Juliana I de los Países Bajos

Juliana I de los Países Bajos
Juliana I de los Países Bajos
Reina de los Países Bajos
Staatsieportret van prinses Juliana.jpg
Reina Juliana de los Países Bajos.
Reinado 6 de septiembre de 1948 -
30 de abril de 1980
Nombre real Juliana Emma Louise Marie Wilhelmina de Orange-Nassau
Nacimiento 30 de abril 1909
La Haya, Holanda Meridional,
Bandera de los Países Bajos Países Bajos
Fallecimiento 20 de marzo 2004
(94 años)
Palacio de Soestdijk, Baarn,
Bandera de los Países Bajos Países Bajos
Entierro Nieuwe Kerk,
Delft, Holanda Meridional,
Bandera de los Países Bajos Países Bajos
Predecesor Guillermina I
Sucesor Beatriz I
Consorte Bernardo de Lippe-Biesterfeld
Descendencia véase Hijos
Casa Real Casa de Orange-Nassau
Padre Príncipe Enrique, Duque de Mecklenburg-Schwerin
Madre Guillermina I

Juliana I de los Países Bajos (Juliana Emma Louise Marie Wilhelmina van Oranje-Nassau en Mecklenburg-Schwerin) (30 de abril de 1909 - 20 de marzo de 2004), fue la reina de los Países Bajos desde la abdicación de su madre en 1948 hasta su propia abdicación en 1980. Después de su abdicación retomó el título que utilizaba antes de ascender al trono.

Contenido

Infancia y juventud

Juliana con su madre, la reina Guillermina, hacia 1914.

Nacida en la ciudad de La Haya, era hija del Príncipe Enrique, Duque de Mecklenburg-Schwerin, y de la reina Guillermina de los Países Bajos. Era nieta por vía paterna del gran duque Federico Francisco II de Mecklenburg-Schwerin y de la princesa María de Schwarzburg-Rudolstad. Por vía materna era nieta del rey Guillermo III de los Países Bajos y de la princesa Emma de Waldeck-Pyrmont. Fue nombrada princesa de los Países Bajos desde su nacimiento y se le aplicó el tratamiento de Alteza Real.

Pasó su infancia en el Het Loo Palace, en Apeldoorn, el Noordeinde Palace y el Huis ten Bosch Palace en La Haya. Su tutor Jan Ligthart la educó en una pequeña escuela creada para ese propósito en Noordeinde Palace, a la que asistió desde los seis, y donde recibió una educación elemental con otros niños de su edad. Entre estos niños se encontraban la Baronesa Elise Bentinck, la Baronesa Elisabeth van Hardenbroek y el Jonkheer Miek de Jonge.

Como la constitución holandesa especificaba que debía estar preparada para acceder al trono desde los 18 años, la educación de la princesa Juliana se realizó de forma más acelerada que la de sus compañeros. Después de cinco años de educación primaria, la princesa recibió su educación secundaria y su preparación pre-universitaria de tutores privados.

El 30 de abril de 1927, la princesa Juliana celebró su 18º cumpleaños. Según la constitución, oficialmente había alcanzado la mayoría de edad y estaba preparada para asumir prerrogativas reales si fuese necesario. Dos días después su madre la instaló en el “Raad van State” (Consejo de Estado).[1]

Ese mismo año la princesa comenzó su carrera como estudiante en la Universidad de Leiden. Durante sus primeros años universitarios realizó estudios de sociología, jurisprudencia, economía, historia de las religiones, historia parlamentaria y derecho constitucional. Durante sus estudios también realizó cursos sobre la cultura de Surinam y las Antillas holandesas, la Constitución de los Países Bajos, relaciones internacionales, derecho internacional, historia general, y derecho europeo. También estudió bajo la tutela privada del profesor Christiaan Snouck Hurgronje sobre los fundamentos del Islam, una religión practicada por muchos habitantes de las colonias holandesas.

