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Ugíjar
EscudoUbicación de Ugíjar en España. Ubicación de Ugíjar en la provincia de Granada. País España • Com. autónoma Andalucía • Provincia Granada • Comarca Alpujarra Granadina • Partido judicial Órgiva • Mancomunidad Alpujarra Granadina Ubicación Coordenadas: • Altitud 559 msnm • Distancia 120 km a Granada Superficie 66,96 km² Población 2.681 hab. (2010) • Densidad 40,04 hab./km² Gentilicio ulisense,
ugijareño, -ña o
pajizo, -zaCódigo postal 18480 (Ugíjar, Las Canteras y Los Montoros)
18492 (Jorairátar)
18494 (Cherín)Alcaldesa (2011) María Remedios Álvarez Rodríguez (PP)[1] Patrona Virgen del Martirio Sitio web www.ugijar.es Ugíjar es un municipio español, perteneciente a la provincia de Granada, en Andalucía. Está situado en la parte oriental de la Alpujarra Granadina, justo a los límites de la provincia de Almería, a unos 120 km de la capital provincial. Limita con los municipios granadinos de Nevada, Válor, Alpujarra de la Sierra, Cádiar y Murtas y con el almeriense de Alcolea. El municipio ugijareño está formado por los núcleos de Ugíjar, Cherín, Jorairátar, Los Montoros y Las Canteras.
Ugíjar, situada en el valle del río Nechite, se considera la "puerta de entrada" a la provincia de Almería. Recibió el título de ciudad a manos de la reina María Cristina es denominada como capital de las Alpujarras.
Ya en el siglo I a.d.c., Estrabón habla de una ciudad fundada por Ulises, el héroe griego protagonista de la fantástica Odisea, a la que habría dado por nombre "Ulyssea", en la que se levantaba un templo dedicado a Atenea, en cuyos muros Ulises, en uno de sus viajes, habría dejado como ex votos sus escudos y los espolones de sus naves.
Hay una excelente razón para que Ulises dejara allí recuerdo de su paso, las arenas del río son ricas en Oro.
También Homero, en la Odisea, cita una ciudad próxima a Adra, al otro lado de las montañas.
Es durante el período árabe, cuando Ugíjar alcanzó una fisonomía aún conservada y su carácter de núcleo administrativo, al ser "cabeza de Taha" con jurisdicción sobre las poblaciones de la Alpujarra.
En las capitulaciones de Granada, pasó a formar parte del feudo de Boabdil; recibió de los Reyes Católicos el título de Ciudad; Alcaldía Mayor con los Austrias y Cabeza de Partido Judicial con la remodelación administrativa de mediados del siglo XIX.
La Alpujarra perteneció al Reino de Granada hasta 1833 y hecha la nueva división territorial entró a formar parte de las provincias de Granada y de Almería. La Alpujarra inicialmente era un sólo partido judicial, con capitalidad en Ugíjar; hoy los pueblos que a él corresponden, pertenecen a los partidos judiciales de Albuñol, Órgiva y Ugíjar, de Granada, y a los de Berja y Canjáyar, de Almería.
Las peculiaridades urbanísticas y arquitectónicas de Ugíjar, su historia y tradiciones, una gastronomía típica exquisita, la bondad de su clima y el calor de sus gentes, hacen de este lugar un rincón incomparable para dejarse seducir por los sentidos.
Contenido
Historia
Podría datarse su nacimiento en la época romana, pues algunos autores defienden que fue llamada entonces "Hortum Sacrum" en latín, que significa «Huerto Sagrado». Pero lo cierto que por escrito aparece mencionada por vez primera en las crónicas de Al-Udri, en el siglo XI, después en las de Al-Idrisi, en el XII, y posteriormente por Al-Jatib ya en el XIV. Durante la etapa nazarita perteneció a la tahá de su mismo nombre y en 1493 recibió el título de Ciudad, cuando Boabdil era "Señor de la Alpujarra" en cumplimiento de una de las condiciones de la rendición de Granada. Se trataba entonces de un lugar próspero por su agricultura y estaba defendida por una fortificación en Cherín, conocida como "El Castillejo", de la que no queda nada. Como en toda la comarca, la rebelión y expulsión de los moriscos marcó un cambio radical al ser repoblado el lugar por cristianos viejos procedentes de otras zonas del país.
En 1900 se agrega a Ugíjar el núcleo de Cherín tras su desaparición como municipio independiente. En 1930, dicho ayuntamiento volverá a segregarse para constituirse en un nuevo e independiente municipio. Nuevamente, en 1970 el núcleo de Cherín vuelve a agregase a Ugíjar, junto con Jorairátar.
Ugíjar fue sede del Festival de Música Tradicional de la Alpujarra, en 1984 en su primera edición y desde entonces viene participando en el, que se celebra en el mes de agosto.
La invasión Árabe
Ugíjar fue el marco donde se desarrollaron importantes acontecimientos históricos, que definieron la España que hoy conocemos. La expulsión de los moros de Granada, su asentamiento en la Alpujarra según lo firmado en las Capitulaciones de Santa Fé, el incumplimiento de los acuerdos pactados por los Reyes Católicos, con la persecución de sus costumbres y tradiciones, que culminaría, con el exterminio en las costas de Adra de los habitantes de esta comarca, por las tropas capitaneadas por Juan de Austria.
La rebelión Mozárabe
Fuertes debieron ser las presiones y pesada la carga impuesta, cuando el pueblo mozárabe se decantó por la traumática decisión de la rebeldía: levantándose en armas contra el emirato de Córdoba; enarbolando banderas de sedición a las órdenes de un mítico caudillo, valiente, arrojado, audaz y carismático: Omar ben Hafsun. Este malagueño, jefe de los españoles rebeldes del sudeste, descendía de un hispanorromano: el conde Adifunsu o Arias. Nació en Turruchilla cerca del castillo de Antar, situado en la falda del monte de Bobastro con el que Vallvé Bermejo identifica el hoy llamado Corral de Encina o «El Postuero», situado al norte de Riogordo, en la sierra del Rey, muy cerca del actual cortijo de Anta, provincia de Málaga. Repárese entre los términos Turrichilla (cuna de Omar Ben Hafsun) y Turrillas (despoblado cerca de Ugíjar, hoy cortijo). Ambos vocablos pertenecen al léxico mozárabe. La rebelión alcanzó importancia tan inusitada que puso en jaque al emir de Córdoba Muhammad I; al emir Al-Mundir; al emir Abd Alláh y al califa Abd al-Rahman III. Tres emires, un califa, y el propio príncipe en persona derrotados son un balance demasiado costoso para enjuiciar los hechos -algunos historiadores lo han hecho- como un simple caso de bandolerismo. El cronista árabe lbn Idari nos ha conservado en su Bayan la relación de una de las campañas que el príncipe Abán y el General In Abda dirigieron contra el foco de la rebelión de Omar lbn Hafsun, la pone en la primavera del 910 y dice: «Marcharon en seguida contra los castillos de Elvira y establecieron su campo al pie de Jubiles, donde se libró un sangriento combate, en el que fueron heridos una parte de sus mejores guerreros [...] recorrieron el cantón de Jaén y sitiaron el castillo de Monteleón el miércoles ocho de Agosto, durante algunos días. Entraron en él, el veintiuno de Agosto, salieron el día siguiente y llegaron a Córdoba el 25 de este mes». Por si quedase alguna duda del carácter religioso de la rebelión mozárabe, en el año 899 lbn Hafsun proclama su retorno a la fe de sus mayores. Se bautiza y toma el nombre de Samuel. Pero el brillo de la estrella de lbn Hafsun se acercaba al eclipse, y mucho tuvo que ver en este crepúsculo la personalidad arrolladora, del más glorioso, sabio y poderoso de los califas: el príncipe Abd-al-Rahman El mismo que tomó la decisión más significativa de su carrera política, adoptar los títulos supremos de: Jalifa/Califa y Amir Al Muminin/Príncipe de los creyentes. Añade a su nombre los cargos «Lagab» o sobrenombre honorífico de: An-Nasir-Li-Dini-Llah/El que combate victoriosamente por la religión de Dios. Y resuelto, como estaba, a terminar con cualquier conato de rebeldía y más aún de signo religioso, emprendió una