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Pál Teleki
Pál Teleki
14 de julio de 1920 – 6 de abril de 1921 Precedido por Sándor Simonyi-Semadam Sucedido por István Bethlen
15 de febrero de 1939 – 3 de abril de 1941 Precedido por Béla Imrédy Sucedido por László Bárdossy
Datos personalesNacimiento 1 de enero de 1879
Budapest, Austria-HungríaFallecimiento 3 de marzo de 1941
Budapest, HungríaPál Conde Teleki de Szék (1 de enero de 1879 – 3 de marzo de 1941 ), político húngaro, dos veces primer ministro (1920 - 1921 y 1939-1941). Experto en geografía, fue miembro de la Academia Húngara de Ciencias y presidente de la asociación de Scouts húngara.
Nacido en Budapest, Teleki es una figura controvertida de la historia húngara, como quedó de manifiesto en los medios de comunicación húngaros con motivo del descubrimiento de una estatua en su honor en la primavera del 2004.
Contenido
Matrimonio y vida familiar
Casado desde 1908 con la condesa Hanna Bissingen, de diecinueve años en aquél momento y diez años más joven que él, el matrimonio fue feliz. Le emparenta además con uno de los políticos claves de la época, István Bethlen: sus suegras eran hermanas (además de ser la madre de Bethlen una Teleki).[1] Tuvieron dos hijos, Mária y Géza, nacidos en 1910 y 1911 respectivamente, a los que Teleki nunca estuvo muy unido, pasando largas temporadas sin verlos por sus viajes al extranjero, aunque solían pasar juntos parte del verano en la finca familiar en Transilvania.[1] La condesa apenas participaba en las apariciones públicas de su marido.
La madre de Teleki, mujer mucho carácter, gran influencia en la familia y origen griego, en presencia de la que sólo se hablaba en almán (uno de los idiomas que Teleki dominaba), mantuvo una situación algo tensa con su nuera, que no era capaz de llevar las finanzas de la familia adecuadamente.[1]
La guerra mundial
Al estallar al guerra Teleki, dueño de un automóvil, cosa poco común en la época, pasa a formar parte del cuerpo de automovilistas, encargado de tareas de enlace con el estado mayor, lejos del frente.[1] Esta actividad acaba aburriendo a Teleki, que recibe permisos cada vez más largos. En 1916 su unidad es desmovilizada y se le asignan tareas de propaganda relacionadas con sus conocimientos de geografía y didáctica.[1] Con la entrada de Rumanía en la guerra en agosto de 1916 Teleki vuelve a mostar inquietud por entrar en política y es elegido sin oposición, regresando al parlamento como experto en materias sociales.[1]
En 1917 se le encarga la gestión de la oficina de veteranos, en la que Teleki desarrolla una actividad febril, tanto en la asistencia a los mismos (mejora de hospitales, ayudas a los lisiados, asistencia las viudas y huérfanos, etc) como en la educación moral de los mismos, indicando la importancia de de inculcar sus valores conservadores (relevancia de la familia, ensalzamiento de la vida rural frente a la ciudad, condena de los vicios personales, defensa de la familia numerosa) incluso por encima de la ayuda puramente física a los enfermos.[1] Durante toda su vida mantiene su interés por la extensión de la educación entre la sociedad (sobre todo entre la burguesía, no tanto entre el amplio campesinado[1] ) conjugado con un gran conservadurismo.[1]
