exilio en la noche del 29 de abril de 1828 a bordo de la fragata “China” con dirección al puerto de Salem, en Massachussets, Estados Unidos. Más tarde se dirigió a Europa.
Retornó en 1830 y se reincorporó a la Corte Suprema de la que fue presidente entre 1831 y 1834. Transitoriamente ocupó el Ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores (31 de enero a 31 de mayo de 1832), cuando el régimen presidido por el mariscal Agustín Gamarra sorteaba los amagos de sucesivas conspiraciones. De entonces data una sentencia suya con la que justificaba la política represiva del gobierno: “Ha de reinar el orden. Si fuese preciso callarán las leyes para mantener las leyes.” También por estos años prosiguió con sus escritos jurídicos y sus proyectos de codificación.
Durante la Confederación Perú Boliviana fue nombrado ministro plenipotenciario de Ecuador, con la misión de evitar que dicho país se sumara a la campaña restauradora contra la Confederación; pero tras el fin de ésta fue privado de todos sus cargos públicos, incluyendo su magistratura en la Corte Suprema. Se abocó entonces al ejercicio de su profesión y fue nombrado por aclamación decano del Colegio de Abogados en 1840. Ese mismo año desempeñó el vicerrectorado de la Universidad de San Marcos.
Falleció en Lima a la edad de 67 años.
Obras principales
- Obras del ciudadano Manuel de Vidaurre (Puerto Príncipe, 1820-1822, 5 vols.), compilación de ensayos jurídicos. Es una magna contribución para el Derecho peruano.
- Plan del Perú (Filadelfia, 1823), con dedicatoria a Bolívar, donde hace una crítica del sistema administrativo colonial y aconseja los medios más eficaces para remediarla. Particularmente magistral es su informe de la situación del indio. Fue reeditado en 1971 por Alberto Tauro del Pino junto con "otros escritos".
- Cartas americanas (2 vols. y un suplemento, 1823-1827; reunidos por Alberto Tauro en un solo volumen que incluye una "addenda", 1973), disertaciones políticas de ideario fidelista a la monarquía española pero a la vez reformista. Al estilo de Rousseau, incluye confesiones íntimas, como la de sus amores adúlteros.
- Efectos de las facciones en los gobiernos nacientes (Boston, 1828).
- Proyecto del Código Penal (Boston, 1828), que publicó con motivo de haber convocado el gobierno de Chile un concurso sobre dicho asunto. De su lectura se desprende que Vidaurre buscaba no solo la represión sino la prevención del delito y se caracteriza por su laicismo, su liberalismo y el carácter draconiano y pintoresco de sus penas, fundadas en el dolor del delincuente.
- Proyecto del Código Eclesiástico (París, 1830), dedicado a S.S. Pío VIII y escrita bajo influencia de las tesis regalistas, fue considerada una obra disparatada y llena de contrasentidos, por lo que fue puesto en el Índex de libros prohibidos por la Iglesia Católica. En ella consignaba audaces principios sobre sometimiento del poder espiritual al temporal, la anulación del celibato y el derecho a casarse de los religiosos, quienes estudiarían además en seminarios pagados por el Estado, etc.
- Proyecto de Código Civil peruano (Lima, 1834-1836), dividido en tres partes: sobre las personas, sobre dominios y contratos y sobre últimas voluntades. Con más de 900 páginas en total, representa lo más orgánico de su producción. Deficiente en cuanto a su técnica como código propiamente dicho e inaplicable en buena parte de su política jurídica, es sin embargo muy animado e interesante.
- Vidaurre contra Vidaurre (Lima, 1839), dedicado a José Manuel Pasquel (entonces canónigo y vicario general de la Iglesia Metropolitana de Lima); es un volumen inicial de un "curso de derecho eclesiástico" en el cual intentó rectificar anteriores opiniones sobre la materia, pero sin lograr ceñirse a la ortodoxia católica, por lo que fue igualmente condenada por el arzobispo de Lima Francisco de Sales Arrieta (1840). No obstante, el título de la obra se hizo en su momento popular para designar a quienes se contradicen a sí mismos.
Redactó también un proyecto de Código de Comercio y un Derecho Marítimo, obras que se han perdido.
Bibliografía
- Basadre, Jorge: Historia de la República del Perú. 1822 - 1933, Octava Edición, corregida y aumentada. Tomos 1 y 2. Editada por el Diario "La República" de Lima y la Universidad "Ricardo Palma". Impreso en Santiago de Chile, 1998.
- Chirinos Soto, Enrique: Historia de la República, Tomo I (1821-1930). Lima, AFA Editores, 1985.
- Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 17. VAC-ZUZ. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-166-9
- Vargas Ugarte, Rubén: Historia General del Perú. Octavo Tomo. Primera Edición. Editor Carlos Milla Batres. Lima, Perú, 1971.
- Varios autores: Grandes Forjadores del Perú. Lima, Lexus Editores, 2000. ISBN 9972-625-50-8
- Varios autores: Historia del Perú. Lima, Lexus Editores, 2000. ISBN 9972-625-35-4
Predecesor:
Primer presidente
Pdte. Corte SupremaPresidente de la Corte Suprema del Perú
1825 - 1828
Sucesor:
José Cavero y Salazar
Pdte. Corte SupremaPredecesor:
José María Galdiano
Pdte. Corte SupremaPresidente de la Corte Suprema del Perú
1831 - 1834
Sucesor:
Mariano Alejo Álvarez
Pdte. Corte SupremaPredecesor:
Justo Figuerola
Pdte. Corte SupremaPresidente de la Corte Suprema del Perú
1837 - 1839
Sucesor:
José de la Cuba
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