Semana Santa en Baeza

Semana Santa en Baeza

La Semana Santa en Baeza es la conmemoración anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo llevada a cabo a través de los cultos externos de las corporaciones penitenciales de la ciudad —a quienes se añade una gloriosa— con ocasión de la celebración litúrgica de la Pasión y la Pascua en el seno de la Iglesia Católica.

Entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección veintiuna hermandades (tres de gloria y dieciocho de penitencia) efectúan diecinueve procesiones con un total de treinta y tres pasos. Tan extensa nómina cofrade no sólo da cuenta de la importancia de la Semana Santa en la vida actual de la ciudad, sino que nos habla del rico pasado conventual de Baeza durante la Baja Edad Media y la Edad Moderna, cuando era una de las mayores urbes agrarias y manufactureras del Alto Guadalquivir, además de sede episcopal y de la Universidad teológica Santísima Trinidad.

En su configuración actual la Semana Santa en Baeza está regulada por la Agrupación Arciprestal de Cofradías en el seno de la cual se deciden los horarios e itinerarios a seguir por las distintas hermandades en cada una de sus procesiones. La Agrupación es la responsable de publicar estos datos y de velar por su cumplimiento. Para posibilitar este cometido todas las cofradías —según el horario acordado— han de pedir venia de paso por la carrera oficial establecida al efecto —situada, en 2011, en la mitad baja de la calle S. Pablo.

La Semana Santa de Baeza fue declara Fiesta de Interés Turístico Nacional (de España) en 1980. Su Procesión General fue retransmitida en directo por TVE en 1975. De nuevo, el Jueves y Viernes Santo de 1999, TVE hizo dos retransmisiones en directo de sendas procesiones, para lo cual se dividió ad hoc la participación en las mismas de las corporaciones penitenciales de la ciudad.

La Borriquilla ante la parroquia de S. Pablo en 2009

Contenido

Historia

Primer Impulso Fundacional: Corporaciones Penitenciales de 1540 a 1563

La primera referencia a una devoción pasionista corporativa en la ciudad nos habla de la fundación de la hermandad del Cristo de La Yedra (crucificado proveniente del convento de S. Francisco) por el obispo R. Fernández de Narváez en 1411, hace seis siglos. Sin embargo, la primera corporación plenamente penitencial sería la cofradía de la Vera+Cruz, establecida también en la casa franciscana hacia 1540, con estatutos confirmados por el ordinario diocesano en 1555 y que realizaba estación de penitencia en la tarde del Jueves Santo. Esta fundación marca el inicio de la primera etapa en la historia de las corporaciones semanasanteras de la ciudad (más o menos coincidente con el período en que se celebran las sesiones del concilio de Trento) y que se extiende a través de las siguientes fundaciones:

  • Las Angustias, probablemente en el convento de Mínimos de la Victoria entre 1550 y 1551, y que haría procesión el Viernes Santo por la tarde;
  • La Soledad de Sto Domingo (1550, denominada Sto Sepulcro desde mediados del s. XIX) que llevaría a cabo su procesión penitencial el Viernes Santo por la noche;
  • Ntra Sra de La Cabeza, hermandad de gloria fundada en el convento de La Merced en 1553 y que procesionaría el Domingo de Resurrección;
  • La Humildad, establecida en la Trinidad Calzada en 1563 (coincidiendo con el final del concilio de Trento) con estación de penitencia el Jueves Santo por la tarde.

Las primeras hermandades marcarían la pauta de lo que habría de ser este movimiento asociativo durante la Edad Moderna: un grupo de fieles laicos que se gobernaban a sí mismos, reunidos en torno a una advocación pasionista a cuya devoción celebraban una serie de cultos anuales (el más propio de los cuales era la estación de penitencia en diversos templos de la ciudad, en la que los hermanos de sangre se disciplinaban) y que poseían capilla propia en la iglesia conventual en la que residía la corporación; lugar en el que realizaban sus cultos y enterraban a sus hermanos difuntos. Así pues, la promoción de un cierto culto público y la celebración de exequias y sufragios funerarios eran las notas distintivas de estas corporaciones, generalmente integradas por individuos que precisaban de este tipo de asociación para costearse un nivel de exequias y sufragios a los que no tendrían acceso por la cuantía de su propia hacienda. Del mismo modo, las hermandades colaboraban al sustento de las órdenes mendicantes que las acogían merced a los estipendios que ofrecían por la celebración de sus cultos de reglas; de aquí la estrecha relación (e interdependencia) entre órdenes y hermandades al menos hasta que se cumpla el primer tercio del s. XIX.

