- Historia de Afganistán
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La situación geográfica de Afganistán lo ha convertido en lugar de encuentro de imperios y civilizaciones, así como en cruce de importantes rutas comerciales como la ruta de la seda. Este hecho, así como su estructura tribal, hace difícil la definición de Afganistán como Estado a lo largo de la historia.
Contenido
Prehistoria y Edad Antigua
Los primeros pobladores hasta Alejandro Magno
Los primeros pobladores del actual Afganistán datan del paleolítico medio, tal como lo testimonian las zonas arqueológicas de Dara-i Kur y Aq Kupruk. A partir del VII milenio a.C. comenzaron las primeras actividades agrícolas y con ello, los primeros establecimientos permanentes. Las primeras ciudades aparecerían con la cultura Sortugai en el IV milenio de la misma era.
A partir del II milenio diversas tribus iranias y arias se establecieron en suelo afgano y posteriormente, Ciro el Grande la incorporó al Imperio persa, organizándola en cinco satrapías, contribuyendo a un esplendor sin precedentes y acogiendo la religión de Zoroastro, así como la contribución de sus habitantes a las campañas militares contra los griegos.
Alejandro Magno permitió a los nativos bactrianos mantener sus estructuras socio-políticas posibilitando el cruce cultural entre lo persa y lo helénico.
Del Reino seléucida al Imperio sasánida
A la muerte de Alejandro, los bactrianos se incorporaron al Imperio seléucida, el cual sostuvo numerosas guerras con el soberano indio Chandragupta. Hacia el año 250 a. C., nace el reino de Bactria que logró expandirse hacia la India, y años más tarde recibió una nueva invasión de los arios Kushana, dando lugar al reinado de Kujula Kadphises y Kaniska e iniciando un periodo de influencia religiosa del Budismo, bajo el cual florecieron monumentos como el de Bāmiyān y Hadda.
Con la reconstitución del imperio persa bajo los sasánidas, el territorio sufrió constantes invasiones que la sometieron a la opresión de parte de los yueches, turcos nómadas y heftalitas (hunos blancos).
Edad Media
A partir del 651, los árabes sometieron a los persas y llegaron a Bactria, donde encontraron una tenaz resistencia de sus habitantes. Los enfrentamientos con los turcos y las ambiciones de los chinos dificultaron la islamización del territorio, que se produjo pese a que con Nasr II Ibn Ahmad (913-942), los afganos lograron cierto nivel de independencia. Más tarde, líderes como Alp Tigin y Mahmud (999-1030), realizaron conquistas territoriales bajo la dirección de los Gaznawi.
La paz no duró mucho y los turcos selyúcidas se enfrentaron a Bahman (1118-1157) hasta imponer en el trono a la dinastía Gurí, que amplió el reino hasta la India y gobernaría hasta el siglo XVI.
Las diversas luchas de los príncipes afganos por el control del país, llevaron a la devastadora invasión mongola de Gengis Khan en 1221, quien incorporó el país al kanakato de Yagatay, excepto la región de Harat, donde los guries aun mantendrían su dominio hasta 1380. Años más tarde, Tamerlán gobernó con mano dura el país y destruyó su sistema agrícola.
Edad Moderna
Muerto Tamerlán en 1405, el país vivió un renacimiento bajo el reinado del sah Ruj Mirza (1405-1447) desde Harat, mientras que Husayn I Bayqara dio esplendor a las artes y las ciencias e incluso intentó recuperar el imperio de Gengis Khan con nuevas conquistas hacia la India que culminaron en 1526, pese a la pérdida de Harat a manos de los safawíes.
La decadencia del dominio turco comenzó con la muerte de Aurangzeb (1707), lo cual permitió a las tribus afganas a desligarse de los sucesores de éste y de los gobernantes iraníes. Uno de sus jefes, Mir Uways, se proclamó emir en Kandahar y su hijo, Mahmud se apoderaría de Kirman e Isfahán, al tiempo que lidiarian con el movimiento de Nadir Sha, el cual se proclamó rey (hasta 1739) al apoderarse de Kabul. Su sucesor, Ahmed Sah Abdali fundaría el Imperio Durrani y proclamó la independencia de Afganistán en 1747.
