- Historia de Puzol
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La historia de Puzol es la de esta villa valenciana y su área circundante.
Los inicios de una nueva villa
Aunque mucha gente cree que el pueblo empieza su historia con Assalid de Gudal, lo cierto es que en época de romanos ya existían moradores en lo que hoy es la villa, aunque se tratase únicamente de un pequeño poblado. Este hecho queda refrendado gracias a la existencia de una serie de lapidas mortuorias que fueron encontradas en determinadas calles de la localidad. Consta que el número de lápidas halladas alcanza hasta cuatro unidades. Un ejemplo de estas es la encontrada por D.Roque Casañs Esteve junto con el investigador D.José Martínez Aloy, denominada la Lápida del Romano.
Ocupando los alrededores de lo que hasta hace unos pocos años era el edificio, situado en la calle Sant Joan, del C.P. Obispo Hervás, hubo, hasta el año 1238, una alquería y unas casitas humildes, llamadas la Alquería del Puig, bautizadas con este nombre por la proximidad con El Puig de Cebolla o Enesa (rebautizado posteriormente por Jaime I de Aragón, el conquistador con el nombre de El Puig de Santa María). Éstas, que por aquel entonces pertenecían a un régulo árabe de Valencia, eran las que con el tiempo darían lugar al nacimiento de Puzol.
Según la historia, un buen día paseaba el rey Jaime I por el más tarde llamado Camino de Francia, acompañado por un séquito de generales y caballeros mesnaderos(militares a sueldo); al pasar frente a la alquería de Puigsol, se pararon a contemplarla, cuando el caballero de las tropas mesnaderas, llamado Assalid de Gudal, se acercó al rey y se la pidió, demanda a la que el rey respondió que se la entregaría tan pronto como conquistase la ciudad de Valencia. Así fue como, un año más tarde, sobre el 1238, el rey Jaime I le entregó la población a Gudal, caballero mesnadero de la casa real, convirtiéndose éste, por tanto, en el primer señor territorial y político de Puzol (entonces llamada Alquería del Puig). Gudal fue también nombrado general, debido al gran valor demostrado como caballero. Su escudo, un sol de gules rojo sobre campo dorado.
El origen del nombre de la villa
La alquería del Puig, con Assalid de Gudal, pasó a ser Lloc o Lugar, fundado como el nombre de Puigsol, para distinguirlo del nombre de la población vecina de El Puig. Con el tiempo, esta denominación por similitud fonética, derivó en Puchol, hasta que por eufonía, acabó pronunciándose como Pussol; con el tiempo se fue suprimiendo la ese y, pasados unos años, quedó establecido el nombre de Puçol. También se sugirió la posibilidad de que el nombre proceda de Puzoli en Nápoles, lugar natal de algunos de los soldados de Jaime I y de los que se cree que fueron los que poco a poco cambiaron la /ch/ por la /s/ al pronunciar.
Se presupone que lo que justifica la terminación -ol es que la alquería que antaño ocupaba el término municipal, hasta que alcanzó la categoría de Lloc o Lugar, era de poca importancia y, sus casitas, humildes; y el sufijo -ol viene a significar cosa pobre o deleznable.
Un nuevo propietario
El 9 de noviembre de 1243, el Rey compró a Gudal la alquería que un día cedió, por el precio de 18000 sueldos, y la entregó al obispo Don Arnaldo de Peralta, a su Cabildo y al convento de Roncesvalles, como respuesta a una demanda que éstos, a modo de justa recompensa por el terciodiezmo que un día le proporcionaron para efectuar sus conquistas, le solicitaron. Al Oeste de estas tierras, y situados a un kilómetro aproximadamente, destacaban el monte Picayo y la Costera, formaciones que, durante aquellos tiempos, (entre los siglos XII y XIII) eran espesas selvas de matorrales y leñas bajas, ariscas y escabrosas, que las precipitaciones fueron erosionando. Según se lee en los archivos existentes, estas estribaciones, fueron la madriguera de lobos, zorros, gatos silvestres, tejones y conejos de monte, entre otros animales.
