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Rock rolinga
Rock rolinga Orígenes musicales: Rock & Roll, The Rolling Stones Orígenes culturales: A partir de la década del '90 en Argentina Instrumentos comunes: Guitarra, bajo,batería, [armónica], [saxo] a veces se utiliza el teclado Popularidad: Mayormente en Argentina (Buenos Aires y el resto de las provincias), uruguay Subgéneros Rock stone melódico El Rock rolinga también llamado "rock stone", "rock cabeza" o "rock barrial", es un fenómeno de Rock and Roll netamente argentino, que se basa simplificadamente en el estilo (visual y musical) de la banda inglesa Rolling Stones, originando una tribu urbana de fans de esta misma banda, y otros referentes nacionales. El término rollingas o "Stones" es generalmente usado para llamar a este tipo de fans, usualmente de origen barrial.
Hoy en día, en la Argentina, las "bandas rollinga" -como se denomina a los exponentes musicales nacionales de este estilo- conservan un gran éxito que, mas allá de lo comercial, se observa en la enorme cantidad de seguidores y fans que acuden a todos los recitales. Algunos ejemplos de este tipo de bandas son Los Ratones Paranoicos, Viejas Locas, Intoxicados, La 25, Jóvenes Pordioseros, Blues Motel,La Mocosa y Los Gardelitos.
Contenido
Rock rolinga
Antecedentes y nacimiento
El rock rolinga en 1995 se convirtió en un éxito comercial masivo. Nótese que es llamado "rocanrol" por sus seguidores.
A mediados de los '90, aunque el “nuevo rock argentino” crecía, lo hacía de manera lenta y progresiva. Aún no había logrado desarrollarse por completo. Ninguna banda perteneciente a ese movimiento había alcanzado aún un seguimiento masivo del público como las del pop de los '80. Su música, intelectual en algunos casos (y que precisaba varias lecturas para su comprensión y gusto, por lo que distaba de ser demagógica) también estaba desarrollándose. A causa de estos factores, el movimiento era muy vulnerable a la aparición de un nuevo fenómeno musical que fuera simple y accesible para el público más marginal.
Cuando el rock argentino nació, era una subcultura marginal. El rock pesado de principios de los '70 también era una subcultura marginal, aunque en casos como la obra de Pappo (influencia en el rock barrial), poseía letras que trataban temas de la vida cotidiana en barrios y suburbios. Sumado a esto, sus recitales también eran dados en pequeños bares y pubs de distintos barrios de clase media baja de Buenos Aires, mostrando un caso del underground con inspiración barrial. Hasta los años '90 este estilo sería underground. A partir de los '90, se volvería masivo.
Desde los años '80, paralelamente al apogeo del pop rock, hubo bandas que, desde un punto marginal, crecieron realizando una serie de actos propios de las bandas under. A principios de dicha época la Argentina experimentó una "primer época dorada del heavy metal", con toda una corriente de bandas "under" metaleras lideradas por V8. Mientras tanto, otras bandas como Patricio Rey y los redonditos de ricota y Sumo habían crecido ejerciendo un estilo de rock que desembocaría directamente en el rock rolinga. El libro "Historia del rock argentino" de 1986, de Osvaldo Marzullo y Pancho Muñoz, había clasificado a ambas bandas como "rock marginal".[1] Otras de las características que según el libro, se destacaba de ambas, eran su crecimiento a pesar de la falta de apoyo de producción, la capacidad para haberse "hecho de abajo", y convirtiéndose en representantes del circuito underground. Memphis la Blusera también contaba con la identificación barrial. Estas características serían influencias en el rock rolinga, aunque también influenciaron notablemente a otros géneros, como el punk local. El blues de Memphis y La Mississippi también había influenciado con su temática al género.
El caso de Los Ratones Paranoicos fue más directo. Formados en 1984, ellos también habían sido clasificados como parte del "rock marginal" en dicho libro[2] al igual que como una banda underground. El libro mencionaba que "tuvieron varios cambios en su formación, en tanto su nombre aparecía pintado en infinidad de paredes de Buenos Aires". Sin embargo, ellos desde el principio tocaban un estilo de rock imitando a los Rolling Stones. En 1988 se formaron Los Piojos, en 1989 se formaría Viejas Locas y en 1993, Jóvenes Pordioseros. Estas bandas serían los principales exponentes del género que, con ayuda de la banda que buscaban imitar, llevarían al éxito masivo en la Argentina. A pesar de esto, Los Piojos incursionaron en otros géneros también característicos de los barrios como el candombe y la murga, perdiendo así muchos seguidores por un lado, pero ganando muchos fanáticos por otro, llegando a ser la banda más convocante del país.