sangrienta campaña contra los mozárabes. Repasemos las crónicas: «Ocupada Fiñana, Al Nasir - cuenta Ibn Hayyan- se puso en marcha enseguida dirigiéndose a los baluartes de la región de las ásperas montañas de Basira (también Busayra/Alpujarra), penetrando con su ejército en Sierra Nevada en la época en que es intransitable. Se lanzó con la gente y Dios le facilitó las cosas, haciéndole llegar a donde quería, de modo que conquistó las fortalezas de detrás y asoló la comarca, no quedando en ella lugar que resistieras. «El emir prosiguió sin descanso -continúa contando lbn Idari- sometiendo los lugares fortificados de la región y llegó al Castillo de Jubiles, que era uno de los mejor fortificados de Ben Hafsun, de los más inaccesibles y de los mejor situados. Se habían retirado a él los cristianos, que habían podido escapar de las otras plazas. El miércoles 25 de Mayo instaló su campo bajo los muros de la plaza, después cortó los árboles de los alrededores, razzió los campos y destruyó los víveres que podían servir a los sitiados. Éstos, al cabo de quince días de ataque, hicieron oferta de sumisión y volviendo a sus mejores sentimientos se comprometieron a entregar a los partidarios de Ben Hafsun que estaban dentro de los muros. El emir aceptó estas condiciones, le enviaron todos los cristianos que había en la plaza y les hizo cortar el cuello sin excepción y sin ningún proceso». También es lbn Hayyan quien fecha los hechos: catorce noches de Sawwal, 25 de mayo del 913 y da el numero de cristianos, 55, y los nombres de sus dos jefes: Rubiel e Hilal al-Tanyi. El poder mozárabe había llegado a su fin. El rigor militarista de Abd-al-Rahman fue continuado con más ardor, si cabe, por sucesivas oleadas de invasiones: Almorávides, Almohades y Benimerines. Soldados ascetas forjados en la penitencia del desierto y guiados por el señuelo del paraíso prometido por Alá. A medida que avanzaba la reconquista, la «Guerra Santa» cobraba mayor ímpetu entre los musulmanes y sucesivos nubarrones fueron ocultando el brillo de la cultura mozárabe de antaño. Se estará preguntando ¿y todo esto qué tiene que ver con Ugíjar?. Se carece de datos de época tan remota, pero los acontecimientos históricos que se relatan son tan cercanos (Jubiles, Berja, Guadix, Granada) que el impacto provocado en nuestro pueblo tuvo que ser, necesariamente, intenso. Y al vernos involucrados en los hechos relatados, nuestro pasado sería muy similar a lo narrado. El siguiente testimonio documental confirma los expuesto anteriormente: «Entre estos mozárabes apasionadamente fieles a su fe se distinguían los alpujarreños. El moro Razi dice de ellos, que mucho tiempo después de haber conquistado los alábares, en España se defendieron los cristianos en la aspereza de aquella sierra».
Las Luchas Moros y Cristianos
La guerra de Granada se ha presentado como el último gran episodio de la larga serie de luchas entre moros y cristianos, la última baza de la Reconquista. Incluso, algunos, con un carácter más romántico y novelesco la han presentado como un episodio en el que se dieron cita: - el enfrentamiento tribal (Zegries y Abencerrajes). - el dinástico (Muley Hacen y Boabdil). - el despecho amoroso (Zoraya-Aixa). Pero rara vez se ha presentado, o se ha explicado el carácter social de la guerra de Granada, y desde luego también lo tuvo Aún a costa de que la necesidad de clarificación nos lleve a un exceso de simplificar los hechos. Digamos, que el sector aristocrático y el popular, que nada tenían que perder con la conquista de los Reyes Católicos. Unos porque se habían garantizado el respeto de sus propiedades. Y otros porque nada tenían. Eran partidarios de la rendición y se agrupaban en torno a Boabdil. Aristócratas como: - Cad y Nazar los hijos de Zoraya y Muley - Hacen. Convertidos al cristianismo y futuros infantes don Femando y don Juan de Granada. - Yahyaal-Nayyar. Convertido igualmente al cristianismo. - Abul-Qasim al-Mulin. - Yusuf lbn Kumasa. Un hijo suyo recibió el bautismo. - Muhammad Faqih, llamado Hamete "El Pequenni". - Ahmad al- Ulaylas. - Ridwan Bannigas. Cuyos descendientes abrazaron el cristianismo y formaron el núcleo de la familia Venegas. Estos aristócratas y los habitantes menesterosos del Albaicín, eran los representante paradigmáticos del sector colaborador de Boabdil. Por el contrario el ejército, la incipiente burguesía, pequeños propietarios agrícolas, comerciantes, artesanos influyentes y sobre todo el sector religioso, era acérrimo defensor de la resistencia a ultranza. Negaba toda posibilidad de entendimiento con los Reyes Católicos y se agrupaba en torno al hermano de Muley Hacen y tío de Boabdil "El Zagal" -El Valiente- recriminando la actuación de Boabdil, a quien tildaban de cobarde, traidor y apóstata. No olvidemos que Boabdil fue condenado públicamente por los alfaquies granadinos como príncipe incapaz de defender la fe del islam en uno de los episodios menos conocido y más singular de este enfrentamiento. El enfrentamiento entre estos dos bandos se manifestó con especial virulencia a partir de 1486. ¿Por qué bando optó Ugíjar? Su carácter administrativo y urbano, le harían proclive a una población artesanal y comercial de la que sabemos que apoyaba "Al Zagal", sobre todo por la influencia religiosa, muy fuerte en Ugíjar. Sabemos que contaba con cinco mezquitas y rábitas u oratorios, lo que nos deja pocos resquicios a la duda. Pero para disipar cualquiera, queremos apoyar con un testimonio histórico y dos documentos cuanto llevamos dicho. Este testimonio se refiere al carácter social de la Guerra de Granada: «"Bandas armadas recorrían las calles, algunas dando vivas a Boabdil y otras a su padre. Cuando se encontraban las facciones opuestas, luchaban furiosamente y sin misericordia. Todas las plazas públicas se convirtieron en lugares de batalla. La gran masa popular estaba a favor del rey Chico, pero era una multitud indisciplinado y sin elevadas miras; parte de esta gente se hallaban regularmente armadas, pero la mayoría salió a la palestra con las herramientas propias de sus reposados oficios. Las tropas del viejo Rey, entre las cuales figuraban muchos orgullosos caballeros de gran valor, desalojaron pronto aquella chusma de las plazas, pero ella logró atrincherarse en las calles y veredas, donde levantó barricadas y convirtió sus casas en fortalezas, luchando desesperadamente desde las ventanas y techos y más de un guerrero de la mejor sangre de Granada, cayó en esta contienda civil a manos de plebeyos provistos de armas viles." » Y «"Por otra parte en Granada vivía una gran muchedumbre de gentes de todas partes, arruinadas por la guerra, exasperadas por los sufrimientos y anhelantes de vengarse; junto con otras criadas en plena guerra, quienes vivían únicamente de la espada y un retorno a la paz podría dejarlos sin hogar ni esperanzas. Además de estas dos clases, existía otra no menos fiera y belicosa, pera animada de un más elevado espíritu; estos eran los valerosos caballeros de los más antiguos linajes, quienes habían heredado un mortal odio a los cristianos, de sus más remotos antecesores. Y antes preferían la muerte que Granada, su ilustre Granada, asiento por tantos años de la grandeza, poderío y delicia de los moros, volviese a las manos de los incrédulos cristianos."» Los dos documentos históricos, ambos de un gran valor para el conocimiento y el estudio de la historia de Ugíjar se refieren a una carta de Boabdil solicitando la obediencia a los habitantes de Ugíjar que le habían sido hostiles y otra dirigida por un jefe de Ugíjar a Aben Comixa el visir de Boabdil y a quién le solicita protección militar, señal evidente de que se encuentra asustado y rodeado de gente poco fiel.