Los humedales de la época
En aquellos tiempos, existía una gran charca pantanosa llamada El Senillar, séptica, cenagosa y poblada de maleza y brozas silvestres e insectos, que llegaba desde el mar hasta las proximidades del Camino de Francia (parte de la calzada romana Vía Aurelia). La desaparición de esta charca dio lugar a una gran extensión de marjales donde se cultivaba masivamente el arroz, actualmente también desaparecida.
La historia continua
El 29 de enero de 1415, ante el escribano Luis Ferrer y siendo aprobado por el romano pontífice, quedó como Señor único de Puçol, el obispo de Valencia, poseyéndolo como señorío hasta 1814, año en que se erigió como último Señor de Puzol el arzobispo Fray Joaquín de Company Soler, que murió ese mismo año. Un año más tarde, pasan las Cortes de Cádiz a Madrid, hecho que origina que ese mismo año fuese decretada la extinción de los Señoríos Territoriales, y con ellos el de Puzol. Cabe destacar que durante todos estos años hasta el 1814, la población pasó por algunos episodios dignos de mención, como el sucedido en 1437, cuando los jurados de Valencia prohibieron que la gran cosecha de uva de los excelentes viñedos de la localidad llegara a la capital. Por este motivo, los vecinos acudieron al rey, quien ordenó que la uva de la localidad tuviese paso libre.
El convento del Valle de Jesús
En el año 1384 se fundó el Convento de la Transfiguración del Señor, en el lugar denominado Valle de Jesús, cerca de la población, habitado por canónigos regulares de San Agustín. En 1438 un judío llamado Coler, consiguió del prior de los Agustinos el permiso para que los Franciscanos ocuparan aquella casa abandonada del Valle de Jesús. Este mismo judío valenciano restauró el edificio y después de no pocas diferencias de criterio, reclamaciones y escrúpulos de conciencia sobre la posesión del lugar, que se resolvieron con un Breve del Papa Pío II, los Franciscanos lo tomaron y fundaron el Convento del que fue celoso guardián el Beato Nicolás Factor. El papa Eugenio IV, facultó a la Custodia de Valencia para fundar tres conventos, entre ellos el de la Valle de Jesús en Puzol, en el año 1459. A poca distancia del convento, levantaron los franciscanos una pintoresca ermita a relativa altura, en la ladera oriental del monte Picayo, allá por el siglo XV ó XVI, en la que habitó el puzolense Pedro Muñoz, desde donde tuvo aquellas maravillosas visiones de estrellas que caían sobre el Cabezol de El Puig, y que son estas estrellas las que se encuentran en el escudo de la villa.
Esta ermita fue totalmente restaurada a partir del 1959 y abierta al culto, después de que el matrimonio Gómez-Cerezo, fundadores de la urbanización Monte Picayo, la restauraran e inauguraran el 28 de julio de 1961
Antigüedades Romanas de Puzol descubiertas a partir de 1608
En 1.608 se recogieron diversos restos arqueológicos en el campo del Villar, situado entre Puzol y El Puig, que continuaron apareciendo en 1745, 1765 y 1777, auspiciados por el Arzobispado y cuyos restos pasaron a formar un incipiente Museo que se creó en el Palacio Arzobispal. Este museo fue destruido por una bomba incendiaria lanzada por las tropas napoleónicas en 1812 al sitiar Valencia. En febrero de 1915, al roturar unos terrenos en el sitio conocido como Trull dels Moros, fue encontrada por un vecino de Masamagrell, D. Ramón Ferrer Fenollera, una cabeza mutilada de un joven Baco labrada en mármol. Se conoció este hallazgo como el "cap de moro", por ser atribuido tal y como era el sentir popular con todo lo antiguo, como obra de moros. Continuó este importante descubrimiento consistente en monedas romanas y restos humanos, grandes ánforas con huesos, ladrillos de masa compacta, losetas de mármol, fragmentos de capiteles, cerámicas, etc. Y el principio de un corredor de muros con sillares ennegrecidos que pertenecerían a algún templo romano o necrópolis. Don Luis Tramoyeres Blasco, corresponsal de la Real Academia de la Historia, visitó el 15 de marzo de ese mismo año el lugar, acompañado del principal propietario del campo, Francisco Boví, para confirmar, después de haber inspeccionado el lugar, del descubrimiento, que había sido en tiempos del Imperio una importante villa romana. Estos terrenos formaban parte de la partida de Gausa que, junto a la de la Rif, ya aparecen mencionadas repetidas veces en el llibre del Repartiment (1238), libro en el que figuran anotadas todas las fincas rústicas y urbanas que hizo Jaime I a los que le ayudaron en la conquista de las tierras valencianas.
