- Juan Bautista Bustos
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Juan Bautista Bustos
19 de marzo de 1820 – 19 de abril de 1829 Predecesor José Javier Díaz Sucesor José María Paz
Datos personalesNacimiento 29 de agosto de 1779
Santa María de Punilla, Córdoba, Virreinato del Río de la PlataFallecimiento 18 de septiembre de 1830 (51 años)
Argentina, Ciudad de Santa Fe, Santa FePartido Federal Profesión Militar Juan Bautista Bustos (Santa María de Punilla, 29 de agosto de 1779 - Ciudad de Santa Fe, 18 de septiembre de 1830), político y militar argentino, que luchó en la guerra de independencia y en las guerras civiles de la década de 1820. Fue el primer gobernador constitucional de la Provincia de Córdoba.
Contenido
En Buenos Aires
Comenzó a destacarse a nivel nacional en 1806, como capitán del cuerpo de milicias que marchó desde la ciudad de Córdoba para liberar a Buenos Aires de las Invasiones Inglesas.[1] Producida la Reconquista de la ciudad, se incorporó al Batallón de Arribeños. En 1807, ante la segunda tentativa británica de invadir Buenos Aires, tuvo una actuación destacada cuando al frente de una tropa de 30 hombres logró rendir a un fuerte contingente del famoso Regimiento 88° de infantería británico. Su valor le valió la promoción a Teniente Coronel de Arribeños.[2]
Participó activamente en la Revolución de mayo de 1810, siendo uno de sus principales exponentes en el "interior". En abril de 1811 fue designado miembro del Tribunal de Seguridad Pública. Pero, al caer el sector que respondía a Cornelio Saavedra, fue apartado del mando militar.
Continuó su oficio de comerciante hasta fines de 1812, cuando - tras la caída del Primer Triunvirato — fue reincorporado al servicio activo y puesto al mando del Batallón de Infantería Nro. 2, alcanzando el grado de coronel.
El Ejército del Norte
En 1815 el Director Supremo Ignacio Álvarez Thomas lo destinó al Ejército del Norte. No llegó a participar en la Batalla de Sipe Sipe, porque el gobernador salteño Martín Miguel de Güemes no lo dejó pasar a unirse al ejército, debido a que suponía que llevaba orden de deponer al caudillo norteño.
Incorporado al Ejército del Norte se convirtió en uno de los oficiales de confianza del general Manuel Belgrano, y alcanzó el grado de Coronel Mayor del Ejército Auxiliar del Perú, aunque no llegó a participar en ninguna de las campañas al Alto Perú.
Pese a su origen provinciano, al estallar los conflictos internos entre el Directorio y las provincias que aspiraban a mayores grados de autonomía, Bustos permaneció leal al primero. En 1816 combatió contra el caudillo santiagueño Juan Francisco Borges, y en 1818 se enfrentó con el Brigadier Estanislao López, gobernador de Santa Fe, miembro de la Liga Federal y aliado de Artigas, que lo derrotó en Fraile Muerto (hoy Bell Ville, Córdoba).
En 1819 el gobierno de Buenos Aires intentó quebrar una vez más la Liga Federal y lanzó una campaña contra López. El 18 y 19 de febrero Bustos combatió contra López en la batalla de La Herradura (sobre el Río Tercero), sin que la batalla arrojase un ganador decisivo. El 10 de marzo se produjo un nuevo combate en Las Barrancas, Córdoba, en el que las fuerzas de López se impusieron sobre las de Buenos Aires mandadas por Juan José Viamonte. El 12 de abril se firmó un armisticio en San Lorenzo, cuyos efectos durarían pocos meses, pues en noviembre se reanudaron las hostilidades.
La última orden militar de Belgrano fue marchar sobre el santafesino López, enviando al Ejército del Norte al mando del entonces Coronel Mayor Francisco Fernández de la Cruz, llevando como segundo jefe a Bustos. El 9 de enero de 1820, una parte sustancial del Ejército se sublevó en Arequito, Santa Fe. Este episodio es conocido como "Motín de Arequito", siendo su objetivo central apartar al ejército de la guerra civil. Para ello declararon depuesto a Fernández de la Cruz y se declararon neutrales en el enfrentamiento con el partido federal. Bustos fue uno de los líderes, junto a su comprovinciano el coronel José María Paz, el coronel tucumano Alejandro Heredia y el teniente coronel Felipe Ibarra. En una carta posterior, sostendrá Bustos que
"las armas de la Patria, distraídas del todo de su objeto principal, ya no se empleaban sino en derramar sangre de sus conciudadanos, de los mismos cuyo sudor y trabajo les aseguraba la subsistencia."Apenas un mes después, tras la batalla de Cepeda, cayó el último Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, José Rondeau.[3]
Gobernador de Córdoba
Bustos se encaminó a Córdoba, donde se hizo elegir gobernador en marzo de 1820 (2 meses después de la sublevacion de Arequito), abandonando definitivamente el proyecto anunciado de regresar a la lucha por la independencia en el Alto Perú. Habiendo adherido ya los caudillos federales, procuró estrechar relaciones con el resto del país. Mantuvo fuertes vínculos con San Martín y con Güemes, pero no envió el Ejército del Norte en su ayuda: la mayor parte del mismo quedó estacionado en Córdoba. Bustos se reconcilió con López, y participó en una corta guerra civil contra el caudillo entrerriano Francisco Ramírez y contra el chileno José Miguel Carrera, a quien derrotó en Cruz Alta.