Carta de Boabdil a los jeques de la taha de Ugíjar y al adelantado Abulcasín Alasar y a otros de la alquería de Picena, 16 de diciembre de 1489. «"En el nombre de Dios (Alá) Clemente y Misericordioso. Dios bendiga a nuestro Señor Mahoma, a su familia y compañeros, y les dé la salvación más cumplida. Del Siervo de Dios (Abdala o Boabdil) emir de muslimes Mohamed Algalib Bilá, hijo de nuestro señor emir de los muslimes Abulhasán, hijo del emir de los muslimes Abunnazar, hijo del príncipe benéfico Abulhasan, hijo del emir de los muslimes Abulhachac, hijo del emir de los muslimes Abulnalid, hijo de Nazar. A nuestros amados en Dios y nuestros amigos, los visires, jeques y signatarios de la gente de la taa de Ugijar, y al adelantado honorable, bravo, amado y cumplido Abulcasín Alasal y a los restantes adelantados y dignatarios de la alquería de Picena (Dios la conserve y le haga perdurar su honor y dignidad) la salud y la Misericordia de Dios y sus bendiciones. Os escribimos esto desde la Alcazaba de Granada, Dios la conserve en la prosperidad más completa. La alabanza sea para Dios. Después de esto (Dios os conceda su gracia), (os hacemos saber) que nuestra Magestad, Dios la proteja, no ha cesado de hacer llamamiento al bien y a la paz, de conducir por el camino de la libertad y de la prosperidad, de mover a los muslimes a entrar en feliz reconciliación con él, y de evitar que salieran de su obediencia tanto los próximos como los remotos; aunque esos pueblos no han dejado de imposibilitar la paz entre nosotros y ellos hasta dar lugar a lo que Dios ha dispuesto en el asunto de Baza, cuya pérdida ha llenado de dolor a los muslimes y ha aminorado el Occidente de la religión. Pero nosotros somos de Dios y nosotros a El nos convertimos en una calamidad, y seguramente afligirá a sus causantes de la aflicción; pues ahora es necesario a los muslimes que consideren el resultado de su manera de conducirse con la mayor atención posible, que reflexionen con toda rectitud de juicio sobre su situación y potencialidad, que hagan cesar su revueltas y parcialidades y corran presurosos hacia el bien con firme resolución y diligencia. Y os notificamos que nosotros hemos decretado ya una amnistía feliz por dos años y extensiva a todo el que entre en ella con la gente de nuestro estado y os ordena rectamente, así como a todos los muslimes, para aceptar estos consejos reiterados en bien del estado de cosas, consecución de las esperanzas y apaciguamiento de estas turbulencias, y quizás haga Dios que tras de la desgracia, sobrevenga la felicidad, ordenando a los mulismes dispersos y ensalzando la causa santa para que confiese única y públicamente su absoluta unicidad. Acudid, pues presurosos hacia el bien a cuya entrada os invita- mos, pedid de conformidad con la recta razón y el derecho a ella ajustado, sed en el buen concepto que de vosotros tenemos y en vías de fácil acceso, y para vosotros de nuestra parte sea la amnistía completa y el perdón general y absoluto. Dios que es excelso, haga perdurable vuestra dignidad y guarde vuestra tierra, y la salutación ilustre y perpetua sea sobre vosotros, así como la Misericordia de Dios y sus bendiciones. "» Fue escrita en 22 del mes Almoharrem, primero del año 895 (16 de diciembre de 1489). El documento se encuentra en el archivo de la Casa de Zafra leg. A. Y el original fue traducido por don Mariano Gaspar y Remiro. El sobre que la contenía traducido por don Antonio Almagro Cárdenas dice: "Al adelantado de la parte interior de las tierras fronterizas el emir Ybrahin Alacal a todos los ministros, jeques y cadies de la jurisdicción de la taha de Ugíjar la colindante, la gloriosa, la próspera. Dios aumente la gloria de ellos y les remunere con su premio." Relación de una carta que envía Abulcacin Aben Carboz de Ugíjar para Aben Comixa. «"Haze saber quel día del jueves pasado rescibió una carta de paterna que se la dio a un onbre, que no le conoscía, y que le dixo que era letra de abdala alharoni, y la dicha letra era para los almocádenes de la dicha paterna, para que se junten e nagan su partido, y el traya que aquella carta non era del haroni sino (de) horchiza; y le dixeron quel toy lleuaua y traya cartas, y que escriuió sobre ello para que puedan a él é al que truxo la carta. Y así lo hizieron. Y le dizen al dicho alguasil, que tiene muchos enemigos y que está en peligro, y que le ruega que le embie siquiera dos escuderos, y que está puesto a su servicio, etc."» Original archivo de la Casa de Zafra, carpeta E número 13. Entendemos, con sobradas razones, que estas dos cartas son prueba más que suficiente para poder afirmar que durante la guerra civil de Granada Ugíjar optó por el partido del "Zagal ". No hemos encontrado en la bibliografía histórica que hemos manejado, ninguna alusión acerca del bando que siguió Ugíjar. Por lo que adelantamos esta afirmación en primicia, sustentándola con las pruebas que anteceden. De la Guerra civil durante el asedio de Granada Rachel Arié ha escrito:
'«"En marzo de 1486, Boabdil consiguió unir a su causa a un buen número de habitantes del arrabal del Albaicín en Granada. Los ganaderos y los campesinos que allí residen deseaban vivir en paz con los cristianos. Los otros barrios de Granada se mantuvieron fieles al emir Muhammad b. Sad. Durante más de dos meses tuvo lugar una atroz batalla en la capital nazarí durante la cual algunos granadinos dirigieron sus catapultas y sus bocas de fuego contra sus correligionarios del Albaicín desde lo alto de las murallas de la Alcazaba (3 rabi 1- 15 Yumada 1 y 892/9 de marzo- 20 de mayo de 1486). Pero los refuerzos enviados por Boabdil a los habitantes del Albaicín eran insuficientes y el príncipe, que les había prometido acudir a Granada, fue a Loja. Hubo, pues, que negociar, a iniciativa de los juristas. Boabdil reconoció a su tío como soberano. A cambio, conservaba sus posesiones en la parte oriental del emirato granadino. "»'
La conquista de Granada
Después de casi 800 años de presencia musulmana, son ahora los hombres y las fuerzas del reino castellano, quienes ponen fin a la dominación árabe. Proclamándose vencedores quienes, hasta entonces eran los vencidos (cristianos-mozárabes) y padeciendo parecido calvario quienes, antes eran vencedores (moriscos). Las etapas de ese duro calvario fueron similares: 1.- Entrega mediante promesas de respeto a sus creencias y rasgos culturales. 2.- Olvido e incumplimiento progresivo de sus «libertades». 3.- Estallido de violencia en forma de sublevación (los mozárabes lo hicieron con lbn-Hafsun; los moriscos lo harán con Aben-Humeya). 4.- Derrota, expulsión y pérdida de su cultura, que desaparece de la manifestación oficial de la vida social, si bien pueden pervivir rasgos de la misma de forma más o menos «subliminal» bajo la cultura dominante. Pero no adelantemos acontecimientos y retrotraigámonos al momento en el cual, tras diez años de asedio diplomático y militar, los Reyes Católicos recogen el último grano de esa Granada que Fernando de Aragón prometió tomar uno a uno. Es el día 2 de Enero del año 1492, la entrega de la ciudad, previamente pactada y concertada. El último Rey moro, el desdichado Boabdil, ha salido de la Alhambra por lugares poco transitados para no crear tumultos en la población. Los Reyes Católicos esperan la señal convenida, que no era otra que la gran cruz de plata del Cardenal sobre la Torre de la Vela. La cruz, signo de perdón y salvación, compañía permanente de sus católicas majestades, como símbolo de su compromiso religioso. Dejemos hablar a la historia:
«El cardenal Don Pedro González de Mendoza, arzobispo de Toledo [...] el cardenal entró luego en la Alhambra, y hallando todas las puertas abiertas, el alcaide Aben Comixa se la entregó y se apoderó della y a un mesmo tiempo ocupó las torres Bermejas y una torre que estaba en la puerta de la calle Los Goméres; y mandando arbolar la cruz de plata que le traían delante, y el estandarte real sobre la torre de la campana, como sus altezas se lo habían mandado, dio señal de que las fortalezas estaban por ellos».La nueva corte de Boabdil
Cuando Boabdil se traslada a La Alpujarra fija su residencia en Láujar de Andarax en detrimento de Ugíjar. ¿Qué motivos llevaron al "Rey Chiquito" a prescindir de Ugíjar, cuyo protagonismo estaba fuera de toda duda, para establecer su nueva corte? Intentaremos, con la ayuda de la documentación histórica disponible, responder a estas interrogantes. Fundamentalmente, tres motivos incidieron, inclinando a Láujar, la elección como residencia del último Rey moro de Granada.
