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Pelucones
Pelucón Relativo singular de la palabra pelucones. Véase Peluconada (en alusión al anacrónico uso de pelucas por parte de la aristocracia); denominación coloquial, habitualmente despectiva, con que se conocía en Chile, durante la primera mitad del siglo XIX, al bando político conservador; sus rivales liberales, en tanto, eran llamados pipiolos por los pelucones. Y en Ecuador se denomina así a ciertos grupos adinerados que se opusieron desde inicios al gobierno del presidente Rafael Correa debido a su tendencia e ideología política de izquierda, además de otras terminologías similares que se hicieron populares y derivaron de dicha palabra. La actual sociedad ecuatoriana lo considera un término muy propio hoy en día que se hizo popular por las famosas frases despectivas, satíricas y ridiculizantes del presidente de la república Ec. Rafael Correa durante su campaña del año 2006, esta palabra es utilizada mucho en el habla y los medios de comunicación como una de las referencias lingüísticas más utilizadas por los ecuatorianos de todas las clases sociales. En el ámbito ecuatoriano existen palabras derivadas como Peluconazo, Peluconada o Peluconismo. Aunque no muy bien difundida la palabra pituco, este vocablo peruano quiere decir lo mismo que pelucón en Ecuador y pipiolo en Chile.
Contenido
Historia del caso chileno
Primero, durante la Independencia de Chile, se llamó pelucones, chapetones o realistas a los partidarios de conservar una relación de dependencia política respecto del Imperio Español.
Según Vicuña Mackenna, habrían sido los Carrera quienes bautizaron como pelucones a los diputados realistas e indecisos que se opusieron a acelerar la independencia en el Congreso de 1811. El bando, sin estar constituido orgánicamente como un partido, respondía a los intereses de la aristocracia castellano-vasca santiaguina.
Una vez declarada la indepedencia, y aceptando a regañadientes ese hecho, el grupo se volvió más heterogéneo, congregando a todos quienes deseaban que el nuevo régimen tuviera una fuerte solución continuidad con el modelo político y social vigente durante la Colonia. Es decir, agrupó a los partidarios de un gobierno autoritario, centralizado, cercano a la Iglesia Católica y que reservara la participación en cuerpos colegiados casi exclusivamente a las grandes familias tradicionales de la capital.
Singularmente los pelucones se unieron al movimiento liberal que derrocó a Bernardo O'Higgins en 1823, pues consideraban un agravio la reciente abolición de los títulos de nobleza y el uso de sus escudos familiares.
Pero al poco tiempo los pelucones se oponían a los pipiolos. Los acusaban de haber sumido al país en la anarquía y haber ensayado libertades públicas inadecuadas para la realidad social chilena, entre 1823 y 1829, durante el período conocido después como Organización de la República.
En 1828, para alcanzar el poder, los pelucones complotaron en alianza con los o'higginistas y estanqueros, participando en la Revolución de 1829 en contra del gobierno pipiolo.
Así es como de entre aquellos bandos debía salir un partido confuso, heterojéneo al principio i sin mas lazo de union que su comun propósito de desquiciar al Gobierno; pero que, andando el tiempo, debia depurarse i convertirse bajo la influencia de sus hombres eminentes en un poder homojéneo...
Sotomayor Valdés[1]Tras la Batalla de Lircay, en que fueron derrotadas las fuerzas liberales, se hicieron con el gobierno, iniciando el período de la historia de Chile conocido como República Conservadora.
Posteriormente, en 1851, y aun al mando del país, los pelucones se agruparían en el Partido Conservador, cuya primera convención, en la que se organizarían partidariamente, se realizó recién en 1878.
El Caso del Ecuador
Rafael Correa, quien asumió la Presidencia de la República del Ecuador en 2007, ha popularizado el término pelucón, utilizándolo para referirse en forma despectiva y peyorativa a los habitantes de clase económica alta del cantón Samborondón, (conocido como el "barrio de ricos" de la ciudad de Guayaquil), quienes en su mayoría están en la oposición al gobierno de Correa. En el caso de Ecuador existen múltiples significados que se han referido solamente a las clases más acomodadas en todas las diversidades, creándose incluso sinónimos muy arraigados en la lingüística ecuatoriana, principalmente la de origen costeño.Se denomina y califica así a la renombrada clase burguesa ecuatoriana perteneciente a la alcurnia o nobleza criolla instaurada tras la vida republicana en 1830 y la llegada de la revolución industrial en dicho país hacia mediados del siglo XIX, conformada por diversas familias o apellidos sin linaje regio alguno, representada desde sus inicios como clase social superior desde el gobierno elitista y clasista del Gral. Juan José Flores, de origen venezolano, con tendencias políticas muy conservadoras que sustituyeron a los gobiernos regionales y demás dominios de la corona española en los actuales territorios de la República del Ecuador. Los pelucones son dueños de los más grandes conglomerados empresariales privados del país (en el caso del famoso empresario y político ecuatoriano Alvaro Noboa), por lo general representan sus propios intereses en perjuicio de la colectividad (como lo ha querido demostrar Correa desde los inicios de su primera campaña electoral).