Tras la derrota húngara en la guerra, Teleki trata de marchar a París para participar en las negociaciones de paz, pero su presencia es rechazada por los británicos.[1] De camino en Suiza, le sorprende la instauración de la República Soviética Húngara, a la que se opone inmediatamente, recomendando a la Entente que no utilice tropas de los países vecinos para aplastarla, sino únicamente húngaras.[1] Pronto, en abril de 1919, marcha a Viena donde se forma un núcleo de contrarrevolucionarios, principalmente políticos del antiguo régimen y oficiales del ejército.[1] Bethlen encabeza el comité antibolchevique. La Entente niega su ayuda a la formación de un gran ejército contrarrevolucionario como solicitan Teleki y Bethlen pero les permiten continuar con sus actividades en el territorio ocupado por Francia al sur de Hungría. Teleki marcha a Szeged en mayo de 1919, llegando a comienzos de junio con gran cantidad de dinero para financiar la actividad de los sublevados y se convierte al poco en ministro de exteriores del gobierno alternativo a Budapest.[1]
La ciudad es una mezcla turbulenta de trabajadores hostiles al gobierno contrarrevolucionario, refugiados radicales, políticos liberales de la antigua escuela y tropas de ocupación francesas.[1] Uno de los acontecimientos más importantes de la época en Szeged para Teleki fue el conocer al futuro regente, el almirante Miklós Horthy con el que en seguida congenió. El almirante, nuevo ministro de defensa del gobierno reaccionario, compartía con Teleki su pasión por los automóviles, el dibujo, los viajes y la caza, además de su aborrecimiento por los políticos.[1] Ambos viajaron a Belgrado en una infructuosa misión por lograr el reconocimiento del nuevo gobierno, apoyo para su lucha contra el gobierno comunista de Budapest y una mejora de las condiciones de paz que se iban a imponer a Hungría.[1]
Contrarrevolución y antisemitismo
Tras la caída de la república soviética y el golpe de estado contra el [[Gyula Peidl|nuevo gobierno] controlado por los sindicalistas durante la ocupación rumana, el gobierno se traslada a Budapest una vez que las tropas rumanas evacuan la ciudad.[1]
La revolución produce en Teleki un antisemitismo que mantendrá hasta su muerte.[1] Teleki asocia a los judíos al comunismo, al que se opone tajantemente, a pesar de que conoce el apoyo que estos han prestado también a la causa reaccionaria. El que el sesenta por ciento del gobierno revolucionario hubiese sido judío basta a Teleki para generalizar y decidir que se los ha de expulsar de la actividad económica y cultural del país (que controlan en gran medida con el consentimiento del poder político en manos de la aristocracia), sustituyéndolos por una clase media cristiana.[1] La visión de Teleki se va conformando en la defensa del cristianismo, el antiliberalismo, la moral tradicional, su oposición al internacionalismo, los judíos y cualquier movimiento sospechoso de progresismo (que él asocia los judíos) y una defensa del poder de las clases altas reforzado paulatinamente por miembros de la burguesía educados en el "espíritu nacional".[1]
Trianon
A comienzos de enero de 1920, Teleki marcha como parte de la delegación húngara a París donde esperan poder negociar las condiciones de paz para Hungría. Su misión es un fracaso. La delegación es confinada en un hotel de mala reputación de las afueras de la capital y sólo se le permite pasear por el cercano Bois de Boulogne, sin tener oportunidad de presentar la documentación, cuidadosamente preparada, a los representantes de los vencedores.[1] Sólo despueés de recibir el pliego de las condiciones prelimires se permitió al jefe de la delegación presentar la defensa de los intereses húngaros. El mapa creado por Teleki para mostrar la distribución geográfica de las distintas nacionalidades que intentaba reflejar a la vez la densidad de población, siguiendo el censo austrohúngaro de 1910, fue utilizado en la exposición. Tras regresar a Hungría para informar al gobierno de las duras condiciones, la delegación volvió a París donde sólo se le permitió entregar cierta documentación, pero no se volvió a convocar a los representantes ante la Entente.
