- España en la Primera Guerra Mundial
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España en la Primera Guerra Mundial
Contenido
Antecedentes
Cuando se inició el conflicto europeo el 28 de julio de 1914, España era un país económicamente atrasado, con solo las provincias del norte con una cierta industria, un país que tras el Desastre del 98 y el posterior tratado con Alemania en 1899 se había quedado sin colonias, estaba moralmente destrozado, con el sistema de gobiernos del "turno" en crisis política, y con un ejército que se encontraba anticuado, casi sin armada naval, y con el problema de Marruecos que desembocaron en crisis y huelgas como la Semana Trágica en 1909. Además, España se encontraba internacionalmente aislada tras la guerra de 1898 y no pertenecía ni a la Entente Cordiale ni a la Triple Alianza .En 1906 , tras la Conferencia de Algeciras, a España se le asignó un territorio del norte de Marruecos, que se convirtió en una fuente de problemas militares continuos y que tras el inicio de la ocupación española en 1909, no se consiguió pacificar hasta pasados quince años.
Neutralidad Española
El 7 de agosto, La Gaceta publicaba un real decreto por el que el gobierno de Alfonso XIII se creía en el "deber de ordenar la más estricta neutralidad a los súbditos españoles con arreglo a las leyes vigentes y a los principios del Derecho Público Internacional". En realidad, la decisión ya había sido tomada por el gobierno del conservador Eduardo Dato en cuanto se tuvo conocimiento del inicio de las hostilidades.
Los países beligerantes tenían un especial interés de que España no participara en la contienda. El país más interesado era Alemania, que no quería tener que combatir en una segunda línea de defensa en los Pirineos. Al mismo tiempo, los países europeos implicados en la guerra esperaban tener los favores comerciales de España, que no tenía recuerdos especialmente gratos debido al aislacionismo que había sufrido tras la derrota de 1898.
Causas de la neutralidad española
En 1914, los dos objetivos más importantes de España eran Gibraltar y Marruecos. El gobierno español, por tanto, se sentía ajeno a la lucha que libraban los principales imperios europeos y también al problema de las identidades y los nacionalismos balcánicos, que al fin y al cabo fue el casus belli que inició esta guerra.
En la decisión también pesaba el creciente déficit presupuestario y escaso desarrollo industrial del país, que principalmente se daba en las provincias del País Vasco, Asturias y de Cataluña. El resto del país era básicamente agrícola.
El estado precario del ejército fue fundamental para tomar esta decisión. Se acababa de meter en la aventura del protectorado del norte de Marruecos. Se trataba de un ejército de tierra anticuado, mal armado y que debido al número excesivo de oficiales que tenía, gran parte del dinero destinado al ejército se redistribuía entre la nómina de los oficiales, con lo que el país se había visto incapacitado para librar una carrera armamentística a principios del siglo XX como habían hecho gran cantidad de países e imperios europeos. Por otro lado, la armada había sido considerada una de las principales culpables de la derrota del 98 y había perdido dos escuadras enteras en esa guerra. Fue olvidada hasta 1908, cuando el gobierno de Maura aprobó la construcción de los acorazados Clase España y otros buques menores en el denominado Plan Ferrandiz.
El estallido de conflictos sociales, debido a la cada vez mayor conciencia de clase de los obreros, y el desarrollo y crecimiento de sindicatos y partidos de izquierda, nacionalistas o incluso republicanos, ajenos al "turno" característico de esta época política del país, cobraba mayor importancia debido a episodios como la Semana Trágica de Barcelona de 1909 o el asalto del miembro del ejército a periódicos catalanes en 1905 . Si España intervenía en la guerra y el desarrollo de la guerra no era favorable, se podría producir una revolución como la Revolución Bolchevique que afectó a Rusia.