La clase pelucona debe sus inicios en dos importantes ciudades ecuatorianas, los pelucones de Guayaquil o pelucones de la elite porteña mercantilista e industrial, aparecieron desde el siglo XVII cuando se afincaron en la ciudad que entonces era un corregimiento, para montar grandes negocios de exportación, importación, compra y venta de diversos productos como la madera, el tabaco, alquitrán, cacao, café, azúcar, añil, vino, aguardiente, hierro, tela, pasas e higos; aunque a finales del siglo XIX hostiles y cansados de los gobiernos tradicionales, mostraron simpatía con las ideas alfaristas que permitían el libre intercambio de productos sin paga costosa alguna de impuestos, proclamándole presidente un 5 de junio de 1895; mientras que los pelucones de Quito o pelucones de elite autócrata descienden de la baja nobleza española emigrada a América hacia mediados del siglo XVI, cuando las entonces comitivas virreinales tenían la prioridad al posesionarse de sus cargos en los territorios colonizados por la corona. En la actualidad los pelucones de la urbe capitalina han llevado una fuerte influencia sobre las bancadas de los partidos políticos en muchas instituciones del Estado; además la historia del Ecuador de finales de siglo XX les atribuye culpabilidad en la mayoría de los fracasos económicos a nivel nacional, ocurridos mayormente estas maniobras en sectores financieros como el bancario.
He aquí diversos significados que se han deducido de la palabra pelucón tanto en singular como en plural:
- Término despectivo utilizado para distinguir la vieja clase política señorial o de antiguos regímenes cuyo acceso al poder significara la influencia de una jerarquía sobre otra, mientras hayan habido relaciones o vínculos de amistad, familiaridad y estado alguno de parentesco social, político, económico, etc.
- Dígase de un individuo o persona malintencionada que se encuentre relacionada o emparentada con el linaje familiar de una Clase Alta económicamente factible, estable o activa.
- Centralista o Austricista, referido solamente a los pelucones que mantienen posturas sobre los privilegios e intereses económicos de una ciudad o pueblo determinado manejado en las circulación de los capitales y las inversiones.
- Separatista, relacionado con las ideas de cercenar, desmembrar, disolver o desfragmentar la soberanía de un pueblo, región geográfica o demográfica determinada (este significado se lo atribuyeron en un principio al alcalde de Guayaquil Jaime Nebot).
- Mezquino, que tiene ideas en beneficio suyo sin compartir riqueza alguna con los demás.
- Tipo de terminología social utilizado por la nueva izquierda ecuatoriana para ridiculizar a las clases altas que ocuparon el poder después del retorno a la democracia durante la última campaña presidencial del año 2006.
- Determinado personaje que haya participado o se encuentre ligado a situación política alguna que le haya asignado cargo o posición de una institución o entidad estatal que sea dependiente de dichos oficio en forma vitalicia a expensas de merced, favores o simpatías que le proporcionan la influencia de amistades o familiares en todos los aspectos y distintas maneras de apoyo para conservar el puesto o nombramiento determinado.
- Clase social latinoamericana y europea que se originó desde los círculos sociales más altos y ricos de los países capitalistas, clasistas y elitistas.
- Cúspide de las elites nobles más aristocráticas de un país que haya sido en el pasado colonia de alguna nación europea como España, Francia y Portugal.
- Individuo que simpatice con las ideas de las antiguas monarquías absolutistas y autoritarias, donde el Rey era la cabeza del Estado: El Estado Soy yo.
- Persona identificada con el género y movimiento del Barroco, además de los acontecimientos y hechos que sucedieron en esta época, durante los siglos XVII y XVIII, por lo que ser pelucón equivale a ser barroquista.
- Individuos que han sido instruidos moralmente en rangos culturales distintos y nutrido de una excelente capacidad intelectual cultivada en la educación prodigiosa de prolongación europea.
- Que se cree discípulo o seguidor de las normas del Manual de Carreño. Que se hace rico a costa del servicio y trabajo de un pueblo ignorante de la sucia maniobra de sus patrones.
- Mecenas de algún tipo de arte decorativa coleccionable. Que inspira y tiene buenos gustos gracias a su posición económica y vasto conocimiento cultural.
- Persona conocida mayormente por el sofisticismo de sus tratos protocolarios y costumbres aristocráticas.
