- Navarroaragonés
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El navarroaragonés era una lengua romance hablada en el valle del Ebro durante la Edad Media, variante del actual idioma aragonés y con préstamos en el castellano de La Rioja, Navarra (primordialmente la variante hablada en la Ribera de Navarra), y Aragón, con diferentes gradaciones.
Tiene su origen en el latín vulgar, sobre un acusado sustrato vascón. La lengua recibe, en su período medieval, la denominación entre los lingüistas de "navarroaragonés", por abarcar los romances afines aragonés y navarro, así como el riojano precastellano. A veces es incluida esta lengua en el grupo Pirenaico-Mozárabe, aunque no parecen existir isoglosas comunes que sean específicas del navarroaragonés y el mozárabe.
Contenido
El origen
La expansión del Reino de Navarra sobre tierras musulmanas y cristianas, con la consiguiente repoblación con cristianos del Reino de Navarra, llevaría consigo el idioma por todo el territorio conquistado. La anexión por el Reino de Navarra de los condados aragoneses supuso una importante influencia de la lengua navarroaragonesa sobre los territorios posteriores de la Corona de Aragón. La primera constancia escrita de la lengua está en las Glosas Emilianenses, en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja).
El navarroaragonés es la evolución del latín vulgar en la zona comprendida entre la Rioja Alta y la Ribagorza, comarca de Huesca, zonas bajo influencia vasca. Sobrarbe tuvo una lengua romance, que no diptongaba, tal como se puede ver en un documento del siglo XI, en los Orígenes del Español de Ramón Menéndez Pidal.
La existencia de unos ceretanos (vascones) occidentales en el Pirineo medio se comprueba en las fuentes islámicas de los siglos VIII-IX; en esa época existían aún como pueblo diferenciado, según G. Fatás en Ibn Hayyan, "Muqtabas"; Al'Udri, "Tarsi". En ellas se encuentran referencias a la tierra de los Certaniyyin o Sirtaniyyin, es decir, los habitantes de la tierra Certana. El lugar se localiza cuando las mismas fuentes hablan del río Gállego que nace en las montañas de dichas tierras.
Por otro lado, la "Chanson de Roland", cuando refiere el conocido episodio de Carlomagno, nos permite deducir cómo las tropas musulmanas que salen a su encuentro, lo hacen siguiendo la calzada romana de Zaragoza a Bearn, que atravesaba la tierra certana y los puertos de Siresa.
Dentro de los elementos prerromanos, el componente celta del actual idioma aragonés es minoritario respecto al vasco, y en ocasiones se remonta al gálico en vez de al celtibérico: bruco (brezo), arañón (endrino), artica, borda (cuadra), garmo (pradera en la montaña), garra. Estos vascones venían de la Gascuña y traspasaron la barrera de los Pirineos.
La expansión medieval
Con la conquista de la Taifa de Zaragoza el navarroaragonés se extendió hacia el sur comprendiendo la práctica totalidad de las hoy provincias de Zaragoza y Teruel, así como de Castellón y Valencia, cuyas costas fueron, sin embargo, repobladas más frecuentemente por catalanes. En menor medida el navarroaragonés pudo alcanzar las actuales Soria y Murcia.
La lengua de los repobladores aragoneses entró en contacto con el romance de los mozárabes y muladíes nativos y con el de otros repobladores que les ayudaron: occitanos en el interior y catalanes en la franja que conduce a la costa valenciana, lo que le hizo perder al navarroaragonés muchos de sus rasgos identitarios y facilitó su conversión al castellano.
La variedad riojana en Las Glosas Emilianenses
Algunos estudiosos afirman que las Glosas Emilianenses de San Millán de la Cogolla no están escritas en castellano sino en navarroaragónes, en su variedad riojana, toda vez que La Rioja no fue parte del reino de Castilla durante el s. X, en que fueron escritas las glosas emilianenses, sino que fue incorporada a éste en el s. XI, siglo en el que comienza su castellanización. Las Glosas Emilianenses mostrarían algunas evoluciones fonéticas del navarroaragonés, vistas en las palabras: lueco (luego), get (es, actual aragonés ye), plicare (llegar), feito (hecho), que no son propias del castellano.
