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Anton van Leeuwenhoek
Retrato de van Leeuwenhoek realizado por Jan Verkolje (ca. 1680)Nacimiento 24 de octubre de 1632 Fallecimiento 26 de agosto de 1723 Residencia Países Bajos Nacionalidad Neerlandés Campo Microscopía, microbiología Conocido por Mejoras en la fabricación de microscopios, precursor de la biología celular y la microbiología Firma Anton van Leeuwenhoek (en neerlandés Anthonie, Antoni, o Theunis; en inglés Antony or Anton; pronunciación holandesa: [ˈantoːni ˈvɑn ˈleːʋənˌhuːk]), 24 de octubre de 1632 – 26 de agosto de 1723) fue un comerciante y científico neerlandés.
Fue el primero en realizar importantes observaciones con microscopios fabricados por sí mismo. Correspondiente de la Royal Society de Londres, a la que se afilió en 1680. Desde 1674 hasta su muerte realizó numerosos descubrimientos. Introdujo mejoras en la fabricación de microscopios y fue el precursor de la biología experimental, la biología celular y la microbiología. Heredó la labor de Jan Swammerdam (1637-1680) que vivió en Ámsterdam.
Contenido
Biografía
Anton van Leeuwenhoek nació en Delft, Países Bajos, el 24 de octubre de 1632, y lo bautizaron en la iglesia reformada protestante.[1] Era hijo de los menonitas comerciantes de cestas Philips Teunisz Leeuwenhoek y Margriete Jacobsdr van den Berch, casados en esa misma ciudad el 30 de enero de 1622, y que vivían en una casa acomodada de la calle Leeuwenpoort.[2] [3] Antes de cumplir seis años, dos de sus hermanas menores y su padre habían fallecido, y su madre volvió a casarse en 1640; enviaron a van Leeuwenhoek a un internado en el pueblo de Warmond, cerca de Leiden.[4] y poco después fue a vivir con un tío en Benthuizen, un pueblo situado al nordeste de Delft.
A los dieciséis años de edad su padrastro falleció y su madre lo envió como aprendiz a Ámsterdam como tratante de telas,[5] y después de su aprendizaje trabajó como contable y cajero en casa de su maestro.[1] En 1653 van Leeuwenhoek vio su primer microscopio simple, una lupa montada en un pequeño soporte que era utilizado por los comerciantes textiles, con una capacidad de ampliación de tres aumentos y que él adquirió para su propio uso.
En 1654 regresó a Delft, donde residiría el resto de su vida, y montó su propio comercio de telas y mercería, de cuya actividad comercial ha trascendido muy poco.[1] El 11 de julio se casó con Berber (Bárbara) de Mey, hija de un comerciante de telas. Cuatro de sus cinco hijos murieron jóvenes. En 1660 obtuvo el cargo de chambelán del Lord Regente de Delft. En 1669, se convirtió en agrimensor y a partir de 1679 desempeñó el puesto de inspector y controlador de vinos;[6] lo que indica que alcanzó una posición social próspera.[7] Se cree que dejó su negocio de telas poco después de 1660, porque en su correspondencia no lo menciona,[8] y al parecer sus puestos de trabajo municipales de permitían dedicarle un tiempo considerable a la microscopía.[8] En 1666 su esposa murió y en 1671 se casó en segundas nupcias con Cornelia Swalmius; a quién también sobrevivió, pues ella falleció en 1694,[9] dejándolo al cargo de María, única superviviente de sus cinco hijos.[10]
Sus finanzas estaban saneadas. Una indicación de su fortuna es la herencia que le dejó su hija María a su muerte en 1745 y que representa 90 000 guineas, una suma considerable para la época.[8] Sin embargo, algunos autores indican que van Leeuwenhoek «ocupó un modesto empleo municipal hasta su muerte».[11]
