- Flamencos en la Reserva Nacional de Paracas
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Flamencos en la Reserva Nacional de Paracas
Pies de pato, patas de cigüeña, cuello de garza y un pico que parece haber sido colocado al revés son la suma de rarezas que caracterizan a los flamencos o parihuanas. Pero es precisamente su extraña composición corporal la que, entre otras cosas, le permite alimentarse de diminutos seres acuáticos sin tragar una sola gota de agua.
Contenido
Leyenda
Cuenta la leyenda que mientras el libertador José de San Martín dencansaba luego de su desembarco en Paracas a la sombra de unas palmeras, tuvo un sueño. En él observó una enorme bandada de flamencos que al volar desplegaba los colores rojo y blanco. Más tarde, sería esta visión la que le serviría para crear el pabellón peruano a partir de los colores de aquellas hermosas aves.
Lo que no cuenta la leyenda y muy pocos saben es que los flamencos que San Martín observara al cruzar la bahía de Paracas, y que luego motivaran su premonitorio sueño, fueron quizá los tatarabuelos de las aves con las que hoy podemos deleitarnos en la misma bahía.
La razón es simple, los flamencos o parihuanas (Phoenicopterus chilensis) están entre las aves más longevas del mundo, alcanzando a vivir hasta ochenta años. Si bien el hábitat típico e ideal para estas curiosas criaturas son los gélidos salares y lagos altoandinosdel Perú, Chile y Bolivia, es posible observarlos de manera casi permanente también en la costa peruana, especialmente en la bahía de Paracas.
En contraste con el sentimiento inspirador que los flamencos despertaron en el Libertador, y con preocupaciones bastante diferentes a las batallas y los ejércitos, algunos científicos y naturalistas sufrían no pocos dolores de cabeza al tratar de descifrar el enigma que representaba la inusual y casi ridícula apariencia de estas aves, sin mencionar lo pecualiar de sus hábitos alimentarios y reproductivos.
Matrimonio masivo
Luego de un elaborada ceremonia nupcial colectiva que involucra a bandadas enteras de hasta varios miles de individuos, y de preparar los conos de barro de más de cuarenta centímetros de altura que constituyen sus nidos, los flamencos ponen un único huevo que pesa sólo 150 g y mide poco más que un huevo de gallina. Para incubarlo, los padres hacen guardia en turnos de doce largas horas, cambiando sus posiciones precisamente al anochecer y al amanecer. Durante los 28 días que dura el proceso de incubación, ambos deben soportar un duro período de hambre, pues un flamenco debe dedicar diariamente quince horas como mínimo a la búsqueda de comida para no morir de hambre.
Uno de los aspectos más interesantes de la vida de estas zancudas está estrechamente ligado a la singular manera que tienen de alimentarse: su particular constitución corporal, más bien extraña, y la asombrosa técnica que le ha permitido especializarse en una clase de comida sobre la que no existe la amenaza de competidores de ninguna otra especie, le ofrecen la posibilidad de multiplicarse hasta formar enormes bandadas, pero al mismo tiempo implica el riego de una muerte masiva en caso de que su medio ambiente cambie, aunque sea de manera insignificante. Esta capacidad de reporoducción paradisíaca y la amenaza latente contra su existencia se conjugan muy estrechamente en los flamencos. Una realidad que debemos tener muy en cuenta si queremos ayudarlos en su supervivencia.
Alimentación
El flamenco busca generalmente su alimento en lugares donde no existe otro animal de gran tamaño; en aguas alcalinas y tan saladas que no permiten la vida de pez o mamífero alguno; es decir, en los mayores y más inhóspitos lagos salados del mundo, a más de 4.000 msnm y en el corazón de los Andes meridionales.
En esas aguas viven cantidades enormes de unos microscópicos cangrejos de agua salada. Su volumen es tal que si tres flamencos se repartieran un m² para "pescarlos", tendrían suficiente para comer durante varios días. Ésta es la razón por la cual pueden multiplicarse hasta formar aquellas gigantescas bandadas sin tener que pelear por el alimento. Los flamencos pueden "pescar" estos microscópicos cangrejos sin tragar una sola gota de agua, porque contrariamente a todas las demás aves, el pico como se abre hacia abajo sino hacia arriba y a que además en su interior posee una especie de tegumento que, en principio, es una reproducción exacta de la boca de una ballena azul.