1.- Razones Económicas. De acuerdo con el presente documento: « "Entre las tierras que Boabdil tiene por juro de heredad se nombran la siguientes taas, en el acuerdo de marzo: - Andarax y Luchar, que le renta 4.7000 pesantes por año. - Berja y Marchena con 50.000 ps/año. - Ugíjar con 22.000 ps/año y Jubiles, con 30.000 ps/año; lo que hace un total de 149.000 ps/año de renta en dinero, esto sin las herencias é las penas e justicia, é sin el pan quedan renta por cada arado, é sin las gallinas que le dan en algunas parte, é sin los hornos de la seda, é sin otras coasa menudas que no entran en la dicha renta de dinero"». Enormemente revelador de la riqueza y capacidad contributiva de cada taha. Se supone que la que más contribuye es la más rica. Aparece Laujar de Andarax como la segunda en pago de rentas. Boabdil eligió, pues, la zona más próspera y con mayor riqueza como residencia habitual. Alejada convenientemente del poder militar de la corona y de los grandes aristócratas-terratenientes del Reino de Granada. Representados por las fuerzas instaladas en ambas capitales de provincia (Granada y Almería) y por los dominios territoriales de: Marqués de los Vélez (Adelantado de la provincia de Murcia). Marqués de Mondéjar (Capitán General del Reino de Granada). D. Rodrigo de Mendoza (Marquesado del Cenete). Duque de Sesa (Señorío de Órgiva) etc., etc. Por otra parte, la situación geográfica del enclave de su residencia, le permitía un control adecuado del territorio, dado el carácter central de su ubicación. Y la cercanía a la costa de Adra, le garantizaba una posibilidad de ayuda rápida, o de evacuación inmediata como se observa en la insistencia con la que se reclama este enclave de Adra en la Capitulación Secreta.
2.- Razones Sociales. En la guerra civil de Granada, durante el enfrentamiento entre Boabdil y "El Zagal" los habitantes fueron hostiles al primero y esto explicaría por qué en el momento de elegir su residencia, recordase antiguas infidelidades.
3.- Razones Estratégicas. Sin lugar a dudas son las determinadas y fundamentales. Boabdil, que nunca anduvo sobrado de temerosidad ni valentía, perseguido por unos, odiado por otros y desamparado por casi todos. Procuró rodearse de la mayor protección militar posible. ¿Se la podía dar Ugíjar? Evidentemente no. Su situación en le fértil llanura del valle del río Adra. Con fácil acceso y difícil resistencia, para dominarla, los montes que la circundan solo podía ofrecer la protección de un castillo. Boabdil, no pudo elegir una resistencia sin fortaleza militar defendiendo donde hacerse fuerte. Y se decantó por la existencia en Láujar.
El Castillo de Ugíjar
Ugíjar como cabeza de taha, tuvo su castillo y existen referencias históricas de su existencia. No quedan vestigios naturales de su construcción y posiblemente cuando Boabdil se retiró a Andarax, ya había sido destruido. En el documento de las Capitulaciones, al nombran Purchena y Andarax, se hace mención expresa de su fortaleza o alcazaba, sin embargo al nombrar a Ugíjar, no se menciona alcazaba alguna, lo que vendría a demostrar que ya estaba destruida. Por otra parte sabemos de las campañas de Fernando el Católico en la primera revuelta morisca, cuando personalmente interviene y destruye algunas fortalezas de la Alpujarra, como las de Lanjarón y Andarax . ¿Y Ugíjar? Si esta no se destruye, es porque ya lo estaba sin lugar a dudas. En caso contrario la sagacidad y arrojo de Fernando de Aragón no lo hubiese permitido. Esta tenacidad de don Fernando en abatir el poder enemigo era tal que el año 1.500 los capítulos de corregidores prohibían construir torres o casas fuertes particulares sin permiso del rey. El castillo de Ugijar debió de destruirse, precisamente, en las luchas civiles entre "El Zagal" y Boabdil. Su construcción de tapial tan propia del mundo islámico y de su arquitectura militar, ha contribuido a facilitar la falta de vestigios materiales. De tapial están construidas la muralla de Granada, la alcazaba de Guadix y la propia Alhambra, por solo citar tres construcciones militares nazaritas. El castillo de Ugíjar, de este efímero material, solo dejó el recuerdo y el testimonio heráldico de su escudo.
La rebelión Morisca
Historia del Rebelión de los moriscos del Reino de Granada. Libro 1 Capítulo XXVII. « "En aquel año y el siguiente, que fue de 1500, se rebelaron algunos lugares, diciendo que les quebrantaban los capítulos de las paces con que se habían entregado; y que pues no habían sido culpados en el rebelión, tampoco eran obligados a pasar por lo que los otros hacían para su descargo. Sabidos estos alborotos en Sevilla, el Rey Católico partió para Granada a 27 de enero, y mandó al conde Tendilla y a González Hernández de Córdoba que fuesen sobre el castillo de Güéjar, donde se habían recogido algunos moros de los alzados; los cuales fueron luego sobre él y ganándole le destruyeron, no sin gran daño de la gente de armas que llevaban; porque los enemigos de Dios araron de dos o tres rejas las hazas que estaban al derredor del lugar; y echando toda el agua de las acequias por ellas, empantanaron el campo de manera, que atollaban los caballos hasta las cinchas; y viéndolos embarazados en aquellos atolladeros, cargaban sobre ellos de todas partes los peones sueltos por las lindes y veredas que sabían y los herían y mataban. El conde Lerín, que tenía su estado en el reino de Navarra fue sobre Andarax, porque los moros de aquella taa se habían hecho fuertes en el castillo de Lauxar. Y ganándole por fuerza de armas, voló con pólvora la mezquita mayor, donde se habían recogido las mujeres y niños de aquellos lugares.
Y el rey don Hernando entró por el valle de Lecrín, y cercó y ganó el castillo y lugar de Lanjarón, viernes a 7 días del mes de marzo, llevando consigo al alcaide de los Donceles, al conde de Cifuentes, al comendador mayor de Calatrava, á Gonzalo Mejía, señor de Sanctofimia, y á otros muchos señores y caballeros; y un moro negro, que tenían los alzados por capitán, no queriendo venir, a poder de cristianos ni a dejar de morir moro, se echó la torre abajo, y se hizo pedazos, cuando vio que los otros se rendían. Siendo pues presos los rebeldes con increíble presteza, y allanadas las cosas de la Alpujarra, volvió el Rey a Sevilla; y trayendo consigo a la Reina, tornaron a Granada sábado 23 día del mes de julio. Y en los meses de agosto, setiembre y octubre se convirtieron todos los moros de la Alpujarra y de las ciudades de Almería, Baza, Guadix y de otras muchas villas y lugares del reino de Granada. " ... »Capítulo XIII.- Cómo los lugares de la Taa de Uxixar se alzaron y la descripción de ella «La Taa de Uxixar está en medio de la Alpuxarra: es tierra quebrada, aunque no tan fragosa como las otras taas que hemos dicho, la cual continúa a poniente con la Taa de Jubiles, á tramontana con la Sierra Nevada, al mediodía con el Cehel Grande, y con Tierra de Adra, y á levante con la Taa de Andarax. Cogese en esta tierra cantidad de pan, trigo cebada, panizo y alcandia y tiene muy buenos pastos para ganados mayores y menores. La cría de la seda no es tanta en Uxixar, ni se hace tan fina como en las otras taas, ni tienen los moradores tantas arboledas. A levante y á mediodía cerca esta taa un río, que procede de unas fuentes, que salen de la laguna grande que se hace en la cumbre alta de la Sierra Nevada cerca del puerto de la Ravah, que en arábigo quiere decir recogimiento de aguas. Este río hace al principio dos brazos, el mayor corre hacia poniente, y va haciendo muchas vueltas y ensenadas sin llegar á lugar poblado hasta Escariantes, y allí se juntan con él otros dos ríos que proceden también de la mesma sierra. El otro brazo corre hacia levante, y atravesando la taa, viene á pasar a poniente de Uxixar de Albacete, que así llaman los moros este lugar, el qual tuvo título de ciudad, siendo el rey Abdilchi Zogoybi señor de la Alpuxarra. De la mesma fuente que sale el río que hemos dicho, procede otro que lleva su corriente más a levante, y va á pasar junto con el lugar de Laroles; y de allí vuelve a Uxixar y se junta con otro brazo, que procede de otra fuente que nace a levante de la laguna dicha, en unas sierras mas baxas, al qual llaman después los moradores río de Paterna, del nombre de un