- Modos rítmicos
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En la música medieval, los modos rítmicos fueron los patrones de duraciónes (o ritmos) largos y cortos impuestos en la escritura musical, que de otra manera serían idénticas.
Contenido
Historia
La notación modal, que fue desarrollada por los compositores de la Escuela de Notre Dame , entre 1170 y 1250, sustituyó al ritmo aún no medido de la primera polifonía y canto llano por los patrones basados en los pies métricos de la poesía clásica, y fue el primer paso hacia el desarrollo de la moderna notación mensural.[1] Los modos rítmicos de la polifonía de Notre Dame son el primer indicio en música escrita de una duración determinada de las notas desde la antigua Grecia.
Aunque el uso de los modos rítmicos es el rasgo más característico de la música tardía de la Escuela de Notre Dame, sobre todo las composiciones de Pérotin, también predominan en gran parte del resto de la música del ars antiqua a mediados del siglo XIII aproximadamente. Los tipos de composición que estaban impregnados por el ritmo modal son los del organum (los más célebres, el organum triplum y el organum quadruplum de Pérotin), el conductus y la cláusula de discanto de Notre Dame. Más adelante en ese mismo siglo, los motetes de Petrus de Cruce así como muchos compositores anónimos, que cultivaban las cláusulae de discanto, también utilizaban el ritmo modal, a menudo con una complejidad mucho mayor que la que podemos encontrar a principios de siglo. Por ejemplo, hay pasajes en los que cada voz canta en un modo diferente, igual que si fuese un idioma diferente.
Descripción
En la mayoría de las fuentes se recogen seis modos rítmicos, como ya se explicó en un tratado anónimo de hacia 1240, titulado De mensurabili musica (anteriormente atribuido a Johannes de Garlandia, y que ahora se sabe que fue ampliamente corregido a finales del siglo XIII). Cada modo consiste en un breve patrón de valores largos y cortos de las notas ( "longas" y " breves") que se corresponde con un pie métrico, tal y como sigue:
- Larga - Breve (troqueo)
- Breve - Larga (yambo)
- Larga - Breve - Breve (dáctilo)
- Breve - Larga - Larga (anapesto)
- Larga - Larga (espondeo)
- Breve - Breve - Breve (tribraquio)
Aunque este sistema de seis modos fue reconocido por los teóricos de la Edad Media, en la práctica sólo los tres primeros parecen haber sido los modelos estándar del período modal, siendo el segundo modo menos frecuente que el primero y tercero. El cuarto modo casi no aparece; por su parte el quinto y el sexto son difíciles de ver en su ritmo uniforme. El quinto modo se utiliza normalmente sólo en la voz más baja (o tenor).[2]
La transcripciones modernas de los seis modos generalmente son las siguientes:
- Troqueo: (negra), (corchea) (en general, medido, por lo tanto, en 3/8)
- Yambo: corchea, negra (medido en 3/8)
- Dáctilo: negra con puntillo, corchea, negra (medido en 6/8)
- Anapesto: corchea, negra, negra con puntillo (medido en 6/8)
- Espondeo: negra con puntillo, negra con puntillo (medido en 3/8 o 6/8)
- Tribraquio: corchea, corchea, corchea (medido en 3/8 o 6/8)
El sistema fue concebido a finales del siglo XII y se utilizaron combinaciones estereotipadas de las ligaduras para indicar las pautas de las notas largas (longas) y de las notas cortas (breves), que permitían al intérprete o ejecutante reconocer cuál de los seis modos rítmicos había que aplicar a un pasaje determinado. Las notas ligadas en grupos de 3, 2, 2, 2, etc indican el primer modo; 2, 2, 2, 2, ... 3, el segundo modo; 1, 3, 3, 3, 3, etc. el tercer modo; 3, 3, 3, ... 1, el cuarto modo; 3, 3, 3, 3, etc. el modo quinto y 4, 3, 3, 3, etc. el sexto.[3] Así pues, la lectura y la interpretación de la música utilizando los modos de notación rítmica se basa en el contexto. Después de reconocer cuál de los seis modos se debe aplicar a un pasaje de neumas, un cantor normalmente seguirá en ese mismo modo hasta el final de una frase, o una cadencia. En las ediciones modernas de la música medieval, ligaduras están representados por paréntesis horizontal sobre las notas que figuran en él.
Todos los modos se rigen por un principio de métrica ternaria, lo que significa que cada modo tendrá un número de subdivisiones divisible entre 3. Se cree que este rasgo puede tener su origen en la teología en la que la santísima trinidad era símbolo de perfección y, como toda música busca la perfección, por ello tenía que ser divisible en 3. Menos especulativa es la posible flexibilidad del ritmo que permite la variedad y evita la monotonía. Las notas podían dividirse en unidades más cortas (fractio modi) o dos unidades rítmicas del mismo modo podían combinarse en una sola (extensio modi).
Un ordo (plural ordines) es una frase construida a partir de una o más porciones de un patrón modal y que termina en un silencio. Los ordines se describen en función del número de repeticiones y la posición del silencio final. Los "ordines perfectos" terminan con la primera nota del patrón seguida de un silencio que sustituye la segunda mitad del patrón, y los "ordines imperfectos" terminan en la última nota del patrón seguida de un silencio igual a la primera parte. Los "ordines imperfectos" son prácticamente teóricos y raros en la práctica, mientras que los "perfectos" son predominantes.[4]
Teóricos
Entre los escritores que trataron el tema de los modos rítmicos están el Anónimo IV, que menciona los nombres de los compositores Léonin y Pérotin, así como algunas de sus obras más importantes, y Franco de Colonia, quien reconoció las limitaciones del sistema y fue el primero en proponer un método de notación en el cual la duración de una nota era representado por su forma distintiva. Después de Garlandia, muchos teóricos trataron de incluir la semibreve en el sistema. Lambertus aumentó el número de modos hasta nueve.
Notas
Referencias bibliográficas
- Apel, Willi. The Notation of Polyphonic Music, 900-1600, 5th edition, revised and with commentary. Publications of the Mediaeval Academy of America, no. 38. Cambridge, Mass.: Mediaeval Academy of America, 1961.
- Articles "Rhythmic mode", "Johannes de Garlandia," "Franco of Cologne," in The New Grove Dictionary of Music and Musicians, ed. Stanley Sadie. 20 vol. London, Macmillan Publishers Ltd., 1980. ISBN 1-56159-174-2.
- Grout, Donald Jay, J. Peter Burkholder, and Claude V. Palisca. A History of Western Music, 7th edition. New York: W. W. Norton, 2006. ISBN 0-393-97991-1
- Hoppin, Richard H. Medieval Music. New York: W. W. Norton & Co., 1978. ISBN 0-393-09090-6.
- Hughes, Dom Anselm. "Music in Fixed Rhythm". In New Oxford History of Music, vol. 2: "Early Medieval Music up to 1300", edited by Dom Anselm Hughes, 311–52. London New York, & Toronto: Oxford University Press, 1954.
- Parrish, Carl, The Notation of Medieval Music. London: Faber & Faber, 1957.
- Randel, Don Michael, and Willi Apel (eds.). The New Harvard Dictionary of Music. Cambridge, Massachusetts: Belknap Press of Harvard University Press, 1986. ISBN 0-674-61525-5.
- Wellesz, Egon (ed.) New Oxford History of Music, vol. 1: "Ancient and Oriental Music". London & New York: Oxford University Press, 1957.
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