Tuvo importante actuación en el Tratado de Benegas, del 24 de noviembre de 1820, al enviar diputados cordobeses que representaban a Córdoba y a las provincias de Cuyo y el Noroeste. Por dicho tratado se logró una tregua entre las provincias y se convino realizar un Congreso Nacional para enero de 1821, aunque esto último no pudo concretarse por la oposición de Buenos Aires, especialmente del ministro Bernardino Rivadavia; obstruccionismo que se consolidó con el Tratado Cuadilátero, de 1822, contra las intenciones de Bustos.
Tampoco pudo enviar mucha ayuda a la provincia de Salta, la única que seguía combatiendo contra los realistas. La escasa división que partió hacia allí, al mando de Alejandro Heredia, fue utilizada en la única guerra civil en que participó Güemes. Por su lado, el futuro general Paz se dedicó a combatir a Bustos, para después reunir un contingente para llevar al frente norte, que sólo haría una inútil campaña en 1825.
Su base política en Córdoba eran la población rural, algunos sectores ganaderos, el bajo clero y grupos que habían formado parte del artiguismo. Realizó un gobierno progresista, con estabilidad y tolerancia para los opositores. El 30 de enero de 1821 se promulgó el Reglamento Provincial, una carta constitucional que consagraba el respeto por los derechos y las libertades individuales. El 26 de septiembre de 1822 creó la Junta Protectora de Escuelas, con el objeto de promover la educación elemental en las áreas rurales. Reacondicionó y equipó a la Universidad, y reglamentó el comercio.
Al finalizar su mandato, en 1825, sus partidarios lo propusieron para la reelección. Pero la Legislatura, mediante una maniobra, impuso en el cargo a un político moderado de tendencia unitaria, José Julián Martínez. Esto despertó la ira de los partidarios de Bustos que, con el apoyo de los comandantes de campaña (comandantes de las milicias rurales) disolvieron la Legislatura y eligieron una nueva, que el 30 de marzo de 1825 lo consagró nuevamente gobernador.
La postura federal sostenida por Bustos habría de chocar con las pretensiones centralistas del unitario Rivadavia, que desde Buenos Aires procuraba consolidar el poder central. Bustos ordenó destituir a los representantes cordobeses que habían apoyado la política unitaria en el Congreso General de 1824, y (como todos los gobiernos provinciales excepto dos) se negó a aceptar la Constitución de 1826.
Para evitar el avance centralista de Buenos Aires, Bustos se acercó a Facundo Quiroga. En una carta dirigida a este, lo instará a oponerse a los propósitos de Rivadavia:
"Es necesario hacer ver a estos serviles que no somos caciques, sino unos amantes de la libertad de nuestra patria y nuestros pueblos."El descrédito en que se había sumido el gobierno de Rivadavia llevará a Bustos a lanzar, en mayo de 1827, una propuesta para organizar la república sobre bases federales. Bustos fue uno de los primeros gobernadores en darle a Manuel Dorrego, caudillo federal que gobernaba Buenos Aires tras la renuncia de Rivadavia en 1827, la responsabilidad de encargado de relaciones exteriores, en una especie de endeble poder ejecutivo nacional.[4]
La derrota
Su prestigio y su buena administración lo habían convertido en el líder natural de las provincias; por lo tanto, sería uno de los primeros objetivos de la reacción unitaria posterior al derrocamiento y asesinato de Dorrego. Así, el general José María Paz, el más hábil de los jefes militares unitarios, marchó sobre Córdoba, donde tenía "viejas deudas" que cobrarse. No sólo de su expulsión de la provincia, ocho años antes, sino de la escasa participación del gobernador en la malograda campaña al Alto Perú y en la Guerra del Brasil.
No pudiendo impedir que Paz avanzara sobre la ciudad de Córdoba, Bustos se retiró hacia la estancia San Roque — hoy cubierta por las aguas del Lago San Roque. Negoció con Paz una tregua, delegó el mando provincial en éste y pretendió firmar un acuerdo para convocar a elecciones, en que los dos generales quedarían impedidos de participar. Mientras tanto, pensaba ganar tiempo para permitir la llegada de Facundo Quiroga, que marchaba desde La Rioja en su ayuda.
