- Irán-Contra
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El escándalo Irán-Contra, también conocido como Irangate, es un acontecimiento político ocurrido entre 1985 y 1986, en el cual el gobierno de los Estados Unidos, bajo la administración del presidente Ronald Reagan, vendió armas al gobierno Iraní cuando éste se encontraba inmerso en la guerra Irán-Irak y financió el movimiento conocido como "Contra" nicaragüense (movimiento armado creado y financiado por Estados Unidos para atacar al gobierno Sandinista de Nicaragua, durante el periodo conocido como "Revolución Sandinista" o "nicaragüense"). Ambas operaciones, la venta de armas y la financiación de la Contra, estaban prohibidas por el Senado norteamericano.[1]
La operación de venta de armas a Irán produjo más de 47 millones de dólares, dinero que fue gestionado por Oliver North mediante un entramado de cuentas bancarias en Suiza y fue utilizado, principalmente, para la financiación de la agresión al gobierno de Nicaragua y apoyo a la Contra.
El 5 de octubre de 1986, fue derribado por el Ejército Popular Sandinista (EPS) de Nicaragua, un avión de transporte estadounidense con suministros para la Contra pilotado por Eugene Hasenfus. Poco después, el día 5, fue hecho prisionero pues fue el único que sobrevivió al derribo. El 3 de noviembre de 1986 un semanario libanés publicaba la venta de armas de guerra a Irán por parte de los Estados Unidos. El 25 de noviembre en una rueda de prensa, el presidente Ronald Reagan y el Procurador General de la República Edwin Meese reconocían que ambos hechos estaban relacionados y que existía una nota escrita de Oliver North de abril de ese mismo año donde se especificaba que 12 millones de dólares de las ventas de armas serían utilizados para ayudar a los Contras.[1] Todo ello llevó a la creación, por parte del Senado de los Estados Unidos, de una comisión de investigación.
Contenido
Antecedentes
En Nicaragua
El 20 de julio de 1979 las columnas guerrilleras del Frente Sandinista de Liberación Nacional entran en Managua, con un amplio respaldo popular, consumando la derrota de Anastasio Somoza Debayle y con ello la sucesión de los gobiernos dictatoriales, controlados por la familia Somoza desde el asesinato de Augusto Cesar Sandino en 1934.[2]
En este momento comienza el periodo conocido como Revolución nicaragüense o sandinista que se extendió hasta febrero de 1990 cuando en las elecciones presidenciales celebradas en ese mes el FSLN pierde las mismas a favor de la Unión Nacional Opositora (UNO), aglutinado de diferentes partidos y fuerzas opuestas a los Sandinistas y apoyadas por EE UU, presidida por Violeta Chamorro.
Tras la entrada de los sandinistas en Managua y la huida de Somoza se instaura un nuevo gobierno, formado por un amplio espectro ideológico con presencia socialdemócrata, socialista, Marxista-leninista y con una influencia muy grande de la teología de la liberación, trataron de introducir reformas en los aspectos socio-económicos y políticos del Estado nicaragüense, tratando además los problemas relativos a la sanidad, la educación y reparto de la tierra que el país necesitaba. Logrando avances significativos y reconocidos internacionalmente.[3]
Desde el triunfo mismo de la Revolución y el desmantelamiento de la Guardia Nacional, grupos aislados de guardias, con base en Honduras, mantuvieron hostilidades armadas con el nuevo gobierno nicaragüense. A finales del año 1981 estos grupos armados recibían apoyo del gobierno argentino y una ayuda secreta de los Estados Unidos.[2] Los grupos contrarrevolucionarios se fueron alimentando de los descontentos con las reformas revolucionarias. Incluso algún relevante sandinista, como Edén Pastora creó su propio grupo armado de oposición, en este caso con base en Costa Rica. También algunos grupos étnicos como los miskitos se sumaron a estos movimientos antisandinista. A todo este conglomerado contrarrevolucionario se le denominó contra (acortamiento de contrarrevolucionarios o contrarrevolución en contraposición de compa acortamiento de compañero como se denominaban los sandinistas entre sí).