Tras regresar en abril a Budapest, Teleki fue nombrado ministro de exteriores en el nuevo gobierno de coalición de Sándor Simonyi-Semadam, formado por el partido de los pequeños propietarios y el nuevo Partido Cristiano de Unidad Nacional tras las elecciones de marzo, las primeras con voto secreto y una gran cantidad de población con derecho a voto.[1]
En mayo los franceses comunican las condiciones definitivas del tratado de paz, que Hungría se ve obligada a firmar contra su voluntad el 4 de junio de 1920 en el Palacio de Trianon.[1] Apenas difieren de las conocidas en enero. Teleki defiende la aceptación del tratado ante la imposibilidad de resistir. El tratado, que cercena dos tercios del antiguo territorio y crea una minoría húngara en los países vecinos de cerca 3.300.000 personas, es rechazado por todo el país.[1] El revisionismo dominará la política húngara de entreguerras.
Primer Gabinete
Tras la firma del tratado, el gobierno no consigue mantenerse en el poder. Tras un intento infructuoso de formar gobierno, Bethlen recomienda a Teleki como nuevo primer ministro. El 15 de julio de 1920 , tras afiliarse al partido del gobierno el día anterior, Horthy le nombra primer ministro.[1] A pesar de los presagios pesimistas de muchos observadores y del poco entusiamo de Teleki, su gobierno consigue mantenerse.[1]
El gobierno de Teleki tiene que enfrentarse a graves problemas: gran número de refugiados llegan al país de las zonas entregadas por el tratado de paz a los países vecinos, la cuestión de la reforma agraria sigue pendiente (el 57% de la población vive del campo y un tercio de ese porcentaje no posee tierra alguna[1] ), la situación económica es muy seria y el antisemitismo y las matanzas campan por parte del país.[1] Además no se ha resuelto quien ha de ocupar la jefatura del estado, existiendo un partido poderoso que apoya la restauración de los Habsburgo.[1]
Teleki consigue apaciguar la presión del partido de los pequeños propietarios con una reforma agraria poco ambiciosa. El país logra un préstamo internacional que ayuda a equilibrar las cuentas y pronto, aprovechando el asesinato de un policía a manos de las bandas de contrarrevolucionarios, Teleki disuelve las organizaciones que le han permitido en parte llegar a poder (noviembre de 1920).
Se aprueban también las primeras leyes antijudías, que tratan de reducir, con éxito, el porcentaje de judíos en muchas áreas. De un 48,9% de médicos judíos, un 42,4% de periodistas, un 45,2% de abogados o un 42,7% de empleados en el comercio en 1910 las cifras se reducen. En la universidad, las restricciones impuestas a los judíos reducen el número de estudiantes de un 30-33% a un 10-12%.[1] Teleki, apoyado por parte del nuevo poder conservador que se ha vuelto antisemita tras la revolución, trata de sustituir a la burguesía judía por una nueva cristiana nacionalista.[1]
El 13 de noviembre de 1920 el gobierno ratifica el tratado de paz.
Tras lograr la aprobación de la ley agraria y de la ratificación del tratado, el gobierno cae por un voto de censura al ministro de economía, pero Teleki es el encargado de formar un nuevo gobierno, cada vez más inestable por los desacuerdos entre los dos partidos de la coalición.[1]
Intentos de restauración
Tras intentar retrasar el debate sobre la jefatura del estado todo lo posible, Teleki tiene que enfrentarse al intento del rey de recuperar el trono. El 26 de marzo de 1921 Carlos se instala en el palacio episcopal de Szombathely tras abandonar Suiza disfrazado y con pasaporte falso.[1] Teleki se reúne con él esa misma noche y trata de persuadirlo de que abandone el país pero finalmente cede y se acuerda que el monarca se traslade a Budapest. Teleki es enviado para avisar al regente pero acaba llegando después que el rey. Horthy convence al rey de que abandone el país ante la amenaza de invasión de los países vecinos pero sólo regresa a Szombathely. El regente envía a Teleki para convencer a Carlos de que deje el país y Checoslovaquia y Yugoslavia se movilizan el 28. Ante la presión internacional, el rey abandona finalmente el 5 de mayo de 1921 .[1]