En consonancia con la costumbre de las monarquías de la época, la reina Guillermina también comenzó a buscar un marido adecuado para su hija. Los príncipes del Reino Unido y Suecia fueron “vetados”, pero otros declinaron o fueron rechazados por la princesa. Después de encontrarse con su Serena Alteza, el Príncipe Bernardo de Lippe-Biesterfeld con ocasión de la celebración de los Juegos Olímpicos de Garmisch-Partenkirchen 1936, el compromiso matrimonial fue aceptado y preparado por su madre. El Príncipe Bernardo era un hombre de negocios con un estilo de vida dinámico y nada tradicional. Sin embargo, el matrimonio duró toda su vida y resistió la separación de ambos durante la Segunda Guerra Mundial así como sus periódicas enemistades y las relaciones extramaritales y los hijos ilegítimos del Príncipe, conocidos públicamente. En un documento legal que establecía exactamente lo que el príncipe alemán podía y no podía hacer, y la cantidad de dinero que podía esperar como esposo de la única heredera de la gran fortuna de la familia real holandesa, la reina Guillermina no dejó a su hija desprotegida. El documento fue firmado y el compromiso de ambos anunciado públicamente el 18 de septiembre de 1936.

El anuncio de la boda dividió a un país que desconfiaba de Alemania, bajo el gobierno de Adolf Hitler durante esta época. Antes de la boda, el 24 de noviembre de 1936, al Príncipe Bernardo se le otorgó la ciudadanía holandesa y cambió la pronunciación y escritura de su nombre del alemán al holandés. Se casaron en la Haya el 7 de enero de 1937, en la misma fecha que los abuelos de Juliana, el rey Guillermo III de los Países Bajos y la reina Emma de Waldeck and Pyrmont, cincuenta y ocho años antes. La ceremonia civil tuvo lugar en el salón del ayuntamiento de La Haya y el matrimonio fue bendecido en la Gran Iglesia de St. Jacobsker. La joven pareja de recién casados instaló su hogar en el Soetsdijk Palace, en Baarn.

Hijos

La Princesa Juliana y el Príncipe Bernardo tuvieron cuatro hijas:

  1. La reina Beatriz I de los Países Bajos, nacida el 31 de enero de 1938 en el Palacio de Soestdijk. Se casó con el alemán Claus von Amsberg, fallecido el 6 de octubre de 2002.
  2. La Princesa Irene de los Países Bajos, nacida el 5 de agosto de 1939 en el Palacio de Soestdijk. Se casó en 1964 en Roma con príncipe Carlos Hugo de Borbón-Parma, del que se divorció en 1981.
  3. La Princesa Margarita de los Países Bajos, nacida el 19 de enero de 1943, en Ottawa, Ontario,Canadá. Está casada con el holandés Pieter van Vollenhoven.
  4. La Princesa María Cristina de los Países Bajos, nacida el 18 de febrero de 1947, en el Palacio de Soestdijk. Se casó en 1975 en la ciudad de Utrecht con el cubano Jorge Guillermo, del que se divorció en 1996.

Exilio

El tenso clima político europeo a la sombra de la gran amenaza de la Alemania nazi fue avivado en los Países Bajos cuando Adolf Hitler declaró que el matrimonio real de Juliana era una señal de alianza entre los Países Bajos y Alemania. Una enfurecida reina Guillermina rápidamente hizo una declaración pública rechazando las palabras de Hitler, pero el incidente causó más resentimiento popular debido a la elección del marido de la princesa, que fue tildada de desafortunada. Varias revelaciones turbulentas sobre la pasada conducta del Príncipe Bernardo aumentaron el resentimiento entre los holandeses, pero después de la invasión alemana el 10 de mayo de 1940, su actitud en contra de los nazis, cambió en gran parte la opinión pública en su favor.

Durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de los Países Bajos el príncipe y la princesa decidieron abandonar su país con sus dos hijas y viajaron al Reino Unido, representando al gobierno de los Países Bajos en el exilio. La princesa permaneció allí durante un mes antes de llevarse a las niñas a Ottawa, la capital de Canadá, donde vivieron en una casa de Stornoway en el suburbio de Rockcliffe Park.

En la ciudad de Ottawa, donde pocas personas la conocían, la Princesa Juliana envió a sus dos hijas a la escuela pública y hacía las compras personalmente. Disfrutando de su anonimato a menudo iba al cine y tomaba el autobús. Cuando su vecina dio a luz, la Princesa de los Países Bajos se ofreció para cuidar de sus hijos mientras se recuperaba del parto.

Cuando su tercera hija, Margarita, nació en 1943, el Parlamento de Canadá emitió una ley especial declarando la propiedad de la Princesa Juliana en la ciudad y el Ottawa Civic Hospital, como territorio holandés, para que simbólicamente la niña naciera en tierra holandesa. De no haberse emitido esta ley, la princesa Margarita habría quedado excluida de la sucesión al trono holandés. El gobierno canadiense levantó la bandera tricolor holandesa en la torre del parlamento mientras su campanario sonaba con música holandesa ante la noticia del nacimiento de la princesa Margarita. El Príncipe Bernardo, que había permanecido en Londres con la reina Guillermina y los miembros del gobierno holandés en el exilio, consiguió visitar a su familia en Canadá y estar presente en el nacimiento de Margarita.