"Els Hostalets"
Carlos Sarthou Carreres, en su Geografía del Reino de Valencia nos da la noticia de que en agosto de 1835, mientras se celebraban en Valencia las fiestas de la jura de la Constitución, apareció el cabecilla Llangostera, en estos Hostales, cobrando ropas, caballos y dinero, alarmando a todos los pueblos vecinos. existía una senda, conocida como Camino de los Ladrones (Camí dels Lladres), denominada así porque era utilizada por los maleantes, teniendo sus escondites en la Sierra Calderona. Estos fugitivos se encargaban de asaltar a los viajeros de las diligencias, tan frecuentes en este lugar, y una vez perpetrado el asalto huían rápidamente por la sierra. Tal vez en aquellos tiempos empezara a hacerse popular un refrán del que hablan muchos de los mayores de la villa:
Puzol, pásalo con sol. (Puçol, pasa'l-ho en sol)A razón de esto, se fueron creando pequeños hostales, para albergar a aquellos que iban o volvían de camino a la ciudad de Valencia, o bien dirección a Sagunto. Els Hostalets estaba formado por una hilera de unas noventa casas, construidas en línea sobre la carretera y separados de Puzol por un barranco. El topónimo le proviene por estar dedicadas estas casas al hospedaje de viajeros y cuadras para el cambio de tiro de diligencias. En una de estas posadas, hay una anécdota, que cuenta que el autor y viajero francés Próspero Merimée, conoció a una mesonera que llego a impresionarle tanto que hizo de su estampa el retrato físico de la protagonista de su novela Carmen (la de Triana), que fue famosa al ser utilizada como libreto para la ópera del mismo título musicada por Georges Bizet. En abril de 1814, el monarca Fernando VII, a su regreso del cautiverio francés, llegó a Puzol camino de Valencia.
La batalla de Puzol
En el año 1811, hubo en esta localidad, una invasión francesa procedente de Murviedro, actual Sagunto. En los Hostalets se entabló una fuerte batalla; para evitar que los franceses avanzaran hacia Valencia, se soltaron las aguas de las acequias haciendo que todo quedase inundado.
El comienzo
El 25 de septiembre de 1811 tuvo lugar la acción militar de Puzol en la que las tropas invasoras del Mariscal Suchet, que habían sitiado Sagunto, se enfrentan a un ejército enviado desde la capital en ayuda de éstos, con suerte adversa para las tropas nacionales y la consiguiente captura del General Juan Caro.
Las tropas
Las tropas españolas sumaban 25.000 hombres. Junto a la costa se desplegó la división del general Zayas, mientras que en el centro, el general Lardizábal, cubría con su división la línea hasta la Cartuja del Ara Christi. El ala izquierda española, mandada por el general O'Donnell, la integraban las divisiones de San Juan y Villacampa. El área ocupada por esta última se extendía hasta las colinas de Els Chermanells. El ejército francés, desplegado por Suchet, desde la costa hasta la altura de Santo Espíritu estaba compuesto por varias brigadas y la división napolitana del general Compera, que cubría la línea de accesos a Segorbe. Entre todos sumaban unos 22.000 hombre, perfectamente pertrechados y con abundante artillería.
