Álvaro de Ibarra

Álvaro de Ibarra
Presidente de la Audiencia Gobernadora Capitán General del Perú
6 de diciembre de 1672 – 15 de agosto de 1674
Predecesor	Pedro Antonio Fernández de Castro
Sucesor	Baltasar de la Cueva Henríquez
Datos personales
Nacimiento	22 de octubre de 1619 Lima, Virreinato del Perú
Fallecimiento	18 de enero de 1675 Lima, Virreinato del Perú
Profesión	Abogado, Catedrático y Político.

Álvaro de Ibarra (Lima, 1619 – 1675) fue un magistrado y clérigo hispanoperuano. En su calidad de Presidente de la Real Audiencia de Lima estuvo a cargo del gobierno del Virreinato del Perú entre los años 1672 y 1674, y en consecuencia fue el primer criollo que llegó a la más alta función del gobierno virreinal en el Perú. Por sus cualidades sobresalientes influyó notoriamente en el gobierno de cuatro virreyes: el Conde de Alba de Liste, el Conde de Santisteban, el Conde de Lemos y el Conde de Castellar, entre 1655 y 1675.

Biografía

Hijo de Gregorio de Ibarra e Isabel de Carrión. Ingresó al Real Colegio de San Martín (1633), en cuyas aulas cursó Artes y Teología; y en la Universidad Mayor de San Marcos optó grado de Doctor en Leyes y Cánones. Nombrado canónigo doctoral del Cabildo Metropolitano de Lima, obtuvo la cátedra de Código en la Universidad (1647); y luego la de Prima de Leyes, como sustituto y en virtud de una airosa oposición (1650).

Acreditado ya por su erudición y su austeridad, el virrey Conde de Alba de Liste requirió su consejo (1655), y sucesivamente le confió las funciones de Protector general de indios y Visitador del Reino de Chile. Nombrado entonces fiscal de la Real Audiencia de Bogotá, fue inmediatamente destinado a una vacante plaza de oidor de la Real Audiencia de Chile (1655).

A su regreso, asumió el cargo de inquisidor apostólico de Lima (1659), en el cual desplegó su celo característico y, aparte de varios procesos sustanciados privadamente, efectuó un Auto de fe durante el cual fue quemado un judío portugués (23 de enero de 1664). También fue entonces asesor del virrey Conde de Santisteban. Fue nombrado Presidente de la Real Audiencia de Quito (15 de febrero de 1664) y Oidor en la de Lima (6 de marzo de 1669).

Alcanzó su mayor influencia durante el gobierno del virrey Conde de Lemos, quien reconoció la antigüedad de sus servicios en las diversas audiencias y lo hizo reconocer como Oidor Decano, e inclusive le confió la visita de la Audiencia y de las Reales Cajas de Lima, estipulando que al término de ella podría ocupar una plaza en el Supremo Consejo de Indias.

Al morir el Conde de Lemos le correspondió asumir las funciones de Presidente de la Real Audiencia, gobernador y capitán general del Virreinato (de 1672 a 1674), a la espera de la llegada del nuevo virrey. Fue designado como tal el Conde de Castellar, a quien entregó el mando el 15 de agosto de 1674, pero, tal como lo había sido con los anteriores virreyes, permaneció como consejero.

Y aunque había sido elegido Obispo de Trujillo (10 de julio de 1674), permaneció en Lima tal vez para preparar la recepción de las órdenes mayores y perfeccionar así su estado clerical. Se apartó por eso de la función pública, al cabo de 20 años de ejercer una influencia notoria en los actos de cuatro virreyes.

Gobierno de la Audiencia de Lima (1672-1674)

La Audiencia gobernadora presidida por el distinguido criollo Álvaro de Ibarra no afrontó ningún problema nuevo, y aunque hasta Lima llegaron noticias de nuevas correrías de piratas y de que en Londres se preparaba una expedición con destino a las colonias hispanoamericanas, no se presentaron estos enemigos y su tarea se redujo a hacer los preparativos de guerra para cuando se diera el caso y a fortificar los puertos y los lugares más vulnerables. De este modo el Callao, Valdivia, Panamá recibieron refuerzos en hombres y armas y hasta la lejana Guatemala llegaron los socorros remitidos por el Perú.

Punto importante era el envío de la plata a la Corona y los oidores tomaron cuantas disposiciones les sugirió su celo para cumplir esta obligación. Al solicitar el gobierno metropolitano un donativo para la reedificación de Panamá y otro para la reconstrucción de El Escorial, la Audiencia no quiso asumir tamaña responsabilidad en vista de la falencia de las arcas fiscales y el desorden administrativo, y dejó tal responsabilidad para el siguiente Virrey.

Durante este interregno tomó posesión de la sede metropolitana de Lima su VII Arzobispo, Fray Juan de Almoguera, el 15 de julio de 1674, en reemplazo de Pedro de Villagómez, fallecido en 1671. Se fundaron también el monasterio de Santa Teresa y la congregación de clérigos seglares de San Felipe Neri.

Fuentes

• Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 8. HAB-IZQ. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-157-X
• Vargas Ugarte, Rubén:

La administración virreinal: Entre el oro y los corsarios. Segundo tomo del Compendio histórico del Perú. Editorial Milla Batres. Tercera Edición. Lima, 2005. Publicado por el Grupo La República. ISBN 9972-58-109-8

Historia General del Perú. Tomo III. Editor: Carlos Milla Batres. Tercera Edición. Lima, Perú, 1981. ISBN 84-499-4815-0

• Varios autores: Historia General de los peruanos. Tomo 2. Obra editada con el auspicio del Gobierno Revolucionario del Perú. Lima, 1973.

Véase también

• Virreinato del Perú
• Virreyes del Perú

Predecesor: Cristóbal de Castilla y Zamora	Inquisidor de Lima 1659 - 1666	Sucesor: Juan de Huerta
Predecesor: Pedro Antonio Fernández de Castro Conde de Lemos Virrey del Perú	Presidente de la Audiencia de Lima 1672 – 1674	Sucesor: Baltasar de la Cueva Henríquez Conde de Castellar Virrey del Perú