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Protestantismo en Latinoamérica
El Protestantismo en América Latina ha constituído, desde los inicios de la conquista y colonización española de América, un sector muy minoritario de la población cristiana, sin embargo, el número de adeptos a las confesiones de doctrina protestante viene en franco ascenso desde hace un par de décadas.
Contenido
Antecedentes coloniales
Los antecedentes del protestantismo en América Latina se remontan a los primeros años de la colonización del continente. Por un lado estaban los intentos de algunas potencias protestantes por instalarse en América y por el otro, la llegada de personas de forma aislada a las colonias españolas.
Colonia de la familia Welser en Venezuela, 1528 - 1546
La primera instalación del protestantismo en América fue la colonia auspiciada por la Familia Welser en el Occidente de Venezuela (1528-1546), apoyada por el mismo Carlos I de España para pagar una de sus deudas bancarias, y que fue desmantelada por la Corona años después, cuando la consideró como una peligrosa agrupación de luteranos. Efectivamente, entre los colonos alemanes había destacados luteranos, como el propio gobernador Ambrosio Alfinger y el vicegobernador Nicolás Federmann, cuyos respectivos padres habían sido hasta firmantes de la Confesión de Augsburgo. El historiador Lars P. Qualben afirma al respecto que «por el año 1532 toda la colonia había aceptado la fe luterana», aunque no respalda adecuadamente con documentos su afirmación. Con todo, la colonia ya estaba completamente desmantelada en 1546.
Colonia hugonota en Brasil, 1555 - 1567
Durante el reinado de Enrique II de Francia, también se instalaron en América colonias de hugonotes fugitivos en la bahía de Guanabara (1555-1560), cerca de la ubicación posterior de Río de Janeiro, Brasil. Este refugio para protestantes de habla francesa perseguidos fue totalmente aniquilado por mandato de Sebastián I de Portugal. Igual suerte corrió otro pequeño asentamiento hugonote en La Florida (1562-1565) masacrado por orden de Felipe II de España.
Colonia holandesa en Pernambuco, (1624 - 1654)
A propósito de la Guerra Luso-holandesa, los calvinistas holandeses ocuparon partes del noreste de Brasil, colonizando y estableciendo allí la Iglesia Reformada Holandesa. La obra misionera calvinista duró allí 30 años, hasta la reconquista portuguesa.
Colonia escocesa en Panamá (1698 - 1700)
Junto a las expediciones de William Paterson, hacia 1698, unos mil doscientos escoceses de confesión presbiteriana arribaron a Panamá para establecer una colonia a orillas del Golfo de Darién (en la Comarca de Kuna Yala), según el historiador escocés Nat Edwards, el fracaso de la colonia representó para su país un duro golpe económico, tanto así, que provocó su bancarrota y su unión forzada a Inglaterra.[1] El fracaso económico y los ataques españoles terminaron por disolver la colonia.
Aventureros protestantes
La segunda forma de llegada del protestantismo a la América colonial española fue junto al arribo espontáneo de trabajadores y aventureros independientes de alguna confesión protestante. La Corona española siempre se esforzó por controlar estrechamente las características de quienes pasaban a instalarse en sus colonias, pero varios "herejes" protestantes, y también creyentes de otras confesiones (judíos especialmente) lograron burlar los controles, y, posteriormente, varios de ellos fueron descubiertos y acusados de "herejías luteranas" (entre otras acusaciones) en los tribunales de la Inquisición española en América aunque en muy pequeño número, durante los siglos XVI al XVIII.
El trabajo de los inquisidores fue muy exitoso, el protestantismo fue extirpado con éxito de la América española y no volvió a aparecer sino hasta las guerras de independencia hispanoamericanas.
Misioneros
Tras la Descolonización de América la mayoría de las nuevas naciones americanas abolieron los tribunales de la Inquisición, pero no incluyeron en sus constituciones la Libertad de cultos hasta varios (y a veces muchos) años más tarde. Los padres fundadores de las naciones americanas eran en su gran mayoría anticlericales (muchos integrantes de Logias Masónicas), pero seguían viendo en la religión católica romana del pueblo un elemento de integración nacional.
El triunfo político de sectores más liberales y su llegada al poder facilitó la entrada abierta de los primeros misioneros protestantes a los países de América Latina. Entre estos misioneros se destaca la figura de James Thomson (más conocido en el mundo evangélico protestante como Diego Thomson), representante de las Sociedades Bíblicas Británicas. Thomson arribó al puerto de Buenos Aires en 1819 y desde su llegada recibió el apoyo del presidente Bernardino Rivadavia. Desde la Argentina Thomson pasó a Chile en 1821, invitado por el presidente Bernardo O’Higgins; en 1822 llega al Perú, donde fue nombrado director de educación pública. En 1824, Thomson pasa a Ecuador y un año después a Colombia. Por último continuó su labor en México y las Antillas españolas e inglesas. Tras las huellas de Thomson fueron numerosos los agentes de las Sociedades Bíblicas que extendían la difusión de las Sagradas Escrituras en lengua castellana (versión Reina-Valera económica, es decir, sin los libros deuterocanónicos).
Las relaciones comerciales entre las nuevas naciones y varios países protestantes fueron suavizando el trato a los extranjeros evangélicos protestantes, pero ningún país cambió en esta etapa sus constituciones para admitir la libertad religiosa. La mayoría de los inmigrantes protestantes no veían la necesidad de difundir su fe y se contentaban con la simple práctica privada de la misma.
Asentamiento
El ultramontanismo católico y el nacimiento de un movimiento liberal más radical y secularizante, abrieron finalmente la puerta a la libertad de cultos. Casi todas las constituciones hacia la mitad del siglo XIX habían incluido alguna forma de libertad religiosa en su articulado.
En Brasil y México nacieron las primeras sociedades protestantes estrechamente ligadas a los movimientos anticlericales y masónicos. Los primeros misioneros presbiterianos, metodistas y congregacionalistas empezaron a llegar hacia 1872. A los primeros protestantes sudamericanos en México y Brasil, se les unieron otros en países como Argentina, Cuba y Chile.
Hacia el siglo XIX, habían surgido numerosas sociedades misioneras en Estados Unidos para difundir su mensaje en América Latina. Estas agencias se centraron en dos puntos básicos: La creación de escuelas y de centros médicos.
La difusión evangélica durante el siglo XIX fue lenta y difícil. La presión social sobre los nuevos conversos, las persecuciones y linchamientos, empezaron a generalizarse en diferentes países americanos. Pero el protestantismo había arraigado en todos los países. En México, por ejemplo, en 1892 había 566 iglesias y en 1908 había 700 congregaciones, y en Chile, se fundaba la primera iglesia protestante autóctona sin ninguna relación con misiones foráneas en 1909.
El protestantismo al comenzar el siglo XX era una pequeña minoría en la mayoría de los países, compuesta en su mayor parte por clases medias y bajas, pero tenía una amplia red educativa y médica y buena relación con los políticos de corte liberal.
Véase también
- Valdenses en el Río de la Plata
- Historia de Colonia Valdense (Uruguay)
- Metodismo en Chile
Notas
- ↑ Darién y la fallida colonización escocesa Artículo de Carlos Christian Sánchez en BBC Mundo.
Referencias
- Qualben, Lars P.; A History of the Christian Church, décima edición, publicada por Thomas Nelson & Sons, Nueva York, Estados Unidos de América, 1942.
- Vila, Samuel y Santamaría, Darío; Enciclopedia Ilustrada de Historia de la Iglesia, Libros CLIE, Barcelona, España, 1989. ISBN 8472284476
Categoría: Historia del protestantismo
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