- Traducciones de la Biblia
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La Biblia ha sido traducida a numerosos idiomas desde los lenguajes bíblicos que son el hebreo, arameo y griego.
La versión denominada Vulgata escrita en latin fue la dominante en la Cristiandad Occidental durante la Edad Media. Desde entonces, la Biblia ha sido traducida a mucha otras lenguas.
La traducción de textos bíblicos a lenguas hispánicas recién comienza hacia el siglo XIII. La obra "Grande e general estoria" que se remonta a finales del siglo XIII, de Alfonso X el Sabio, rey de Castilla y León, incluye una traducción no literal del latín, que abarca desde el Génesis hasta el Nuevo Testamento, por lo que es la primera traducción de envargadura de textos de la Biblia. Es denominada Biblia Alfonsina o Española.
Contenido
Historia
Traducciones y ediciones de la Biblia hebrea
Algunas de las primeras traducciones del Torah judío se realizaron durante el primer exilio en Babilonia, cuando el arameo se convirtió en la lingua franca de los judíos. Dado que muchas personas hablaban solo en arameo y no entendian hebreo, se crearon los Targums para permitir que las personas comunes pudieran entender la Torah cuando era leida en las sinagogas antiguas.
La Tanakh estaba escrita en su mayor parte en hebreo bíblico, con algunos trozos (especialmente en el Libro de Daniel y el Libro de Esdras) en arameo bíblico.
Otras antiguas traducciones judías, tales como los Targums en arameo, siguen de cerca el texto masorético de la Biblia hebrea, y todas las traducciones judías medievales y modernas se basan en la misma fuente.
El movimiento más difundido para traducir libros de la Biblia hizo su aparición en el siglo tercero para traducir libros de la Biblia que se remontaban al siglo III AdC. La mayoria del Tanakh existia en hebreo, pero muchos judíos vivían en Egipto, en donde Alejandro Magno había fundado Alejandria. En cierta época un tercio de la población de esta ciudad eran judíos helenos. Sin embargo, no se intentó realizar ninguna traducción de relevancia (ya que la mayoria de los judíos continuaban hablando en arameo entre ellos) hasta que Ptolomeo II Filadelfo contrató a un gran grupo de judíos (entre 15 y 72 según distintas fuentes) que poseían un fluído dominio del griego koiné y hebreo. Estas personas realizaron la traducción actualmente denominada la Septuaginta.
Desde el 800 hasta el 1400, estudiosos judíos actualmente denominados Masoretas compararon los textos de todos los manuscritos bíblicos conocidos en un esfuerzo por crear un texto único estandarizado. Como resultado de este esfuerzo aparecieron una serie de textos sumamente similares, todos los cuales son denominados Textos Masoréticos (MT). Los Masoretes también agregaron puntos vocales al texto (llamados niqud), ya que el texto original solo contenía consonantes. Este proceso a veces requeria la elección de una denominada interpretación, dado que algunas palabras solo se diferenciaban por sus vocales—su significado dependiendo de cuales vocales se utilizen. En la antigüedad, existín varias lecturas o interpretaciones en hebreo, algunas de las cuales han sobrevivido en el Pentateuco Samaritano, los pergaminos del Mar Muerto, y otros fragmentos antiguos, además de existir referencias a ellas en versiones antiguas en otros idiomas.[1]
Los judíos también escribieron traducciones noliterales o parafrases denominadas targums, especialmente en arameo. A menudo expandían y elaboraban el texto con detalles adicionales tomados de la tradición oral rabínica.
Traducciones primitivas al griego y latín
En la obra Hexapla de Orígenes de Alejandria se presentan en forma comparativa seis versiones del Viejo Testamento, incluida la traducción griega del siglo II de Aquila de Sinope y Simaco el Ebionita. Esta elaboración ecléctica de la Septuaginta tuvo una influencia significativa en el texto del Viejo Testamento en varios manuscritos importantes. La Biblia Cristiana canónica fue establecida formalmente por el Obispo Cirilo de Jerusalen en el 350 (aunque de hecho ya había sido aceptada por la iglesia), siendo confirmada por el Concilio de Laodicea en el 363 (ambas no incluian el Libro de las Revelaciones), y posteriormente promulgada por Atanasio de Alejandría en el 367 (con el agregado del Libro de las Revelaciones), y la traducción al latín denominada Vulgata de Jerónimo de Estridón se remontan al 382 a.C. y 420. Las traducciones al latin anteriores a Jerónimo son denominadas en forma genérica como textos Vetus Latina.