Tras varios intentos de mantener el gobierno, Teleki dimite finalmente 13 de mayo de 1921 . El desacuerdo entre los partidos que le sostenían, indirectamente alimentado por el regreso del rey, le impide continuar.[1]
Fuera del gobierno
Tras abandonar el poder Teleki desempeña numerosos cargos e impulsa diferentes instituciones educativas, como la facultad Eötvös, la nueva facultad de economía, o la sección húngara los Boy Scouts. El objetivo de Teleki es fomentar la creación de una nueva clase media cristiana imbuida de los valores conservadores que él defiende y que ha de sustituir a la judía, considerada ajena a Hungría. Teleki trata de arrinconar la la burguesía judía pero no de incluir en el poder al campesinado húngaro, por lo que sus empresas tienen un marcado carácter elitista.[1] Trata de educar a la nación (entendiendo por ésta a las capas dirigentes) en los valores nacional-cristianos que les han de permitir lograr los objetivos revisionistas.[1]
Se convierte además en el ideólogo húngaro de la revisión de los tratados de paz, desarrollando teorías basadas en la historia, geografía y economía para justificar sus ideas nacionalistas. Aún estando dispuesto a ofrecer a las antiguas nacionalidades alguna autonomía cultural y religiosa, mantiene la primacía húngara.[1]
Enfermedad
Persona enfermiza desde la niñez y con frecuentes ataques de depresión que se irán acentuando con la edad, Teleki sufre a finales de 1922 la extirpación de un riñón, lo que limita de por vida su actividad. A partir de entonces ha de sondarse tres veces al día y ha de abandonar algunos de sus cargos.[1]
Actividad internacional
Es capaz, sin embargo, de desarrollar una intensa actividad internacional, participando, entre otra muchas, en la delimitación de la frontera turco-iraquí en 1926 como miembros de una comisión de la Sociedad de Naciones. El informe de Teleki es ensalzado internacionalmente y se le considera un modelo.[1]
Acude a numerosos congresos y es muy activo en el movimiento de los Boy Scouts, formando parte de su junta directiva internacional.
En 1933 se muestra entusiasmado por los cambios en Alemania, que ve como un giro hacia un estado nacionalista, impulsor de las asociaciones juveniles que tanto defiende, antiizquierdista y corporativista. Su entusiasmo decae con el tiempo al enfrentarse el nuevo nacionalismo alemán con el nacionalismo magiar de Teleki.[1] La orientación antirreligiosa de parte importante de la jerarquía nazi tampoco es del gusto de Teleki, más cercano al fascismo clerical de Salazar.[1] Se opone además a la propaganda nazi en Hungría y a la formación de organizaciones alemanas separadas en el país.
Durante la época alejado del gobierno Teleki se va escorando cada vez más a una posición a la derecha del gobierno, intermedia entre el conservadurismo tradicional de István Bethlen y sus partidarios y extrema derecha de los partidos filofascistas como la Cruz Flechada de Ferenc Szálasi.[1]
De nuevo en el gobierno
En la primavera de 1938, la anexión de Austria, Teleki entra nuevamente en el gobierno como ministro de cultura y educación del nuevo gobierno de Béla Imrédy (14 de mayo de 1938 ), más partidario de los alemanes que el anterior.
Como gran especialista en geografía, economía y etnografía, Teleki participó muy activamente en las negociaciones con los checoslovacos tras los Acuerdos de Múnich que llevaron al Primer Arbitraje de Viena, que devolvió a Hungría la zona sur de Eslovaquia, poblada mayoritariamente por húngaros. Los datos y estudios acumulados a lo largo de los años por Teleki y las instituciones creadas por él fueron fundamentales para defender la postura húngara ante los eslovacos, que tuvieron que asistir a las sesiones sin apenas asesoramiento.[1]
Segundo gabinete
Tras la renuncia de Imrédy forzada por la acusación de la oposición de tener antepasados judíos, Teleki es nombrado primer ministro en febrero de 1939. Hereda el gabinete y el proyecto de su antecesor, incluyendo la nueva legislación antijudía en preparación.[1] El 24 de febrero de 1939 , en claro gesto hacia Alemania, Hungría suscribe el Pacto Anticomintern y el 11 de mayo de 1939 abandona la Sociedad de Naciones.