Con el gobierno de Ahmad, el imperio realizó importantes conquistas, sobre todo en la India. Su sucesor, Timur Sha, trasladó la capital a Kabul y proporcionó paz al país aunque éste mostró síntomas de una decadencia que explotó con las luchas por el trono que acaecerían tras su muerte y persistieron hasta 1838.
Edad Contemporánea
Afganistán bajo los Mohammadzai
Véase también: Primera Guerra Anglo-afganaVéase también: Segunda Guerra Anglo-afganaLa dinastía Mohammadzai (1838-1973), reorganizó en el país aunque no tardaron en producirse las intromisiones de rusos e ingleses. Durante el reinado de Dust Muhamad, se abandonan los territorios de Cachemira, Mutan y Peshâwar para fortalecer militarmente el país y acogerse a las tropas del zar ruso. Ello motivó la intervención de la Compañía Británica de las Indias Orientales para asaltar el país y someter a su rey, que fue remplazado por Šuyô Shan, provocando la rebelión popular de 1847, que se saldó con la derrota inglesa.
Šî-r Aí sostuvo enfrentamientos con ambas potencias europeas, sin lograr liberar al país de su influencia. Su sucesor, Ya'qūb Khan, se vio obligado a pactar con los británicos, reconociendo las actuales fronteras del país, bajo la línea Durand. A partir de entonces, durante el reinado de Habīb Allah, se intentó sacar al país del aislamiento, lo que le valió la guerra con el Reino Unido hasta que en 1919 reconoció su independencia.
Habibullah (1901-1919)
La manifestación más clara de que Abdur Rahman había establecido su mando en el país, es la sucesión pacífica que se produce a su muerte en octubre de 1901, cuando su hijo Habibullah accede al trono. Aunque Abdur Rahman tenía muchos hijos, preparó a Habibullah para sucederle e hizo difícil al resto de sus otros hijos disputarle la sucesión.
El Khan Habibullah intensificó la introducción de tecnología europea moderna iniciada por Abdur Rahman, lo cual supuso la penetración de las ideas y usos occidentales en la corte real afgana y las clases altas. Aunque asegura su posición como gobernante en virtud del apoyo del ejército creado por su padre, Habibullah no tiene el carisma de Abdur Rahman. Por consiguiente, la influencia de líderes religiosos -como Mahmoud Beg Tarzi, primo de su padre- aumenta durante su reinado. Tarzi (un poeta y periodista muy viajado y educado) había fundado el periódico nacionalista “ol-Akbar de Seraj” (“La Antorcha de las Noticias”) con gran influencia política incluso más allá de los límites de Afganistán y que encendió las primeras llamas nacionalistas modernas en el país. Hasta 1919 este medio se utiliza como plataforma para oponer los fundamentos clericales en contra de los cambios pro-occidentales del gobierno y de la sociedad afgana. Tal es la influencia del apasionado nacionalismo de Tarzi, que se dice que marca a toda una generación de reformadores centro asiáticos.
En materia internacional, el límite con Irán se delineó en 1904, cuando se reemplaza la ambigua demarcación establecida por una comisión británica en 1872. Sin embargo, el acuerdo no es total debido a la divergencia en compartir las aguas del río Helmand.
Como todos los acontecimientos de política exterior que afectaban a Afganistán antes de la Primera Guerra Mundial, el desarrollo del "Gran Juego" entre Rusia y el Reino Unido tuvo lugar sin la participación del gobernante afgano. El acuerdo de 1907 entre ambas potencias no solamente divide la región de Asia Central en dos esferas de influencia, sino que también establece las bases de la neutralidad afgana durante gran parte del siglo. El acuerdo establece la aceptación por parte de Rusia de que Afganistán queda ahora fuera de su esfera de influencia y que en lo relacionado con las cuestiones ruso-afganas debe consultar a Reino Unido. Por su parte, este último se compromete a no ocupar ni anexionar territorio afgano; así como tampoco interferir en los asuntos internos del país asiático.