Segundo Impulso Fundacional: Corporaciones Penitenciales entre 1587 y 1603

Veinticuatro años separan los dos impulsos fundacionales originales del mundo cofrade baezano; los que trascurren entre el ya mencionado establecimiento de La Humildad y el de El Paso en el convento de Carmelitas Descalzos de S. Basilio en 1587. Esta corporación celebraba estación de penitencia en la madrugá del Viernes Santo y su fundación fue inmediatamente seguida de otros tres hitos en la historia cofrade de Baeza:

  • La aprobación de los estatutos propiamente penitenciales de la ya existente cofradía de La Yedra (1592),[1] que sin obligarse a realizar estación de penitencia anual, la llevaría a cabo (cuando así lo decidiera) en la tarde del Miércoles Santo;
  • El establecimiento de La Expiración en el convento de La Merced en 1603, con estación penitencial y Sermón de las Siete Palabras en las primeras horas de la tarde del Viernes Santo y
  • La erección de La Sangre, segunda corporación (tras La Humildad) fundada en la casa baezana de la Trinidad Calzada en 1603 ó 1605 y que realizaría procesión de penitencia el Jueves Santo en la noche.

Tercer Período Fundacional: de 1605 a mediados del s. XVIII

A excepción de la mencionada cofradía nobiliaria de La Expiración, que parece no haber sobrevivido a la mitad de siglo, la vida de todas las corporaciones hasta aquí referidas continúa y se expande a lo largo del s. XVII con la hechura de algunas nuevas imágenes cristíferas y particularmente marianas. En lo tocante a las nuevas fundaciones del período, he aquí el probable orden de las mismas:

  • Parece lógico que la hermandad de La Columna abriera este período —sin que podamos asegurar el año exacto— ya que poseemos noticias de su imagen titular a partir de 1648. En cualquier caso, parece ser la primera corporación baezana fundada en una parroquia —la de San Vicente Mártir.
  • Cincuenta años más tarde (1698) se establece La Caída, también en el convento carmelita de S. Basilio: única fundación del período para la que, a día de hoy, tenemos fecha precisa.
  • Finalmente, parece probable que esta etapa final de fundaciones penitenciales durante la Edad Moderna se completara con la erección de la hermandad de Jesús Rescatado (actualmente denominada El Rescate), que se habría establecido en el convento de los Trinitarios Descalzos poco después de 1736.[2]

Intervencionismo de la Monarquía y Crisis: de mediados del s. XVIII a 1836

El Cristo de La Expiración abandona la parroquia de S. Pablo

El resto del Siglo Ilustrado y los primeros años del s. XIX no son favorables a la fundación de nuevas instituciones penitenciales. De hecho, en la segunda mitad del s. XVIII las hermandades de penitencia habrán de hacer frente al intervencionismo de la monarquía de Carlos III que prohibe la presencia de disciplinantes en los cortejos (1777) e impone severas restricciones a la penitencia pública, a la vez que extiende su control sobre el mundo cofrade al demandar un laborioso proceso de visado de las antiguas reglas corporativas ante el Consejo de Castilla (proceso sustanciado en su mayor parte bajo el reinado de Carlos IV). También durante este período comienza a legislarse en contra del enterramiento dentro de las iglesias, privando a las hermandades de una de sus principales funciones y razones de ser en la mentalidad de la sociedad en la que habían surgido.

En consonancia con las medidas del intervencionismo ilustrado es de notar aquí la renovación de estatutos llevada a cabo por la hermandad de Las Angustias en 1785. Con las nuevas reglas se deja de realizar la ceremonia del desenclavamiento que precedía a su estación penitencial del Viernes Santo por la tarde, a la vez que la hermandad sustituye los pasos de la urna acompañado por la Soledad de María por un único grupo de la Piedad.

A principios del s. XIX la crítica situación a la que el intervencionismo regalista había llevado a las hermandades se intensifica con la dominación napoleónica y los lamentables estragos que supuso en la ciudad. No obstante, tras la Francesada el reinado de Fernando VII se presenta más favorable a instituciones tradicionales como lo son las hermandades de penitencia, momento en el que se refunda en Baeza La Expiración (1830).

Sin embargo, muy pronto suena la hora de la crisis más aguda y en 1836 —bajo la regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias— la Desamortización del ministro Mendizábal da lugar a la abolición de los conventos en los que residían nuestras hermandades, que ante esta situación —y ya de por sí debilitadas por las circunstancias más arriba mencionadas— se ven obligadas a tomar cuantos enseres pueden reunir, a abandonar en muchos casos capillas propias que ya no podían mantener (Vera+Cruz, Soledad, Humildad, Caída) y finalmente a encontrar en la ciudad casas religiosas supervivientes o parroquias en las que poder radicarse con sus imágenes titulares.

