- Ashran el Nigromante
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Ashran el Nigromante
Ashran Personaje de Memorias de Idhún Creador(es) Laura Gallego García Información Alias el Nigromante Raza Humano Sexo Masculino Ocupación Nigromante, encarnación divina Pareja(s) Manua Hijos Kirtash Residencia Torre de Drackwen Nacionalidad Idhunita Ashran el Nigromante era un mago adorador del Séptimo, que acabó hablando y siendo poseído por él.
A Ashran se le describe como alto y fornido, con el aspecto de un hombre de mediana edad. Al igual que su cabello, sus ojos eran plateados. Resultaría atractivo de no ser por sus fríos ojos, que oculta bajo lentillas magicas para evitar descubrir su identidad, ya que cualquier shek que los mirara lo averiguaria. Su caracter es frío, retorcido, y malvado. Ni que decir tiene que este es el aspecto que presentaba tras haber sido poseeido por el Séptimo, pudiendo presentar cambios con su forma original.
En principio Ashran era un mago normal, que destacaba por su talento y desmesurada ambición. Se convirtió en adorador del Séptimo dios, y averiguó que Talmannon (con quien posee un increíble parecido) era una de sus encarnaciones. Convenció al Custodio para que lo dejara invocarlo, y así averiguó cómo ponerse en contacto con el dios.Fue al Gran Oráculo, donde mantuvo una relación con la oyente Manua que no termina de estar clara. A través de ella habló con el Séptimo, y acabó inmolándose en él para que la esencia divina se fusionara con su alma.
Tras ese momento, pese a conservar su identidad, adquirió los recuerdos, el carácter y parte de los poderes del Séptimo. No obtante, todo ello estaba compartido con los del propio Ashran.
Poco más tarde, durante la Conjunción Astral, en cuya realización influyó decisivamente, Ashran utilizó los poderes de El Séptimo y abrió la Puerta Dimensional entre Umadhún, el mundo muerto donde habían sido exiliados los sheks, e Idhún. Así, los sheks y szish accedieron a Idhún, mientras que misma fuerza destruía a los únicos que podían derrotarlos, los dragones y a los que habían derrocado a Talmannon, los unicornios.
Conocedor de que se había formulado contra el una profecía, y que el ultimo dragon y el ultimo unicornio supervivientes, que eran quienes podían derrotarle, habían sido enviados a la Tierra, decidió formular su propia profecía, añadiendo que un shek les abriría la puerta. De esta manera, y dado que los sheks, dragones y unicornios idhunitas no podían viajar a la Tierra, se aseguraba de que no le atacarían de manera inmediata. El mismo bloqueo la Puerta interdimensional, de forma que poco después de la Conjunción Astral nadie podía pasar sin su permiso.
Pese a todo ello, el mundo consideró que no era más que un poderoso nigromante renegado y aliado con las serpientes, ya que el único que sabía que era una encarnación del Séptimo era el señor de los sheks, Zeshak, al que usaba para controlar a su raza, y, a través de ella, al resto del mundo.
Una vez con el poder, no tardó en controlar todo Idhún, ayudado por sheks y szish. Solo se le resistieron la torre de Kazlunn y el bosque de Awa. Situó su base en la abandonada torre de Drackwen, lugar de origen de los Archimago, rodeado del bosque de Alis Lithban, que no tardó en marchitarse tras la desaparición de los unicornios.
No contento con el poder, decidió acabar con los miembros de la profecía. Durante la Conjunción Astral, secuestró a su hijo Kirtash, que estaba con su madre en una cabaña de Alis Lithban. Tras intentar fusionarlos con cada uno de los hijos de Zeshak y Sheziss, lo consiguió con el último. El híbrido fue entrenado durante años para su misión en la Tierra. Una vez allí, se dedicó a buscar a los miembros de las profecías para asesinarlos, así como iba matando a los magos idhunitas exiliados. Ashran puso a disposición de su hijo un pequeño ejército de humanos y szish, así como algunos y valiosos magos, de los cuales el último fue Elrion.
Pese al fracaso de Alemania, le permitió continuar en solitario, y también el capricho de cantante que le entró. Cuando se enteró del amor que surgió entre Kirtash y Victoria, lo permitió, mientras que eso no impidió que cumpliera su misión. También lo hizo cuando se enteró de que era el último unicornio, a condición de que acabara con el dragón.
Tras enviar a Gerde, y que esta se enterara de los tratos de Kirtash, decidió extraer de él sus sentimientos humanos. Con Gerde atacando y obligando a Victoria a quitarse el Shiskatchegg, acabó consiguiéndolo. Pero incluso sin amarla, Kirtash siguió protegiendo a Victoria, convenciendo a su padre de que aún podía serles útil; y lo fue, indudablemente, ya que la energía que se le extrajo revitalizó Drakwen. Con ese poder acabaría poco después con la torre de Kazlunn.
Desgraciadamente, Shail volvió a despertar a Kirtash, que traicionó a su padre y reunió a la Resistencia, que, tras pasar por Limbhbad y la torre de Kazlunn, se reunió en el bosque de Awa.
A partir de ese momento, Ashran no dejó de vigilarlos, conociéndolos y buscando sus puntos débiles. Cuando finalmente, justo antes de la batalla de Awa, Kirtash y Jack fueron a atacarlo, los redujo sin demasiado esfuerzo. Como acto seguido destruyó las flores lelebin, y con ella el escudo del bosque de Awa, mediante el Triple Plenilunio.
Lo que en realidad esperaba era la llegada de Victoria, a quien engañó para enviar a Kirtash y Jack a Limbhad, para así poder quedarse con el cuerno de Lunnaris.
Después de que Zeshak trajera nuevamente a Kirtash y Jack a Idhún, entre los tres acabaron con él, clavándole el báculo de Ayshel y a Haiass y abrasándole con una llamarada de Yandrak. Tras su muerte, se cumplió la profecía, pero el espíritu del Séptimo quedó libre.
Sus cenizas fueron puestas en una urna que Qaydar llevó a la cripta del Monte Lunn pero, tras el derrumbamiento de esta, probablemente se perdieron.
Categoría: Personajes de Memorias de Idhún
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