25-S
El amanecer del día 25, rompieron el fuego las tropas del general Zayas y ocuparon las alturas del Valle de Jesús, aunque algunas de estas maniobras debilitaron su frente centro, lo que aprovechó Suchet para lanzar sus fuerzas de reserva, dirigidas por el general Palombini con intenso fuego artillero, las cuales lograron romper el centro del dispositivo español que tuvo que retirar a sus tropas a la línea de Bétera - Albalat dels Sorells - El Puig.
El fin de la batalla
Esta batalla, decisiva para la ciudad de Valencia y aún para su Reino, dio como resultado 4.681 muertos españoles y 1.000 franceses, así como la pérdida de abundante material.
Los restos del conflicto, la invasión carlista
De esta segunda batida, importante de nombrar pero de escaso valor histórico, es la invasión carlista procedente de Torres-Torres en 1876.
Una villa en crecimiento
Por este año, 1875, la población, contaba con alrededor de 711 vecinos, alcanzando en 1899 la cifra de 3465. La importancia de la villa, queda reflejada hasta tal punto, que podemos afirmar que se contribuyó a construir las Torres de Serranos, ya que el catedrático Sanz y Bermón, en su texto de Geografía, afirma que fueron hechas con "Puzolana" arena, llevada desde Puzol hasta Valencia. Además, en el diccionario de Roque Barcia y Echegaray se lee: "Puzolana.- Especie de arena que se encuentra en Puzol y sus cercanías, y sirve para hacer la mezcla con la cal." Durante su periodo de formación, Puzol ha contado desde siempre con 6 barrios principales: el Casco Antiguo, el Barrio (o Barrio de San Claudio), els Hostalets, Magraners, y la zona de la playa. El Barrio, anteriormente conocido como Barrio de San Claudio, mencionado arriba, recibe este nombre, designado por el sacerdote Mariano Amigó, en honor a las reliquias de este Santo que trajo de Roma el puzolense sacerdote Vicente Torres Forner. El barrio tiempo atrás conocido como barrio de Levante, es el que circunda la iglesia, y forma el casco antiguo del pueblo. Se bendijo e inauguró el día 8 de septiembre de 1959, día de la festividad de la Patrona Canónica de Puzol. La zona de Magraners, más reciente, fue la zona de construcción de las casas del "Pozo de Belda", situadas junto a la antigua Vereda, posterior camino de Magraners. La zona de Hostalets, anteriormente nombrada, tuvo una gran importancia, dado que es el lugar donde se ubicaron los conocidos "Messons" (Mesones), hostales que en su época cobraron gran relevancia a juzgar por la serie de insignes personajes que por allí pasaron. Las primeras edificaciones de la playa, datan de 1910. Posteriormente, en 1920, se inicia la construcción de una serie de casas modestas. Hacia el año 1966, se calcula que había unas 160 casas, junto con dos bares con aparcamiento, carnicería, ventas de comestibles, y el conocido Estany donde se solazaban los pescadores. Lindante con la playa se hallaba la extensión de La Marjal del Moro, de más de dos mil hanegadas de marjal(arrozales), que formaban una vistosa sábana verde. La playa cuenta con alumbrado eléctrico que se inauguró el miércoles 17 de julio de 1957, a las 21 horas. Tiene una Capilla dedicada a la Asunción, que se bendijo e inauguró el domingo 22 de junio de 1958. Existe una tradición que, siendo muy antigua, sigue siendo vigente. La víspera de la Virgen de Agosto, no son pocos los que pernoctan en las casas o al aire libre, en una noche celebrada con fiesta y jolgorio, siguiendo una costumbre muy antigua, cuando se tenía la superstición de que el baño al amanecer valía por una novena. Esta tradición ha ido transformándose hasta adquirir una similitud con la noche de las hogueras de san Juan, fiesta que también se celebra, aun siendo prohibida la encendida de hogueras por parte del ayuntamiento, los últimos años. Como datos históricos relacionados con la costa, se tienen referencias de que Jaime II, en enero de 1303, concedió a Puzol la misma franquicia de Derechos que gozaba Valencia, y que Pedro II, el 2 de julio de 1380, autorizó a la villa para tener en su playa y mar "Puerto de embarque y desembarque" de toda clase de géneros y mercancías, con franqueo de derechos y gabelas; gracia y autorización que fueron confirmadas por Fernando El Católico en 1483. Felipe IV, en 1626, decretó, ampliando los derechos de la localidad, que en su playa tuviera Gracias Reales y derechos portuarios.