El 2 de mayo de 1945 regresó en un avión militar de transporte con la reina Guillermina a la zona liberada de los Países Bajos, instalándose en Breda, junto con el gobierno holandés temporal. Una vez de regreso en su país expresó su gratitud a Canadá enviando a la ciudad de Ottawa más de 100.00 bulbos de tulipán. El 24 de junio de 1945 viajó desde Gourock, Escocia a los Estados Unidos, abandonando su residencia permanente en Londres. Al año siguiente (1946), Juliana donó otros 20.500 bulbos de tulipán con la petición de que parte de ellos fuesen plantados en los terrenos del Ottawa Civic Hospital, donde había nacido Margarita. En la misma ocasión prometió a la ciudad de Ottawa un regalo anual de tulipanes durante toda su vida para mostrar su eterno agradecimiento a Canadá por su hospitalidad. Cada año en Ottawa se celebra un Festival de los Tulipanes, en recuerdo de este regalo.

Regreso a los Países Bajos

El 2 de agosto de 1945 la Princesa Juliana se reunió con toda su familia en territorio holandés. Su austero y tradicional padre se había convencido de que las costumbres de su hija y nietas se habían corrompido irremediablemente durante su estancia en Canadá. La forma en que las niñas habían sido educada fue un motivo de discusión entre la princesa Juliana y su marido. Ella pensaba que la época de las monarquías tradicionalistas, rígidas y aisladas del pueblo había terminado, y que los niños reales debían interaccionar tanto como fuera posible con los ciudadanos.

Juliana colaboró con los proyectos de ayuda y beneficencia de postguerra a favor de la parte norte de los Países Bajos, donde los destrozos de los nazis habían provocado hambrunas durante los inviernos de 1944 y 1945.[cita requerida] Se mostró activa durante su período como presidenta de la Cruz Roja holandesa y trabajó estrechamente con la organización para la reconstrucción nacional. Durante la primavera de 1946 la Princesa Juliana y el Príncipe Bernardo visitaron los países que habían ayudado a los Países Bajos durante la ocupación.

Su última hija, María Cristina nació casi ciega, después de que ella padeciera el sarampión durante el embarazo.[2] A pesar de su ceguera, con el paso del tiempo y los avances en la tecnología médica, su visión mejoró, utilizando gafas de cristales gruesos, pudiendo asistir a la escuela e incluso montar en bicicleta. Sin embargo, antes de que eso ocurriera, la princesa, aferrada a cualquier posible esperanza de una cura para su hija, fue engatusada por Greet Hofmans, una curandera de creencias heterodoxas que era considerada por muchos una impostora. Hacia 1956, cuando se conoció la influencia de Ms. Hofmans sobre las decisiones políticas de Juliana, el escándalo casi provocó la caída de la casa de Orange y la monarquía holandesa, generando una crisis constitucional que provocó que la corte y la familia real se dividieron entre quienes, liderados por el Príncipe Bernardo, rechazaban el fanatismo religioso de la reina y una amenaza a la estabilidad de la OTAN y los cortesanos más pacíficos y piadosos. El Primer Ministro consiguió resolver la crisis y salvar a la monarquía. Sin embargo, Juliana perdió el apoyo de su poderoso marido Bernardo y de sus aliados. Greet Hofmans fue expulsada de la corte real.

El Príncipe Bernardo llegó incluso a planear el divorcio de su esposa, pero finalmente no llegó a hacerlo, pues, como declaró un periodista americano: “A pesar de la crisis, de las enemistades y de los escándalos, su mujer todavía lo seguía amando.”

Durante varias semanas entre otoño de 1947 y otra vez en 1948 la princesa actuó como regente, cuando, por razones de salud, la reina Guillermina fue incapaz de cumplir con sus tareas de estado. La guerra contra los independentistas de la colonia de Indonesia, que obligó al despliegue de más de 150.000 soldados holandeses, fue considerada un desastre económico para los Países Bajos. Ante la inminente y segura pérdida de la colonia, la reina anunció su intención de abdicar. El 6 de septiembre de 1948, con la atención del mundo sobre ella, la Princesa Juliana, la décimo segunda heredera en la sucesión de la Casa de Orange fue coronada Reina de los Países Bajos en Ámsterdam. El 27 de diciembre de 1949 en el Dam Palace de Ámsterdam, la reina Juliana firmaba los papeles que reconocían a Indonesia la soberanía sobre las antiguas colonias de las Indias Orientales Neerlandesas.