Revitalización: De la Creación de la Semana Santa a su Destrucción, 1836-1936 (Romanticismo y Costumbrismo)

Asentadas nuestras hermandades en nuevas sedes, desaparecidos los disciplinantes en sus cortejos y privadas de la capacidad de ofrecer a sus cofrades un lugar de enterramiento, los cuarenta del s. XIX apuntan hacia la aparición de las cofradías del período romántico, elementos constituyentes del primer episodio de la semana santa tal y como la concebimos hoy. El consistorio municipal empezará a intervenir en la gestión de las procesiones que, de algún modo, comienzan a verse no sólo como ejercicios de piedad pública sino como la más destacada celebración colectiva de la ciudad. Así, desde mediados del s. XIX se apoya y subvenciona la realización de la Procesión General, que a la caída de la tarde del Viernes Santo agrupaba en un solo cortejo y por orden de Pasión a todas las hermandades que habían hecho procesión penitencial durante ese día y los precedentes. Este nuevo cortejo lo cerraba la urna de La Soledad de Sto Domingo, que de acuerdo con la posición de preeminencia que su paso de Cristo adquiere en La General parece abandonar su antigua titulación mariana para adoptar la de Sto Sepulcro que aún ostenta en la actualidad. Sabemos además que en 1906 el título de La Soledad ya había pasado en Baeza a la dolorosa del hospital de La Concepción que bajo esta advocación venía a cerrar la noche del Viernes Santo. Parece pues lógico que esta última procesión —origen de la actual corporación homónima— se hubiera celebrado de igual manera desde que, con el incio de La General, La Soledad de Sto Domingo se transformara en Sto Sepulcro. Es también en esta época cuando comienza a interprestarse (1860) en la s.i. catedral el Miserere que para ella compuso Hilarión Eslava, y que aún hoy constituye uno de los hitos de la semana santa baezana cada Martes Santo.

Este estado de cosas —en la segunda mitad del s. XIX— parece precipitar de manera cada vez más clara en una mentalidad que cultiva lo espectacular de los cortejos más allá de su aspecto meramente penitencial. Así, a partir de los sesenta, el gusto por las procesiones de "penitentes" (que ya no de disciplinantes) da lugar en Baeza a la reavivación de las hermandades tradicionales (tanto la Vera+Cruz como La Humildad y La Caída abren nuevos libros de actas —inexistentes al menos desde que abandonan sus capillas originales— o incluso redactan nuevos estatutos), junto a la aparición de nuevas corporaciones creadas en torno a pasos secundarios de aquellas mismas hermandades; pasando así a multiplicarse el número de las procesiones:

  • La Oración en el Huerto, misterio de La Sangre desde 1628, parece constituirse como hermandad en 1878, celebrando su procesión en la tarde del Domingo de Ramos que de este modo queda incluido en las celebraciones pasionistas;
  • El Mandato, paso que formaba parte del cortejo penitencial de La Humildad ya en 1651, en 1882 empieza también a procesionar el Domingo de Ramos;
  • El Descendimiento, probablemente desgajado de Las Angustias, parece erigirse como corporación pasionista en 1893 para celebrar su procesión en la tarde del Viernes Santo; y
  • La Lanzada, hermandad constituida en torno al crucificado de La Vera+Cruz (cuyo Nazareno queda como titular cristífero) comienza su andadura independiente a partir de 1927, aunque se siguiera haciendo en la "madrugá" la procesión conjunta de ambas corporaciones.

En este contexto se produjo además la fundación ex novo de El Resucitado (1910) ganándose así el Domingo de Resurrección para la celebración pasionista baezana.

Así las cosas, bajo la Dictadura de Primo de Rivera se llega a la cumbre de la semana santa como fiesta cívico-religiosa, que en Baeza empieza a copiar formas tomadas de la ciudad de Sevilla que por entonces −y de acuerdo con la imagen creada por el costumbrismo− vive su apertura al turismo internacional en los prolegómenos de su Exposición Iberoamericana. En este contexto, se presentan para su aprobación episcopal las reglas de La Soledad (1930) y hace su aparición el primer paso procesionado a ruedas (Nazareno de la Vera+Cruz, 1931).

Nos encontramos ante una semana santa que nos atrevemos a llamar burguesa por la posición socio-económica de muchos de sus dirigentes, por el papel que la celebración juega en la vida de la ciudad y por la destacada intervención del consistorio municipal en la misma. Estas realidades, combinadas con la conversión de La Sangre, El Descendimiento y La Expiración en sociedades católicas de mutuas laborales, granjean a las hermandades la animadversión de los movimientos políticos de la Izquierda. De este modo, y merced al clima de enfrentamiento social vivido durante los años de la II República, encuentran explicación tanto el ataque sufrido por la cofradía de La Sangre durante su procesión de 1934, como la negativa de las hermandades a procesionar en la semana santa de 1936 y, finalmente, la destrucción de las imágenes (especialmente valiosas eran las de La Columna, La Lanzada —ambas del s. XVII— y El Rescate —s. XVIII) y enseres de muchas de ellas como respuesta de ciertos activistas de Izquierda a la sublevación militar del 18 de julio de dicho año.