En 1907, Habibullah visitó la India británica en calidad de invitado del virrey, Gilbert Elliot. Impresionado con el poder de los británicos, Habibullah resiste las presiones de su hijo Amanollah, del propio Tarzi (padre de la esposa de Amanollah) y otros nacionalistas para entrar en la Primera Guerra Mundial en favor de las Potencias Centrales y contra del Reino Unido. De hecho, durante el conflicto Afganistán permanece neutral, a pesar de la presión interna de apoyar a Turquía cuando el sultán proclama la participación de su nación en lo que considera un "guerra santa". Sin embargo, Habibullah demuestra su habilidad al recibir y engatusar a una delegación germano-turca en Kabul durante 1915, de la que -luego de mucha dilación- logra un acuerdo de mucho dinero y provisiones a cambio de atacar la colonia británica de India. Pero el gobernante afgano ve en el conflicto una gran oportunidad de obtener ventajas a cambio de ambos bandos: ofrece al Reino Unido su neutralidad a cambio de que los británicos reconozcan su soberanía al acabar la guerra. El no cumplimiento de esta promesa y las divisiones entre pro-británicos y anti-británicos al interior de la sociedad afgana, provoca que Habibullah sea asesinado el 20 de febrero de 1919, por personas asociadas a este último movimiento.
Amanulá (1919-1929)
Amanulá asumió entonces el poder de su padre, tras imponerse a su tío Nasrullah, a quién denunció como usurpador y cómplice en el asesinato de su padre. Amanulá era un ardiente reformador, al estilo de sus contemporáneos Reza Shah en Irán y Kemal Ataturk en Turquía. Exigió la revisión de los acuerdos firmados con Reino Unido en los cuales la potencia europea se hacía cargo de las relaciones exteriores de Afganistán a cambio de "protección" contra Rusia y la entrega de un subsidio consistente en dinero y material para el ejército.
El rechazo británico a aceptar un cambio del status quo llevó -en mayo de 1919- a Amanulá a proclamar unilateralmente la independencia de su país y a atacar la frontera india, dando inicio a la tercera guerra anglo-afgana. El Reino Unido estaba agotado militarmente tras la Primera Guerra Mundial y no se encontraba en condiciones de emprender una guerra en la frontera Indo-afgana, por lo que se limitó a rechazar la ofensiva junto a la frontera. Tras intensas negociaciones, se restauró la paz y Amanulá logró que el Reino Unido reconociera la independencia de Afganistán. El reconocimiento formal de Afganistán como nación independiente por parte del Reino Unido, se concretó en el nuevo Tratado de Rawalpindi, firmado el 8 de agosto de 1919 y enmendado en noviembre de 1921.
Apenas firmado el mencionado tratado, Amanulá envió una delegación al exterior con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas con diferentes países de Asia, Europa y América. La primera etapa de la delegación fue Moscú, donde fue recibido en octubre de 1919 con los brazos abiertos por parte de los líderes del nuevo régimen soviético. Esto se tradujo en un tratado de amistad con URSS y en el reconocimiento mutuo de ambas naciones. De esta manera, Afganistán fue el primer país en el mundo en reconocer al gobierno soviético. Con ello, Afganistán no solamente consiguió el reconocimiento de su independencia por parte de URSS, sino también el ofrecimiento de ayuda “moral y material en su heroica lucha contra el imperialismo británico”. Esto se traducirá en la evolución de una “relación especial” entre los dos gobiernos en los próximos 50 años.
Entre 1919 y 1929, la relación con la URSS fue amistosa y fructífera, especialmente para Afganistán. De hecho, numerosos técnicos e instructores soviéticos llegaron al país para colocar el teléfono y el telégrafo; preparar a los jóvenes técnicos afganos y entrenar a los primeros pilotos de la naciente fuerza aérea afgana. Como consecuencia, el mercado afganí se vio inundado de productos soviéticos, en reemplazo de los británicos.
