- Incunable
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Son llamados incunables (del latín incunabulae, en la cuna) todos los libros impresos antes del 1 de enero de 1501. Fue posiblemente Cornelius Beughem quien empleó la palabra por primera vez, en su Incunabula typographiae (1688).
En dicho período la industria tipográfica todavía no se había especializado: el impresor era dueño y manipulador de la prensa, fundidor de tipos, fabricante del papel, encuadernador, editor y librero. Era artesano, artista y erudito. Algunos de ellos dejaban una "marca de agua" en el papel que fabricaban, de esa manera sabemos quién la editó; pero hay muchos que carecían de firma y fecha, aunque hoy en día, estudios científicos que analizan los tipos de fundición utilizados, han ayudado a catalogar la mayoría de las ediciones existentes. Son documentos históricos que, por primera vez, pusieron la cultura al alcance de todos.
El término 'incunable' hace referencia a la época en que los libros se hallaban en la "cuna", haciendo referencia a la "infancia" de la técnica moderna de hacer libros a través de la imprenta. Así, son reconocidos como incunables los libros impresos entre 1453 (fecha de la invención de la imprenta moderna) y 1500, procedentes de unas 1.200 imprentas, distribuidas entre 260 ciudades, con un lanzamiento aproximado de 35.000 obras distintas.
A Johann Gutenberg, de Maguncia, se le atribuye la invención de los caracteres móviles fundidos. Los primeros incunables salieron de su imprenta: entre ellos destaca la Biblia de Gutenberg (1453-55), en latín, de 42 líneas. Durante los primeros treinta años, la imprenta se expandió por Europa occidental y comenzó a dividirse en diferentes actividades especializadas. Los libros no tenían portada con caracteres, al principio, en letra gótica y las palabras presentadas con no pocas abreviaturas, imitando a los códices. Pero ya en el mismo siglo fueron adoptándose otros tipos de letras, especialmente la redonda o romana, la veneciana o itálica y cursiva, mucho más legibles que las primeras y que al fin prevalecieron sobre estos (salvo en Alemania) desde comienzos del siglo siguiente. Hacia finales de éste, se introdujo el tipo elzeviriano (del holandés Elzevir) más delgado que los anteriores y después siguieron otros caracteres de fantasía con la gran variedad hasta los de hoy en día.
Contenido
Tipos de incunables
Antes de los tipos metálicos móviles, se usaban planchas de madera fija, que dieron lugar a los incunables xilográficos, entre los que destaca la Biblia Pauperum y la Biblia de los pobres. Los protoincunables son los libros impresos en los primeros talleres, entre 1472 y 1480. A su vez, se denominan post-incunables aquellos libros impresos a principios del siglo XVI que por error o debido a una insuficiente información han sido clasificados como incunables.
El primer impreso español que se conserva en la actualidad es el Sinodal de Aguilafuente, impreso por Juan Párix de Heidelberg (Johannes Parix) en 1472 que contiene unas actas de una reunión celebrada en Aguilafuente, Segovia. Incunables españoles de gran valor son la Biblia (impresa en valenciano en Valencia en 1478), Los doce trabajos de Hércules (originalmente escrita en catalán con el título Los dotze treballs de Hèrcules) de Enrique de Villena (Zamora, 1483), Tirante el Blanco (originalmente escrita en valenciano con el título Tirant lo Blanch) de Joanot Martorell (Valencia, 1490), Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija (Salamanca, 1492) y la primera edición de La Celestina de Fernando de Rojas, atribuido este último a Fadrique de Basilea en 1499, afamado impresor, que trabajó en Burgos durante treinta años y que dejó tras de si una importante estirpe de impresores en la ciudad.
Entre las ediciones más importantes de incunables, se encuentran las de Gutemberg, Nicolas Jensen, William Caxton, y Aldo Manuzio.