La Reconstrucción de la Semana Santa en el contexto del Franquismo y la Transición: 1939-1979

Acabada la Guerra Civil Española —y dado que el nuevo régimen político vuelve a respaldar las actividades cofrades— casi todas las energías del momento se vierten en una reconstrucción del patrimonio perdido al comienzo de la contienda. En lo tocante a las imágenes, se recuperaron las consideradas de mayor devoción a expensas del gobierno de la ciudad —que crea al efecto la Federación Municipal de Cofradías presidida por el propio alcalde desde 1944. La hechura de las mismas —confiada en su mayoría a la gubia del joven imaginero Amadeo Ruiz Olmos— se extiende hasta 1948, recuperándose merced a este expediente todas las hermandades anteriores a excepción de El Mandato (que a día de hoy continúa sin vida alguna) y La Lanzada (que resurge más tarde). En 1945 —continuando el recurso a la escisión de corporaciones característico de la etapa anterior— se funda la hermandad de La Fervorosa en torno a la dolorosa titular de La Sangre, resultando en una exitosa estrategia para focalizar la energía reconstructora. Los cuarenta, cincuenta y primeros sesenta del s. XX representan pues la profundización de la semana santa como ejercicio de piedad con esa dimensión de gran fiesta urbana que había adquirido en el perído anterior; todo ello en el contexto del nacional-catolicismo patrocinado por el régimen del general Francisco Franco.

En 1957 da sus primeros pasos la hermandad de La Borriquilla —única ex novo del período— iniciando el cénit del impulso reconstructor ahora ya como iniciativa enteramente sufragada por las corporaciones y que se extiende hasta mediados de los sesenta, caracterizándose por una renovación del aparato procesional (principalmente tronos) junto al resurgimiento (1961) de la antigua hermandad de La Lanzada —ahora bajo la advocación de El Calvario— y la hechura de los nuevos: yacente para el Sto Sepulcro (1962) y dolorosa para La Caída (1963). Al mismo tiempo, y con origen a fines de los cuarenta, se estaba produciendo la sustitución por ruedas de los portadores de paso asalariados, en disminución paralela al éxodo agrario de los cincuenta y sesenta del s. XX.[3]

La segunda mitad de los sesenta, y sobre todo la década siguiente, suponen una cierta relativización del esencial catolicismo de la sociedad española, que se ve reflejado en una menor adhesión de la generación ascendente al movimiento cofrade. En Baeza, este período no presenta ni nuevas fundaciones ni nuevas imágenes titulares; llegando incluso la hermandad de La Oración en el Huerto a no procesionar durante varios años consecutivos; mientras, los mayores proyectos cofrades se limitan a la renovación de algunos tronos y hábitos procesionales. Así las cosas, en el año 1967 se vio por última vez en Baeza —y bajo las trabajaderas del Señor de El Paso— la labor de una cuadrilla de portadores profesionales; y en 1974, a impulsos de algunos cofrades, se funda la Federación de Cofradías con lo que las labores de coordinación de las corporaciones pasionistas quedan oficialmente desligadas del gobierno municipal.

Mención propia en este período merece la interpretación del Miserere de Eslava, que en los cincuenta y sesenta alcanzó —de la mano del director Francisco de la Poza Robles— la maestría y el renombre que lo han acompañado desde entonces. También en el apartado musical, los sesenta ven aparecer las primeras bandas de apertura costeadas por hermandades: principal bandera de enganche para una nueva generación cofrade en las que sus componentes solían tocar la percusión —e incluso a veces las cornetas— vistiendo el hábito estatutario.

La Semana Santa Actual: 1980-2011

La penúltima étapa en esta brevísima historia de las hermandades pasionistas de Baeza está representada por la labor de la generación de los ochenta y noventa; una generación que vuelve a adherirse con confianza al movimiento cofrade, habiendo dejado tras ella las siguientes realizaciones:

  • fundación de tres nuevas hermandades; a saber, La Misericordia (1980), La Buena Muerte (1982) y La Santa Cena (1985);
  • recuperación, en gran medida, de los pasos portados a hombros de los cofrades —andas de La Columna (1981), La Sangre (1984), La Fervorosa (1987), El Rescate (1988), El Sto Sepulcro (1989), La Humilad (1990), La Misericordia (1994) y La Borriquilla (1996), y pasos a costaleros de la Vera+Cruz (1987), La Caída (1988), La Oración en el Huerto (1994), La Santa Cena (1994), La Expiración (1994), El Descendimiento (1997) y La Soledad (1998);
  • la ampliación del número de titulares marianas de las corporaciones —Vera+Cruz (1982), Columna (1986), Sta Cena (1989), Calvario (1990), Sto Sepulcro (1990) y Borriquilla (1998);[4]
  • y el creciente peso relativo de la Federación de Cofradías que, en su capacidad de gestor de la promoción turística de la celebración, consiguió su declaración de Interés Turístico Nacional (1980). Más tarde el mismo organismo, y a instancias de la mayor parte de las hermandades —que encotraban difícil realizar una segunda procesión con sus pasos ahora a hombros de los cofrades— abolió la Procesión General (1992) reemplazada por una carrera oficial. Finalmente, desde 1993 la Federación pasó a denominarse Agrupación Arciprestal de Cofradías de acuerdo con sus nuevos estatutos exigidos y aprobados por el obispo de Jaén Santiago García Aracil.