La Iglesia de los Santos Juanes
La iglesia de los Santos Juanes, se construyó entre los años 1588 y 1607, cuando la población rondaba los 400 habitantes y, aunque el pueblo no necesitaba un templo de tal magnitud, el significado que tenía este para los ciudadanos era mayúsculo, pues suponía la primera cosa que se vería del pueblo a lo lejos. Los vecinos dedicaron todo su esfuerzo a la construcción del templo, ya que no hay casi ningún edificio más que date del siglo XVII.
La financiación del edificio se llevó a cabo a partir de donativos de particulares, y las limosnas que se recogían en el horno, donde cada vecino depositava un donativo cuando iba a comprar. También se impusieron impuestos sobre la carne de vaca y cabra vendida en la pobación. De todo esto se fue recogiendo dinero para pagar el coste de la obra.
Las obras comenzaron en 1587, con las tareas de perimetraje, medición y marcaje con estacas, y empezaron a cavar los cimientos. El 6 de enero de 1588 se firma el contrato con unos arquitectos de Argoños, encargados de construir la iglesia. La revisión de las obras se realizaba cada seis años y, aunque no se retrasó, si se hicieron las paradas necesarias en tiempos de temporales.
El Palacio Arzobispal
Como monumento y edificio emblemático de nuestra población, hoy en día desaparecido y que muchos recuerdan, cabe destacar el Palacio que el Prelado tenía junto a la iglesia de los Santos Juanes, y que servía de residencia para los obispos de Valencia. La casa residencia se encontraba en el ala norte del Palacio y tenía su entrada por la puerta cochera, situada en la plazoleta cerrada por la pared del huerto botánico, hoy plaza de Pío XII. La puerta cochera tenía un patio sobrio y señorial con una cisterna-aljibe. A continuación una gran escalera que desembocaba en un patio con ventanales a ambos lados, donde se encontraban las habitaciones de los arzobispos. Fue el arzobispo Mayoral quien, entre 1738 y 1769, construyó el ala sur, desde los arcos hasta la plaza San Juan de Ribera. El propio palacio tenía una dimensión de 1194m2 y su huerto medía 29916m2. Actualmente, del huerto y palacio sólo se conservan los muros del antiguo Jardín botánico. Este huerto existente en el Palacio, era el más antiguo botánico de Europa, y tal vez el primero de España. En el se cultivaban tanto las plantas aromáticas como las medicinales, así como kakis, junto con plantas exóticas del país. Crecía dentro un árbol conocido como el "arbre dels patets" por sus flores con forma de patitos de vistosos colores, aunque sin aroma ni fruto útil. Dicho árbol nunca fue clasificado por los técnicos que venían exclusivamente para verlo, entre ellos el importante y conocido botánico Cabanilles. Es necesario destacar que en este jardín se cultivó, como ensayo, el cacahuete, que fue introducido en España por el arzobispo de Valencia D. Francisco Fabián y Fuero en el año 1773; un año más tarde, se continuó su cultivo por el canónigo Francisco Tabarés de Ulloa. El final de este jardín data del periodo comprendido entre 1824 y 1831, durante los cuales fue destruyéndose progresivamente. Aunque el señorío episcopal se perdió en 1814, el Palacio continuó perteneciendo al arzobispado hasta 1942, en que fue vendido, este y su huerto, a José Sánchez Martínez, quien, el día 12 de mayo de 1950, lo vendió al ayuntamiento por la cantidad de 900.000 pesetas. Fue en 1967, durante el mes de agosto, cuando se derribó el palacio, que, para entonces, contaba con una antigüedad de 360 años.
