- Matías Cousiño
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Matías Cousiño Jorquera, (Santiago de Chile, 1810 - Maipo, 21 de marzo de 1863). Pasó a la historia por haber iniciado la explotación carbonífera a gran escala.
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Su vida
Hijo de José Agustín Cousiño Zapata y Josefa de Jorquera y Alfaro. La familia Cousiño es de origen portugués y español.
Matías Cousiño estudió en Santiago, sin llegar a destacarse en los estudios, pero sí en los negocios.
En esa época contrajo matrimonio con Loreto Squella y Lopetegui, la que falleció en el parto de su primer hijo, Luis Cousiño Squella.
Renunció a su trabajo en Correos para comerciar animales hacia Argentina y el relativo éxito de este negocio lo llevó a buscar mejor suerte en la naciente minería de la plata en Copiapó. A finales de la década de 1840, cuando ya se había establecido, expandió sus negocios al rubro molinero. En 1841 se casó con Luz Gallo Zavala, quien tenía 2 hijos.
Por su poder económico accedió a un puesto de diputado por Petorca en el período 1849-1852 y por Quillota entre 1852 y 1855; fue elegido senador entre 1855 y 1864, pero falleció el 21 de marzo de 1863.
De mayordomo a millonario
Matías Cousiño comenzó su vida minera como mayordomo de labores en las minas de Ramón Ignacio de Goyenechea, quien tenía participación en la mina de plata Descubridora de Chañarcillo, en Atacama.
Sucesivamente fue ascendiendo de cargo hasta que su matrimonio (1841) con Luz Gallo -viuda de Ignacio Goyenechea- le permitió unir las dos fortunas. Sus ingresos se vieron incrementados en 1844, cuando en sociedad con Rafael Torreblanca utilizó una nueva máquina, de su invención, para beneficiar metales, obteniendo del gobierno de Manuel Bulnes un privilegio exclusivo de uso por 10 años.
En 1850 llegó a ser director de la asociación más poderosa de Chile, la Junta de Minería de Copiapó. Los Cousiño son de origen masón.
Sus inversiones
A finales de la década de 1840, Cousiño expandió sus negocios al rubro de los molinos en la región triguera de Concepción. Organizó una Asociación de Molineros, que exportó harina y trigo para surtir las costas del Pacífico.
La fortuna que consiguió en la minería le permitió invertir como accionista en distintos proyectos. En 1852 participó en la sociedad formada por el gobierno para construir la línea ferroviaria de Valparaíso a Santiago.
Construyó mansiones en esas dos ciudades y edificios de renta. En Valparaíso participó en la organización de la 3a. Compañía de Bomberos (que actualmente lleva su nombre) y en Santiago en la de la Viña Cousiño-Macul, que cultivaba cepas francesas.
Los inicios de la industria carbonífera
Desde la época colonial se conocía la existencia de carbón mineral en la costa de lo que actualmente es la Octava Región, pero no fue sino hasta la década de 1840 cuando se inició una explotación más regular de ese recurso.
El agotamiento de la leña para las fundiciones de minerales en el Norte del país y la permanente llegada de vapores a las costas chilenas, impulsaron la extracción del carbón nacional. Fue Jorge Rojas Miranda (1824-1892) quien comenzó la explotación regular del carbón, al adquirir en 1849 los terrenos carboníferos de Punta Puchoco, superando la extracción artesanal para instalar una industria.
Ingresa al negocio
El 21 de mayo de 1852 Matías Cousiño compró la hacienda Colcura a José Antonio Alemparte y formó, el 9 de septiembre del mismo año, la Compañía Carbonífera de Lota -en asociación con Tomás Blard Garland, y José Antonio y Juan Alemparte-. Se inició así la explotación carbonífera a gran escala. Esta sociedad compró a los indígenas los terrenos vecinos al mar en Lota, por escritura del 30 de enero de 1854.
En 1856 los socios vendieron sus derechos a Cousiño, debido a las constantes pérdidas iniciales del negocio. La empresa adoptó carácter familiar cuando Matías Cousiño se asoció con su hijo Luis, que continuó como propietario hasta la muerte de su padre.
El carbón de Lota
La industria que se comenzó a construir en Lota hizo crecer a este poblado, desde unos rústicos ranchos hasta un pueblo, a finales de 1853. Según el intendente de Concepción, Rafael Sotomayor, éste alcanzaba a 122 personas trabajando en labores mineras, con 38 bocaminas funcionando. A fines de 1856 los trabajadores habían aumentado a 900 y las bocaminas a más de 100.
Hacia 1856 Cousiño hizo venir desde Escocia a 50 operarios y técnicos para que adiestraran a trabajadores que eran en realidad peones agrícolas. En Lota edificó casas de estilo europeo diferenciadas para técnicos y trabajadores. Además, construyó un hospital, instalaciones para el acopio del mineral, y muelles de fierro para embarcar el carbón -que enviaba a las fundiciones de cobre en el Norte del país- y para los vapores, que hacían el trayecto Valparaíso-Panamá-San Francisco. Con el fin de probar que su carbón era de buena calidad, el empresario envió cargamentos gratis a distintos puertos del Pacífico, en su propia flota de vapores.
En 1863 el número de obreros alcanzaba a 600, con más de 200 toneladas diarias de carbón extraído; entonces, Lota tenía una población total de 500 habitantes.
El final de su vida
A pesar de su inversión en Lota, a Matías Cousiño la mina no le trajo ganancias durante su vida. Éstas recién se verían cuando su hijo Luis fuera el dueño.
En 1860 viajó a Inglaterra, para conocer las industrias carboníferas de ese país. Tres años más tarde, después de un viaje a Coquimbo, llegó a su hacienda La Quinta en Maipo, cerca de Buin, donde se enfermó gravemente. A pesar de los cuidados de su familia y del doctor Lorenzo Sazié, no pudo recuperarse y murió en 1863.
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