Buena parte del entusiasmo de esta generación fue inspirado por la incansable labor docente e investigadora del profesor de E.S., doctor y académico Rafael Rodríguez-Moñino Soriano (1938†2005), historiador de las corporaciones penitenciales baezanas por antonomasia.[5]

Finalmente, durante la primera década del s. XXI se ha producido un cierto relevo generacional en la vida de las hermandades que, junto a la continuación de la labor realizada por la generación anterior, ha dado ya muestras de frutos propios:

  • La presencia (ya iniciada en los noventa) cada vez mayor de la mujer en las instancias de decisión cofradiera;
  • La apertura al mundo cofrade andaluz y nacional a través de las confraternidades de hermandades de una misma advocación —sin olvidar el uso de Internet;
  • La consolidación del asociacionismo cofrade —tertulia cofrade El Capirote, programa de horarios e itinerarios Stabat Mater, I y II Encuentro Local de Jóvenes Cofrades, colectivo Corderos Cofrades;
  • El establecimiento, a partir de la larga experiencia supuesta por las bandas de apertura, de varias bandas uniformadas de cornetas y tambores[6] y de una agrupación musical; la fundación de la Banda Sinfónica Ciudad de Baeza que junto a la Banda de Música de Baeza tiene una destacada participación en los cortejos procesionales;
  • La racionalización de recursos humanos a la hora de portar los pasos (reducción del número de portadores en tronos ampliados durante los noventa —La Columna en 2007, el misterio de La Borriquilla en 2008, su palio en 2009 y La Misericordia y el palio de La Humildad en 2011);
  • Y (también desde los noventa del s. XX) la paulatina pero clara conformación de los cortejos procesionales de acuerdo con el canon cofradiero básico de la semana santa sevillana —multiplicación de las insignias e introducción de cortejos litúrgicos ante los pasos.

La Semana Santa Día por Día (2011)

Domingo de Ramos

  • La Borriquilla (mañana)
La Hermandad de Jesús en su entrada en Jerusalén y María Santísima de Esperanza y Caridad reside en la iglesia de S. Ignacio desde la que hace procesión a la s.i. catedral con dos pasos:
  1. Jesús entrando en Jerusalén a lomos de un borrico (2003) aclamado por una mujer con su hijo y otro niño (2006) obras José Dueñas Rosales (Málaga)
  2. Virgen gloriosa bajo palio obra de Jesús Carlos Guerra del Moral Santos (Almodóvar 1998) reformada por José Dueñas (Málaga 2008)
La Santa Cena en la Plaza de Sta. María
  • La Santa Cena (tarde)
La Cofradía del Santísimo Cristo del Amor en su Santa Cena y María Santísima de la Paz reside en la s.i. catedral desde la que hace procesión de penitencia con dos pasos:
  1. Cristo rodeado del colegio apostólico instituyendo la Eucaristía obra de Manuel Hernández León (Sevilla 1988-92/97)
  2. Mater dolorosa bajo palio obra de Manuel Hernández León (Sevilla 1989)
La Cofradía de la Sagrada Oración en el Huerto de los Olivos reside en la parroquia de Sta María del Alcázar y S. Andrés Apóstol y realiza procesión de penitencia con un paso:
  1. Jesús en el huerto de Getsemaní (arrodillado en actitud orante) reconfortado por un ángel. El Cristo es obra de Pedro de Zayas (Úbeda 1627) aunque los rasgos de estilo en cabeza y manos responden a una intervención de h. 1900. El ángel confortador es obra de Manuel Madroñal Isorna (Sevilla 2009).

Lunes Santo

La Hermandad Penitencial del Stmo. Cristo de la Misericordia y de la Madre de Dios reside en la capilla de S. Juan Evangelista de la antigua universidad. Hace procesión de penitencia con un paso:
  1. Cristo en la cruz implorando el perdón del Padre para sus ejecutores: talla anónima renacentista (último tercio del s. XVI) restaurada por Constantino Unghetti Álamo (Jaén 1981) y policromada por Juan Abascal Fuentes (Sevilla 1981).[7]

Martes Santo

La Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte posee capilla propia bajo la advocación de Sta Ana (s. XVI) pero hasta finalizar sus obras de restauracion realiza procesión de penitencia —a la parroquia de S. Pablo— desde el convento de clarisas de S. Antonio de Padua. Un paso:
  1. Cristo muerto en la cruz obra de Miguel Ángel Pérez Fernández (Sevilla 1984)