Desde la llegada al poder de la administración Reagan, el apoyo a los Contras se generaliza e incrementa, mientras que bloqueaban y presionaban al gobierno nicaragüense, impidiendo la ayuda de otros países y diversos organismos e instituciones internacionales. Se estima que entre 1982 y 1990, los EEUU gastaron en el apoyo a la Contra más de 300 millones de dólares.
La contra, en la que militaban muchos ex guardias somocistas y estaba dirigida por agentes ligados a los Somoza, cometió grandes atrocidades entre la población civil nicaragüense llegando a ser acusada de no respetar los derechos humanos. En esta coyuntura se comenzó a cuestionar dentro de los EEUU, el apoyo que se prestaba a estos grupos armados (que habían llegado a ser denominado por Ronald Reagan como "defensores de la libertad"). El Congreso de los EEUU comenzó a restringir el apoyo a la contra, llegando a prohibirlo totalmente en 1985, prohibición que se ejecutó hasta octubre de 1986.
El gobierno norteamericano mantuvo en todo momento la financiación de la intromisión armada en Nicaragua, hasta la salida del poder de los sandinistas.[2] La intromisión de los Estados Unidos llegó a ser tan intensa y evidente que la Corte Internacional de Justicia condenó la misma en la sentencia del 27 de junio de 1986, por el apoyo a la contra y el minado de las aguas nicaragüenses (ver Nicaragua contra Estados Unidos).[4]
Ya en 1983, el Congreso norteamericano había limitado el presupuesto de ayuda a la Contra nicaragüense en 24 millones de dólares. este presupuesto era gestionado por la CIA. Para saltarse la limitación del Congreso, la CIA pasó al Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos presidido por Oliver North las responsabilidades de financiación de las acciones en contra de Nicaragua. Oliver North junto a otros miembros de la administración Reagan realizaron una solicitud de fondos privados para mantener el nivel de financiación de la contra.[5] No se ha encontrado evidencia que demuestre que él autorizó dicho plan.[6] [7] [8]
En Oriente próximo
En 1980 comienza la llamada Guerra Irán-Irak y Estados Unidos apoya al gobierno de Irak en contra del gobierno islamista de Irán donde hacía poco tiempo acababa de triunfar la revolución iraní. La guerra finalizó en 1988 sin un claro vencedor. Tras la revolución iraní y la Crisis de los rehenes en Irán, EE UU había roto relaciones con Irán.
A comienzos de los años 80 son secuestrados en el Líbano media docena de estadounidenses por el grupo chiíta libanés Hezbollah del Islamist, que estaba relacionado con los guardias de la revolución islámica del gobierno de Irán. A comienzo de 1985, informaciones llegadas desde el gobierno de Israel e Irán hacen creer a los responsables de la política exterior de los EE.UU. que el suministro de armas al gobierno de Teherán favorecería la liberación de los rehenes en el Líbano mediante la influencia que Teherán tenía en el grupo que los había secuestrado.
Oliver North, Teniente Coronel del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados unidos, fue el ideólogo del plan, sin que se haya podido establecer la responsabilidad directa de Ronald Reagan.[9]
Está acción contradecía el discurso público de Ronald Reagan que rechazaba cualquier trato con terroristas. Iba contra la política oficial de EE UU de no vender armas a Irán. Se debía de hacer de espaldas al Congreso y no había garantía alguna de que el grupo que tenia secuestrado a los ciudadanos norteamericanos en el Líbano accediera a las presiones de Irán. De hecho, entre 1985 y 1986, mientras EE UU suministraba armas a Irán, se produjeron más secuestros de estadounidenses en el Líbano.
Tráfico ilegal de armas y financiación de la Contra
La venta de armas a Irán
Los miembros del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos Michael Ledeen y Roberto McFarlane responden a la petición del presidente de Israel Shimon Peres para facilitar la venta de armas a Irán.[10] Irán, enfrentado con Irak, encontraba dificultades para encontrar países occidentes en donde adquirir armamento. La idea era que Israel suministrara armas mediante un intermediario identificado como Manucher Ghorbanifar a un grupo político iraní opuesto al ayatolá Khomeni.[11] Después, EE UU repondría las armas vendidas a Irán que serían pagadas por lo cobrado a los iraníes. La operación requería el visto bueno del Gobierno de los Estados Unidos. McFarlane aseguró a los israelíes que ese visto bueno estaba dado.