Jardín botánico
Existió hasta 1967 un palacio utilizado por los arzobispos de la sede valentina, como palacio de recreo y residencia temporal, dada la cercanía a la capital y la benignidad del clima. El palacio propiamente dicho es lo que ocupaba la actual plaza de Juan de Ribera y sus jardines estaban limitados por un muro de cerramiento que se conserva hasta nuestros días y que ha sido restaurado recientemente.
Estos jardines pasaron por diversas vicisitudes a lo largo del tiempo ya que en un principio cumplieron la misión propia de cualquier residencia de este tipo, esto es, para uso y disfrute de los residentes en el palacio. Posteriormente fueron ampliados y convertidos en un verdadero Jardín Botánico de aclimatación, precisamente en unos tiempos en los que el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia no pasaba por sus mejores momentos. Finalmente fue desmantelado y sus terrenos convertidos en campos de cultivo probablemente propiciados por la creación del actual Jardín Botánico de Valencia.
La cátedra de Simples o Botánica Médica, también conocida, d'Herbes o Vespres, fue junto con la cátedra de Anatomía, la que aportó el gran prestigio que tuvo la Facultad de Medicina de Valencia en el siglo XVI-XVII.
El titular de esta cátedra, además de explicar conoviemientos teóricos, impartía a los futuros médicos los conocimientos prácticos necesarios para que mediante excursiones para herborizar, llegasen a conocer las distintas plantas medicinales. Las Constituciones de 1911 del Estudi General de la Insigne Ciudad de Valencia, prescriben que haja de exir per temps de trenta dies fora de la presente ciutat per les muntanyes e altres parts per a mostrar als estudiants la cognició de les herbes e perque tinga compte ab hun ort en lo qual se planten les herbes que parexeran necessaries (deben salir por treinta días fuera de la presente ciudad, por las montañas y otras partes, para mostrar a los estudiantes el conocimiento de las hierbas y para que tengan conocimiento del uso de un huerto en el que se plantarán las hierbas que parecerán necesarias)
Estas excursiones se hacían regularmente por el Barranco del Carraixet, el de Torrente, La Murta, Picaltejo, y a otros sitios que era costumbre por la abundancia o rareza de dichas plantas. Además de estas salidas, los alumnos complementaban su formación en el pequeño huerto o Jardín Botánico donde se cultivaban aquellas hierbas más raras o menos conocidas.
Este huerto o Jardín Botánico, que fue el primero de carácter universitario en España, había sido creado en 1567, a instancias del catedrático de la materia Juan Plaza, aunque entonces no era más que un pequeño huerto donde se cultivaban las hierbas medicinales.
No fue hasta la llegada, a la diócesis valentina, del arzobispo Andrés Mayoral, que la rigió desde 1737 hasta 1769, que enriqueció con la aportación de una gran cantidad de especies vegetales a lo que habría sido hasta entonces el modesto jardín de la residencia de los prelados.
Sin embargo, fue su sucesor, el arzobispo Francisco Fabián y Fuero, que ostentó la sede de 1773 a 1794, quien lo potenció, ya que en 1776 creó un Jardín de Aclimatación al que dotó con 14.000 pesos. El arzobispo Fabián y Fuero aprovechó la circunstancia de que anteriormente al ser nombrado arzobispo de Valencia, había sido obispo en la Puebla de los Angeles, Nueva España (Méjico) lo que le brindó los contactos necesarios para hacerse enviar desde su anterior diócesis en la Puebla, directamente a su jardín de Puzol una gran cantidad de Semillas y plantas americanas que eran aclimatadas y cultivadas en el jardín, entre estas, llegó en 1778 a nuestro continente, el cacahuete, cultivado en este jardín por primera vez en la península.
De estas experiencias en aclimataciones y cultivos se obtuvieron siempre magníficos resultados a lo que contribuyó siempre, sin duda, el inmejorable clima, la calidad del suelo y el buen hacer de los encargados.
Uno de estos envios remitidos por el obispo, había sido interceptado por los ingleses, quienes al apercibirse de que contenía semillas de plantas medicinales, lo devolvieron alegando que no hacían la guerra a las ciencias. El paquete en cuestión fue desde Holanda hasta Málaga donde fue remitido a Valencia, habiendo transcurrido dos años desde su remisión, a pesar de lo cual nacieron todas las plantas sembradas.