En 1987, el pop rock, reinante en la Argentina, comenzó a perder peso frente a la escena marginal. Varios factores: el éxito de Sumo y de Patricio Rey y los redonditos de ricota, sumadas a la visita de los Ramones a la Argentina, la resucitación del punk local a causa de esta visita (formando bandas insignia como Ataque 77 y 2 Minutos), la popularización de estilos tropicales como el reggae y el ska con bandas como Los Auténticos Decadentes y Los Fabulosos Cadillacs, y el cambio en la temática del mismo pop rock con los discos de Virus y Soda Stereo. La muerte de Luca Prodan, líder de Sumo, avivaría la llama del rock marginal.
Además, habían causas extramusicales: la pobreza en la Argentina, la decadencia institucional y moral que experimentó el país durante el gobierno de Carlos Saul Menem y el crecimiento desde mediados de los años '80 de las "barra bravas" del fútbol.
Apogeo y definición
Archivo:Rolingas2.jpgEn 1995 los Rolling Stones llegaron a la Argentina como parte de su Voodoo Lounge Tour. Eligieron como teloneros a Los Ratones Paranoicos y a Viejas Locas. Su influencia quedó plasmada en el rock local, formando el rock rolinga o stone, género que acaparó toda la atención del público, obteniendo inmediatamente el éxito comercial y masivo, y destruyendo a los otros géneros ("nuevo rock") o debilitándolos críticamente (punk rock). Este género aún continúa.
En su definición más simple, el rock rolinga es "franco", simple y centrado en las guitarras, con influencias del blues y de los Rolling Stones, de donde saca su nombre. El calificativo de "barrial" toma su nombre del hecho de que las bandas que lo forman provienen de los distintos barrios y suburbios de clase media baja (en algunos casos, baja) dentro y alrededor de Buenos Aires, profesando la identificación barrial ya mencionada; el hecho de que se lo califique de "rock chabón" corresponde a que sus seguidores son mayoritariamente jóvenes ("chabones" en el lunfardo).
Repercusión y críticas
Luego de la muerte de Luca Prodan, Sumo, banda que influenció al género, se había separado, generando dos nuevas bandas: Divididos y Las Pelotas. Las Pelotas sería de las dos, la banda más relacionada con el rock rolinga, debido a su identificación underground, aunque no forma parte del género. El tercer disco de Divididos, La Era de la Boludez, hizo que la banda fuese considerada por ciertos medios como el lado A de la herencia de Sumo,[3] opinando que Las Pelotas era el Lado B, aunque esta última, como queda dicho, brillaría en la escena underground. A comienzos de los años 2000 (y luego de su hit «Será»), la popularidad de Las Pelotas fue en ascenso, aunque tras la partida reciente de su principal frontman su futuro está condicionado.
Además, al haber logrado llevar a la masividad su temática barrial, indirectamente había ayudado a llegar al éxito masivo a varias bandas que, si bien no eran rolingas, tenían dicha temática. El rock rolinga indirectamente contribuyó al despegue de bandas argentinas de blues que hasta ese entonces se habían mantenido en el circuito underground. Entre ellos Memphis La Blusera y La Mississippi, que a su vez habían influenciado al género. Los Caballeros de la Quema y una serie de bandas barriales de rock no-rolinga también llegaron al éxito subidos a la ola del rock barrial. Lo mismo para Ataque 77 y en algunos aspectos 2 minutos, irónicamente bandas de punk rock.
El rock rolinga también trajo un fenómeno social: se hizo evidente el fenómeno de las barra bravas y el de la pobreza en Argentina. También dejó una influencia para la música que vendría años más tarde, en especial para la cumbia villera, y para la música del momento, dando por ejemplo, a través de la influencia en el reggae, origen a un estilo que algunos medios llamaron "reggae stone".[4]
A fines de los años '90 el rock rolinga era calificado por la prensa de distintas formas, había sido calificado por la revista Rolling Stone (edición de Argentina) al cubrir un show de Los Piojos como un género que llegaría a fines de siglo como el único fenómeno musical que acaparara la atención[5] aunque en la misma revista en la crítica del disco No Security de la banda de Mick Jagger, decía que era una banda que no tenía riesgos musicales y que el disco era "más de lo mismo". La revista Madhouse, de un público under más punk y metalero, opinó en marzo del año siguiente que "ya estaban cansados de la franela stone y cualquier porquería que quisieran vender bajo el paraguas de movimiento rock", a la vez que felicitaban las críticas de Catupecu Machu.