En 1985 McFarlane se entrevista con Ronald Reagan en el hospital naval de Bethesda donde el presidente estaba convaleciente de una operación de cáncer de colon. En esa entrevista McFarlane le informa de las relaciones que Israel mantenía con un grupo opuesto al ayatolá Khomeni los cuales intentaban entablar una relación con los EE UU y que para demostrar sus buenas intenciones estaban dispuestos a hablar con Hezbollah para intentar la liberación de los rehenes que estos mantenían prisioneros. Reagan justifica esta relación por creer que el establecimiento de relaciones con país estratégicamente localizado, y evitando que la Unión Soviética hiciera lo mismo, era un movimiento beneficioso. Aún cuando la venta de armas se establecía con un grupo iraní opuesto al ayatolá esta se realizaba a Irán.
Israel pidió permiso a los EE UU para vender una pequeña cantidad de misiles antitanques BGM-71 TOW al grupo de iraníes opuestos a Khomeni para demostrar que tenían conexión con el gobierno de los Estados Unidos. Reagan rechazó inicialmente el plan pidiendo que Israel enviara la información que demostrara que el grupo iraní eran opuestos al "terrorismo" y habían luchado contra él. Una vez aportada la información requerida Reagan autoriza la transacción. En la autobiografía que publico Ronald Reagan en 1990 este afirma que confió en que se liberarían los rehenes y que pidió al grupo opositor iraní que hiciera todo lo posible para que Hezbollah liberara a los rehenes que tenía en su poder.
Según publico el diario New York Times, los EE.UU. suministraron las siguientes armas a los iraníes:[12]
- 20 de agosto de 1985: 96 TOW misiles anti-tanque.
- 14 de septiembre de 1985: 408 TOWs más.
- 24 de noviembre de 1985: 18 Hawk misiles anti-áereo.
- 17 febrero de 1986: 500 TOWs
- 27 febrero de 1986: 500 TOWs
- 24 mayo de 1986: 508 TOWs y 240 piezas de repuesto para ellos.
- 24 de agosto de 1986: más piezas de repuesto para los TOWs.
- 28 de octubre de 1986: 500 TOWs.
En julio de 1985 los primeros misiles anticarro llegaron a Irán de la mano del traficante de armas llamado Manucher Ghorbanifar, que era amigo del primer ministro de Irán MIR-Hossein Mousavi. Horas después de recibir las armas la Jihad islámica liberó a Benjamin Weir.[10]
McFarlane dimitió el 5 de diciembre de 1985 alegando motivos personales y es sustituido por John Poindexter. Dos días después le propone a Reagan algunos cambios en las transacciones de armas a Irán; en vez de mandar las armas al grupo de oposición iraní se mandarían a mandos moderados del ejército iraní. Aún con la oposición del Secretario de Estado George Shultz y el Secretario de Defensa Caspar Weinberger, Ronald Reagan autoriza el plan. Reagan dijo en aquel entonces "We were not trading arms for hostages, nor were we negotiating with terrorists"[13] McFarlane, ya fuera de la administración, viajó a Londres para negociar con los israelíes y Ghorbanifar para que este último persuadiera a Irán para que utilizara su influencia con los grupos que mantenían rehenes en el Líbano antes de nuevas entregas de armas. Ghorbanifar rechazado dicho plan.
El día en que dimite McFarlane, Oliver North, asistente militar al Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, propone un nuevo plan para la venta de armas a Irán. En este nuevo plan se propone que Estados Unidos venda directamente las armas a Irán y que una parte de las ganancias de dicha venta vayan a financiar a los contras nicaragüenses. North propuso una cantidad de 15 millones de dólares y Ghorbanifar suma 41% de sus propios beneficios.
El plan de North contó con el apoyo de varios miembros del Consejo de Seguridad Nacional y Poindexter lo autorizó sin la notificación al presidente Reagan entrando este en efecto.