Aliadófilos y Germanófilos
Ante todo, hay que explicar de forma resumida, que representaban los dos bandos contendientes y como eran vistos por la opinión pública española. Los imperios centrales, y en especial Alemania, eran vistos como los países que representaban la disciplina, el autoritarismo, el orden y la efectividad. Mientras que Francia e Inglaterra eran vistos como los representantes del liberalismo y la democracia. Pues lo que no ha de extrañar que los obreros y socialistas prefirieran identificarse con los segundos, mientras que la aristocracia, los sectores más conservadores y el ejército lo hicieran con los primeros.
La mayoría de la opinión pública aprobó la neutralidad decretada por el gobierno de Eduardo Dato. Posteriormente se dividió entre aliadófilos o favorables a una hipotética victoria de la Entente Cordiale; y germanófilos, más anti-ingleses o anti-franceses, que favorables a los Imperios Centrales. En el gobierno, Eduardo Dato era prudentemente neutral, mientras que el rey Alfonso XIII era germanófilo. El Conde de Romanones,que llegó a ser presidente del gobierno durante el conflicto, escribió un artículo en "El diario Universal" en 1914, que dejaba clara su aliadofilia. También eran aliadófilos Maura y Alejandro Lerroux. El político más germanófilo, por otro lado, era el carlista Juan Vázquez de Mella.
En el seno del ejército también se produjo un intenso debate entre neutralidad e intervención a favor de los Imperios Centrales. La aliadofília era escasa en el ejército español. Sectores mayoritarios del ejército querían participar en la contienda debido al surgimiento de un cierto impulso de imitación. Este sentimiento surgió sobre todo entre los miembros más jóvenes, que estaban admirados por el militarismo prusiano.
Estado del ejército en los inicios de la contienda
La armada apenas era una sombra de lo que llegó a ser. Sus mejores unidades era los acorazados Alfonso XIII, España, Pelayo y en construcción, el Jaime I. Los cruceros Carlos V, Río de la Plata, Extremadura, Princesa de Asturias, Cataluña, Reina Regente y en construcción el Victoria Eugenia además de siete destructores, cuatro de clase Furor y tres de nueva factura de clase Bustamante a los que se unian los cuatro cañoneros de clase Recalde. Por último, se inició la construcción masiva de torpederos de la Clase T-1. En definitiva, la armada estaba formada por buques que no fueron hundidos en Cuba debido a que formaban parte de la flota del Almirante Cámara, que finalmente no intervino en el conflicto y por eso se libraron de su casi segura pérdida. Otros buques eran de reciente construcción gracias al Plan Ferrandiz.
Por su parte el ejército terrestre era anticuado respecto a los modernos ejércitos europeos. Su composición era la siguiente:
-8 Cuerpos de Ejército.
-16 Divisiones de Infantería.
-1 División de Caballería .
-7 Brigadas de Caballería .
-3 Brigadas de Cazadores de Montaña .
-Comandancias de Canarias y Baleares.
También existían regimientos de Artillería y zapadores.
El fusil principal del ejército español en esta época es una versión del K98 Mauser. A eso se añade una pequeña cantidad de ametralladoras como la Maxim Nordenfelt, la Hotchkiss e incluso la Colt. Pero resultaba que el número de ametralladoras por compañía o división era muy inferior al del resto de los países europeos. La mayoría se estaban utilizando en el conflicto de Melilla. La artillería la componían cañones como el Krupp o varias versiones del cañón Schneider.El ejército del aire acaba de ser creado en 1913, por lo que contaba con pocas unidades. Todos los aviones eran bombarderos, ya que los cazas, no aparecieron hasta bien entrada la guerra. Unos pocos biplanos Farman MF.7, biplanos Lohner B-1 Pfeil y algunos monoplanos Nieuport II, formaban la "A.M.E." (Aeronáutica Militar Española), a la que posteriormente se añadirían algunos hidroaviones. La neutralidad española dejó al país al margen de los avances tecnológicos derivados de las necesidades bélicas, por lo que, al terminar la contienda, a finales de 1918, la Aviación Militar Española se encontraba en una situación de clara inferioridad de medios respecto a las de los demás países de su entorno.