No sólo llegaron al jardín semillas de plantas procedentes de América, sino que también se recibían del Jardín Botánico de Madrid, tales como ruibarbos, arroz chino, jengibres, cedro de Líbano, etc. Precisamente ante el grave problema planteado por la insalubridad que acercaba el cultivo de arroz en tierras valencianas, el Director del Jardín Botánico de Madrid, Casimiro Gómez Ortega, había solicitado y obtenido de la Real Sodciedad Londinense, semillas de un arroz chino de secano cuyo cultivo se había ensayado sin éxito en distintos países europeos y que llegó a florecer en el jardín de Puzol. De los resultados obtenidos se vio que producía bien aunque no rendía tanto como el de agua continua y además se podían conservar las moreras para beneficio de la industria de la seda, circusntancia que no era posible con el de agua continua. En vista de ello se distribuyeron semillas entre los arroceros a condición de que no lo plantasen en agua. No hicieron caso y lo plantaron en agua, sacando más provecho que con el arroz del Reino.
Fue el director del jardín, el religioso capuchino Fray Constantino de Castellote que había sido maestro del que posteriormente fue Catedrático del Botánico y Director del jardín Botánico de Valencia, Vicente Alfonso Lorente, que confesaba que gran parte de sus conocimientos se los debía al religioso.
La Casa Social
El edificio de la Casa Social se halla ubicado en la esquina de las calles los Huertos y Castellón.
Cuando se construyó, sobre los años 1927-28, todo a su alrededor eran huertos. Pero el capellán Mariano Amigó promovió, junto a ella, todo un barrio nuevo, el Barrio de San Claudio. La Casa Social se dedicó, desde un principio, a fines claramente sociales y benéficos. Estaba integrada por un gran teatro y un casino.
El edificio es de planta rectangular, con escenario al fondo, y de unas 1000 localidades, entre butacas, palcos y bancos. La parte frontal de la sala, estaba situada en la calle Els Horts, y en ella estaban la entrada principal (para el público) y las taquillas. Había dos puertas, una a la derecha, de acceso al teatro, y otra a la izquierda, para subir al casino. El edificio contaba con todos los avances a nivel técnico y de sistemas de seguridad de la época.
Los propietarios, eran herederos de Mariano Amigó. Estos alquilaban el edificio a empresarios profesionales. De los años 1930 a 1935, se sucedieron grandes artistas por esta sala. En esta época, el teatro, la comedia, la zarzuela e incluso la ópera eran muy bien consideradas por el público. Muestra de ello fue la actuación en esta sala teatral de la compañía de zarzuela del mejor tenor de la época, Marcos Redondo y la representación de varias piezas por la gran tiple valenciana Clarita Panach. Se representó también, un Belén por pequeños actores del pueblo en 1932. También se estrenó una obra del autor local, Vicente Sebastiá, titulada "Ja sabem que és la Pilar"("Ya sabemos que es Pilar"), que fue representada por actores locales. Terminada la guerra, continuaron desfilando compañías de comedia y variedades. En variedades destacaron los espectáculos de Juanita Reina, Rafael Farina, Pepe Pinto y el Príncipe Gitano. También debutó, en 1954, la artista local, Emi Reina, bailarina de clásico, y que después llegaría a debutar en el Olimpia de París. A partir de los años 40, se producen dos hechos significativos: la entrada del cine en la sala y las representaciones de la compañía de teatro. Representaran obras ligadas a las costumbres valencianas. Francisco Ramón ("Paco Panolla") fundó la compañía de teatro de la Casa Social, con gran éxito, del cual buena muestra es el hecho de que algunas de sus obras fueron representadas en diferentes locales de la población como: el Cine Avenida, El Sindicato, y finalmente el Hogar Parroquial. La programación de esta compañía era llevada a cabo por su director y el equipo de actores que lo acompañaban, entre ellos Joaquín Esteve. La gestión la llevaban ellos mismos ya que la totalidad de lo que les quedaba después de pagar el alquiler de las Obras y al Delegado de la Sociedad de Autores, era destinado a la restauración del altar Mayor de la Iglesia de Santos Juanes. También se permitían, a final de temporada, obsequiarse con una paella en la playa de Puçol. Las entradas se vendían al precio de 100, 150, ó 200 pesetas y la crítica la hacia el público al salir, que conversaba con los actores sobre la actuación. El cine llegará y con ello el teatro pierde todo el esplendor hasta que lo sustituirá completamente este nuevo arte. Llegarán momentos de baja rentabilidad y ello se fraguará en una total inactividad. Sobre el año 1982, Mercadona terminará con la planta baja del edificio. Hoy este comercio se ha trasladado pero por encima de la talla que hacía de techo de éste, se mantiene la estructura del edificio teatral.
