- Guerra civil entre los conquistadores del Perú
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Guerra civil entre los conquistadores del Perú
La Capitulación de Toledo, ajustada entre Francisco Pizarro y el Centre Francisco Pizarro, por un lado y Diego de Almagro y Hernando de Luque, por otro; diferencias que sus partidarios harían suyas y que con el correr del tiempo y de la conquista, se irían ahondando hasta volverse irreconciliables. Sumado a lo anterior, era práctica común en Francisco Pizarro, en el reparto del botín, que primara su libre albedrío.
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Almagristas y Pizarristas
La Gobernación de Nueva Castilla comenzaba en el norte en el pueblo de Teninpulla o Santiago (al norte del actual Ecuador) y, por el sur, terminaba a las 270 leguas. De ahí hacia el sur, empezaba la Gobernación de Nueva Toledo y se extendía por 200 leguas. Diego de Almagro, gobernador de Nueva Toledo, realizó un viaje por el sur hacia Chile que duró alrededor de dos años, que comenzó el 3 de julio de 1535 y terminó en Arequipa en 1537. El viaje por Chile fue duro y penoso y, lo que puede haber sido peor, no encontró nada de valor que satisficiera sus intereses, a pesar de haber llegado hasta la altura del actual Valparaíso. A su vuelta, se entera del levantamiento de Manco Inca Yupanqui (Manco II). Por un lado desalentado por los resultados de su viaje a Chile, y por otro, en la creencia que él estaba dentro de su gobernación, decide tomarlo. Y lo hace en los precisos momentos en que los españoles de esa ciudad peleaban contras las tropas de Manco Inca Yupanqui (abril de 1535). Después del triunfo sobre los incas, toma presos a Gonzalo y a Hernando Pizarro y se proclama gobernador. Con Hernando Pizarro se dirige a la costa hacia Lima (15 de septiembre). En su trayecto hacia allí, funda la ciudad de Chincha, con la intención de convertirla en la capital de la Gobernación de Nueva Toledo, con el nombre de Villa de Almagro. Posteriormente, esta capital sería trasladada a Sangallán, en la provincia de Pisco, región de Ica.
Almagro avanzó sobre Lima por la costa y Francisco Pizarro le dio el alcance en Mala, en donde ambos conquistadores acuerdan una tregua hasta la llegada de un emisario del rey Carlos I. Otro de los acuerdos es que, mientras se resuelva el diferendo, Diego de Almagro seguiría siendo Gobernador del Cusco y dejaría en libertad a Gonzalo y Hernando Pizarro. En Mala, deja libre a Hernando Pizarro. Luego de los acuerdos, Diego de Almagro toma el camino del Cusco. Francisco Pizarro, antes de su retorno a Lima, ordena a Hernando Pizarro que retorne al Cusco a marchas forzadas por el camino de Huaytará (región Huancavelica), llevando tropas leales a él. Llegando al Cusco, se entera de la fuga de Gonzalo Pizarro, por lo que Francisco Pizarro, en este caso, había ordenado que se deponga sin miramientos a Diego de Almagro. Ambos ejércitos españoles se enfrentan cerca del Cusco, el 6 de abril de 1538, en la Batalla de las Salinas. Las tropas de Almagro son derrotadas y él tomado prisionero y llevado al Cusco, juzgado y condenado a muerte por estrangulamiento. Diego de Almagro es ejecutado el 8 de julio de 1538.
Diego de Almagro tuvo un hijo del mismo nombre, con una india panameña, al que se conocía como "El Mozo". Al enterarse de la muerte de su padre, jura venganza. Doce almagristas encabezados por Juan de Rada tienden una emboscada a Francisco Pizarro en Lima y le dan muerte el 26 de junio de 1541.
"El Marqués de haber recibido muchas heridas, sin mostrar flaqueza ni falta de ánimo, cayó muerto en tierra; nombrando a Cristo, nuesto Dios... no fue casado, tuvo, en señoras de este reino, tres hijos y una hija; cuando murió había sesenta y tres años e dos meses"
Pedro Cieza de León#GGC11CLa hija a que se refiere Cieza de León es Francisca, hija del conquistador con doña Inés Huaylas Ñusta, hermana de Atahualpa.
Muerto Pizarro, los leales a Diego de Almagro el Mozo lo nombraron gobernador y se levantaron contra la autoridad del enviado del rey de España, Cristóbal Vaca de Castro, en calidad de juez comisionado y gobernador del Perú. Ambos ejércitos, se enfrentaron en la Batalla de Chupas, muy cerca de Huamanga (Ayacucho) el 16 de septiembre de 1542. Almagro el Mozo pretendió asilarse con los incas de Vilcabamba, pero fue capturado y ejecutado en el Cusco.
La rebelión de los encomenderos
En 1542, Carlos I firmó la real cédula que creaba el Virreinato del Perú. En virtud de la creación del virreinato, el rey nombra primer virrey a Blasco Núñez de Vela para suceder en la gobernación de Perú a Vaca de Castro. Este llegó al Perú con la disposición de hacer cumplir las recientemente promulgadas Leyes Nuevas, que suprimían las encomiendas hereditarias, pero los encomenderos se rebelaron, enfrentándose al ejército del virrey. Para tal efecto, nombran a Gonzalo Pizarro, a la sazón rico encomendero de Charcas (actual Sucre, en Bolivia), su caudillo y jefe del ejército.
En Lima, el virrey es tomado preso y enviado de vuelta a España, nombrando los rebeldes a Pizarro como gobernador del Perú. Sin embargo, el virrey logra escapar en Túmbes, dirigiéndose desde ahí a Quito, donde forma un nuevo ejército y parte hacia el sur. En el camino se encuentra con las fuerzas de Pizarro, enfrentándose ambos ejércitos en la Batalla de Iñaquito el 18 de enero de 1546. El virrey es capturado y ejecutado en el mismo campo de batalla.