lugar por donde pasan estas aguas todas, corriendo hácia el mar Mediterráneo o, toman en medio a Uxixar, y después se van a juntar par del lugar de Darrical, y de allí van a entrar en el mar cerca de la villa de Adra; y por esta razón llaman aquel río, quando ya van las aguas todas juntas, río de Adra. Hay en toda la taa de Uxixar diez y nueve lugares llamados, Darrical, Escariantes, Lucaynena, Chirin, Soprol, Umqueyra, Pezcina, Laroles, Unduron, Xugar, Mayrena, Cargelina, Almóceta, El Fex, Nechit, Mecina de Alfahar, Torrillas, Anqueyra y Uxixar de Albacete, que, como queda dicho, es el principal y tiene título de ciudad; y allí reside de ordinario el juzgado civil y criminal, alguaciles y escribanos, y un alcalde mayor que pone el corregidor de Granada para que administre justicia en toda la AIpuxarra. Estaba en este tiempo por alcalde Mayor en la Alpuxarra un letrado natural de la villa de Curiel, llamado el Licenciado Leon: el qual había sido avisado del alzamiento que los moros querían hacer tres días antes que se comenzasen á levantar, porque el licenciado Torrijos, beneficiado de Darrical les había dicho secretamente á él y al Abad Mayor de Uxixar, que se llamaba el Maestro Don Diego Pérez y era natural de Illescas, como unos moriscos amigos suyos le habían certificado, que sin duda resucitaban los granadinos el rebelión pasado, y quería con mucha brevedad: y con este aviso había mandado pregonar que so pena de la vida todos los christianos del pueblo se recogiesen luego a la iglesia, por estar en sitio asaz fuerte para batalla de manos; y porque esto se hiciese con brevedad, y sin escándalo, había echado fama que tenía nueva cierta que venían más de mil turcos y moros de Berbería a llevarse de aquel lugar. Los christianos pues no se pudiendo persuadiz a que esto fuese verdad, habían hecho burla del pregón, diciendo, que como habían de llegar turcos á Uxixar, cosa que jamás habían hecho, especialmente en hibierno con tan recios temporales como hacia; y como sucedió en tan breve el rebato que les dieron el viernes los monfis, que dexaban muerto al capitán Diego de Herrera en Cadiar, hallándose todos desaparecidos, unos desarmados, y muchos desnudos de camisa, se fueron a meter en la iglesia, y en dos torres que tenían en sus casas dos vecinos, que la mayor era de Miguel de Roxas, morisco, y la otra estaba en casa de Pedro López, difunto, escribano mayor que había sido de aquel juzgado. En la iglesia que era grande y muy fuerte, se metieron el alcalde mayor, y el abad mayor, y los canonigos, y mucha gente armada de arcabuces y ballestas; en la torre de Miguel de Roxas el alguacil mayor llamado Diego de Villayzan, y con el algunos moriscos y christianos; y en la de la casa de Pedro López otros vecinos particulares. Estas tres torres están en triángulo puestas de manera, que los de dentro no dexaban asomar a nadie por las calles, que los enclavaban luego con los arcabuces, y tenían mucha munición que tirar, porque les había traído dos días antes catorce arrobas de pólvora de Málaga y el alcalde mayor había repartidora entre los arcabuceros, y de esta causa de monfis no habían hecho otro efecto mas que quebrantar la cárcel, y soltar los moriscos presos, y quebrar las puertas de los escritorios de los escribanos, y quemar todos los procesos. Luego el siguiente día, que fue sábado, primero día de Pascua, recogieron todos los moriscos y moriscas del lugar, y se fueron los hombres de guerra a poner en la rambla de Burburon, dos tiros de arcabuz de allí, donde no los descubrían los de las torres, aguardando a que llegasen Don Hernando el Zaguer y el Partal de Narila, que habían ido a recoger la gente de los lugares comarcanos para combatirla de propósito, no se atreviendo con ellas los que allí estaban. » Capítulo XIV: Cómo el Capitán Diego Gasca tuvo aviso que había moros en la tierra, y partío de Dalias en su búsqueda y cómo llegó a Uxixar estando alzado el lugar. «Estaba en este tiempo alojado en Dalias el capitán Diego Gasca, vecino de Málaga, y tenía consigo cuarenta caballos de los de su compañía: el qual siendo avisado el viernes por uno de los soldados, que diximos que escaparon de Cadiar, como había moros enemigos en la tierra, y del estrago que dexaban hecho en la gente del capitán Herrera, determino de ir luego en su busca; y porque le pareció que seria menester mas golpe de gente de la que llevaba, despachó una carta a Don García de Villa Roel, capitán de la gente de guerra de la ciudad de Almeria, dándole aviso como iba en busca de aquellos moros la vuelta de Uxixar, para que se aprestase y le saliese a favorecer Don García no lo pudo hacer, porque tenía más cierta nueva que él del rebelión: y habiendo tan poca gente en la ciudad, y tantos moriscos vecinos, no se atrevió á dexarla sola en aquella ocasión. Diego Gasca fue a la villa de Adra, y no hallando nueva que hubiese desembarcado moros de Berbereia, paso a Verja, y de allí á Darrical, donde sabia que moraba el licenciado Torrijos, para tomar lengua de él, y cuando llego al lugar, que seria más de media noche, halló la gente toda ida, y la casa de Torrijos sola, y entendiendo que estaba en la torre de la iglesia, fue allá; y hallando la puente levadiza alzada, y alguna ropa puesta por las ventanas, hizo dar Voces llamándole: mas era por demás, porque no estaba allí, que habiéndose recogido dentro con su familia, había venido a él un morisco del lugar de Lucaynena, vecino y amigo suyo, a prima noche, y hecho que se fuese con él antes que los alzados llegasen á cercarle; y le había llevado a una cueva en la falda de la Sierra de Gádor, le pareció que estaría más seguro hasta ver en que paraban los negocios; y de industria había dexado la puente levadiza alzada, y aquella ropa puesta por las ventanas, para que entendiesen las que viniesen que estaba dentro. Diego Gasca creyendo que no quería responder comenzó á deshonrarse, y pasando adelante llegó a vista de Uxixar el domingo por la mañana, y se puso en un viso, á donde le podían descubrir muy bien los christianos de las torres: los quales comenzaron a hacer gran fiesta y regocijo, tendiendo las banderas y campeandolas, y tirando con los arcabuces a los enemigos: porque viendo gente de á caballo, entendieron que les iba socorro. Los moros creyendo lo mesmo se pusieron en huida por aquellas sierras; más presto se les aguó a los nuestros su contento, porque Diego Gasca viendo que la tierra estaba alzada, y que los moros a gran priesa tomaban las sierra, entendió que iban á atajar el paso por do había de volver, sin haber para que, se fue retirando la vuelta de Adra, con un escudero menos que le mataron en el camino. Este socorro había sido muy á tiempo, y se salvará toda la gente christiana que había en Uxixar, si nuestros caballos entráran en el pueblo, porque se juntáran con ellos los peones, que eran muchos, y pudieran retirarse seguramente á la villa de Adra. Y aun por ventura hicieran algún buen efecto, con que los rebeldes no pasaran adelante con su maldad; porque según entendimos de algunos hombres fidedignos, Don Fernando el Zaguer, arrepentido del daño hecho, y viendo su perdición en las manos, había dicho a los apuxarrennos, que con él estaban, aquel mesmo día: «hermanos, nosotros vamos perdidos: engañado nos han los monfi: los granadinos quieren hacer su negocio con nuestras cabezas, busquemos otros remedios», y casi tenían convertidos algunnos de los principales á que se volviesen á sus casas. » Capítulo XV: Cómo los rebeldes volvieron a Uxixar, y cómo batieron las torres donde estaban los christianos, y se les rindieron. « Vuelto pues Diego Gasca á la villa de Adra, los alzados tornaron á ponerse en la ramble de Burburon, y desde allí fueron de parte de noche á las casas, y horadando de unas en otras, porque no osaban descubrirse por las calles por miedo de los arcabuceros de las torres, llegaron á casa de Pedro López, y entrando por ella, cercaron la torre, que era toda hecha de madera, y poniéndole fuego, quemaron la puente levadiza, y creció la llama tanto, que los de dentro pidieron que se querían dar á partido. Y siendo admitidos, mientras descolgaban las mugeres con sogas, que no podían salir por la puerta que ocupaba el fuego, se quemaron casi todos los hombres, sin poderlos