Colecciones de incunables en Europa y Estados Unidos
Las mayores colecciones del mundo, con el número aproximado de incunables que poseen, están custodiadas en:
- la Biblioteca Estatal de Baviera, en Múnich, con 18.550 volúmenes,
- la Biblioteca Británica, con 12.500 volúmenes,
- la Biblioteca Nacional de Francia, con 12.000 volúmenes,
- la Biblioteca Vaticana, con 8.000 volúmenes,
- la Biblioteca Nacional de Austria, en Viena, con 8.000 volúmenes,
- la Biblioteca Nacional de Rusia, en San Petersburgo, con 7.000 volúmenes,
- la Biblioteca del Lander de Stuttgart, con 7.000 volúmenes,
- la Biblioteca Huntington, con 5.600 volúmenes,
- la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, con 5.600 volúmenes,
- la Biblioteca Bodleiana, en Oxford, con 5.500 volúmenes,
- la Biblioteca Estatal de Rusia, en Moscú, con 5.300 volúmenes,
- la Biblioteca de la Universidad de Cambridge, con 4.600 volúmenes,
- la Biblioteca John Rylands, con 4.500 volúmenes,
- la Biblioteca Estatal, en Berlín, con 4.400 volúmenes,
- la Biblioteca de la Universidad Harvard, con 3.600 volúmenes,
- la Biblioteca Nacional de España, en Madrid, con 3.300 volúmenes,
- la Biblioteca de la Universidad Yale, con 3.100 volúmenes y otros 425,
- la Koninklijke Biblioteek, con 2.000 volúmenes,
- la Stiftsbibliothek St. Gallen, con 1.650 volúmenes,
- la Biblioteca Colombina, en Sevilla, con 1.300 volúmenes,
- la Biblioteca Universitaria de Illinois, en Urbana-Champaign, con 1.130 volúmenes.
Colecciones de incunables en América Latina
- la Biblioteca Nacional de México, con 168 incunables,
- la Biblioteca Nacional de Brasil, con 150 incunables,
- la Biblioteca Nacional de Colombia, con 48 incunables,
- la Biblioteca Nacional de Chile, con 37 incunables,
- la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá, con 37 incunables,
- la Biblioteca Mayor de la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina, con 29 incunables,
- la Biblioteca Nacional de Argentina, con 21 incunables,
- El Archivo Historico del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Bogotá, con 13 incunables,
- la Biblioteca del Seminario Mayor de San José, en Bogotá, con 8 incunables,
- la Biblioteca Palafoxiana de Puebla (México), con 9 incunables,
- La Biblioteca Histórica José María Lafragua de la BUAP de Puebla (México), con 14 incunables,
- La Biblioteca Cervantina del Tecnológico de Monterrey (México), con 7 incunables
- la Biblioteca Nacional de Venezuela, con 5 incunables,
- la Biblioteca México José Vasconcelos, con 5 incunables,
- la Biblioteca General Ramón de Zubiría de la Universidad de los Andes (Bogotá), con 5 incunables,
- la Biblioteca de la Universidad de Guadalajara en México, con 4 incunables,
- la Biblioteca Nacional del Perú, en Lima, con 3 incunables,
- la Biblioteca del Instituto Nacional "Don Juan Nepomuceno Espejo", en Chile, con 3 incunables.
- la Biblioteca General de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, con 1 incunable.
- la Biblioteca Pública Julio Perez Ferrero en Cúcuta con 1 incunable.
- el Museo Luis Alberto Acuña, en Villa de Leyva (Colombia), con 1 incunable.
- la Biblioteca Pública de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (México), con 1 incunable
- la Biblioteca de la Abadia Benedictina de la Santísima Trinidad de las Condes, Santiago de Chile, con al menos 1 incunable
- El Seminario Nacional de Nuestra Señora de los Ángeles en Costa Rica, con 1 incunable.
- La biblioteca de la Universidad de Montevideo, con 1 incunable.
El catálogo más importante de incunables es posiblemente 'Gesamtkatalog der Wiegendrucke', iniciado en 1925.
Enlaces
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre IncunableCommons.
- Biblioteca Nacional de España - Incunables.
- ¿Qué es un incunable?
- Forum livres anciens
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