La suma de todas estas rarezas actúa conjuntamente parahacer posible algo tan cotidiano como la alimentación. Sus pies de pato impiden que el ave se hunda en el cuave lodo del fondo de las lagunas, al mismo tiempo que le sirven para revolver el fango y hacer que su comida suba a la superficie. Las largas patas cumplen también su función vital: permiten que el flamenco no se limite a vivir en aguas poco profundas, sino que también pueble lagos y salares de hasta cuarenta centímetros de profundidad. El cuello que tiene una longitud acorde con su estatura, de manera que al doblarse le permita alcanzar sus patas y llegar hasta el suelo. Y todo esto sólo adquiere sentido cuando se complementa con la "maravilla técnica" de su pico. Esta "red de pesca" tan elaborada, se encuentra compuesta por una lengua gruesa y carnosa que actúa en el interior del pico de la misma forma como se mueve un pistón en el interior del cilindro del motor de un automóvil.
El proceso de alimentación, como el ciclo del motor, sigue tres pasos fundamentales: luego de que el ave intriduce la cabeza totalmente en el agua, y la hace oscilar de un lado al otro con el pico abierto, se inicia el primer tiempo, al que se denomina aspiración. Éste consiste en retraer la lengua hacia atrás, generando el vacío que hace ingresar el agua cargada de alimento al interior del pico. El agua tragada es previamente filtrada por lo millares de delgados filamentos (modificación de pelos) que hay en la entrada del mismo.
El segundo tiempo, que se denomina compresión, la lengua se adelanta de nuevo y comprime el agua, que sale a presión. De este modo, los diminutos seres que constituyen el alimento del flamenco se quedan atrapados entre las laminillas del pico. En el tercer y último paso, es decir, la ingestión del alimento, la lengua retrocede una vez más arrastrando consigo la comida, que es llevada hasta la garganta. Al igual que en los motores, el tercer tiempo es el primero de la siguiente operación. Y de allí al principio otra vez. De ese modo el flamenco puede aspirar y filtar 120 L de agua al día, lo que representa 24.000 operaciones como la que hemos descrito, para ingerir un promedio de 120.000 minúsculos cangrejos, algas y otras sustancias nutritivas unicelulares y orgánicas. Esto toma unas quince horas, por lo cual el flamenco debe utilizar incluso las horas de la noche. Para beber, los flamencos vuelan a lagunas o riachuelos de agua dulce.
El rojo de sus cuerpos
Es el colorante rijizo de los microscópicos cangrejos de las salinas, lo que tiñe de rojo el plumaje de estas hermosas aves. Las plumas, al ser arrancadas, pierden rápidamente su coloración intensa y se vuelven gradualmente simples plumas blancas. Es gracias a este perecimiento paulatino del color que las plumas de los flamencos se mantuvieron alejadas de la mente creativa de los diseñadores de modas. Si su encantadora coloración hubiera sido permanente, hace ya mucho tiempo que el hombre hubiera exterminado a esta bella especie de la Tierra.
Flamencos peruanos
En el Perú existen tres especies de flamencos o parihuanas: dos exclusivas de los Andes y una tercera que visita la costa regularmente. Las dos especies serranas, el flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi) y el andino (Phoenicoparrus andinus) se encuentran hoy en peligro de extinción debido a lo reducido de su número. El flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis) es afortunadamente abundante y común, inlcuso en las orillas costeras. Un aspecto esencial de su biología radica precisamente en la separación de las laminillas ubicadas dentro del pico de los flamencos. Cada una de las especies posee una separación única y diferente, lo que les permite añimentarse de diferentes tamaños de crustáceos. Esto posibilita a las tres especies convivir juntas sin tener que competir por alimento.
Las tres especies de flamencos peruanos se encuentran en la actualidad protegidas por la legislación peruana, tanto en la Reserva Nacional de Paracas como en la de Salinas y Aguada Blanca, en Arequipa, y el estuario del Virrilá, en el desierto de Piura. Sin embargo, no siempre son respetadas, convirtiéndose a menudo en blanco de cazadores inescrupulosos y objeto predilecto de molestos y curiosos visitantes.
Es necesario comprender que el demasiado acercamiento de humanos al grupo de flamencos que se alimentan puede provocar consecuencias funestas para la bandada. Al escapar de los humanos y de los animales (perros, por ejemplo) y emprender vuelo hacia zonas alejadas, las aves emplean tiempo valioso que deberían utilizar en su alimentación. En el caso de ejemplares jóvenes en pleno desarrollo, la carencia del vital alimento, aunque sea mínima, es generalmente fatal.
Véase también
Categorías: Sitios protección de las aves | Fauna del Perú | Turismo en el Perú
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