Los iraníes rechazaron comprar las armas al precio que se les ofrecía al ser este muy elevado debido a los beneficios que querían obtener North y Ghorbanifar. En febrero de 1986 se envían 1.000 misiles anti carro TOW y entre mayo y noviembre más armas y pertrechos.
Ambas acciones, la venta de armas a Irán y la financiación de la Contra nicaragüense intentaron evitar las limitaciones que tanto la propia política de la administración del gobierno de Estados Unidos como su Congreso, a través de la conocida como "enmienda de Boland" habían hecho públicas Bajo la argumentación que se podían buscar fondos provenientes de los sectores privados y de otros países para la consecución de sus fines por parte del presidente (o en este caso la administración).
La financiación por terceros países quedó en evidencia cuando Fawn Hall, secretario de North, se equivocó con el número de la cuenta suiza en que se gestionaban los pagos e ingresó a un ciudadano de ese país 10 millones de dólares en su cuenta. El dinero procedía del Sultán de Brunéi a quien se le devolvió con intereses. También hay indicios de la implicación de los gobernantes de Arabia Saudí.[14]
El 7 de enero de 1986, Poindexter propuso al presidente una modificación del plan aprobado: en vez de la negociación con el grupo político iraní moderado, se negociaría con los miembros moderados del gobierno iraní. Poindexter dijo a Reagan que Ghorbanifar tenía conexiones importantes dentro del gobierno iraní, así que con la esperanza de la liberación de los rehenes, Reagan aprobó esta modificación del plan. En febrero de 1986, las armas fueron enviadas directamente a Irán por los Estados Unidos (como parte del plan de Oliver North, sin el conocimiento del presidente Reagan) y ninguno de los rehenes fue liberado. McFarlane viaja a Teherán para entrevistarse con el grupo político iraní moderado y lograr la liberación de los rehenes que quedaban en el Líbano. Estas negociaciones fallaron al pedirse demandas como que Israel se retirara de los Altos del Golán.
A finales de julio de 1986 Hezbollah liberó a otro rehén, al padre Lawrence Martin Jenco. Después de esta liberación el jefe de la CIA William Casey pide que se autorice un envío de las pequeñas piezas del misil a las fuerzas militares iraníes como forma de expresar gratitud y prevenir ejecuciones de rehenes. En septiembre y octubre se secuestran a tres estadounidenses más (Frank Reed, Joseph Ciccipio y Edward Tracy) luego liberaron a David Jacobsen y aunque los secuestradores prometieron liberar a otros dos esto nunca se hizo.
El narcotráfico
La ayuda a la contra nicaragüense provenía de tres fuentes: la CIA, el tráfico de armas a Irán y el trafico de drogas y en ella colaboraba cubanos exiliados en Miami,[15] [16] no encontrándose evidencia de que autorizó este plan.[6] [7] [8]
El Cartel de Medellín montó una infraestructura en Yucatán para facilitar la introducción de cocaína en los EE.UU.. Para esta operación, según documentos hechos públicos recientemente por el gobierno estadounidense, relacionados con el caso Irán-Contras, contó con el apoyo de la CIA. Los traficantes de droga colombianos apoyaban económicamente a la Contra a cambio de facilidades para introducir droga en EE.UU.[17]
Las relaciones entre la CIA y el cartel de Medellín quedaron de manifiesto en las declaraciones de Ernest Jacobsen, agente de la DEA, ´en la investigación que la Cámara de Representantes de Estados Unidos abrió sobre el escándalo Irán Contra.