Constantijn Huygens (1596-1687) escribió: «Se puede ver cómo el buen Leeuwenhoeck no se cansa de hurgar por todas partes hasta donde su microscopio alcanza, y si buena parte de otros mucho más sabios hubieran dedicado el mismo esfuerzo, el descubrimiento de cosas bellas iría mucho más lejos».[12] Si bien observaciones como esta suscitaron la admiración de los científicos contemporáneos, posteriormente se criticó su falta de preparación científica académica, además de su desconocimiento de lenguas extranjeras.[8] Sin embargo esta carencia de conocimientos científicos le permitió realizar sus observaciones desde un punto de vista novedoso, libre de los perjuicios de los anatomistas de su época.[13] Dejó una inmensa obra únicamente constituida por cartas (algunas publicadas en Philosophical Transactions of the Royal Society), más de 300, totalmente redactadas en neerlandés y la mayoría enviadas a la Royal Society.[14] [15] [16] En una carta dirigida a Henry Oldenburg, datada el 30 de octubre de 1676, le escribe que espera recibir de sus corresponsales las objeciones a sus observaciones, y que se compromete a corregir sus errores.[17] Por otra parte también responde a las primeras señales de escepticismo que marcan la aparición de sus observaciones por una evidente confianza en sí mismo.[17] Sus observaciones fueron lo suficientemente famosas como para recibir a numerosos visitantes de la altura de la reina María II de Inglaterra (1662-1694), Pedro el Grande (1672-1725) o Federico I de Prusia (1657-1713),[18] [16] además de filósofos y sabios, médicos y eclesiásticos. Van Leeuwenhoek realiza ante ellos numerosas demostraciones: le mostró a Pedro el Grande la circulación sanguínea en la cola de una anguila.[16]
Murió el 26 de agosto de 1723 en Delft, a la edad de 90 años.[19] El 31 de agosto fue enterrado en la Oude Kerk (Iglesia Vieja) de la ciudad. Durante su vida fabricó más de 500 lentes.[16] Su desarrollo del microscopio fue utilizado y mejorado por Christiaan Huygens para su propia investigación sobre microscopía. Se ha destacado también la influencia que ejerció sobre la Monadología de Gottfried Wilhelm Leibniz.
Sus observaciones al microscopio: se abre un nuevo campo de conocimiento
Mientras desarrollaba su trabajo como comerciante de telas, construyó para la observación de la calidad de las telas lupas de mejor calidad que las que se podían conseguir en ese momento, tras aprender por su cuenta soplado y pulido de vidrio.[20] Desarrolló tanto fijaciones para pequeñas lentes biconvexas montadas sobre platinas de latón, que se sostenían muy cerca del ojo, al modo de los anteojos actuales, como estructuras tipo microscopio en la que se podían fijar tanto la lente como el objeto a observar. A través de ellos podía observar objetos, que montaba sobre la cabeza de un alfiler, ampliándolos hasta trescientas veces (potencia que excedía con mucho la de los primeros microscopios de lentes múltiples).
El médico y anatomista neerlandés Regnier de Graaf (1641-1673) es quien presenta las primeras observaciones de van Leeuwenhoek a la Royal Society en 1673. En ellas describe la estructura del moho y del aguijón de la abeja.[21] [22] Comienza entonces un intenso intercambio de cartas entre van Leeuwenhoek y los miembros de la sociedad científica londinense, correspondencia que proseguirá durante casi 40 años, hasta su muerte en 1723.[23] La Royal Society lo admite como miembro en 1680, y la Academia de las ciencias de París lo admite como miembro correspondiente en 1699.[14] [24]
Realiza sus observaciones utilizando microscopios simples que él mismo construye. A su muerte, legó 26 microscopios a la Royal Society que nunca fueron utilizados y que, un siglo más tarde, se habían perdido. El 29 de mayo de 1747, dos años después de la muerte de su hija María, se vende un lote de más de 350 de sus microscopios, así como 419 lentes. 247 microscopios estaban completos, muchos conservando todavía el último espécimen observado. Dos de estos instrumentos tenía dos lentes y uno contaba con tres.[6] [25]
Sus mejores aparatos conseguían más de 200 aumentos.[26] No dejó ninguna indicación sobre sus métodos de fabricación de las lentes, y hubo que esperar varias décadas para disponer de nuevo de aparatos tan potentes.[27] Se ignora cómo iluminaba los objetos observados así como su potencia. El más potente de sus instrumentos conservados hoy en día tiene una tasa de ampliación de 275 veces y un poder de resolución de 1,4 μm.[28] Si bien regaló muchos de sus microscopios a sus allegados, nunca vendió ninguno.[25] Se estima que solamente una decena los microscopios que construyó se conservan en la actualidad.