En 1923, Amanulá cambió su título de emir al de Rey e inmediatamente comenzó a desarrollar una serie de reformas políticas, sociales y religiosas; entre las que destacan cambios constitucionales y administrativos (como la designación de su hijo mayor como heredero del trono, en lugar de su hermano, tal como lo establecía la legislación islámica), la supresión del velo de las mujeres y la creación de las escuelas para ambos sexos.
Los grupos religiosos conservadores y los líderes tribales se sintieron agredidos por estas políticas. La rebelión de Khost, una revuelta tribal en 1924, fue sofocada totalmente, pero en noviembre de 1928, un levantamiento de miembros de una tribu de Shinwari, seguido de ataques armados de las fuerzas Kodamani y Kuhistani del líder popular Baccheh Saqow (“el hijo del portador de agua”), derivaron en una guerra civil que forzó la caída del Rey Amanulá. Tras un infructuoso esfuerzo por recuperar el trono el 14 de enero de 1929 Amanollah abdicó en favor de su hermano mayor, Inayatollah, pero Baccheh Saqow se proclamó “Habibollah Ghazi” o Habibollah II, emir de Afganistán, estableciendo un régimen conservador y favorable a la política británica.
Amanulá cruzó la frontera india el 23 de mayo de 1929 y vivió su destierro en Italia y Suiza. Falleció en Zúrich (Suiza) el 26 de abril de 1960 y posteriormente sus restos fueron sepultados en la ciudad de Jalalabad, al lado de la tumba de Habibollah.
Mohammad Nadir Shah (1929-33)
Habibollah II fue manejado desde el trono por Mohammad Nadir Kan y sus hermanos, primos distantes de Amanollah. El 10 de octubre de 1929, Habibollah II fue ejecutado junto a 17 de sus colaboradores e inmediatamente una asamblea tribal “eligió” a Nadir Kan como “Sah”. Éste inició una sangrienta persecución de la oposición a su régimen y partidarios de Habibollah II. En 1931, se elaboró una nueva Constitución basada en la promulgada por Amanollah en 1923, aunque orientada a aplacar a los líderes religiosos y tribales conservadores. Nadir Kan fue asesinado el 8 de noviembre de 1933, siendo sucedido en el trono por su hijo de 19 años, el príncipe Mohammed Zahir Shah.
Zahir Shah (1933-1973)
El joven Rey Zahir Sha encargó la formación del gobierno a su tío Mohammed Hashem, promotor de una nueva política de reformas más en consonancia con la realidad social: reorganización del ejército, obligatoriedad de la enseñanza primaria masculina, creación de colegios de segunda enseñanza y extensión -con ayuda de médicos turcos que crearon una facultad de Medicina- de las medidas de higiene en todo el país.
Para llenar el hueco político, económico y técnico dejado por los británicos, el nuevo gobierno recurrió a los Estados Unidos para explorar los recursos naturales del país y para construir sistemas de irrigación y de comunicación. El gobierno afgano ofreció favorables incentivos a las empresas comerciales estadounidenses (como contratos muy favorables) de manera de lograr un rápido desarrollo en áreas geográficas improductivas, como en el valle de Hilmand, al sur del país.
Durante la década de 1930, la economía nacional creció bajo la dirección de varios empresarios que empezaron proyectos industriales en pequeña escala. Los primeros 20 años del reinado de Zahir Shah se caracterizaron por cautelosas políticas de consolidación nacional, una expansión de las relaciones internacionales y el desarrollo interior del país. La Segunda Guerra Mundial provocó retrasos en este proceso de desarrollo, pero Afganistán mantuvo su tradicional neutralidad, a pesar de que en 1941 accedió a expulsar a los ciudadanos alemanes, japoneses e italianos, bajo la presión británica y soviética, eliminando cualquier pretexto para una eventual ocupación extranjera.