El 13 de marzo de 1939 Teleki recibe el aviso del embajador en Alemania del permiso de ésta para ocupar Rutenia en las siguientes veinticuatro horas, tras la destitución checoslovaca del gobierno eslovaco de Jozef Tiso y la implantación de un gobierno militar. Hitler declara estar dispuesto a reconocer al nuevo gobierno ruteno si Hungría decide no actuar en el plaza propuesto.[1] Teleki decide aprovechar el ofrecimiento y el 14 envía tropas de ocupación compuestas por reclutas apenas entrenados que consiguen, sin embargo, desalojar al gobierno ruteno de Avgustin Voloshin el 15 y ocupar completamente la región el 17. Pocos días después atacan Eslovaquia para apropiarse de ciertas zonas orientales, que les son cedidas en abril.[1]
En política interior, Teleki forma un nuevo partido de corte fascista (Partido de la Vida Húngara), con gran cantidad de partidarios del anterior primer ministro. El nuevo partido gana una mayoría en las elecciones, secretas por primera vez desde 1920 pero muy controladas por el gobierno.[1] El grupo parlamentario está formado por nuevos diputados, más jóvenes y mejor formados pero más radicales.[1]
Neutralidad
En julio Teleki avisa a sus socios del Eje que Hungría no piensa participar en el ataque a Polonia, que considera inminente desde su visita a Berlín en primavera. El 10 de septiembre de 1939 rechaza una petición alemana del día anterior para trasladar tropas a través de territorio húngaro para atacar Polonia. Alemania había solicitado poder utilizar la red ferroviaria húngara para poder completar el ataque por el flanco sur polaco, pero Teleki se negó, indicando el regente Horthy al embajador alemán que "antes volaría la red de ferrocarriles que participar en una ataque a Polonia".[2] Hungría se declaró nación no beligerante e rechazó el paso de unidades alemanas por su territorio.
El gobierno alemán, aún no necesitando la ayuda húngara, utilizó la negativa en las posteriores negociaciones con los húngaros. Hungría acoge a varias decenas de miles de refugiados polacos, para los que se crean incluso escuelas la embajada polaca sigue abierta hasta el 31 de diciembre de 1940 . La única institución de enseñanza superior polaca en Europa (tras la clausura por los alemanes de las mismas en Polonia) se encuentra en Hungría.
Medidas contra los judíos
Teleki heredó de Béla Imrédy el proyecto de ley contra los judíos, afirmando el 22 de febrero de 1939 que el proyecto no se había gestado por presión alemana, sino que era parte del proyecto nacional que defendía.[1] El preámbulo de la ley, escrito por el mismo Teleki como ministro de cultura y educación con Imrédy, definía a los judíos por criterios raciales y no religiosos y se les consideraba incapaces de asimilarse y extremistas.[1]
En agosto de 1939 el gobierno de Teleki aprueba las nuevas leyes que limitaban la participación económica de los judíos a un 20% del PIB.,[3] además de dificultarles la obtención de la ciudadanía, reducir su presencia pública y expulsarlos del funcionariado, la prensa, el teatro el cine y las profesiones con licencia estatal.[1] La ley limitaba el porcentaje de profesionales judíoa a una 6% en la abogacía, la ingeniería, la medicina, la prensa, el teatro y el cine y a un 12% en otras profesiones liberales.[1] Asimismo, animaba al gobierno a incentivar la emigración judía. La oposición liberal y socialdemócrata así como parte importante de la cámara alta se habían opuesto a la aprobación y su debate llevó largos meses.[1]
Firmó, asimismo, 52 decretos antisemitas durante su ejercicio como primer ministro, a lo que hay que sumar otros 56 decretos de sus colegas de gabinete. En 1939, se retiró a los judíos la obligación de realizar servicio militar, pasando a realizar un servicio sustitutivo en batallones de trabajo. En 1940, esta obligación se extendió a todos los judíos varones que pudiesen realizar servicio de armas. Perdieron además su representación en la cámara alta y en los ayuntamientos.[1] La reforma agraria parcial también se llevó a cabo en gran parte a costa de propiedades judías.[1] Fueron expulsados asimismo de los Boy Scouts.[1]
Además de escribir el preámbulo de la segunda "ley antijudía" (1939), preparó la tercera (finales de 1940).[1] La tercera ley fue finalmente promulgada bajo el mandato de su sucesor (aunque el borrador de Teleki era aún más restrictivo[1] ).