Miércoles Santo

La Caída a su paso por Carrera Oficial
  • La Columna (tarde)
La Cofradía Religiosa del Santísimo Cristo de la Columna y María Stma de la Salud, Amargura y Esperanza (Ntra Sra de las Lágrimas) está establecida en la parroquia de El Salvador desde la que realiza procesión de penitencia con dos pasos:
  1. Cristo amarrado a la columna mientras un centurión ―con la corona de espinas en la mano― detiene al sayón a la vez que tiende la clámide púrpura. El Cristo fue tallado por Amadeo Ruiz Olmos (Córdoba 1948) y policromado por Juan Abascal Fuentes (Sevilla 1984). El centurión (2007) y sayón (2008) son obra del cordobés Alfonso Castellano Tamarit.
  2. Mater dolorosa bajo palio obra de Luis Álvarez Duarte (Sevilla 1986)
  • La Caída (noche)
La Hermandad y Cofradía Perpetua de Jesús Nazareno de la Caída y María Santísima de Gracia y Esperanza reside en el convento de Agustinas Recoletas de Sta María Magdalena desde el que hace procesión de penitencia a la s.i. catedral con dos pasos:
  1. Tercera estación del Vía crucis o Jesús en su primera caída soportando —de rodillas— la cruz mientras apoya la mano derecha en una roca. Talla atribuída al círculo de los Mora (Granada s. XVII)[8]
  2. Mater dolorosa bajo palio obra de Bartolomé Alvarado Carrasco (Úbeda 1963)

Jueves Santo

El Cristo de El Rescate ante el antiguo hospital de La Concepción
La Cofradía de Ntro. Padre Jesús del Rescate y María Stma. de la Trinidad reside canónicamente en la parroquia de Sta María del Alcázar y S. Andrés Apóstol, pero realiza procesión de penitencia a la s.i. catedral desde la capilla del antiguo convento de la Trinidad Descalza con dos pasos:
  1. Jesús preso —caminando maniatado— obra de Amadeo Ruiz Olmos (Córdoba 1946) ampliamente reformada[9] por Antonio Dubé de Luque (Sevilla 1995)
  2. Mater dolorosa bajo palio, obra anónima (1942-43) repolicromada por Antonio Dubé de Luque (Sevilla 1994) que encontró en ella semejanzas con la obra de Antonio Illanes Rodríguez.
La Ilustre Cofradía de la Humildad de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de los Dolores del Rosario reside en la parroquia de El Salvador desde la que hace procesión de penitencia con dos pasos:
  1. Un Ecce Homo, talla anónima del último tercio del s. XVI atribuida a seguidores del granadino Pablo de Rojas[10]
  2. Mater Dolorosa bajo palio obra de Manuel Hernández León, Sevilla 1988
    "La Fervorosa"
  • El Calvario (noche)
La Venerable e ilustre Cofradía del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura reside en la iglesia de la Santa Cruz y hace procesión de penitencia con dos pasos:
  1. Cristo vivo en la cruz entre Dimas y Gestas obra de Juan Luis Vassallo Parodi (Madrid 1961-62)
  2. Mater dolorosa bajo palio obra de Juan A. Sánchez Sáez (Baeza 1990)
La Antigua y Venerable Cofradía Religioso-Benéfica y Penitencial del Santísimo Cristo de la Salud reside en la parroquia de Sta María del Alcázar y S. Andrés Apóstol y realiza procesión de penitencia con un paso:
  1. Cristo muerto en la cruz, talla anónima atribuida a Pedro de Zayas (Úbeda, primer tercio del s. XVII) aunque los rasgos de estilo y la policromía actuales responden a una intervención realizada h. 1900.
  • La Fervorosa (noche)
La Real y Fervorosa Cofradía del Santísimo Sacramento y María Santísima en sus Siete Dolores y Mayor Traspaso reside en la parroquia de Sta María del Alcázar y S. Andrés Apóstol y realiza procesión de penitencia con un paso:
  1. Mater dolorosa bajo palio, talla anónima del s. XVII

