- Inmigración francesa en México
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Los franceses llegaron a México desde el periodo colonial, dentro de las órdenes religiosas de los franciscanos, dominicos y jesuitas. En el Siglo XIX durante la intervención francesa, la inmigración, en adición a los efectivos militares invasores, fue incrementada. Más tarde, durante el porfiriato, debido al gran interés del propio Porfirio Díaz y del gobierno mexicano por la cultura francesa y todo lo proveniente de Francia, se propició una llegada importante de nacionales franceses, que decidieron establecerse en el Bajío y en los llanos de Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas y Tamaulipas.
Los Barcelonettes franceses eran originarios de Alpes-de-Haute-Provence (cercano a la frontera con Italia) y otros franceses de habla catalana y vasca que provienen de Pirineos Orientales, se fueron asentando en la región del Bajío Mexicano, así como en otros pueblos de Michoacán como Coalcoman, Aguililla, Zamora y Cotija. Estos refugiados franceses también se asentaron en la Región Huasteca (San Luis Potosí, Veracruz, Tamaulipas) y en la Sierra Norte de Puebla. Muchos soldados galos mezclaron su sangre con la de los mexicanos.
Los franceses también se establecieron en las ciudades de Jicaltepec, San Rafael, Mentideros, Los Altos, Perote en Veracruz y Tampico en Tamaulipas, donde la arquitectura francesa es muy evidente en las construcciones locales, destacando la teja marsellesa en los tejados. Hay otros migrantes destacados provenientes de Haute-Saône, Champlitte y Borgoña. Durante las explotaciones mineras de la península de Baja California y Sonora se establecieron otras importantes comunidades francesas en las ciudades de Santa Rosalía, Guaymas y Loreto. Estos llegaron a México después de las guerras napoleónicas y fueron protegidos por el emperador Maximiliano de Habsburgo para que se establecieran sin problemas.
Contenido
Historia
Los primeros galos en pisar suelo mexicano fueron algunos misioneros religiosos.
Francia fue una las naciones en que reconoció a México como nación independiente en 1821, desde aquel momento fue una de las primeras naciones en establecer una embajada y ampliar las relaciones comerciales con los puertos mexicanos.
Francia envió cerca de 5.000 hombres bajo el mando de Carlos Fernando Latrille, Conde de Lorencez, quienes llegaron a Veracruz el 6 de marzo de 1862. Entre tanto los soberanos de España y Gran Bretaña disolvieron la alianza tripartita, agraviados por la diligencia de Francia, y se dispusieron a arreglar sus asuntos con México individualmente.
Las tropas francesas se dirigían a la capital; Lorencez marchó hacía Orizaba, donde recibió refuerzos de L'Herillier y Gambier.
Las tropas republicanas, bajo el mando de Ignacio Zaragoza, intentaron cortar a los franceses el camino a México cerca de las Cumbres de Acultzingo, aunque fue inútil. Zaragoza procedió a congregar sus fuerzas alrededor de Puebla; la victoria de los republicanos en la batalla de Puebla, ocurrida el 5 de mayo de 1862, proporcionó optimismo y confianza, lo cual incrementó la moral del pueblo mexicano. Juárez, entonces, aprovechó el tiempo para preparar la defensa; se levantaron trincheras y se reunieron recursos para sostener un posible sitio a Puebla. Francia envío 30.000 soldados suplementarios bajo el mando del general Forey.
Al año siguiente, los franceses invadieron Tabasco, al mando de Eduardo Gonzáles Arévalo, el 21 de febrero tomaron Jonuta y el 15 de marzo el puerto de Frontera. El 16 de marzo Forey comenzó nuevamente el sitio de Puebla; la ciudad resistió numerosos días, pero finalmente, después de haber sido destruidos los fuertes de Santa Inés y San Javier, sucumbió a las tropas francesas. El sitio llegó a su fin el 17 de mayo, cuando Forey capturó la plaza central, aunque él no entró en la ciudad hasta el 19 de mayo. Los generales González Ortega, Escobedo y Negrete fueron enviados prisioneros a Francia, pero lograron escapar en el trayecto.