Segundo Arbitraje de Viena y dependencia de Alemania
Su gobierno obtuvo el Segundo arbitraje de Viena en agosto de 1940, gracias a la mediación alemana, mediante el que recuperó parte de la Transilvania perdida al final de la Primera Guerra Mundial. A cambio del apoyo alemán a sus reivindicaciones, Teleki se había visto obligado a firmar unos acuerdos económicos muy ventajosos para Alemania: compañías alemanas recibían derechos de prospección petrolífera en el sur del país, se aumentaba el porcentaje de productos agrícolas exportados a Alemania, se aumentaba el valor del marco frente a la moneda húnagara y se regulaban a favor de los germanos las tasas aduaneras.[1] Además, Teleki hubo de conceder a los alemanes la categoría de minoría étnica, a lo que se habái resistido hasta ese momento.[1]
Teleki no estaba satisfecho con las concesiones cada vez mayores a los alemanes y presentó su dimisión, que no fue admitida, nada más regresar a Hungría.[1]
La ocupación de la Transilvania recuperada tampoco se desarrolla al gusto de Teleki, a pesar del cuidado que pone en elegir a los representantes del gobierno, el ejército perpetra matanzas de limpieza étnica y permite desmanes de los húngaros contra los rumanos, que estos realizan también en su parte de la región.[1] Los refugiados que llegan de Rumanía son cada vez más y, tras un primer intento por disuadir su llegada, Teleki no tiene más remedio que asumir la asistencia a los recién llegados, que llegan a por decenas de miles (200.000 en 1944[1] ).
En octubre Hungría ha de permitir el paso de tropas alemanas hacia los campos petrolíferos rumanos y en noviembre Hungría se adhiere al Pacto Tripartito. Ante la inminente ocupación de los pozos petrolíferos rumanos por parte de Alemania, el gobierno de Teleki había solicitado ayuda a Italia. Un enviado especial transmitió el siguiente mensaje a los italianos: "A los húngaros se les plantea la disyuntiva de permitir el paso de los alemanes u oponerse a ello por la fuerza. En ambos casos, la libertad de Hungría llegaría a su fin".[4] Italia, para entonces completamente del lado alemán, se negó a intervenir en favor de los húngaros.
En un intento de mantener cierta distancia frente a Alemania sin dejar por ello de aprovechar su poder para los fines revisionistas húngaros, siempre que eso no arrastrase a Hungría a la guerra en el bando alemán.,[5] Teleki firma un "pacto de amistad eterna" con Yugoslavia en enero de 1941. En su diario, el ministro italiano de exteriores, Galeazzo Ciano, consignó que, durante una visita a Roma de Teleki en marzo de 1940, éste había "evitado tomar partido por unos u otros pero no ha ocultado sus simpatías por las potencias occidentales y su temor de una victoria completa de Alemania, algo que teme como a la peste".[4] Ciano afirmó que Teleki indicó más tarde que "esperaba una derrota alemana, aunque no total —eso conllevaría cambios violentos— sino de las que la neutralizasen durante largo tiempo."[4] A finales de enero moría de una complicación del resfriado contraído en Belgrado el ministro de exteriores Csáky, antiguo secretario de Teleki, que es sustituido por el embajador en Bucarest, László Bárdossy.