El líder de la resistencia misquita Steadman Fagoth, según informaciones internas de la CIA[18] planeó hacerse con parte de la droga colombiana para financiar su guerrilla antisandinista. Hay también constancia de la relación que mantuvo Manuel Antonio Noriega, presidente de Panamá en ese tiempo con la CIA, sus actividades con el trafico de drogas y la vinculación con la financiación de la guerrilla antisandinista.[19]
Según publicó Gary Webb en el periódico Mercury News de San José, California (EE.UU.), la CIA vendió toneladas de cocaína en Estados Unidos durante esos años para pasarle las ganancias a la contra nicaragüense, según el propio Webb la información la obtuvo de "informes desclasificados, testimonios dados en cortes federales, cintas grabadas en secreto, transcripciones de cortes nacionales e internacionales y cientos de horas de entrevistas en los últimos 12 meses" con la ayuda de dos compañeros periodistas Georg Hodel y Leonore Delgado.[20] [21] La serie de artículos periodísticos se denominó "Dark Alliance" y dio lugar al libro del mismo nombre.[22] [23]
Gary Webb apareció muerto en 2004 , siendo calificado inmediatamente como suicidio. Las investigaciones posteriores apuntan a acción de terceros[24]
Investigación
El 3 de noviembre de 1986 el periódico libanés Ash-Shiraa desveló el tráfico clandestino de armas entre los Estados Unidos de América y la república islámica de Irán. El 5 de octubre había sido derribado por el ejército nicaragüense un avión de trasporte estadounidense con suministros para la Contra, además de cocaína. Poco después, capturado uno de sus tripulantes, Eugene Hasenfus, quien en rueda de prensa afirmó que tanto él como sus compañeros Gómez máximo y Ramón Medina, trabajaban para la CIA.[25]
La publicación del 13 de noviembre de Ash-Shiraa fue confirmada oficialmente por el gobierno de Irán y poco después, el 13 de noviembre, el presidente norteamericano Ronald Reagan afirmaba desde su despacho en la Casa Blanca
Mi propósito era… enviar la señal de que los Estados Unidos fueron preparados para sustituir la enemistad entre ambos estados (en referencia a EE.UU. e Irán) por una nueva relación... Al mismo tiempo que emprendimos esta iniciativa, dejemos claro que Irán debe oponerse a todas las formas de terrorismo internacional como condición al progreso en nuestra relación. La medida más significativa que Irán podría tomar, indicamos, deberíamos utilizar su influencia en Líbano para asegurar la liberación de todos los rehenes[26]El escándalo estalló cuando Oliver North destruyó documentos oficiales del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos. North argumentó que la destrucción de documentos era para proteger la vida de algunas personas implicadas en Irán y en operaciones de los contras. Durante la investigación North destruye la que pudo ser la única copia firmada de un decreto secreto de la presidencia autorizando la participación de la CIA en el envío de armas a Irán. El 25 de noviembre el Procurador General de la República, Edwin Meese, admite que parte de los beneficios de la venta de armas a Irán se han usado para financiar a los insurgentes nicaragüenses. Ese mismo día dimite Poindexter y North es destituido por Reagan. A Poindexter le sustituye Frank Carlucci el 2 de diciembre de 1986.
El director de la CIA en aquella época, William J. Casey, en declaraciones al periodista Bob Woodward, admitió, en febrero de 1987, que él era consciente de las acciones que la agencia de inteligencia estaba realizando para la financiación de la contrarrevolución nicaragüense. El 6 de mayo de 1987 William Casey murió el día después de que el congreso comenzara sus vistas públicas en el asunto Irán-contra.
La Comisión Tower
El 25 de noviembre de 1986, presidente Reagan anunció la creación de una comisión de investigación especial para estudiar el escándalo. Reagan designó al ex-senador John Tower como presidente de la misma junto con el ex Secretario de Estado Edmund Muskie y a Brent Scowcroft, ex consejero del Consejero de Seguridad Nacional. La comisión comenzó sus labores oficialmente el 1 de diciembre y se le conoce como "Comisión Tower".
La Comisión Tower tenía el objetivo investigar "las circunstancias que rodean la materia Irán-Contra, otros estudios de caso que pudieron revelar fuerzas y debilidades en la operación del sistema del Consejo de Seguridad Nacional bajo tensión, y la manera de la cual ese sistema ha servido a ocho presidentes diferentes desde su inicio en 1947".[6] Esta comisión fue la primera que investigó asuntos relacionados con el Consejo de Seguridad Nacional.