Después de la caída de Puebla, el presidente Juárez ordenó llevarse los archivos del gobierno, a fin de facilitar la marcha de los negocios públicos dondequiera que se estableciese la capital provisional. Era conveniente crear la impresión de una retirada estratégica, no de una fuga. La caravana de la república abandono la ciudad de México a fines de mayo de 1863. Al frente marchaba una descubierta de caballejos y tras ella un carruaje cenizo que ocupaban Juárez y su familia y que rodaba lentamente para no incomodar a Margarita, embarazada otra vez. En seguida venían los coches de los miembros del gabinete y de los amigos de siempre, como el administrador de correos Guillermo Prieto y el diputado y magistrado de la Suprema Corte Manuel Ruiz, con varias docenas de colegas legisladores y magistrados; cientos de burocratas anónimos deseosos de hacer méritos y al final un piquete de infantería de medio centenar de hombres y una infinidad de soldaderas con sus niños.
En 1868 se descubren en la región de Santa Rosalía yacimientos de cobre, en el año de 1872 se instala en Santa Rosalía la compañía Eisemann y Valle con la intención de explotar los yacimientos.
En 1885 se instala la compañía francesa El Boleo S.A. amparada en una concesión que le otorgó el presidente Porfirio Díaz por 50 años para explotar los yacimientos cupríferos. Con el establecimiento de la compañía minera francesa nace propiamente Santa Rosalía. En 1954 la compañía francesa El Boleo, S.A., cierra operaciones en el poblado al considerar agotados los yacimientos, lo que provoca un éxodo de habitantes. En 1957 el gobierno mexicano reinicia la explotación minera que concluye en 1972 al haberse agotado los yacimientos de cobre.
El estado comenzó el camino del progreso, un informe estadístico de marzo de 1871 señalaba que se habían exportado a Europa, en el decenio 1861-1870, la cifra de 4 millones 650 mil 139 quintales de palo de tinte. Los franceses tomaron la delantera para exportar palo de tinte al Continente Europeo, familias de inmigrantes galos se establecieron en la isla logrando dominar toda la región, construyeron una arquitectura muy propia que le dió imagen afrancesado a Ciudad del Carmen, Palizada y Champotón.
Cada día había más de 25 barcos de distintas nacionalidades atracados en los muelles y otros tantos esperaban para atracar. Se estableció, con capital belga y francés, la fabrica de extracto de palo de tinte y se instaló en la misma el primer generador de corriente eléctrica para alumbrado en el país, era el año de 1874.
Cultura francesa en México
Durante el porfiriato, se plantean esquemas de urbanización adoptados del urbanismo francés y estadounidense, la modernización del país era parte de la ideología del gobierno para tener mayor competitividad comercial e industrial. Durante el gobierno de Porfirio Díaz hubo un gran dinamismo de construcción y múltiples inversiones del sector capitalista, la población se incrementó y surgió una especulación por el uso y destino del suelo; las haciendas, ranchos, molinos y potreros cercanos a la capital mexicana e incluso tierras comunales y ejidales se vendieron para construir solares y fracciones de terreno destinados a la vivienda residencial que marcaba un nuevo estilo de vida para sociedad burguesa.
De igual forma que sucedía en Europa, se construyeron avenidas y boulevares amplios con zonas ajardinadas, alamedas y paseos para cambiar la imagen de la ciudad colonial por el de la ciudad moderna con vanguardias de origen francés. La construcción de la Colonia Juárez y la Colonia Roma marcó los modelos de crecimiento urbanistíco en otras ciudades del país. El Paseo de la Reforma fue ensanchado para aumentar el tráfico de carruajes, en 1852 se construyó la primer glorieta, se incrementó el número de establecimientos comerciales como cafés, restaurantes y tiendas de ropa para la elegancia y forma de vivir de esta época; dicho paseo servía también para ver los desfiles, así como en Bucareli se destinaba para los espectáculos.
El ambiente urbano de la sociedad porfiriana era de ocio y regocijo para salir a la calle y disfrutar del paisaje urbano, tomar café y conversar sobre asuntos políticos, asistir al teatro, a los cabarets, pulquerías y restaurantes en un ambiente de relación social, caminar por las alamedas o parques en familia o en pareja y disfrutar de la elegancia y el buen vivir de la gente que transitaba por la calle.
Tabla de flujos migratorios
Fuente: Estadísticas históricas de México 2009 y Censo de Población y Vivienda 2010
Referencias
Véase también
Enlaces externos
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