remediar. Vista esta crueldad, los de la otra torre de Miguel de Roxas, donde estaban algunos moriscos sus parientes, y Andres Alguacil, hombre rico y de los principales de la Alpuxarra, y el alguacil mayor y otros veinte cristianos, hubieron por bien de rendirse, entregando a los moros la torre del propio alguacil mayor; el qual fue luego por su mandato á tratar con el alcalde mayor que rindiese la de la iglesias diciendo, que le harían qualquier honesto partido, y para que pudiese hacer con toda seguridad, se dieron rehenes de una parte á otra: los moros dieron dos hijos y un sobrino de Miguel de Roxas, y los christianos á Bartolomé Quixada y á un hijo suyo, y á Gonzalo Pérez, canonigo de aquella iglesia, hermano del Abad Mayor, y á Juan Sánchez de Piñar y á un hijo suyo, y á Geronimo de Aponte, procurador, y á Bartolome Quixada, escribano público de aquel juzgado. Lo que se capituló fue: « Que los christianos pagasen á ciento y diez ducados por cada cabeza, y que dexasen las armas y los dexarian ir donde quisiesen; y los moros prometieron de llevarlos sanos y salvos á tierra de Guadix, o de Baza; y que en este concierto entrasen el licenciado Torrijos, y el dotor Bravo, abogado, que estaba en el lugar de Picena, que « no había querido encerrarse en la torre». Dados los rehenes, entraron muchos moros en la iglesia, y comenzaron á tratarse amigablemente con los christianos, abrazándose unos á otros; y cierto parecía estar ya todo concluido y acabado, si el propio alcalde mayor no lo desbaratara. Porfiaba este hombre con los rehenes, que no le habían de llevar á él nada por su cabeza, ni por las de su muger y hijas, sino que los habían de poner libremente en Guadix, y como no quisiesen venir en ello los moros, diciendo, que todos habían de ir por un rasero, y que había de pagar él el primero, comenzó á dar grandes voces, diciendo: afuera, afuera; tiradles, tiradles á estos perros descreídos, qué no mantienen fe ni palabra, que estos rehenes me asegurarán la cabeza hasta que me venga socorro; y metiéndose en la torre, hizo alzar la puente levadiza, y se puso en defensa, y si advirtiera desde el principio en defender toda la iglesia, pudiera ser que no se perdiera; porque demás de que era fuerte, tuvo lugar de meter dentro agua y bastimento para más de un mes, y los moros no pudieran llegar a quemar la torre, como lo hicieron. Mas como hombre mal plático en cosas de guerra, entendiendo que no podía durar aquel negocio muchos días, y que resistiría allí mejor el impetú de los alzados, mientras le iba socorro: y aun porque los christianos hecho el concierto no se le huyesen, como lo habían comenzado á hacer algunos, dexo el cuerpo de la iglesia, y un reducto que estaba delante de la puerta, y se metió en la torre con toda la gente. Los moros llegaron de golpe, y por las espaldas de la iglesia rompieron la sacristía con picos y barras de hierro, y entraron dentro, sin hallar más resistencia que la de un pobre christiano que mataron; y hicieron pedazos las cruces y los retablos, y el arca del santísimo sacramento, y robando los ornamentos sagrados, en escarnio de nuestra santa fe, tomaban las casullas y las albas, y se las vestían al reves; y después hicieron bonetes, calzones y ropetas de todo ello. Ganada la iglesia, fueron mejorándose por aquella parte de manera, que vinieron á estar tan fuertes como los nuestros en su torre, y cavando munchos hoyos debaxo la puente levadiza, los hinchieron de aceyte, y arrimaron sobre ellos muchos haces de leña, y la madera de los retablos, escaños y bancos de la iglesia, y gran cantidad de zarzos de cañas y tascos untados con aceyte, y le pusieron fuego. Los christianos tapiaron con barro y piedra la puerta de la torre de manera, que aunque se quemo la puente levadiza, no podía entrar la llama dentro; mas era tan grande el calor del fuego, que transpasando las paredes, causaba gran sequedad y sed a los que estaban faltos de agua y de todo refrigerio, acompañados del clamor de las mugeres y niños. Hubo algunos hombres esforzados que quisieron salir á pelear con los enemigos, entendiendo poder romper por ellos, y ponerse en libertad y con esta determinación el Abad Mayor consumió el santísimo sacramento, y se confesaron y encomendaron todos á Dios; y pusieranlo en efecto, si las piadosas lágrimas de las mugeres, que dexaban desamparadas, no lo estorváran, y les hicieron tomar otro partido que les habían ofrecido los moros; y no hubiera sido tan mal remedio para asegurar las vidas, si los rebeldes, faltos de fe y caridad, les guardaran la palabra que les dieron. Habiéndose pues veinte y quatro horas que los combatía la llama, creciendo cada hora más la violencia del fuego, y el número de la gente que de toda la comarca venia, por hallarse en aquel sacrificio, los pobres christianos comenzaban a descolgarse de la torre por una soga, no pudiendo salir por la puerta que ardía; y siendo tantos, fue necesario que tardasen más de veinte horas por el embarazo de las mugeres y de los niños; y como llegaban al suelo, el regalo que aquellos enemigos de Dios le hacían, era darle muchos palos y puñaladas y desnudando á todos los hombres, les ataban las manos atrás, y los encerraban en la iglesia. Luego entraron en la torre, y apagando el fuego, saquearon lo que hallaron dentro; y como hereges y malos, que no querían carecer de culpa, ni escusarla, antes obligarse unos á otros con mayores delitos y excesos, para que todos desconfiasen de poder alcanzar perdón, hicieron grandísimos sacrilegios y maldades, sin respetar á cosa divina ni humana. »
Los Mártires de Ugíjar
Capítulo XVI. Cómo los alzados mataron los christianos que se les habían rendido en las torres de Uxixar; y cómo el Zaguer, arrepentido de lo hecho, quisiera que no pasara adelante el negocio del rebelión. «Cumpliendo pues los hereges rebeldes el cruel mandato de Farax Abenfarax, como si en ello estuviera su felicidad, otro día bien de mañana se pusieron los monfis y gandules en el cementerio de la iglesia, y diciendo a los christianos, que los llevaban a juntar con los de la torre de Miguel de Roxas, los sacaron de la iglesia de dos en dos con las manos atadas atrás, desnudos y descalzos, y los mataron cruelmente á lanzadas y cuchilladas. Quedaron algunos con las vidas porque tuvieron amigos que los favorecieron en aquel punto, especialmente, oficiales, herreros, alpargateros, carpinteros, y sastres, y entre ellos el hermano del abad mayor, y Francisco Geronimo de Aponte, y Juan Sánchez de Piñar, y otros de los rehenes, que después hizo matar al solemne traydor de Abenfarax. Solo a Geronimo de Aponte, y Juan Sánchez de Piñar los tuvo el Zaguer en parte segura, porque no los matasen, entendiendo que le serían de provecho algún día, por la mucha amistad que tenía con ellos. Viendo pues el abad mayor sacar á matar aquellos christianos y considerando que lo mesmo harían de él, y de todas las mugeres que allí estaban, anduvo de unas en otras exhortandolas á que osasen morir por Jesu-Christo, diciéndoles, que fuesen constantes en su santa fe catholica, que huysen de las tentaciones del demonio, y que confiasen en la bondad de Dios, que les había de dar vida eterna, y andando derramando muchas lágrimas con estas y otras palabras dignas de su buena vida y doctrina, llegó á él un moro gandul, y le dio una puñada en el rostro con tanta fuerza, que le hizo saltar un ojo, y acudiendo otro con una espada le mató; y abriéndole el pecho con un puñal, le sacó el corazón, y llevándolo alto en la mano, comenzó á dar grandes voces, diciendo: «gracias doy á Mahoma, que me dexó ver en mis manos el corazón de este perro christianazo». Al licenciado León y al alguacil mayor encerraron en la capilla de la pila de baptismo, el Zaguer y Diego López Aben Aboo, su sobrino, para tomar venganza de ellos, y allí los tuvieron hasta las diez del día, que los mataron, y porque no quede otras cosas que desear saber al lector, diremos en este lugar la causa porque estos dos moriscos, de los más principales de la Alpuxarra, estaban ayrados contra las justicias de Uxixar. Dos hermanos, de quien esta historia hace mención, llamados Lope el Seniz y Gonzalo el Seniz, vecinos de Berchul, grandes monfis, que salteaban y robaban por los caminos habían muerto pocos