En el sur y este de Navarra se habló navarro durante toda la Edad Media, alternando con el euskera y con el occitano llegado del otro lado del Pirineo. Como ejemplo se puede citar un pueblo en Navarra de nombre navarroaragonés, Pueyo, que en castellano habría dado "Poyo", como derivado de Podium. A su vez, la palabra Javier es una castellanización de una palabra en navarro, Xavier, que a su vez se remonta al vasco Etxe berri, casa nueva. En aragonés dio Xabierre y luego Chabierre.
En el siglo X el Condado de Ribagorza –hasta 872 dependiente de los condes de Tolosa– se unió con el Condado de Aragón mediante la conquista de la ciudad islámica de Boltaña, pudiendo así comunicar sus territorios a través del Sobrarbe. Con el casamiento de Andregoto Galíndez con Sancho Garcés II se materializó la anexión del conjunto del Pirineo y Prepirineo oscense al Reino de Navarra.
Pese a la creencia de que el idioma aragonés, reducido a la franja pirenaica, se ha fragmentado recientemente, muchas de las diferencias actuales de pronunciación y de léxico entre la zona occidental y oriental en este territorio coinciden con las clasificaciones antiguas, como la de iacetanos e ilergetes de la antigüedad. Por lo tanto, los dialectos actuales se habrían enmarcado en al menos dos áreas históricamente diferenciadas en el Pirineo Central: una que gravita hacia Jaca (valles de Hecho y Ansó) y otra hacia la Ribagorza. En la occidental dicen "pro", "baxo", "almadía", "a ormino", y en la oriental "prou", "baixo", "nabata", "asobén".
El retroceso
A partir del s. XV, el navarroaragonés comienza a ser sustituido por el castellano en Navarra, Aragón y provincia de Castellón. Primeramente se castellanizó la Corte, luego las clases altas de las ciudades grandes del centro, como Zaragoza, y del este, seguidamente las clases populares del centro, este, sur, y zonas más llanas y mejor comunicadas. En el siglo XVI aún hablaban aragonés los moriscos aragoneses de la zona del Jalón, Calatayud. En el siglo XIX todavía se hablaba aragonés en casi toda la provincia de Huesca. El área de distribución se redujo después drásticamente y se ha cuarteado en los años 50 y 60 del siglo XX, cuando ha dejado de ser enseñado y transmitido a las nuevas generaciones en el 80% del poco territorio que quedaba. Actualmente tan sólo en algunos valles pirenaicos como los de Ansó, Hecho, La Fueva o Gistaín es posible encontrar nuevas generaciones que tengan aún a la antigua lengua navarroaregonesa como idioma materno y vehícular.
Restos [cita requerida]
Palabras que el castellano general ha tomado del navarroaragonés, con su correspondiente equivalente castellano actual, son: "fajo" (haz), "faja" (haza), "pleito" (plecho), "sisallo" (sisajo), "chepa" (giba) y "boina". En zonas donde se habló aragónes hay muchos más restos léxicos, y esporádicamente podemos ver topónimos como el nombre Valdefierro, de un barrio de Zaragoza, lo cual tampoco es tan frecuente, ya que la mayoría de la toponimia romance en Zaragoza y Teruel, es mozárabe; de hecho tanto la palabra "Zaragoza" como "Teruel" son formas mozárabes. Esta toponimia mozárabe fue poco modificada por la etapa en la que se habló aragonés, y luego frecuentemente los topónimos, fueran mozárabes o aragoneses, se castellanizaron. Muchos de los topónimos que acaban en -e actualmente como Castellote, Tauste, Caspe, Jarque, etc. en la provincia de Zaragoza, carecían de e final cuando se hablaba aragonés.
Véase también
Categorías:- Idioma aragonés
- Lenguas de España
- Cultura de Navarra
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