Viernes Santo

El Cristo de la Vera+Cruz tras pasar la Puerta de Úbeda
La Ilustre y Venerable Cofradía de la Santa Vera+Cruz reside canónicamente en la iglesia de la Santa Cruz y hace procesión de penitencia con tres pasos:
  1. La alegoría del triunfo de la Santa Cruz del orfebre Rafael Moreno (Granada 1972)
  2. Jesús (1945) ayudado a llevar la Cruz por Simón de Cirene (1948), ambas tallas obra de Amadeo Ruiz Olmos (Córdoba)
  3. Soledad de María (bajo la advocación de Virgen de la Aurora) acompañada por S. Juan Apóstol. La Virgen es obra Juan A. Sánchez Sáez (Baeza 1982) reformada por Manuel Hernández León (Sevilla 1988) quien también talló a S. Juan en el mismo año.
En 2011, año del VI centenario fundacional de la hermandad de La Yedra, su crucificado (Amadeo Ruiz Olmos, Córdoba h. 1944) iba a participar de manera extraordinaria como tercer paso en el cortejo penitencial de esta corporación (procesión finalmente suspendida por la lluvia) con la cual La Yedra está hermanada desde 2001.
  • El Paso (mañana)
    El Señor de El Paso por la C/ Sacramento en 2009
La Real, Venerable, Antigua e Ilustre Archicofradía de Ntro Padre Jesús Nazareno y la Cruz de Sta Elena reside en la parroquia de S. Pablo desde la que hace estación de penitencia a la s.i. catedral con dos pasos:
  1. Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario, talla anónima (segunda mitad del s. XVI)
  2. Mater dolorosa (bajo la advocación de La Amargura) acompañada por San Juan Evangelista, ambas tallas de Amadeo Ruiz Olmos (Córdoba h. 1943)
Al finalizar la procesión penitencial se realiza la ceremonia de El Paso o de El Encuentro: dramatización de las estaciones sexta (La Verónica —Amadeo Ruiz Olmos, Córdoba h. 1943— enjuga el rostro de Cristo) y cuarta (Encuentro de Cristo con su Madre) del Via crucis tradicional realizada con las imágenes mismas (sus manos son móviles) cada una en sus propias andas.
  • El Descendimiento (tarde)
La Cofradía del Santísimo Cristo del Descendimiento y María Santísima en su Quinta Angustia reside canónicamente en la parroquia de San Pablo, pero realiza procesión de penitencia desde su casa de hermandad (C/ Aguayo) con un paso:
  1. Cristo (2009) es descendido de la cruz por Nicodemo (2006) y José de Arimatea (2006) en presencia de la Virgen (1999) S. Juan apóstol y las tres marías ‒la de Cleofás (2004) Salomé (2003) y Magdalena (2002)— misterio tallado por Antonio Jesús Dubé Herdugo (Sevilla).
    Ntra Sra de La Soledad ante la torre de Los Aliatares en 2009
La Venerable y Antigua Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración reside en la parroquia de S. Pablo desde la que realiza procesión de penitencia con un paso:
  1. Jesús expirando en la cruz, talla anónima de hacia 1603, atribuida en las últimas décadas al giennense Sebastián de Solís y más recientemente relacionada con Alonso de Mena[11]
  • Las Angustias (tarde)
La Muy Ilustre y Fervorosa Cofradía y Hermandad de María Santísima de las Angustias reside en la parroquia de S. Pablo desde la que realiza procesión de penitencia con un paso:
  1. Una Piedad obra de Juan Ginés Marzagosa (Valencia 1940-41) restaurada y policromada por Juan Luis Vassallo Parodi (1960)
  • El Santo Entierro (noche)
La Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores reside canónicamente en el convento de La Encarnación de las carmelitas descalzas, pero realiza procesión de penitencia desde la s.i. catedral con dos pasos:
  1. Cristo yacente obra de Manuel Rodríguez Delgado (Baeza 1962) restaurado y policromado por Miguel Ángel González Jurado (Córdoba 1991)
  2. Mater Dolorosa bajo palio obra de Miguel Ángel González Jurado (Córdoba 1990)
  • La Soledad (noche)
La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad reside en la iglesia del antiguo hospital de La Concepción (hoy regentado por la orden del Carmelo Descalzo) y hace procesión de penitencia con un paso:
  1. Mater dolorosa bajo palio, talla anónima de escuela granadina (primera mitad del s. XVIII)

Domingo de Resurrección

El Resucitado pasando por la Carrera Oficial
  • El Resucitado (mañana)
La Pontificia y Real Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado y San Cristóbal reside en la parroquia de Sta María del Alcázar y S. Andrés Apóstol desde la que realiza procesión con un paso:
  1. Cristo resucitado saliendo del sepulcro mientras cuatro soldados romanos lo contemplan espantados. Todo el misterio es obra de Amadeo Ruiz Olmos (Córdoba 1947).
La Cofradía de la Santísima Virgen de la Cabeza y Niño Jesús (filial de la real cofradía matriz) reside canónicamente en el convento de clarisas de S. Antonio de Padua, y lleva a cabo dos procesiones:
  1. En la procesión manital la imagen del Niño Jesús (de pie en actitud de bendecir— talla anónima de taller granadino, 1941) es trasladada al convento desde la casa del hermano mayor.
  2. En la procesión vespertina (realizada desde el convento y tras celebrarse el juego de la bandera) al Niño lo acompaña su Madre —de pie sobre una nube en presencia de un pastor arrodillado (talla anónima de taller granadino, 1941). La Virgen regresa al convento, mientras el Niño prosigue hasta la casa del hermano mayor, donde es custodiado el resto del año.