meses antes a un mercader llamado Enciso, y a otros christianos, que venían de una feria, por quitarles el dinero que llevaban; y como los concejos de los lugares, en cuyos términos acaecían semejantes delitos, estaban obligados por Provisión Real á dar los dañadores, o pagar los daños, habían aguardado á matarlos en una mojonera entre términos, donde alindan cinco concejos, que son Cadiar, Narila, Bérchul, Mecina de Bombaron y Xeriz del Marquesado del Cenete. El alcalde mayor de la Alpuxarra, que era este licenciado Leon, siendo avisado del delito había procedido contra todos aquellos concejos, pidiéndoles los delinquente, y que pagasen el daño que habían hecho: los quales procuraron descargarse cada qual por su parte, diciendo, que no había sido en su termino; y sin embargo tuvo presos muchos días los alguaciles y regidores, y los condenó, y pareciéndole que cincuenta mil maravedies que tenía de pena cada concejo por qualquier christiano que faltase en su termino, era muy poca condenación, y que convendría que fues mayor para que temiesen, mando que pagase cada concejo mil ducados, y que los alguaciles y regidores estuviesen presos, depositados en las galeras, hasta que diesen los malhechores. De esta sentencia apelaron para Granada, donde estuvieron también presos hasta que se entendió su negocio: y pareciendo a los alcaldes del crimen, que había sido recia cosa querer el alcalde mayor traspasar la ley, y alterarla de su propia autoridad, mandaron darlo á todos en fiado. Viendo esto los hijos de Enciso, acudieron al Consejo Real de su magestad, y pidieron un juez pesquisidor contra ellos. Estaba á la sazon el licenciado Molina de Mosquera, alcalde de Chancilleria de Granada en la Calahorra, procediendo por comisión de la Audiencia Real contra otros monfis, que habían muerto á un hijo de Pedro Diaz de Montoro y á un frayle de la Orden de San Francisco, llamado Fray Diego de Villa Mayor, el día de Santa Catalina de aquel año de mil quinientos sesenta y ocho, y el Consejo Real mandó que se cometiese aquel negocio. De aquí vino que los monfis apresuraron el rebelión por temos de venir á sus manos, porque había prendido más de sesenta de ellos, y ahorcado algunos, quando se rebelaron. Volviendo pues á nuestro propósito, entendiendo Aben Aboo y el Zaguer, que todo el daño y mal que les había venido, había sido por la rigurosa sentencia del alcalde mayor de Uxixar; viniéndoles á la memoria, que cuando estaban presos habían dadole munchas peticiones, pidiendo que los mandase dar enfiado, para poder salir á buscar los malhechores, y no los había querido proveer, respondiendo que las pusiese en el proceso quando lo tuvieron á él yá su alguacil mayor, quisieron vengarse de ellos, y llegándose á la reja de la capilla donde los tenían encerrados Aben Aboo les dixo: «Perros acuerdaseos quando mandastes que traxesemos los monfis que habían muerto á los christianos; veislos aquí, estos que teneis delante son: vosotros nos habéis destruido y tú, mal juez porque otra vez no hagas injusticia, teniéndonos presos, sin haber cometido delito, y nos lleves nuestras haciendas, toma» y allegandose al alcalde mayor, le hendió la cabeza con una hacheta, y dio con el muerto en tierra; y cargando los otros sobre el alguacil mayor, le mataron á cuchilladas, y sacándolos arrastrando de la iglesia, los llevaron al pie de la torre: y hallando allí los tocinos de un puerco cebon, que habían arrojado los moros desde arriba, como cosa desaprovechada, y que no comen, metieron los cuerpos de los christianos entre ellos, y poniendo alrededor muncha leña los quemaron. Murieron este día en Uxixar doscientos y quarenta christianos clerigos y legos, y entre ellos seis canonigos de aquella iglesia, que es colegial. Las mugeres christianas viendo matar delante de sus ojos a sus maridos, á sus hijos, y á sus padres y hermanos, entre miedo y dolor estaban como encantadas, mirándose las unas á las otras, sin poder llorar, ni hacer otro sentimiento, esperando la muerte, y echando secretas plegarias contra los crueles verdugos. Acabada de solenizar la maldad con derramamiento de tanta sangre christiana los traydores, hechos de siervos señores, repartieron las christianas por los lugares comarcanos, para que las mantuviesen, mientras Aben Umeya mandaba lo que se debía de hacer de ellas: y acabaron de robar y destruir la iglesia, como gente barbara, indignada contra todo amor, fe y caridad, desnudos del temos de Dios, y vestidos de crueldad. Hecho esto, Don Hernando el Zaguer, que cada hora conocía mas su perdición, juntando segunda vez los moros mas principales, diciéndoles: «que mirasen que iban todos perdidos: que lo que se había hecho había sido ceguedad muy grande por las ocasiones que habían tenido para ello, que su remedio estaba solamente en decir, que los monfis habían sido autores de todo el mal, pues había tantos, y era la verdad; y que seria más sano a los de la Alpuxarra que el rey Don Felipe mandase ahorcar treinta o cuarenta moriscos, aunque fuese él uno de ellos, que no que perdiesen la tierra, y juntamente los hijos, las mugeres y todas sus haciendas». Mas no bastaron todas estas persuasiones con los bárbaros ayrados, y que sentían ya sus conciencias tan cargadas, que les parecía no haber lugar de misericordia para ellos; y así le repondieron: «que si temía á los christianos, hiciese de sí lo que le pareciese, que no faltarían hombres en la Alpuxarra que la defendiesen». No me parece justo dexar de tratar en este lugar de un niño que los moros mataron este día, lo qual diremos conforme á una información que el arzobispo de Granada mandó hacer sobre ello, que estuvo en nuestro poder, y á lo que algunas de las christianas de las que se hallaron presentes nos dixeron. Estaba en la iglesia de Uxixar un niño de edad de diez años, llamado Gonzalo, hijo de Gonzalo de Valcazer, vecino de Mayrena, el qual viendo que sacaban á matar á su padre, hinco las rodillas en el suelo delante del altar mayor, y llorando tiernamente rezó el credo, y rogó á Dios diese esfuerzo a todos aquellos christianos para morir por su santa fe catholica; y levantándose de la oración con tanto ánimo que admiraba, pasó por junto a su padre, y fue á donde estaba su madre con las otras mugeres, y le dixo: «señora madre, sea vuesa merced constante en la fe de Jesu-Christo y muera por ella, como lo hace mi señor padre», y estándola animando á ella, y á las otras christianas, llegaron á él dos monfis, y le dixeron: «que si quería ser moro le harían mucho bien; que llamase á Mahoma, como hacían ellos». El cual les respondió: «que era christiano, hijo de christianos y había de morir por Jesu-Christo». Y aunque le pusieron una ballesta armada con una xara á los pechos, amenazándole que le matarían, si no llamaba á Mahoma, jamas quiso hacerlo. Y entonces dixo uno de los monfis: «saquemosle fuera, y muera con su padre, que tan perro es como él». Y viendo el niño que las mugeres lloraban por ver que le querían llevar á matar, volvió el rostro á ellas diciéndoles: «señoras, ¿por qué lloran vuesas mercedes? Sepan que todos los christianos, que mueren hoy, son mártires, que padecen por Jesu- Christo, y van á gozar de él». Y volviendo á su madre con un semblante piadoso, le dixo: «Señora madre, de buena gana voy á morir con estos christianos: solo me da pena que la dexo sola, porque ciertamente viendo morir unas muertes tan lindas como estas, no se quien desea quedar en el mundo» y diciendo éstas y otras palabras de consolación y piedad, que parecían exceder á su capacidad, llegaron otros hereges á él, y atándole las manos atrás, le sacaron azotando de la iglesia; y el niño iba diciendo «señores salganmé á ver morir por Jesu- Christo, que voy á gozar de su reino. Señora madre no tenga pena», y tiniendole fuera de la iglesia, volvieron los moros á persuadirle que se tornase moro, y no le matarían; y viendo quan poco les aprovechaba, le llevaron al lugar de Lucaynena, que está media legua de Uxixar, y allí le mataron á cuchilladas, y después le jugaron a la ballesta. Certificonos un moro de los que se hallaron presentes, que hasta que dio el alma a Dios no dexo de llar á Jesu-Christo. Exemplo grande de su divina providencia, y triunfó glorioso de sus enemigos que pensaban triunfar de él».