El presidente Ronald Reagan compadece ante la comisión el 2 de diciembre y en sus declaraciones se contradice diciendo que recordaba algún episodio sobre la venta de armas a Irán para después decir que no recordaba nada.[27] En su autobiografía 1990, "Una vida americana", Reagan reconoce autorizar los envíos a Israel.[28]
El 26 de febrero de 1987 la Comisión entrega su informe al presidente. La Comisión había interrogado a 80 testigos, incluyendo al propio Ronald Reagan,[6] y a dos de los intermediarios del comercio de armas: Manucher Ghorbanifar y Adnan Khashoggi.[27] El informe, de 200 páginas,[27] era muy crítico y en él se ponían en tela de juicio las acciones de Oliver North, John Poindexter, Caspar Weinberger y otros. La Comisión determinó que Ronald Reagan no tenía conocimiento detallado del programa y en especial sobre la financiación con esos fondos a los Contras nicaragüenses.[6] Afirma que Reagan debería haber tenido mejor control del personal del Consejo de Seguridad Nacional, criticando duramente al presidente por no haber controlado a sus subordinados y ser consciente de sus acciones. Un resultado importante de la Comisión de Tower fue el que Reagan debía haber escuchado más a su consejero de Seguridad Nacional.[6]
El Congreso de los Estados Unidos, controlado por los Demócratas, publicó el 18 de noviembre de 1987, que "si el presidente no sabía lo que hacían sus consejeros de seguridad nacional, él debería haberlo sabido."[7] Este informe señalaba al presidente como el "último responsable" de la actividad de sus subordinados y a la su gobierno le acusaba de "secreto, engaño y desdén para con la ley".[29] Indicaba que la cuestión principal era saber el papel del presidente en el asunto Irán-contra. También criticó la destrucción de documentos que habían realizado Oliver North y Poindexter así como la muerte de Casey.[8]
En 1992, George Bush padre, presidente entonces, indultó a los seis altos cargos que habían sido encarcelados por haber mentido al Congreso sobre la existencia de la venta de armas a Irán.[cita requerida]
Las consecuencias
El 4 de marzo de 1987 el presidente Ronald Reagan en una declaración televisadas desde el Despacho Oval de la Casa Blanca informa a la ciudadanía de la situación.[30] Esta era la primera declaración pública del presidente después de tres meses de que saltara el escándalo, Reagan argumentó la razón por la cual no había informado a la ciudadanía de la siguiente forma:
La razón por la que no he informado antes de estos hechos es esta: Ustedes merecen la verdad. Y como creí incorrecto venir a informar con informes incompletos, o incluso declaraciones erróneas, que luego deberían ser corregidas provocando más dudas y confusiónEl presidente se hizo responsable de todos los actos cometidos.
Lo primero, déjeme decirles que tomo la responsabilidad total para mis propias acciones y las de mi administración. Tan enfadado como puedo estar sobre las actividades emprendidas sin mi conocimiento, soy todavía responsable de esas actividades. Tan decepcionado como pueda estar con algunos que me sirvieron, soy yo quien tiene que responder al pueblo americano sobre estos actos.Finalmente, el presidente indicó que sus aserciones anteriores que los EE.UU. no negociaron las armas por los rehenes eran incorrectas:
Hace unos meses dije al pueblo americano que no negocié las armas por los rehenes. Mi corazón y mis mejores intenciones todavía me dicen que eso es verdad, pero los hechos y la evidencia me dicen que no es. Como el informe Tower ha reportado, lo que comenzó como una abertura estratégica a Irán se deterioró, en su puesta en práctica, en el comercio de armas por los rehenes. Esto va contra mi propia creencia, contra la política de la administración, y contra la estrategia original teníamos en mente.[30] El escándalo afectó la popularidad del presidente Ronald Reagan la cual paso del 67% al 46% en noviembre de 1986 aunque a principios de 1989 la misma se volvió a situar en el 64%. Hizo daño a la credibilidad de los Estados Unidos poniendo en evidencia que sus palabras no correspondían con sus hechos y avaló la utilización de los secuestros para la obtención de beneficios políticos.[31] Magnus Ranstorp escribió;