Referencias

  1. Tanto las reglas de La Vera+Cruz, como las de La Humildad, El Paso y La Yedra están trascritas y estudiadas en SÁNCHEZ HERRERO, José (ed.): CXIX Reglas de Hermandades y Cofradías Andaluzas: Siglos XIV, XV y XVI, Universidad de Huelva, 2002
  2. CRUZ CABRERA, José Policarpo: "El imaginario procesional: tradición y vigencia" en MORAL JIMENO, María F. (coord): Baeza, Arte y Patrimonio, 2010, p. 380
  3. http://es.wikipedia.org/wiki/Baeza#Demograf.C3.ADa
  4. V. GARRIDO LEMUS, José Fco.: "El paso de Virgen en las corporaciones penitenciales de Baeza (Transformación de la mentalidad cofrade, 1939-2009)", El Capirote (Cuaderno Cofrade), no. 6, Cuaresma 2009, pp. 76-83
  5. RODRÍGUEZ-MOÑINO SORIANO, Rafael, CRUZ CABRERA, José Policarpo y CRUZ MARTÍNEZ, Damián: Historia Documental de las Cofradías y Hermandades de Pasión en la Ciudad de Baeza, Asociación Cultural Baezana, Jaén 1997
  6. http://humildadypasion.com/
  7. "Obra anónima del último tercio del s. XVI, retardataria en su expresividad, pero con préstamos manieristas del círculo giennense de Cuéllar o Téllez, muy desvirtuada tras la restauración de 1982." CRUZ CABRERA, José P.: "El imaginario procesional: tradición y vigencia" en MORAL JIMENO, María F. (coord): Baeza, Arte y Patrimonio, 2010, p. 381
  8. "Granadina, basada en un modelo de José de Mora, es la magistral efigie del Cristo de la Caída -una de las mejores muestras de esta iconografía en la escultura española-, anterior a 1698; es difícil deslindar de entre el círculo de los Mora su atribución exacta, barajándose la figura de José Risueño, aunque nosotros nos decantamos por el patetismo dulcificado de Diego de Mora. Resalta su cercanía al Cristo caído de Antequera, obra documentada de José de Mora, así como su parecido con los nazarenos cordobeses de Monturque, Benamejí, Almedinilla y Aguilar de la Frontera." CRUZ CABRERA, José P.: "El imaginario procesional: tradición y vigencia" en MORAL JIMENO, María F. (coord): Baeza, Arte y Patrimonio, 2010, p. 381
  9. V. LORITE CRUZ, Pablo Jesús: "El atentado a la imaginería patrimonial religiosa en las últimas décadas. El caso de Amadeo Ruiz Olmos", Trastámara (no. 4, jul-dic 2009)
  10. "El Cristo de La Humildad es una de las primeras formalizaciones procesionales de la iconograía del Ecce Homo, y aunque parece una correcta divulgación de los estilemas tardomanieristas de Pablo de Rojas, su desigual calidad sugiere la intervención en el último tercio del s. XVI de algún maestro bajo el influjo de aquel creador de la imaginería andaluza, bien en el nucleo giennense -Cristóbal Téllez, Salvador de Cuéllar, un temprano Sebastián de Solís-, bien en el taller ubetense de Luis de Zayas." CRUZ CABRERA, José P.: "El imaginario procesional: tradición y vigencia" en MORAL JIMENO, María F. (coord): Baeza, Arte y Patrimonio, 2010, pp. 380-381
  11. "Anónimo es también el excelente Cristo de La Expiración, de 1603, en el arranque del naturalismo barroco andaluz; aunque se ha vinculado con el giennense Sebastián de Solís, creemos más acertada su filiación a un desconocido maestro granadino, a juzgar por la gran relación formal con el Cristo Expirante de la iglesia de Santiago, cercano al primer Alonso de Mena." CRUZ CABRERA, José P.: "El imaginario procesional: tradición y vigencia" en MORAL JIMENO, María F. (coord): Baeza, Arte y Patrimonio, 2010, pp. 381

Bibliografía

  • RODRÍGUEZ-MOÑINO SORIANO, Rafael, CRUZ CABRERA, José Policarpo, CRUZ MARTÍNEZ, Damián y CABRERA CHECA, Sebastián: La escultura de la pasión de Cristo en Baeza, Asociación Cultural Baezana, 1986
  • RODRÍGUEZ-MOÑINO SORIANO, Rafael, CRUZ CABRERA, José Policarpo y CRUZ MARTÍNEZ, Damián: Historia Documental de las Cofradías y Hermandades de Pasión en la Ciudad de Baeza, Asociación Cultural Baezana, Jaén 1997
  • NARVÁEZ MORENO, Pedro: Semana Santa en Baeza, Ayuntamiento de Baeza, 2007
  • CRUZ CABRERA, José P.: "El imaginario procesional: tradición y vigencia" en MORAL JIMENO, María F. (coord): Baeza, Arte y Patrimonio, 2010 (pp. 380-82)

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