En mayo de 1946, el Primer Ministro Hashem dimite tras 17 años en el cargo, siendo reemplazado por Mohammed Ghazi, quien firmó con los soviéticos un acuerdo sobre límites fronterizos e hizo admitir a Afganistán en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Hacia fines del mismo año, el cargo de Primer Ministro es ejercido por Sirdar Sha Jan (hermano de Hashem), quien permitió la celebración de elecciones y propició una tímida libertad de prensa en el país.
En materia internacional, el inicio de la guerra fría entre los EEUU y la URSS llevó al país a deambular entre ambas potencias en busca de ayuda. Las disputas territoriales con Pakistán, derivadas de la asignación en 1947 a este país del lado británico de la línea Durand, habitado por pashtunes, situó a la India (antibritánica y no-alineada) en favor de los afganos. Por otro lado, el papel clave que jugaban los pakistaníes en el sistema de alianzas de Estados Unidos, llevaron inevitablemente a perder la confianza de la potencia occidental y decantarse por la URSS.
El llamado “Parlamento Liberal” funcionó de 1949 a 1952. Sin embargo, las corrientes conservadoras del régimen –animadas por los líderes religiosos- apoyaron la destitución de Sirdar Sha Jan y la ascensión en el cargo del teniente general Mohammed Daud Khan, en 1953. Durante los 10 años en que ejerció su cargo, Daud Khan sostuvo una postura más dura respecto del problema del Pashtunistán y acudió a la URSS en búsqueda de ayuda militar y económica. Este acercamiento fue motivado por el cansancio de Daud con la actitud estadounidense, que no sólo abogó por una solución diplomática al asunto del Pasthunistán, sino que exigió a Afganistán abandonar su tradicional neutralidad e incorporarse (junto a Irán, Irak, Turquía y Pakistán) al bloque pro-occidental en el Pacto de Bagdad.
Pese que los soviéticos se convirtieron en los principales socios comerciales y militares de Afganistán, los afganos se mantuvieron neutrales en la Guerra Fría y el país se convirtió en una “Corea económica”, como beneficiaria simultánea de la abundante ayuda soviética y la estadounidense, aprovechando la competencia entre ambas superpotencias por asegurar su influencia en la zona. De hecho, en 1954 la Gran Asamblea Afgana tomó la resolución de que "las necesidades militares y económicas deben tomarse dondequiera que esto sea posible".
En diciembre de 1955, Bulganin y Jrushchov visitaron Kabul de regreso a su viaje a India y aseguraron su ayuda a Afganistán, mediante el otorgamiento de un préstamo a largo plazo de 100 millones de dólares americanos y el apoyo diplomático soviético en el asunto del Pasthunistán. Como fruto de este acuerdo, se iniciaron numerosos intercambios entre ambos países; miles de jóvenes afganos completaron sus estudios en la URSS (especialmente en el terreno militar). Asimismo, grandes proyectos en el sector de las comunicaciones fueron emprendidos por los soviéticos: se construyeron miles de kilómetros de caminos y los principales aeropuertos del país. Se levantó un instituto politécnico en Kabul y varios más pequeños en algunas provincias.
Desde 1958 a 1973, el 50 por ciento de los funcionarios jóvenes y técnicos del ejército habían sido preparados en la URSS o bajo la supervisión de instructores soviéticos en Afganistán.
En el aspecto doméstico, Daud Khan tuvo éxito en la introducción de importantes reformas educativas y sociales, tales como el uso voluntario del velo de las mujeres y la abolición del “purdha” o costumbre de esconder a las mujeres de la vida pública, lo que teóricamente produjo un aumento de la fuerza de trabajo estimado en un 50%. A pesar de estos avances, el régimen seguía siendo represivo y no toleraba la oposición política directa.