- Atribución moral o humana para aquellas personas injustas y falsas que construyen fortunas ilícitamente en beneficio suyo, aprovechando siempre el abuso y explotación a las clases obreras y trabajadoras dentro de su empresa, obligándolos a laborar por jornadas extras sin la retribución de una paga decente.
- Dotado de las comodidades y placeres que la vida le haya brindado con la herencia que recibió de sus antepasados en una fortuna o legado material. Que depende de las acciones ilícitas cometidas en una entidad o institución pública o privada.
A mediados del año 2009, concretamente a comienzos del mes de Junio el Ministerio de Salud Pública ecuatoriano por parte de la ministra Caroline Chang confirmó la presencia de la gripe AH1N1 en el Ecuador, desmientiéndose tajantemente la insertación del virus en dos de las ciudades más importantes del país, primero Guayaquil y después fue Quito. Los primeros infectados eran en su mayoría ecuatorianos que habían retornado al país del extranjero, respectivamente de Estados Unidos, a su vez la peculiaridad de los síntomas fueron estudiados con tratamiento, aunque la cepa de mayor contagiados se encontraba en Guayaquil, esto causó la alerta que promovió el ministerio competente y los medios de comunicación y prensa, iniciándose un periodo de campañas de prevención por todo el país, ante el temor general de las poblaciones, incluso se cerraron establecimientos educativos y se consolidaron convenios con entidades públicas como en los aeropuertos porteños. Lo curioso es que a parte de que se informó de la presencia del virus, la sociedad ecuatoriana se fijó en las características de las personas infectadas, que en su mayoría eran estudiantes de secundaria y universitarios que viajaban frecuentemente y estudiaban en colegios privados y exclusivos (principalmente en Guayaquil), además de los turistas y personas particulares que se infectaron en la rutina del viaje con el contacto exclusivo. El rechazo que se provocó inmediatamente fue la noticia sobre la clase social y condición económica de estos individuos, aunque lógicamente eran personas de una posición económicamente alta, ese desafío, llevó a un debate a la opinión pública que la denominó Gripe Pelucona, de allí se supuso este nombre debido a que la mayoría de personas infectadas eran personas de la alcurnia ecuatoriana, además esta satirización de la enfermedad llevó a la ciudadanía un sentimiento de burla antipelucón que promovió el mismo gobierno de Rafael Correa.Algunos pelucones chilenos
El bando pelucón se componía de diferentes grupos:
La aristocracia
- Juan Agustín Alcalde Bascuñán, IV conde de Quinta Alegre: Diputado y senador, cabeza del círculo de las familias poseedoras de títulos nobiliarios y mayorazgos.
- Fernando Irarrázaval Mackenna, V marqués de la Pica: Joven heredero, que con el tiempo fue aclamado como líder de círculo aristócrata.
Aparecían en primera línea en esta falange reaccionaria los mayorazgos, cuyos vínculos había disuelto la niveladora Constitución del 28, y se contaban entre estos los primeros blasones del régimen colonial, el conde de Quinta Alegre, los mayorazgos Larraín y Tagle, el último de los que fue su presidente, y el joven marques de Pica, a quien más tarde los pelucones aclamaban como su líder más genuino. Figuraban también entre estos las nobles familias de Errázuriz, Eyzaguirre y Ovalle que vestían en esa época el traje de corte y usaban la peluca tradicional de la colonia...
Los "conservadores doctrinarios"
Intelectuales que, pese a haber apoyado la Independencia, se unieron al bando pelucón por sus ideas más cercanas a la teoría política católica que estaba vigente entonces:
- Mariano Egaña: Principal legislador pelucón; redactor de la Constitución de 1833.
Era la inspiración y la lumbrera de los sectarios del cambio de doctrina en la administración y en la política, el abogado Mariano Egaña, que había heredado de su padre la afición a legislar y traído desde Europa un intenso amor a la monarquía constitucional. Añádase a esto el rencor que le inspiraba la Constitución democrática de 1828, que al fin de tantas luchas había sustituido a la constitución de 1823; el ídolo caído de su padre y sí mismo
- Diego Antonio Barros: Senador y filántropo. En su casa se solían realizar las tertulias políticas de los pelucones[2]
Clero realista
- José Santiago Rodríguez Zorrilla: Obispo de Santiago. Fue relegado a Ñuñoa, a las afueras de la capital, tras la independencia.
- Juan Francisco Meneses: El conónigo que relevó al desterrado obispo como vocero del clero más reaccionario. Había actuado como asesor letrado de diversos gobernadores coloniales, entre ellos Casimiro Marcó del Pont.
Referencias
- ↑ Ramón Sotomayor Valdés, Historia de Chile durante los cuarenta años transcurridos desde 1831 hasta 1871; La Estrella de Chile, Santiago, 1875.
- ↑ José Zapiola; Recuerdos de Treinta Años (1810-1840)
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