Reinado

Como se ha mencionado previamente, la ceguera de su hija Cristina y al creciente influencia de Hofmans sobre asuntos de estado, y que se había trasladado al palacio real afectó gravemente a la relación marital de la reina. Durante los años siguientes la presencia de la curandera fue acompañada por la controversia política. Al principio la noticia fue ocultada de la prensa holandesa, pero terminó convirtiéndose en un debate nacional sobre la competencia de la reina para gobernar, a pesar de que gozaba de una gran popularidad. Juliana a menudo aparecía en público vestida como cualquier mujer civil, y comenzó a ejercitarse en público montando en bicicleta y paseando al aire libre. Muchos de sus empleados se dirigían a ella simplemente como "Mevrouw" (Señora).

Aunque la bicicleta y sus costumbres mundanas sugerían un estilo de vida sencillo, durante la década de 1950 y 1960, la corte real holandesa disfrutaba de una gran prosperidad y esplendor económico, con chambelanes con magníficos uniformes, carruajes dorados, coches de lujo y espléndidos festejos y celebraciones en enormes palacios. Al mismo tiempo la reina visitaba a sus ciudadanos personalmente y sin anunciarse, aparecía en instituciones y escuelas públicas.

En el plano internacional, la reina Juliana estaba especialmente interesada en los problemas de los países en desarrollo, los refugiados de guerra, y sobre todo el bienestar de la infancia, especialmente en los países en desarrollo. El “New York Times” la describió como una “mujer sin pretensiones, de sentido común y buena voluntad.”[cita requerida]

Durante la inundación de los Países Bajos en 1953, más de treinta diques y dunas de protección frente al mar se rompieron y muchas ciudades y pueblos fueron sumergidos por olas de varios metros. Vestida con unas botas y una vieja gabardina, la propia reina Juliana se metió en el agua y el barro y acudió a las zonas devastadas para llevar comida y ropa a la gente necesitada, mostrando su compasión e interés, consolando a la gente y aproximándose una vez más a los ciudadanos holandeses.

En 1963 la reina Juliana se enfrentó a una nueva crisis que sembró el descontento entre los protestantes holandeses, cuando la Princesa Irene de los Países Bajos se convirtió en secreto al catolicismo y sin la aprobación del gobierno se casó el 29 de abril de 1964 con el Príncipe Carlos Hugo de Borbón, Duque de Parma, un aspirante al trono de España, y también líder del partido carlista español. Resurgieron los recuerdos nacionales sobre la Guerra de los Ochenta Años de los holandeses para independizarse de los católicos de España en los siglos XVI y XVII. No contribuyó a mejorar la situación que el matrimonio de Irene fuera constantemente mostrado en los medios de comunicación y surgió un sentimiento de hostilidad contra la monarquía por haberlo permitido, e incluso algunos radicales exigieron la inmediata abdicación de la reina.

Esta crisis por el matrimonio de Irene resurgiría con el anuncio en julio de 1965 del compromiso entre la princesa Beatriz, heredera del trono, y un diplomático alemán Claus von Amsberg. El futuro marido de la futura reina había sido miembro de la Wehrmacht y de las Juventudes Hitlerianas. Muchos holandeses furiosos se manifestaron en las calles contra la “traición” del compromiso. Aunque en esta ocasión los ciudadanos no pidieron la abdicación de la reina, debido a que el objeto de su ira era la Princesa Beatriz, no obstante comenzó un debate social sobre la necesidad y función de la monarquía. La reina Juliana trató de anular el compromiso, pero terminó cediendo y el matrimonio tuvo lugar bajo una continua tormenta de protestas y con un sentimiento extendido de que la princesa Beatriz podría ser el último miembro de la Casa de Orange en gobernar los Países Bajos.

En abril de 1967 un acontecimiento revitalizó la popularidad de la monarquía holandesa, cuando nació el primer heredero directo varón al reino holandés en 116 años, el Príncipe Guillermo Alejandro de los Países Bajos, hijo primogénito de la princesa Beatriz. En esta ocasión hubo varias manifestaciones de entusiasmo y cariño, y este acontecimiento fue favorecido por la prosperidad de la economía.