El problema del Pashtunistán y el acercamiento con URSS precipitó la caída del Primer Ministro Daud Khan. En agosto de 1961 y como respuesta a la agitación afgana que se estaba produciendo entre su población de origen pashtún, Pakistán cerró la frontera con Afganistán. La prolongación del cierre fronterizo ocasionó una fuerte dependencia comercial de URSS. Para revertir la situación, Daud Khan dimitió en marzo de 1963, lo que tuvo como consecuencia que Pakistán reabriera la frontera gradualmente entre abril y mayo del mismo año.
Por su parte, el Rey Zahir Sha nombró como Primer Ministro a Muhammad Yusuf, quien constituyó un gabinete con tecnócratas e intelectuales. Este gobierno sugirió al Rey la elaboración de una nueva Constitución que condujera al país hacia una monarquía constitucional. El Rey Zahir Sha aceptó la propuesta y la nueva Constitución fue bosquejada por expertos afganos, en colaboración con consejeros legales extranjeros (un francés, un indio y un egipcio). Se basó en los principios de la monarquía parlamentaria (exclusión de la familia real de la esfera política), pero mantuvo los valores tradicionales del Islam.
La nueva Constitución fue aprobada por la Asamblea Nacional en octubre de 1964, con un solo voto en contra e inmediatamente fue ratificada por el Rey. Bajo el nuevo régimen, existiría la “Casa del Pueblo” –con 216 miembros elegidos- y la “Casa de los Superiores” -con 84 miembros- de los cuales un tercio sería elegido por el pueblo, un tercio designado por el Rey y el resto elegido indirectamente por nuevas asambleas provinciales. Las elecciones generales para ambas cámaras legislativas se fijaron para octubre de 1965, por lo que el gobierno interino tuvo tiempo suficiente para preparar y promulgar por decreto real las leyes para las primeras elecciones democráticas en la historia afgana.
Se autorizó la formación de grupos políticos, con la condición de que sus objetivos y actividades respetaran los principios fundamentales de la nueva Constitución: el Islam, la monarquía constitucional y la libertad individual. Por consiguiente, la formación de movimientos de tendencia marxistas quedaba potencialmente prohibida. Anticipándose a las disposiciones legales que debía promulgar el Parlamento y podría excluirles de la vida pública, los grupos de izquierda lanzaron una intensiva campaña para ganarse a la juventud amparándose en la Libertad de Prensa recientemente instaurada por el gobierno interino mediante real decreto.
La polarización de la política afgana (en las elecciones de 1965 y de 1969 participaron tendencias que cubrían desde el fundamentalismo islámico hasta el comunismo pro-soviético) se tradujo en una cierta inestabilidad: hubo un total de cinco primeros ministros entre septiembre de 1965 y diciembre de 1972. Ya desde la apertura del primer parlamento democrático, los grupos marxistas alentaron revueltas estudiantiles y pidieron la dimisión del gobierno. El ex embajador en Washington y ex ministro de información, Muhammad Hashem Maiwandwal, fue llamado para formar un nuevo gobierno. Este hecho supuso el primer indicio del fracaso del experimento democrático en el país.
El grupo liberal, promotor e impulsor de la monarquía constitucional, fue excluido del gobierno y reemplazado por políticos contrarios a la Constitución. Como resultado, la carta magna fue parcialmente aplicada y no se produjo la exclusión del sistema de partidos de aquéllos contrarios a la monarquía y al Islam. Los grupos marxistas se aprovecharon de la política de "dejar hacer" de los sucesivos gobiernos y difundieron su ideología en diarios tales como "Jalq" (Pueblo), "Parcham" (Bandera) y "Shola" (Llama), este último de ideología maoísta.