Van Leeuwenhoek mantuvo durante toda su vida que había aspectos de la construcción de sus microscopios «que sólo guardo para mí», en particular su secreto más importante era la forma en que creaba las lentes. Durante muchos años nadie fue capaz de reconstruir sus técnicas de diseño. Finalmente, en los años 1950 C. L. Stong usó un delgado hilo de cristal fundido en vez del pulimento, y creó con éxito algunas muestras funcionales de un microscopio del diseño de van Leeuwenhoek.[29]
El descubrimiento de los protozoarios
Fue probablemente la primera persona en observar bacterias y otros microorganismos. En una carta fechada el 7 de septiembre de 1674, evoca por primera vez las minúsculas formas de vida que observó en las aguas de un lago cerca de Delft. Después de haber mencionado de nuevo estas criaturas en dos cartas, una del 20 de diciembre de 1675 y otra del 22 de enero de 1676, en una extensa carta de diecisiete hojas, fechada del 9 de octubre de 1676, describe lo que actualmente denominamos protozoarios, especialmente los ciliados a los que se alimentan de las algas (Euglena y Volvox).[30] [31]
Describe numerosos organismos cuya determinación es más o menos posible en la actualidad: Vorticella campanula, Oicomonas termo, Oxytricha sp.,[30] Stylonychia sp., Enchelys, Vaginicola, Coleps.[31] En una carta del 1 de junio de 1674 enviada a Henry Oldenburg, secretario de la Royal Society, van Leeuwenhoek acompaña unas muestras de los organismos que había observado. Pero estas observaciones son recibidas con escepticismo por los científicos de la época, por ello, adjunta a una carta del 5 de octubre de 1677 el testimonio de ocho personas (pastores, juristas, médicos), que afirman haber visto esos numerosos y variados seres vivos.[32] También recibe el apoyo de Robert Hooke (1635-1703), que, en su Micrographia, ofrece la primera descripción publicada de un microorganismo, y que, en la sesión del 15 de noviembre de 1677 de la Royal Society, afirma la realidad de las observaciones de van Leeuwenhoek.[32] El traductor de las cartas que aparecen en Philosophical Transactions, la publicación de la Royal Society, denomina a estos organismos animálculos.[33]
El descubrimiento de los espermatozoides
En 1677 menciona por primera vez los espermatozoides en una carta enviada a la Royal Society, en la que habla de animálculos muy numerosos en el esperma.[34]
Leeuwenhoek fue consciente de que sus observaciones, que mostraban que en la semilla contenida en los testículos estaba el principio de la reproducción de los mamíferos, iba a chocar con el paradigma de su época, porque sus observaciones estaban en contra de las tesis desarrolladas por grandes sabios de la época, como William Harvey (1578-1657) o Regnier de Graaf (1641-1673).[17]
Leeuwenhoek y la generación espontánea
Van Leeuwenhoek también es conocido por oponerse a la teoría, por aquel entonces en vigor, de la generación espontánea. Junto con el italiano Francesco Redi (1626-1697) y otro neerlandés, Jan Swammerdam (1637-1680), hace numerosas observaciones sobre los insectos y sobre su reproducción.
Aunque al principio de sus observaciones no parece estar en contra de esta teoría, realizando unos estudios a mediados de los años 1670 diseca piojos y observa pequeñas crías de estos insectos en los huevos que se encuentran en el cuerpo de las hembras.[35] Realiza experiencias similares con pulgas y sus huevos, aunque no logra reconocer a las pulgas al ver sus larvas, a pesar de las observaciones publicadas por Swammerdam unos años antes.[36] Años mas tarde volvería a estudiar estos animales.
Estuvo interesado, a principios de 1679, por la presencia de un gusano (Fasciola hepatica) en el hígado de cordero, y, como Redi y Swammerdam, no comprende el complejo ciclo vital del animal, que no sería dilucidado hasta muchos años después.