Un nuevo escándalo afectó a la familia real en 1976 cuando se hizo público que el Príncipe Bernardo había aceptado un soborno de más de 1 millón de dólares por parte de la Lockheed Corporation, una empresa estadounidense para que influyera en el gobierno holandés en la compra de varios aviones de combate. El Primer Ministro de los Países Bajos ordenó una investigación, mientras el Príncipe Bernardo evitaba las preguntas de la prensa diciendo: “Estoy por encima de esas cosas.” En esta ocasión los holandeses no pidieron la abdicación de la reina, sino que temieron que abdicara por sí misma ante la vergüenza de que su esposo fuera procesado.

El 26 de agosto de 1976 fue publicado un informe censurado y suavizado, pero contundente y directo sobre los negocios del Príncipe Bernardo. Se le retiraron sus títulos como Teniente Almirante, General e Inspector General de las Fuerzas Armadas. El Príncipe también se retiró de varias de sus posiciones en los consejos administrativos de muchas empresas, organizaciones caritativas el Fondo Mundial de Protección de la Vida Salvaje y otras instituciones. También renunció a llevar sus uniformes. A cambio, los Estados Generales de los Países Bajos aceptaron no procesarlo criminalmente. Posteriormente se supo que el gobierno holandés había manipulado el informe y había retirado los cargos más recientes de corrupción. Los cargos que fueron publicados ya no podían ser juzgados por una simple cuestión temporal. Con el tiempo, la familia real se esforzaría por rehabilitar el nombre del Príncipe.

En 1979 William Hoffman publicó una biografía muy crítica con la monarquía titulada: “La Reina Juliana: La Historia de la mujer más rica del mundo.”, donde se ofrecían varios detalles sobre la fortuna de la corona holandesa. A la muerte del Príncipe Bernardo se dieron más detalles sobre la fortuna real, estimada en unos 200 millones de euros. Contrariamente a las estimaciones del libro, la reina Juliana nunca llegó a ser una de las "diez mujeres más ricas del mundo".

El 8 de enero de 1980 inicia su primera visita a España, aunque de carácter privado. Nunca visitó el país oficialmente, ya que no lo quiso hacer mientras Francisco Franco estaba en el poder y esperó a que su yerno, Carlos Hugo de Borbón, adquiriera la nacionalidad española (1979). Al abdicar en abril de 1980 no se llegaría a realizar esa visita oficial.

Abdicación

El 30 de abril de 1980, el día de su 71º cumpleaños, la Reina Juliana firmó el Acta de Abdicación y su hija mayor la sucedió como la reina Beatriz de los Países Bajos. Después de su abdicación sería conocida como “Su Alteza Real, la Princesa Juliana de los Países Bajos”, y continuó participando en varias actividades caritativas hasta bien pasados los ochenta años.

Enfermedad y muerte

Ataúd de la reina Juliana en su trayecto a Nieuwe Kerk en Delft

Desde mediados de la década de 1990, Juliana sufrió una progresiva senilidad degenerativa atribuida al síndrome de Alzheimer, aunque fue negado por la familia real, de modo que no volvió a aparecer en público. Por órdenes de los médicos de la familia real, Juliana quedó bajo el cuidado de dos enfermeras las 24 horas. El Príncipe Bernardo admitió en una entrevista televisiva en 2001 que su esposa ya no era capaz de reconocer a su familia.

Juliana murió mientras dormía el 20 de marzo de 2004, con 94 años, en Soetsdijk Palace en Baarn debido a las complicaciones de una neumonía, exactamente 70 años después de su abuela Emma de Waldeck y Pyrmont.

Fue embalsamada (al contrario que su madre, que decidió no hacerlo) y el 30 de marzo de 2004 fue enterrada junto a su madre Guillermina en el panteón real de Nieuwe Kerk en Delft. Se realizó una ceremonia ecuménica. Según dijo el vicario en su sermón, la princesa Juliana estaba interesada en todas las religiones y en la reencarnación.

Su marido, el Príncipe Bernardo de Lippe-Biesterfeld murió apenas ocho meses después, el 1 de diciembre de 2004, con 93 años.

Referencias

  1. «koningin Juliana» (en neerlandés). oranjebond.nl. Consultado el 28 de abril de 2011.
  2. «Familia Real Holandesa» (en español). HOLA. Consultado el 28 de abril de 2011.

Enlaces externos


Predecesor:
Guillermina
Coat of arms of the Netherlands.svg
Reina de los Países Bajos

1948 - 1980
Sucesor:
Beatriz

Wikimedia foundation. 2010.

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