El Sindicato
Su construcción se sitúa a principios del siglo XIX. Se reúne una serie de personas de la población y deciden construir un edificio de carácter social para la población. En la fundación del edificio, participaron también, socios que aportaron capital. Como era un edificio para el pueblo, se animó a todos los vecinos a prestar su ayuda. El que no disponía de capital, ponía a disposición de la construcción, su trabajo. Todo este personal, era contratado y asegurado.
Hacia 1914-1915 ya se habían instituido como sociedad, pero funcionaban de manera extraoficial. Por ello, se les exige una mínima legalidad a finales de 1916. En 1917 la sociedad se instala en El Sindicato y se establecen los estatutos. Se crea una sociedad filial de mujeres. Después de la guerra, el edificio pasa a manos del Ayuntamiento. En la sala de abajo, se ubica un teatro donde se representan obras, tanto en valenciano como en castellano. Se compra una nueva máquina de cine. La que había anteriormente fue sacada de la sala por la compañía teatral que representaba, antes de la guerra. La escondieron en la fábrica de conservas The Morris, y con el tiempo, desapareció. En 1977 mediante la tramitación llevada a cabo por Manuel Broseta, los estatutos del Sindicato, vuelven a manos de los socios del mismo.
La Cruz del Término de Puzol
Esta simbólica cruz se erigió en un primer momento a las afueras de la población, más concretamente en la parte norte del barrio "Hostalets", emplazada a la entrada de un camino que conducía al convento de "La Vall de Chesus", sitio al pie del Monte Picaio. Se la reconocía con el nombre de "La Cruz de Piedra" y parece ser que data de los siglos XV/XVI. Era muy venerada y se sabe que existía la costumbre de visitarla en vísperas del 6 de enero, llevando cascabelerías, con la intención de pedir a los reyes; hasta que finalmente en época de adversidad fue destrozada. Una persona de quien solo se conoce la inicial de su nombre, grabó un escrito que fue difundido por Radio Nacional. Este escrito fue impreso en 1941 y posteriormente repartido en la cabalgata de los festeros de ese mismo año; lo que instó a las autoridades a iniciar la reconstrucción de la Cruz en 1947, pero con una diferencia, ahora se emplazaría en el camino del cementerio.
- 1925, es nombrada patrona canónica de Puzol la Virgen al Pie de la Cruz, siendo clavarios todos los sacerdotes hijos del pueblo. Recibió el nombre de "fiesta de los capellanes".
- 1926, se inaugura el puente sobre el vado, siendo alcalde Eduardo Martínez Amigó. También se construye un matadero.
- 1928, se inaugura un comedor para pobres, fundado por Francisco Roca y Alcayde. Permaneció en activo hasta 1937, año en que se colocan canaletas (elementos de pvc o en aquel entonces de uralita, utilizados para guiar el agua de los tejados al suelo) en todas las casas del pueblo.
- 1929, se inaugura la primera sucursal bancaria, de manos de Banesto.
- 1930, abre sus puertas el Banco de Valencia.
- 1931, se inaugura telégrafos. La inauguración corre a cargo del teatro-cine casa Social, con la opera Marina, canto del tenor Rodolfo Sirvent. Se realizó la primera procesión con sayones, granaderos,...
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