Por lo que el rock rolinga, si bien gozó de un éxito rotundo, ya desde sus inicios fue criticado por un gran sector de la sociedad y de los músicos de la época.
Hubo críticas para la cultura "chabón" en general. La banda de punk rock Marzo de 76 había criticado la actitud "chabón" o barrial en el sentido que en el punk rock, cuando iban a tocar, en vez que el público se interiorizara con sus ideas, se emborrachaba y se peleaba en vez de escuchar la música. El cantante de Los Cafres opinó en la Rolling Stone de septiembre de 2008 que "la escena de reggae estaba dominada por la pose del reggae chabón, de la boludez del fasito y la remera de Marley". El término "reggae chabón" fue nombrado y criticado unas veces más.[6] [7] Nuevamente, el término "punk chabón" aparecería: en el 2006, con motivo de la salida del disco Yo estuve ahí, nosotros también de Bulldog, el suplemento "No" del diario Página 12 calificó de esta forma la actitud de dicha banda en el arte del disco porque "implicaba un exceso de protagonismo popular, de cancha". La versión "cultura chabón" de la cumbia, la cumbia villera, recibió innumerables críticas.
La prensa especializada advirtió sobre el empobrecimiento en el lenguaje que el rock rolinga conllevaba,[8] y su carencia creativa y necesidad de hablar repetitivamente de temas que sus intérpretes creen prohibidos.[9] Claudio Díaz, autor de "Libro de viajes y extravíos: un recorrido por el rock argentino (1965-1985)", opinó que la música era cada vez más "tonta", que el aplanamiento del rock era parte de un "fenómeno general de empobrecimiento" relacionado con un cambio en las "coordenadas culturales" del rock y de la sociedad en general. Según sus propias palabras
"El rock de los ‘70 hasta los ‘80 estaba fuertemente anclado en lecturas literarias, poéticas y filosóficas, de una impronta muy vinculada a las vanguardias. Eso ahora no está. El mundo de referencias culturales, desde que se impone como dominante eso que se llama el rock chabón, es el barrio, el fútbol, la cerveza.". En su libro "El rock perdido", Sergio Marchi sostuvo que con Patricio Rey y sus redonditos de ricota, los referentes del rock nacional se habían vuelto estereotipados: o bien criticaban la televisión y la farándula, o bien enzalsaban la vida cotidiana de los barrios, la tribuna y la calle, caso de bandas como Los Piojos y La Renga, que (según él) transformaron así a figuras como Fito Páez o Gustavo Cerati en "dinosaurios" o directamente en enemigos. Álvarez Núñez tiene una opinión más definitiva: "La crisis de hoy en día no es otra cosa que comodidad burguesa (‘si total a los pibes no les importa nada’) e incomodidad gerontocrática (‘el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos’)", apelando a Sigmund Freud para explicarlo: "El rock vive la pulsión de muerte como pocos estadios del arte, y como ciertos artistas se ven alejados de ese caudal de energía y sin sentido que es la juventud, terminan a la merced de una necesidad que los sobrepasa y angustia. Y para no perder el carro, ‘descarrilan’ haciéndose los ‘pendex’; ahí está la mirada irónica de los Decadentes en "Pendeviejo". El sociólogo Pablo Semán dijo que "El rock chabón es pobre, como la Argentina decadente".[10] Sergio Marchi, dueño de la página 10musica.com y experiodista musical, criticó al rock rolinga, entre otras cosas, por su falsedad, diciendo que sus intérpretes escondían su falta de talento diciendo que tocaban mal porque eran auténticos, que ellos creen que no saber tocar es un mérito, que creen que si saben tres tonos pueden armar una banda (según él, eso era el punk malentendido), que según la "filosofía del género", si no te tomás una cerveza en la esquina sos un careta, que el rock no nació para encarcelar sino para dar más libertad; aunque aclarando que "no la libertad de ir con una bengala prendida y tirarla en un lugar cerrado, sino la libertad de poder imaginarte un mundo distinto y poder generar arte a partir de esa idea".[11] Luis Alberto Spinetta argumentó que no le interesaba el género y que rescataba unos pocos músicos.[12] Gustavo Cerati criticó al rock chabón diciendo que los argentinos "habíamos estado exportando un producto netamente nuestro".