El primer ministro tuvo que enfrentarse, como todos sus antecesores conservadores, a una gran presión radical por parte del ejército, que deseaba una cooperación más decidida con Alemania. El futuro primer ministro Sztójay, entonces embajador en Alemania, apoyaba claramente las posiciones de los militares.
Alemania realizó acuerdos comerciales con Hungría mediante los que los alemanes conseguían los productos que deseaban a cambio de entregas de armamento que, por la situación internacional (presión soviética), acabaron siendo enviadas a Rumanía, tradicional enemigo.[6]
Invasión de Yugoslavia y suicidio
En marzo de 1941 Teleki se opuso duramente a la participación húngara en la invasión de Yugoslavia.[7]
El suceso que acabó causando el suicidio de Teleki comenzó el 25 de marzo de 1941 , cuando el ministro de exteriores yugoslavo,, D. Lazar Marković, viajó secretamente a Viena y firmó la adhesión de su país al Pacto Tripartito. El 26 de marzo de 1941 regresó a Yugoslavia y se encontró que el general de las fuerzas aéreas Dušan Simović había dado un golpe de estado incruento y cancelado la adhesión yugoslava. Alemania. viendo su flanco meridional amenazado por el nuevo gobierno justo cuando se preparaba para la invasión de la Unión Soviética, decidió ocupar Yugoslavia y solicitó a Hungría, como miembro del Pacto su participación, enviándose la comunicación a través del embajador húngaro, que voló de vuelta a su país con la petición alemana para el Regente Horthy.
"Yugoslavia va a ser aniquilada ya que ha renunciado públicamente a llegar a un entendimiento con el Eje. Aunque el grueso del ejército alemán pasará por Hungría, no será en el sector alemán donde se realice el ataque principal. Sólo se solicita la participación del ejército húngaro que, a cambio de su cooperación, permitirá recuperar a su país los territorios que se vio obligada a ceder anteriormente a Yugoslavia. Es una cuestión urgente y se solicita una respuesta afirmativa inmediata", fue la petición alemana.[8]
Teleki no estaba dispuesto permitir la invasión de un país con el que había firmado un tratado de no agresión y "amistad perpetua" en diciembre de 1940, hacía sólo 5 meses.[9] El 3 de marzo de 1941 recibió, a través del embajador en Londres con la advertencia del ministro de exteriores británico, Mr. Anthony Eden, de que Hungría debía oponer resistencia al paso de las tropas alemanas si no deseaba entrar en guerra con Gran Bretaña. La actitud británica deprimió mucho a Teleki, que se veía cada vez más sin margen de maniobra ante la presión alemana.[1]
Las alternativas de Teleki se limitaban a mantener su oposición a las peticiones alemana, lo que suponía la pronta invasión del país y la caída del gobierno o a permitir el paso del ejército alemán, traicionando su pacto con Yugoslavia y desafiando así abiertamente a los Aliados.[8] El deseo ferviente de Teleki era mantener el equilibrio de su país pero, si no cedía las presiones alemanas para que participase en el ataque contra Yugoslavia, corría el riesgo cierto de ver su país invadido como lo habían sido Austria o Polonia.