La buena voluntad de los EE.UU. de acceder a concesiones con Irán y Hezbollah no sólo señalado a sus adversarios que la toma de rehenes era un instrumento extremadamente útil en la extracción de las concesiones políticas y financieras, también minó cualquier credibilidad de las críticas de los EE.UU. del otros estados y la desviación de los principios de ninguna negociación y de ninguna concesión a los terroristas y a sus demandas.[32]En Irán fue ejecutado en 1987 Mehdi Hashemi uno de los responsables de acción. Los cargos que se alegaron en su juicio no estaban relacionados con el escándalo, aunque algunos observadores creen que hay coincidencias entre ellos.[33]
Convicciones, perdones, y restablecimientos
Oliver North y John Poindexter fueron acusados de múltiples cargos el 16 de marzo de 1988.[34] North, acusado por 16 cargos, fue condenado por 3 cargos menores. Las penas fueron declaradas vacantes ya que North se acogió a la Quinta Enmienda podían haber sido violados ya que había declarado al Congreso en forma indirecta. En 1990, Poindexter fue condenado de varios cargos de conspiración, por mentirle al Congreso de Estados Unidos, obstrucción a la justicia, y alterar o destruir documentos relativos a la investigación. Sus condenas fueron sobreseídas cuando apeló. Arthur L. Liman servía como jefe del Consejo durante el escándalo Iran-Contra.[35]
El miembro de la Oficina del Consejo Independiente de Estados Unidos, Lawrence E. Walsh, eligió no re enjuiciar a North o Poindexter. Caspar Weinberger fue condenado por mentirle al consejero independiente pero más tarde fue perdonado por el Presidente George H. W. Bush.[36]
En 1992 George H. W. Bush perdono a los seis oficiales de la administración, Elliott Abrams, Duane R. Clarridge, Alan Fiers, Clair George, Robert McFarlane, y Caspar Weinberger.[37]
Muchos de los condenados son personajes renombrados. Cuando George W. Bush fue electo Presidente incluyó en su gabinete a varios altos cargos de la Administración de Ronald Reagan.[38] [39]
Entre ellos estaban:
- Elliott Abrams(Lobby israelí en los Estados Unidos):[40] asistente especial del Presidente y director del Consejo de Asuntos del Cercano Oriente y Norte de África. En el escándalo Irán-Contra, se le encontró culpable de dos acusaciones de uso de información privilegiada, fue perdonado.
- Otto Reich:[41] jefe del la Oficina de Diplomacia Pública para América Latina y el Caribe bajo el gobierno de Reagan.
- John Negroponte:[42] bajo Bush, sirvió como Embajador en Irak, Director de Inteligencia Nacional, y Sub-secretario de Estado. Negroponte es miembro de la sociedad secreta de Yale llamada Skull & Bones como los Bush y John Kerry.
- Almirante John Poindexter:[43] bajo Bush, Director de la Information Awareness Office; en el escándalo Iran-Contra, fue encontrado culpable de varios cargos por conspiración, obstrucción de justicia, mentirle al Congreso, fraude al Gobierno, y alteración y destrucción de evidencias, sus condenas fueron revertidas por decisión presidencial.
En la ciudad de Odon, Indiana, pueblo natal de John Poindexter, le dedicaron una calle con su nombre. Posteriormente Bill Breeden, un ex-ministro, retiro las placas en protesta por el caso Irán-Contra reclamando una cantidad por ellas de 30 millones de dólares como referencia al dinero que procedente de Irán fue entregado a la Contra nicaragüense. Esta acción le costó arresto y prisión. Howard Zinn ironizó con el caso cuando afirmaba que "Bill Breeden era la única persona presa como resultado del escándalo Iran-Contra."[44]
Véase también
- Nicaragua contra Estados Unidos
- Frente Sandinista de Liberación Nacional
- Revolución Sandinista
Referencias
- Notas
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- ↑ La CIA apoyó a la "contra" con venta de crack Revista del Sur No. 63/64 - Enero/Febrero 1997
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- ↑ Zinn, Howard (2003), pp. 587-588
- Bibliografía
- Dark Alliance : The CIA, the Contras, and the Crack Cocaine Explosion (Hardcover) ,Gary Webb Seven Stories Press; Seven Stories Press 1st ed edition (April 1998) ISBN 1-888363-68-1
- Defrauding America: Encyclopedia of Secret Operations by the CIA, DEA, and Other Covert Agencies Rodney Stich. Diablo Western Pr; 3RD edition (January 1998) ISBN 0-932438-09-1
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