Daud (1973-1978)
En julio de 1973 el príncipe Mohammed Daud Khan derrocó al rey Zahir Shah, mientras este último se encontraba en Italia recibiendo tratamiento médico, proclamándose la República.[1]
Daud prometió una reforma agraria, mejorar el nivel de vida y otras reformas progresistas. Inicialmente se acercó al ala moderada del Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA, comunista), pero posteriormente se distanció y fundó su propio partido, el Revolucionario Nacional en 1976. Ese año, inició un plan para mejorar la economía y el bienestar, que no tuvo éxito. En 1977 la Loya Jirga (cámara alta del parlamento) aprobó una nueva constitución con partido único, el Revolucionario Nacional, lo que causó un gran descontento. A comienzos del año siguiente, agentes del régimen asesinaron al dirigente comunista Mir Akbar Kaibar y Daud ordenó el arresto de los dirigentes del PDPA. El 27 de abril una revolución dirigida por Abdul Qadir y Mohammad Aslam Watanjar triunfó. Daud fue ejecutado, el PDPA formó gobierno y proclamó la República Democrática de Afganistán.
República socialista (1978-1992)
Después de la Revolución de Saur, Nur Mohammad Taraki asumió como presidente del Consejo Revolucionario. Taraki propuso la realización de una reforma agraria, la abolición de la usura y otras reformas progresistas. Encontró oposición en los «muyahidines», fundamentalistas islámicos, que vieron en este programa una amenaza. Éstos, apoyados por EE. UU. armamentísticamente y a través del bloqueo del grano consideraron que no estaban dispuestos a permitir la modernización del país empezando la Guerra Civil Afgana.
En septiembre de 1979 tuvo lugar un golpe de Estado perpretado por Jafizulá Amín. En diciembre, Amín, que se había aliado a los estadounidenses, fue derrocado por el Consejo Revolucionario y los soviéticos, quienes enviaron un contingente limitado de ayuda militar. Esta acción fue catalogada como una «invasión» en el marco de la Guerra Fría.
Posteriormente se sucedieron los presidentes Babrak Karmal y Mohammad Najibulá. Este último llevó a cabo una política denominada «reconciliación nacional» para frenar la guerra, pero la disolución de la URSS, socio económico principal de Afganistán desde los tiempos de la monarquía, afectó al gobierno, que se disolvió y fue reemplazado por un Estado Islámico.
Véase también: Guerra de Afganistán (1978-1992)Fundamentalismo (1992-2001)
En 1992, el país quedó dividido entre señores de la guerra, jefes militares que provenían de los muyahidines o del antiguo Ejército profesional, al mando de milicias que luchaban contra señores rivales.
Véase también: Guerra Civil Afgana (1992-1996)En 1994, la facción de los Talibanes surgió y prevaleció a partir de 1996. Desde entonces el nuevo régimen impuso unas normas que restringieron severamente la libertad de las mujeres (como la obligación de usar el burka). Estas medidas de control llegaron a tal extremo que las ventanas de las casas debían prepararse para que nadie pudiera ver a las mujeres de la casa desde el exterior. Estaban obligadas a usar zapatos silenciosos y no podían expresarse libremente.
Durante los años del gobierno talibán, las mujeres tuvieron prohibido trabajar o salir a la calle sin la compañía de un hombre de su familia. Las mujeres con una carrera profesional, como médicos o abogadas, perdieron sus trabajos y se mantuvieron recluidas en sus casas. La consecuencia directa fue que las familias donde no había ningún varón que aportara un sueldo estaban abocadas a mendigar o morir de hambre. Además, los hospitales y la atención sanitaria para mujeres eran escasos, ya que los médicos varones no podían atenderlas. Los casos de depresión aumentaron de forma alarmante entre las mujeres, al igual que el número de suicidios. Muchas mujeres prefirieron quitarse la vida antes que vivir en la opresión y la injusticia.
Intervención de la OTAN (desde 2001)
En 2001, Estados Unidos y sus aliados invadieron Afganistán con el objetivo de desmantelar la organización paramilitar internacional Al-Qaeda, responsable de los atentados a las Torres Gemelas. Derrocaron fácilmente a los talibanes, pero éstos pasaron a la resistencia en una guerra que continúa en curso.
Véase también: Guerra en Afganistán (2001-presente)Referencias
Enlaces externos
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- Exposición en París: 'Afganistán, tesoros redescubiertos'. Las joyas de Kabul (Hasta el 30 de abril de 2007)
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