En ese momento, el regente húngaro, almirante Horthy, que se había resistido a las peticiones de Alemania hasta entonces, cedió. Teleki se reunió con su gabinete esa misma noche, manifestando su desilusión con el Regente que le había "asegurado treinta y cuatro veces que no iría a la guerra para defender intereses extranjeros, para cambiar ahora de opinión".[10]
Teleki tuvo que ceder en que comenzasen conversaciones entre los estados mayores húngaro y alemán. Ante la posición del Regente y la indisciplina de los militares, que habían redactado un plan completo de ataque junto con los alemanes sin consentimiento del gobierno.[11] previendo la catástrofe a la que los radicales estaban llevando al país.[12] Antes de poder reaccionar, el jefe del estado mayor húngaro, general Werth (de origen alemán), sin contar con el permiso del gobierno, acordó con el alto mando alemán el paso de las tropas alemanas por territorio húngaro. Teleki denunció los actos de Werth como traición.[8]
Cerca de la medianoche del 2 de mayo de 1941 se cree que recibió una llamada en su apartamento del Palacio Sandor en la que se le comunicaba que el ejército alemán acababa de comenzar a atravesar Hungría en su camino hacia Yugoslavia.[9] [8] Teleki se suicidó de un disparo la madrugada del 3 de marzo de 1941 , entre las 2 y las 3 y se encontró su cadáver al día siguiente. Winston Churchill escribió más tarde: "Su suicidio fue un sacrificio para tratar de absolverle a él y su pueblo de su culpa por el ataque alemán a Yugoslavia".[13]
El 6 de marzo de 1941 Alemania lanzaba la Operación castigo (Unternehmen Strafgericht), bombardeando Belgrado.
Le sucedió en el cargo László Bárdossy, su ministro de exteriores.
Valoración
Según la versión de sus partidarios, trató de mantener una política lo más independiente posible del Tercer Reich y evitar su entrada en la Segunda Guerra Mundial, llegando incluso a enviar al político Tibor Eckhard, del Partido de los Pequeños Propietarios a los Estados Unidos para que preparase el traslado del gobierno al exilio, a imitación de los gobiernos polaco y checoslovaco.
Por otro lado se encuentran sus políticas antidemocráticas, filofascitas y antisemitas, comunes en la época pero que confieren al personaje un aspecto más reprobable.
Teleki fue un gran experto en geografía y socio-economía, así como un destacado profesor (Erik von Kuehnelt-Leddihn fue alumno suyo). Sus mapas ofrecen una conjunción notable de datos geográficos, sociales y económicos, incluso para la geografía actual. Por otro lado, sus actividades educativas y científicas tuvieron un tinte nacionalista y conservador, lejos de la imparcialidad.
Se le recuerda también como defensor del movimiento Scout en el periodo de entreguerras. Teleki perteneció al Comité Mundial Scout de la Organización Mundial del Movimiento Scout desde 1929 a 1939 y como jefe Scout de la Magyar Cserkészszövetség (Organización Húngara), y como jefe de campamento del cuarto congreso Scout, celebrado en el bosque real de Gödöllő, Hungría. Como reconocimiento a sus esfuerzos por el movimiento Scout, se le enterró en Gödöllő, donde se encuentra el palacio real.
Referencias
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- ↑ Gabor Aron Study Group. «Hungary in the Mirror of the Western World 1938-1958».
- ↑ Andrew Salaman. «Childhood in Time of War».
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- ↑ a b c d Churchill, Winston (1985). The Grand Alliance. Boston: Houghton Mifflin. ISBN 978-0-395-41057-8. quoting Ullein-Revicry, Guerre Allemande: Paix Russe, p. 89}}
- ↑ a b Montgomery, John F. (1947). Hungary, the Unwilling Satellite. Simon Publications. ISBN 1-931313-57-1.
- ↑ Sakmyster, Thomas L. (1994). Hungary's admiral on horseback: Miklós Horthy, 1918-1944. Boulder: East European Monographs, pp. 256. ISBN 978-0-88033-293-4.
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- ↑ Churchill, Winston; Keegan, John. The Second World War (Six Volume Boxed Set). Mariner Books, pp. 148. ISBN 978-0-395-41685-3.
Véase
- Portal:Scouting Contenido relacionado con Scouting.
- Miklós Horthy
- István Bethlen
- Reino de Hungría (1920-1945)
- László Almásy
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Pál Teleki.Commons
- Karsai László: Érvek a Teleki-szobor mellett or here (in Hungarian) (source: Élet és Irodalom, 48. évfolyam, 11. szám)
- About him in Magyar Életrajzi lexikon (in Hungarian)
- Time Magazine, April 14 1941: End of a Tightrope Walk
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