[13] Fito Páez dijo crudamente que el rock chabón "tiene 193 muertos ahí por no revisar lo que hace y por todo lo que genera el manifiesto del barrio argentino; y por ser del palo y pensar la argentinidad desde la birome", que "Para esa gente, si te ponés a estudiar música sos p... o jazzero y, entonces, no sos del palo”.", y que "un pueblo que se funda en la ignorancia genera tragedias, y esta cosa tribal argentina es terrible y es asesina porque te deja en la ignorancia".[14] Los hermanos Fernando y Gabriel Ruiz Díaz, de Catupecu Machu argumentaron que era un género demagógico, que apelaba a letras que hablasen de drogas y vicios para vender, y que era hipócrita por el hecho de querer copiar a los Rolling Stones pero no comportarse como ellos.[15] Aprile Sosa, de Cuentos Borgeanos, dijo que el rock barrial es nefasto.[16] Diego Capusotto, en su programa de televisión "Peter Capusotto y sus videos", satirizó la imagen de la estrella de rock rolinga en su personaje "Pomelo", hecho que le valió palabras crudas por parte de Juanse, de Los Ratones Paranoicos, quien pensó que lo estaba imitando.[17]
Actualidad: decadencia
Lo cierto es que si bien el género no murió, y aún sobrevive y mantiene un cierto éxito comercial, se encuentra debilitado drásticamente, y hasta hay medios que hablan de un "bajón stone".[18] Entre las causas se encuentran el incendio del local bailable República Cromañón, la aparición de otros géneros musicales que acapararon la atención masiva (como la cumbia villera y el pop electrónico) y las actitudes de bandas que pertenecieron al género (separación o sacar discos que no fuesen de rock rolinga).
El género, no obstante, es el dominante aún en zonas como el oeste del conurbano bonaerense.
Ya por 1998, Último bondi a Finisterre, disco de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, decidía salirse de la típica pose barrial para adentrarse en la música electrónica. 4 años más tarde, esta banda se separaría. En el mismo año, se había criticado la actitud de Iván Noble de Los Caballeros de la Quema, de cortejar a la famosa modelo, actriz y cantante Natalia Oreiro. 4 años más tarde, la banda se separaría, Iván Noble comenzaría una carrera musical solista, y adoptaría actitudes y un modo de vida privada más semejante a la de un "burgués", como él mismo se describiese. En febrero de 1999 dos personas murieron en un recital de la mencionada banda, en un recital del festival "Buenos Aires Vivo II", y mientras el show finalizaba, pertenecientes a la tribu de los rolingas robaron amenazando con cuchillos.
Pero sería en los años 2000 que el género mostraría sus principales signos de decadencia.
En el 2000, Viejas Locas se separó. La banda siguiente del cantante, Intoxicados, mostraría un interés premeditado en los demás estilos musicales (por ejemplo: el disco No es solo rock&roll). Al mismo tiempo, Los Piojos también comenzaban a interesarse en otros estilos, como el candombe, el tango y el funk.
A fines del 2001, el fenómeno under de la cumbia villera se haría masivo a causa de la grave crisis que Argentina experimentó. El mismo año, nacería Miranda!, banda del pop electrónico que años más tarde llegaría al éxito.
El 2002 fue un año negro para los géneros marginales en general (a excepción de la cumbia villera). A las separaciones de Los Caballeros de la Quema y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se sumaron el apogeo de la cumbia villera, la muerte de exponentes del punk rock (que se sumaron a la de Joey Ramone el año anterior) como Ricardo Espinoza, Joe Strummer, Jhonny Ramone y Dee Dee Ramone.
Luego vino el 2003. La cumbia villera nunca murió, continúa siendo un éxito masivo, arraigado firmemente en las zonas más pobres del conurbano bonaerense. Lo que pasó a partir de ese año fue que dicho género comenzaría progresivamente a perder peso comercialmente, al comenzar la serie de cambios que levantarían al país de la crisis, perder la rotación en las radios principales, y protagonismo mediático a través de la popularización de tribus urbanas como los floggers y emos. Lo cierto es que desde mediados del año comienza a hacerse evidente el dominio de bandas alejadas de la temática barrial, como por ejemplo Divididos, Catupecu Machu, Árbol, Babasónicos, etc.
