- José de Córdoba y Rojas
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José de Córdoba y Rojas Mayor general Lealtad España Nacimiento 6 de abril de 1774
- † 1810
San Fernando, Cádiz, EspañaFallecimiento 15 de diciembre de 1810
Potosí, Alto PerúJosé María Fernández de Córdoba y Rojas (referido también como José Córdova) (n. San Fernando (Cádiz), 6 de abril de 1774- †Potosí, 1810), militar y marino español (también considerado boliviano por los cargos ocupados en el Alto Perú), de importante trayectoria en el Virreinato del Río de la Plata.
Contenido
Trayectoria en Europa y América
Provenía de una familia de hidalgos acaudalados, dedicados por tradición a la marina de guerra; su padre, José de Córdova y Ramos, mandaba la escuadra española derrotada en aguas del cabo de San Vicente (1797) por los ingleses, hecho por el cual fue degradado posteriormente. Estudió en la academia naval de Cádiz, y a los 16 años era alférez de fragata. Participó en expediciones navales hacia las costas italianas contra las fuerzas francesas, y posteriormente contra la marina brtánica. Participó en la toma de Tolón, la defensa de Cádiz, y finalmente se unió a la escuadra española incorporada a la francesa en los últimos años del siglo XVIII.
Llegó al Virreinato del Río de la Plata en 1801 con el grado de capitán de fragata, destinado al apostadero naval de Montevideo. Participó en la Reconquista de Buenos Aires, y en 1807 en la Defensa contra la segunda invasión inglesa. Fue ascendido por su comportamiento en esta última acción.
En 1809 se incorporó al ejército con el grado de mayor general, a las órdenes del brigadier Vicente Nieto; éste había llegado a Buenos Aires con Baltasar Hidalgo de Cisneros, el nuevo virrey sustituto de Santiago de Liniers, y que también sería depuesto por la Junta de Buenos Aires. En Buenos Aires se le tildó de mal funcionario y oficial, corrupto y deshonesto.[cita requerida]
Represión de la Revolución de Chuquisaca
A principios de junio de ese año, al tenerse noticias de la revolución de Chuquisaca, el virrey envió a reprimirla al brigadier Nieto. Éste se puso de inmediato en camino, con importantes fuerzas militares comandadas por Córdoba, e incorporó otras en Salta. A órdenes de Córdoba, estas fuerzas reprimieron la revolución, que ya se había extendido a Cochabamba y La Paz. En esta última ciudad, la rebelión fue aplastada por el general José Manuel de Goyeneche, enviado por el virrey del Perú, José Fernando de Abascal, que por otra parte no tenía atribuciones para hacerlo. El virrey estaba alarmado frente a una revolución que se extendía aparentemente imparable, no solo en el Alto Perú, sino también por Quito y otras regiones, y amenazaba con extenderse al Río de la Plata, Nueva España, Nueva Granada, Costa Firme y Chile.
Nieto se puso a las órdenes de virrey del Perú, que lo confirmó en el gobierno como gobernador de Charcas con plenos poderes, que incluían la presidencia de la Real Audiencia. Organizó la defensa de Charcas nombrando a Córdoba segundo comandante del "Ejército Pacificador de Charcas", con el grado de coronel.
La represión de Nieto y Córdoba se distinguió por una gran cantidad de penas de prisión, pero la simultánea campaña de Goyeneche a La Paz fue ahogada en sangre: atacó la ciudad, causando centenares de muertos, y dictó decenas de penas de muerte. Estas noticias llegaron tergiversadas a Buenos Aires: se sabía que Nieto y Córdova habían ido a derrotar las revoluciones, que lo habían hecho, y que se habían dictados muchas penas de muerte. Los detalles no importaron.
Batallas de Cotagaita y Suipacha
Cuando llegó la noticia de la Revolución de Mayo en Buenos Aires, y con la ocupación de la provincia de Córdoba y la ejecución de Liniers, el gobernador Nieto marchó junto al general Córdoba a frenar el avance del Ejército del Norte fortificándose en Santiago de Cotagaita, donde esperó al ejército mandado por Antonio González Balcarce. Éste atacó sin artillería, y fue derrotado por Córdoba: la primera batalla de los ejércitos de las Provincias Unidas fue una derrota.
Córdoba persiguió a los derrotados hasta Tupiza, pero sus enemigos habían sido reforzados con nuevas tropas y con artillería. Por ello, el 7 de noviembre fue completamente derrotado en la batalla de Suipacha. Capturado a los pocos días, reconoció a sus vencedores que, con su derrota, todo el Alto Perú quedaba en manos de los independentistas. No había ninguna otra fuerza militar en condiciones de oponérseles hasta el Perú.
El ejército dirigido por Balcarce y Juan José Castelli ya traía consigo la sentencia de muerte firmada por la Primera Junta. Ésta incluía a Nieto, Sanz y Goyeneche, pero Castelli la hizo extensiva a Córdova. José de Córdoba fue conducido hasta Potosí y, siguiendo la misma suerte que anteriormente había sufrido Santiago de Liniers, fue ejecutado en diciembre junto con Vicente Nieto y el gobernador potosino Francisco de Paula Sanz.
Goyeneche no pudo ser capturado, y más tarde los derrotaría en la batalla de Huaqui.
Descendencia
Su hijo Luis Fernández de Córdoba, al mando de las tropas isabelinas, obtuvo la victoria en la Batalla de Mendigorría. Por esta victoria, su madre Doña María de la Paz Rodríguez de Valcárcel y O'Conrry, viuda de José de Córdoba, recibió el marquesado de Mendigorría en 1840. Tras su fallecimiento, éste sería heredado por su otro hijo, Fernando Fernández de Córdoba, segundo marqués de Mendigorría.
Bibliografía
- Bidondo, Emilio, La guerra de la independencia en el Alto Perú, Ed. Círculo Militar, Bs. As., 1979.
- Camogli, Pablo, Batallas por la libertad, Ed. Aguilar, Bs. As., 2005.
- Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas militares argentinas, Tomo I, Ed. Emecé, Bs. As., 2004.
- Scenna, Miguel Ángel, Las brevas maduras. Memorial de la Patria, tomo I, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1984.
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