Mientras, en el sur del Virreinato del Perú, Diego Centeno, leal al virrey Blasco Núñez de Vela y a la corona española, al enterarse de la muerte de éste, levanta armas contra Gonzalo Pizarro, y trata de restablecer la autoridad real. Ambos ejércitos se encuentran frente a frente en las Huarinas, cerca del lago Titicaca y se enfrentan en la batalla de las Huarinas, el 20 de octubre de 1547, en la cual es derrotado Diego Centeno. Gonzalo Pizarro se convierte así en líder absoluto del Virreinato del Perú.
Al estallar la rebelión, Pizarro había nombrado a Pedro de Hinojosa, capitán de su guardia. En 1545, le ascenció a almirante de su flota. Con once navíos apareció ante Panamá y tras hábiles negociaciones, tomó posesión de la ciudad, ocupando también, en 1546, Nombre de Dios, al otro lado del istmo. De esta forma, Gonzalo Pizarro dominaba también la ruta al océano Pacífico.
Enterados de la rebelión en España, el rey nombra al sacerdote Pedro de la Gasca presidente de la Real Audiencia de Lima y Pacificador del Perú, con poderes extraordinarios. La Gasca porta también el decreto real del 20 de octubre de 1545, por el que se suprime el capítulo 30 de las Leyes Nuevas, donde se prohibía la encomienda hereditaria, con el fin de convencer a los encomenderos de que cesen la revuelta. Cuando La Gasca llega a Panamá en agosto de 1546, se entera de la muerte del virrey y logra convencer a Hinojosa con la promesa de recompensas, de forma que éste se pasa al bando real. Juntos parten hacia el Perú, con un ejército de leales a la corona que van formando por el camino.
El ejército de Pedro de la Gasca desembarca en el Perú y rápidamente se dirige hacia el Cusco. Ambos ejércitos se enfrentan en la batalla de Jaquijahuana o batalla de Anta, cerca del Cusco, el 9 de abril de 1548 (en el mismo campo de batalla donde las fuerzas de Atahualpa habían derrotado a Huáscar Inca Yupanqui en 1532; donde Francisco Pizarro había derrotado al general inca Quízquiz en 1533 y donde Hernando Pizarro había derrotado a Almagro en 1538). La Gasca derrota a las fuerzas de Gonzalo Pizarro, a lo que ayudó sin duda "...la traición de sus hombres, quienes se pasaron al lado de las tropas de los leales al rey...", viendo probablemente innecesaria la lucha, toda vez que las encomiendas habían sido restauradas. Pizarro fue capturado y ejecutado sumariamente como rebelde y traidor a la corona española.
Tras su victoria, Pedro de la Gasca elimina las gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva Toledo. También redistribuye las encomiendas existentes en el Perú. Aparentemente, La Gasca no pudo satisfacer del todo a sus leales, lo que generó nuevos descontentos, esta vez entre los leales a la corona. Dejando este gérmen de descontento, La Gasca retornó a España (1550).
Últimas rebeliones
Los conquistadores españoles en el Perú percibían que, a pesar de sus sacrificios para conquistar estos reinos, el rey de España quería imponer otras autoridades y gozar de los beneficios de la conquista, logrados con sangre por los conquistadores. Ya Francisco Pizarro años atrás se había rebelado contra la corona española por tal situación. Estas ideas se hicieron fuertes en las conciencias de los descendientes de los conquistadores y de los aún quedaban vivos.
Pero no sólo era únicamente un problema de percepción, sino que lo comprobaron con la presencia de Pedro de La Gasca, al eliminar las encomiendas antiguas y darlas a nuevos dueños: era en definitiva, un atentado contra los intereses de los encomenderos, la nueva clase dirigente del Perú. Para ello nombran líder al encomendero Francisco Hernández Girón. La rebelión se hace ahora en nombre de los "españoles pobres", gracias a los cuales se había efectuado la conquista del Perú. Incluso acuñó una moneda que en latín decía: "... los pobres serán saciados".
Girón formó un respetable ejército y tomó el (13 de noviembre de 1553), dominando todo el sur del Virreinato del Perú. Luego, avanzó hacia Lima. Las tropas de la Real Audiencia, al mando de Alonso de Alvarado, salieron a su encuentro. En enfrentamiento se produce en las pampas de Villacurí (actual región Ica), saliendo vencedor Hernández Girón (31 de marzo de 1544). De nuevo se enfrentan ambos ejércitos el 8 de mayo de 1554, esta vez en la batalla de Chuquinga, saliendo vencedor nuevamente Hernández Girón. Alvarado se dirige al sur, hacia el, en cuyas inmediaciones se volverán a enfrentar ambos ejércitos (8 de octubre de 1554), en la batalla de Pucará (región ). La suerte no sonríe esta vez a Girón, que es derrotado y tiene que huir del campo de batalla. Finalmente es capturado en Jauja, llevado a Lima y ejecutado en la Plaza de Armas en los primeros días del mes de diciembre de 1554. A partir de entonces, la autoridad real representada por el virrey ya no fue discutida por nadie.
Fuentes
- El Perú en los tiempos modernos, Julio R. Villanueva Sotomayor, Empresa Periodística Nacional S.A.C., Lima, Perú
- Imperio, Henry Kamen. ISBN 84-03-09316-0
- Historia del Tahuantinsuyu, María Rostworowski. ISBN 9972-51-029-8
- Historia y geografía 2
Véase también
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