Consecuencias de la neutralidad española
No hubo importantes consecuencias negativas iniciales debido a la ausencia de grandes presiones políticas, que sí sufrieron otros países que proclamaron la neutralidad al principio de la guerra como Grecia o Italia. El mayor problema consistió en el hundimiento de mercantes españoles por parte de los submarinos alemanes. Se calcula que estos submarinos hundieron en toda la guerra entre 139.000 y 250.000 toneladas de mercantes españoles. El español más ilustre que moriría debido a estos ataques fue el compositor Enrique Granados. Hubo consecuencias sociales negativas debido a que la repatriación de inmigrantes aumentó el paro.
Superado el impacto negativo inicial, la primera guerra mundial produjo un auténtico despegue económico en España gracias a la declaración de neutralidad. Los países beligerantes necesitaban alimentos, armas, uniformes, metal y carbón y además se produjo la desaparición de la competencia extrajera. El crecimiento fue notable sobre todo en las industrias del sector textil catalanas, la minería del carbón asturiana, la siderurgia vasca y la agricultura de cereales. Crecieron también la industria química y la construcción naval debido a la seguridad que proporcionaban viajar o transportar mercancías en barcos con pabellón de un país neutral.
La industria de armas ligeras experimentó un gran crecimiento, aunque no la de armas pesadas. Se fabricaron enormes cantidades de pistolas y fusiles que principalmente fueron producidos para los aliados, hasta el punto de que el modelo de pistola español Campo Giro, llegó a ser reglamentaria en el ejército francés; también se vendió grandes cantidades de fusiles Mauser a los aliados.
Como consecuencia de todo esto, se produjo un claro superávit de la balanza comercial y un notable incremento de los beneficios empresariales. Gracias a lo cual se canceló la deuda externa española y se acumuló oro en el Banco de España, en Madrid.
Sin embargo, a partir de 1917 se entra en un cierto periodo de crisis debido al agotamiento de la guerra, las exportaciones generaron escasez de alimentos que se produjo en el interior del país y se dispararon los precios muy por encima de los salarios. Fue precisamente la falta de alimentos y el escándalo que se produjo con la especulación uno de los causantes de la Crisis española de 1917 y la posterior huelga general que se produjo. Además la población se tuvo que enfrentar a la Epidemia de gripe de 1918 o más conocida como gripe española. Adoptó este nombre debido a que la pandemia recibió una mayor atención de la prensa en España que en el resto del mundo, ya que España no se vio involucrada en la guerra y por tanto no censuró la información sobre la enfermedad. En España produjo cerca de 8 millones de personas infectadas en mayo de 1918 y alrededor de 300.000 muertes (aunque las cifras oficiales redujeron las víctimas a «sólo» 147.114).
A pesar de esta crisis en general el impacto fue positivo, debido al desarrollo del sector textil catalán, la siderurgia y la industria química, que se modernizaron. Otras industrias y empresas pasaron a ser de capital nacional.
Una de las consecuencias menos conocidas fue que tras el final de la contienda, la República de Weimar alemana entregó a España una serie de mercantes en compensación por los buques hundidos por sus submarinos. Uno de esos mercantes, el inicialmente bautizado como España nº 6 sería el futuro Dédalo, el primer portaaeronaves de la Armada Española, que intervendría en el desembarco de Alhucemas.
Véase también
- Regeneracionismo
- Primera Guerra mundial
- Crisis española de 1917
- España en la Segunda Guerra Mundial
Bibliografía
- España y la guerra, Historia 16, por Manuel Espadas Burgos. Tomo 5: La Gran Guerra, años de sangre ruinas y miseria. Pág. 89-105.
- Visicitudes de una política naval, por Fernando Bordejé.
- España ante la guerra de agosto de 1914, por Dionisio Pérez.
Enlaces externos
- España en la Gran Guerra
- ¿Por qué Alfonso XIII no pudo salvar al zar Nicolás II?
- Espías españoles en la Primera Guerra Mundial
- Buques alemanes incautados por España
- Si España hubiera participado
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