Otras observaciones
El interés de van Leeuwenhoek se dirige hacia objetos muy variados, y aparentemente no sigue un plan predefinido. Sus observaciones en el campo de la zoología son numerosos, pero también en botánica, química, microbiología, física, fisiología y medicina.[37]
Leeuwenhoek observa que el gusano del vinagre (Anguillula aceti) es vivíparo, otra prueba que confirma su oposición a la teoría de la generación espontánea.[34]
Estudia los glóbulos rojos de numerosos animales y del ser humano, así como el riego sanguíneo y los capilares de la cola de los renacuajos, de las patas de las ranas, de la aleta caudal de las anguilas y del ala de los murciélagos.[37]
Describe la estructura de diversas faneras: plumas de varias especies de aves, pelos y piel de oso o escamas de peces.[37]
Como otro microscopistas de su época, estudia la anatomía de numerosos insectos como las abejas, moscas pequeñas, pulgas, chinches o gusanos de seda. Es el primero en observar las diferentes posturas de las larvas de los mosquitos (Culex y Anopheles).[37]
En botánica, estudia la estructura de las hojas y de la madera de diversas especies. Se interesa por la relación entre la estructura de diversas especies y su gusto (café, pimienta, té, nuez moscada, jenjibre, salvia, etc.[37]
No todas las observaciones de van Leeuwenhoek se dirigen hacia los seres vivos. Estudia y describe la pólvora antes y después de su combustión,[37] o la estructura de diversos metales así como rocas, cristales, sales y otros objetos.[37]
Van Leeuwenhoek, en una carta fechada el 25 de abril de 1679, ofrece la que probablemente sea la primera estimación de la población máxima que podría alcanzar la Tierra. Se basa en la densidad de Holanda en su época (120 personas por kilómetro cuadrado), y considera que la Tierra podría acoger hasta 13,4 mil millones de seres humanos.[38]
Opinión de los historiadores
Julius von Sachs (1832-1897) en su Historia de la botánica dice que «Todos estos trabajos de botánica están marcados de un carácter superficial que testimonia ocupaciones puramente accidentales y pasajeras; el interés que manifestaba hacia los problemas de la filosofía de la naturaleza que reinaba en la época de la que hablamos, en particular los que tocan al dominio de la teoría de la evolución, la curiosidad pura y el deseo de abordar cuestiones misteriosas e inaccesibles para la mayoria, llevaron a Leeuwenhoek a emprender los estudios de los que hablamos. Pero no supo coordinar los resultados de sus observaciones para hacerse una idea exacta de la estructura vegetal en conjunto.»[39] Sachs reconoce sin embargo la calidad de las observaciones de van Leeuwenhoek que demuestran, según él, la gran potencia de las lentes realizadas por el sabio neerlandés.
Para Julius Victor Carus (1823-1903) en su Historia de la zoología: «Fue de alguna manera el primero de estos aficionados que no demandan del microscopio más que un tranquilo entretenimiento. [...] Casi no hay sistemas anatómicos que Leuwenhœck [sic] no hubiera enriquecido con hechos importantes». Para Carus, «No hicimos apenas progresos desde él hasta O. F. Muller».[40]
Aunque existía la creencia de que van Leeuwenhoek trabajaba de una manera que era esencialmente indisciplinada, utilizando métodos poco ortodoxos y faltos de refinamiento y objetividad, o incluso poniendo en duda la atribución de algunas de sus observaciones, las investigaciones actuales muestran que, por el contrario, realizaba sus trabajos a conciencia, registraba sus observaciones con meticulosa diligencia y tenía una capacidad clara de establecer procedimientos experimentales racionales para su época y contaba además con una buena voluntad para elevarse sobre las opiniones existentes y abandonar creencias anteriores a la vista de las evidencias.[22]
Medalla Leeuwenhoek
Desde 1877 la Real Academia Neerlandesa de las Artes y las Ciencias (Koninklijke Nederlandse Akademie van Wetenschappen, KNAW) otorga en su honor la Medalla Leeuwenhoek. Se concede cada diez años al científico que haya realizado la contribución más significativa a la microbiología durante la década precedente.
Referencias
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Bibliografía adicional
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Enlaces externos
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