Paz lo atacó imprevistamente el 22 de abril de 1829 en la llamada batalla de San Roque, infligiéndole una completa derrota.
Bustos escapó hacia La Rioja para solicitar la ayuda de Quiroga; este organizó una fuerza para enfrentar a Paz con tropas de su provincia y milicias cordobesas comandadas por el propio Bustos. Unitarios y federales se enfrentaron en con Quiroga y Bustos en la La Tablada (entonces un paraje aledaño a la ciudad de Córdoba, y hoy el barrio de Cerro de las Rosas de esa ciudad) el 22 y 23 de junio de 1829. El ejército comandado por Paz, numéricamente inferior pero mucho más disciplinado, mejor pertrechado y con abrumadora superioridad de artillería y -sobre todo- dirigido por un extraordinario táctico-estratega, derrotó a las fuerzas de Quiroga. Bustos combatió con extraordinaria valentía, pero al retirarse fue sorprendido por una patrulla en la costa del Río Primero. Para evitar ser capturado, Bustos se arrojó a las aguas con su caballo, causándose traumatismos de tórax.
Consiguió refugio entre los gauchos de la zona, y después de un par de días logró llegar a la ciudad de Santa Fe. Allí fue acogido por Estanislao López, que lo recibió cordialmente y le procuró todo tipo de cuidados. Pero su salud estaba afectada gravemente, y murió el 18 de septiembre de 1830.
Reconocimiento de sus restos
El 27 de mayo de 2011 fueron exhumados restos óseos en la iglesia de Santo Domingo en la ciudad de Santa Fe que se entregaron a una comisión interprovincial Córdoba-Santa Fe para realizar una identificación que permitiera determinar si pertenecen a Bustos. Aunque los representantes santafesinos concluyeron que no había pruebas suficientes para asegurar de que se trataba de los restos de Bustos,[5] el 7 de noviembre de 2011 fueron trasladados a la ciudad de Córdoba y depositados con honores en la iglesia catedral.[6]
Referencias
- ↑ Rafael Garzón, Sobremonte, Córdoba y las invasiones inglesas, Ed. Corregidor Austral, Córdoba, 2000.
- ↑ Héctor José Íñigo Carrera, Caudillos en las invasiones inglesas, Revista Todo es Historia, nro. 34.
- ↑ Mario Arturo Serrano, Arequito: ¿por qué se sublevó el Ejército del Norte? , Ed. Círculo Militar, Bs. As., 1996.
- ↑ Carlos S. A. Segreti, El federalismo de Bustos, Revista Todo es Historia, nro. 169.
- ↑ El Litoral. Bustos: “No hay pruebas suficientes para identificar los restos óseos”
- ↑ Trasladaron a San Francisco los restos del General Bustos
Bibliografía
- Academia Nacional de la Historia, Partes de batalla de las guerras civiles, Bs. As., 1977.
- Best, Félix, Historia de las Guerras Argentinas, Ed. Peuser, Bs. As., 1980.
- Bidondo, Emilio, La guerra de la independencia en el Alto Perú, Ed. Círculo Militar, Bs. As., 1979.
- Bischoff, Efraín, Historia de Córdoba, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1989.
- Bischoff, Efraín, Por qué Córdoba fue invadida en 1829, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1975.
- Cárcano, Ramón J., El general Quiroga. Ed. Emecé, Bs. As., 1947.
- Galmarini, Hugo R., Del fracaso unitario al triunfo federal, Memorial de la Patria, tomo V, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1984.
- Luna, Félix, Los caudillos, Ed. Peña Lillo, Bs. As., 1971.
- Mitre, Bartolomé, Historia de Belgrano y de la independencia argentina, Ed. Estrada, Bs. As., 1947.
- Núñez, M., Bustos, el caudillo olvidado, Cuadernos de revista Crisis, Bs. As., 1975.
- O’Donnell, Pacho, Los héroes malditos, Ed. Sudamericana, Bs. As., 2004.
- Paz, José María, Memorias póstumas. Ed. Emecé, Bs. As., 2000.
- Romero, Luis Alberto, La feliz experiencia. Memorial de la Patria, tomo IV, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1983.
- Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas militares argentinas, Tomo I, Ed. Emecé, Bs. As., 2004.
- Saldías, Adolfo, Historia de la Confederación Argentina, Ed. Hyspamérica, Bs. As., 1987.
- Sierra, Vicente D., Historia de la Argentina, Ed. Garriga, Bs. As., 1973.
- Zinny, José Antonio, Historia de los gobernadores de las Provincias Argentinas, Ed, Hyspamérica, 1987.
- Carrera, Héctor J. I., Cuando Bustos mandaba en Córdoba, Revista Todo es Historia, nro. 21.
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