En el 2004 se profundizaron estos cambios. Babasónicos, la banda perteneciente al "nuevo rock" que sobrevivió a la muerte de este, comenzó a ser más y más exitosa con su pop electrónico, y de esta forma irónicamente contribuyendo a la decadencia del rock rolinga. Miranda! se haría famosa en el mismo año y, con su música (del mismo género que la de Babasónicos) también contribuiría. Otras bandas, como Catupecu Machu y Árbol, sacarían nuevos trabajos discográficos, los cuales (alejados de la temática y rotados altamente por las radios) mostrarían la intención de las radios de mostrar melodías radiables. Viejas Locas dejó en claro, como queda dicho, su desdén por el rock rolinga al sacar su nuevo disco
Justo a finales de ese año ocurrió la tragedia de República Cromañón, donde se vieron implicados, entre otros, Callejeros, banda de rock rolinga. Fue este hecho el que dejó evidente la decadencia del género.
Los cambios siguieron y a la moda del pop electrónico de Miranda (que hasta dio origen a la tribu de los "alternos" o "alternitos") entre 2004 y 2007 se sumó la popularización de los fotologs y el boom de los solistas pop, como Gustavo Cerati y Vicentico.
En el 2007 las otras dos bandas del "nuevo rock" que sobrevivieron, Massacre y El Otro Yo, llegaron a la masividad tras comenzar a ser rotadas en las radios. Varias bandas mostraron nuevos trabajos discográficos, que, al igual que los de 2004, carecían de relación alguna con los géneros marginales (Las Pelotas, Catupecu Machu, Kapanga y Árbol, entre ellas). Es además el año del regreso de Soda Stereo, cuyo rotundo éxito comercial no tardó en evidenciar la vigencia del pop. Las bandas rolingas nuevas, como La Trifásica con su canción "La colo y el yoni", mostraron un interés en acercarse a las melodías radiables para triunfar.
Y el 2008 continuó definiendo la decadencia de los estilos marginales. Jóvenes Pordioseros, banda insignia del movimiento, se separó y, al igual que el caso de Intoxicados, su líder decidió que en Hijos del Oeste y Los Descarrilados (su banda siguiente) se tocasen varios estilos musicales. El personaje satírico de "Pomelo" alcanzó su mayor índice de popularidad, y el programa "Peter Capusotto y sus videos" ganó un Premio Martín Fierro. Las nuevas bandas de cumbia villera comenzar a copiarse de sus anteriores compañeros (como Pibes Chorros y Damas Gratis). En la corriente mainstream continuó creciendo el éxito predominante de artistas y bandas pop. Y se popularizaron nuevas tribus como los emos y los floggers. Esta última, de preferencia por la música electrónica, estética y temática narcisista y elitista, los destacaron del resto y los llevaron a ser la moda del momento en la Argentina. Fue por este éxito que no solo los rolingas sino también tribus como los cumbieros, metaleros y punks comenzaron a despreciar dicha tribu, y en el caso de los cumbieros, a pelearse con esta. Los floggers continúan siendo la moda en la Argentina.
Referencias
- ↑ Páginas 143 y 173 de "Historia del rock argentino" (1986), de Osvaldo Marzullo y Pancho Muñoz. Editorial Galerna.
- ↑ Página 115 de "Historia del rock argentino" (1986), de Osvaldo Marzullo y Pancho Muñoz. Editorial Galerna.
- ↑ Revista Los Inrockuptibles N°75, enero de 2004
- ↑ Página/12 :: no
- ↑ Anuario 1998 de Rolling Stone (edición de Argentina).
- ↑ Reggae sin congas - Rock.com.ar
- ↑ Página/12 :: no
- ↑ Nos vamos poniendo simples - Rock.com.ar
- ↑ Una movida que surgió con las crisis sociales
- ↑ Terra | Elecciones 2007
- ↑ Sergio Marchi: "Con tres tonos no armás una banda" - Infobae.com
- ↑ Página/12 :: radar
- ↑ Yahoo! Entretenimiento - Gustavo Cerati hizo alarde de su rock "anti-chabón" en el "Pepsi Music 2006"
- ↑ Fito acusó al "rock chabón" de cargar con 193 muertos - Infobae.com
- ↑ Revista Madhouse, N°98 (marzo de 1999).
- ↑ CUENTOS BORGEANOS: El rock barrial es nefasto
- ↑ Página/12 :: no
- ↑ Página/12 :: no
Véase también
- Viejas Locas y Los Ratones Paranoicos (los primeros exponentes del género)
- Rock de Argentina
- The Rolling Stones
Categoría: Rock de Argentina
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