La primera de todas las traducciones de la Biblia hebrea al griego fue la denominada Septuaginta (LXX), que luego se convierte en el texto aceptado del Viejo Testamento en la iglesia y la base de sus canones. La denominada Vulgata en latin realizada por Jerónimo estaba basada en la versión en hebreo de aquellos libros de la Biblia que se habían conservado en el canon judio (tal como se presentaban en el texto masorético), y del texto griego de los libros deuterocanonicos.
Las traducciones cristianas también tendían a basarse en la versión en hebreo, aunque algunas prefieren la Septuaginta (o pueden presentar citas alternativas de ambas). Las traducciones de la Biblia que incorporan críticas textuales modernas por lo general comienzan con el texto masorético, pero también tienen en cuenta posibles variantes de todas las versiones antiguas disponibles. El Textus Receptus del Nuevo Testamento cristiano se encuentra en griego koiné,[2] y casi todas las traducciones están basadas en un texto griego.
Durante el siglo II o III a.C, la Torah fue traducida al griego koiné, y durante el siguiente siglo, otros libros fueron también traducidos. Esta traducción se denominó la Septuaginta. "Sin embargo, no fue hasta la época de Agustín de Hipona (354-430 CE) que la traducción griega de las escrituras judías pasó a ser conocida por el término en latin septuaginta."[3]
Jerónimo comenzó revisando las primeras traducciones latinas, pero terminó retrotayéndose al original griego, saltándose todas las traducciones, y retornando al hebreo original cada vez que pudo en vez de utilizar la Septuaginta. En el siglo IV Ulfilas tradujo el Nuevo Testamento al gótico. En el siglo V, San Mesrob tradujo la Biblia al armenio. De la misma época son las traducciones siríaca, copta, etíope y georgiana.
En el 331, el emperador Constantino le encargó a Eusebio que produjera cincuenta Biblias para la Iglesia de Constantinopla. Atanasio (Apol. Const. 4) escribió que unos 340 escribas alejandrinos prepararon Biblias para el emperador Constante. Poco más se sabe, aunque abundan las especulaciones. Por ejemplo, se especula que esto puede haber servido de motivación para las listas de cánones, y el Codex Vaticanus Graecus 1209, el Codex Sinaiticus y el Codex Alexandrinus son ejemplo de estas Biblias. Juntamente con la Peshitta, estas son las más antiguas Biblias cristianas disponibles.[4]
Referencias
- ↑ Menachem Cohen, The Idea of the Sanctity of the Biblical Text and the Science of Textual Criticism in HaMikrah V'anachnu, ed. Uriel Simon, HaMachon L'Yahadut U'Machshava Bat-Z'mananu and Dvir, Tel-Aviv, 1979.
- ↑ Algunos estudiosos creen posible que ciertos libros (en forma completa o parcial) pueden haber sido escritos en aramaeo antes de ser traducidos para diseminarlos en forma masiva. Un ejemplo muy famoso de esto es el comienzo del Evangelio según San Juan, mientras que algunos estudiosos argumentan que es la traducción griega de un himno en arameo.
- ↑ Sundberg, Albert C., Jr. (2002), «The Septuagint: The Bible of Hellenistic Judaism», en McDonald, Lee Martin; Sanders, James A., The Canon Debate, Hendrickson Publishers, pp. 72, ISBN 978-1565635173
- ↑ The Canon Debate, McDonald & Sanders editors, 2002, pp. 414-415, for the entire paragraph.
Enlaces externos
- Bible translations en Open Directory Project.
- Repackaging the Bible by Eric Marrapodi, CNN, December 24, 2008
- Choosing a Bible Translation - Daniel B. Wallace
Wikimedia foundation. 2010.