Turismo
Que visitar
- Santa Lucía
Pequeña ermita que venera a la santa, situada en el barrio de Santa LUCIA
- Calle Adelante
Calle típica del entramado alpujarreño originaria de principios de siglo XVIII
- Museo Franciscano,
Antiguo convento convertido en museo que revive la vida de los frailes franciscanos, En el año 2001 se procedió a restaurar el edificio del antiguo Convento, intentando recuperar su aspecto original. Su iglesia es de cruz latina en una sola nave. Antes de llegar al crucero, en el subsuelo, se abre una cripta para enterramientos de los antiguos frailes. Una cúpula en el transepto, se alza sobre pechinas ricamente ornamentadas, con escudos y decoración vegetal de estuco, en su tiempo policromados, según se puede apreciar en alguno de sus restos. Desde el punto de vista artístico, responde a una obra plenamente barroca. En su iglesia se puede encontrar una amplia muestra de obras sacras y en sus dependencias existe un extenso registro documental histórico-local.
- Ermita de San Antón
Ermita dedicada al santo junto a la plaza del mismo nombre.
- Iglesia de Ugíjar
La portada del siglo XVI, que aunque muy restaurada, conserva los principales elementos típicamente Mudéjares: ladrillos, hornacinas, arcos peraltados, atauriques... La iglesia parroquial (la Anunciación de María) es de origen gótico, de 36 varas de longitud, 12 y media de latitud y 18 de elevación; cuenta en ambos de sus lados 11 capillas, y en la mayor, en la que se da culto al santo Obispo y patrón de Granada, San Cecilio Mártir, hay un magnífico retablo, construido en el año 1.600, un precioso tabernáculo de estuco, y dos cuerpos de sacristía con bastante capacidad. En otra capilla se venera a Ntra. Sra. bajo el título de Martirio, como patrona de la villa y su partido, y a la izquierda se eleva un sagrario de 19 varas de longitud, 6 de latitud y 9 de altura. En su misma dirección se halla una hermosa sala capitular La torre encierra un reloj de esmerada construcción, aunque muy deteriorado. Esta iglesia fue erigida en colegiata el año de 1501, por bula de Inocencio VIII a petición de los Reyes Católicos, cometida al arzobispo de Sevilla, D. Diego Hurtado de Mendoza; componiéndose su cabildo de un abad, que al mismo tiempo ejerce como único párroco de todo el vecindario, y 6 canónigos. Permaneció en el mayor esplendor hasta el año de 1567 en que fue destruida por los moriscos revelados, que prendieron fuego a la capilla mayor, reduciéndola a cenizas, e igualmente el archivo con cuantos documentos y papeles encerraba, relativos a la fundación y demás antecedentes de este santuario. Dentro de su recinto se conserva un espacioso cementerio, compuesto de una anchurosa nave, y en ella más de 200 nichos; mas en el día se halla sin uso, por enterrarse los cadáveres en un panteón descubierto, situado fuera de la población [ ... ], con arreglo a las órdenes vigentes.
- Puerta del Santo
En la calle los jazmines en donde se venera a la virgen de la Aurora.
- Pozo
Pozo del cual fue rescatada la imagen de la santísima virgen del Martirio tras la rebelión morisca.
- Fuente del Arca
Cuyo nombre proviene del la forma de arca del su abrevadero, construido con piedra de cantería y sobre el que vierten sus caños seis hermosos chorros de agua, obra del centralismo borbónico, se utilizaba como distribuidor público
Gastronomía
Véase también: Gastronomía de la provincia de GranadaLa variedad gastronómica de nuestra tierra es tan amplia, que resultaría imposible enumerar todos los platos que la rica cocina de Ugíjar puede ofrecer, no olvidemos que su privilegiado microclima permite el cultivo de frescas hortalizas y de árboles frutales en su vega. Algunos de los platos que, de manera casi exclusiva se pueden degustar en Ugíjar son:
- Liberal
El origen de este plato se atribuye a los cazadores, ya que se elabora con carne de caza; perdiz, liebre, palomas,... En su preparación se utilizan almendras fritas, ajos fritos y crudos, pimienta, todo ello [[carne picada|triturado] y añadido a la carne previamente frita, se deja cocer con mucho caldo y se le añade un poco de arroz cuando ya está prácticamente terminado.
- Migas
Las migas en Ugíjar se hacen con sémola de trigo y aceite de oliva. Resultan ideales para compartir con un grupo de amigos, acompañadas con pimientos secos fritos, tomates secos fritos, rábanos, un buen gazpacho y unas sardinas asadas.
- Molío
Tradicionalmente, la gente de Ugíjar ha preparado aceitunas para su propio consumo. Las aceitunas verdes o negras, una vez partidas se introducen en agua con sal. Esta agua se va cambiando prácticamente a diario hasta que deja de ponerse oscura, momento en que se añade a las aceitunas hinojo, ajos, laurel, etc... La base del molio son aceitunas negras partidas que se condimentan con una salsa elaborada con pimientos secos fritos, ajos crudos y vinagre. Se asa bacalao y se añade troceado a las aceitunas junto con tomates secos fritos también troceados y cebolla cortada muy fina. En la cocina tradicional todavía se preparan comidas como, las pencas con hinojos o los habillones con hinojos, platos muy difíciles de encontrar fuera de las cocinas familiares.
- Dulces
En Ugíjar, se continúan elaborando de manera artesanal deliciosos dulces, con claro sabor morisco. Los Soplillos de almendra, Calabaza confitada, Turrón de almendra o la Meloja nos trasladan de nuevo al reino de Aben Humeya.
Barrios
Fiestas
Feria
Del 8 al 14 de Octubre (Día de Nuestra Sra.Virgen del Martirio)
Virgen del Martirio
Como llegar
-Llegada desde zona Madrid por autovía de Andalucía: Procedente desde Madrid, aproximadamente 30 km, antes de llegar a Granada, nos desviamos dirección Iznalloz y Guadix. En Guadix iremos dirección Almería hasta el cruce de La Calahorra. Atravesaremos el puerto de La Ragua, de 2000 msnm de altura, e iremos a parar a Laroles, donde podemos optar por bajar hacia Cherin, o continuar por Mairena y Mecina Alfahar. Esta ruta nos permite admirar magníficos paisajes, aunque conviene tomarse con calma la conducción, pues no olvidemos que estamos en carreteras de alta montaña.
-Llegada desde Andalucía Occidental por A-92: Antes de llegar a Santa Fe, continuaremos por la Autovía dirección Baza hasta llegar a Guadix. Luego dirección Almería ...
-Desde Granada: Podemos optar por coger la Autovía hacia Madrid y nos desviaremos dirección Baza hasta Guadix o también salir dirección Motril, desviándonos hacia Lanjarón. Antes de llegar a Órgiva podemos desviarnos dirección Capileira con lo que accederíamos a la zona de la Alpujarra Alta. Por Pitres, Pórtugos, Busquístar, Trevélez, Juviles hasta pasar Bérchules donde encontraremos un cruce que nos llevará a Cádiar o Mecina Bombarón. También podemos cruzar Órgiva, ir dirección Torvizcón y Cádiar. Desde Cádiar iremos por Mecina Bombarón, Yegen y Válor. A la salida de Cádiar existe un cruce que indica Yátor. Esta carretera nos llevará también a Ugíjar.
El itinerario mas recomenadable es sin duda Salida de granada direccion Guadix-Almeria-Murcia por la A-92. Desvio hacia Almeria a la atura de Guadix. Desvio hacia Cherin-Ugijar a la Altura de la Calahorra, cruzando el Puesto de la Ragua. Llegaremos a Laroles, desde donde se puede acceder a Ugijat o bien a traves de Picena-Cherin, o bien a través de Mairena-Mechina Alfahar (ambos itinerarios son de similar duracion, si bien el de Picena-Cherin, es mas peligroso por el lamentable estado de abandono de la carretera por nuestra querida Administración)
-Llegada desde Motril Subimos dirección Granada y nos desviamos hacia Vélez Benaudalla hasta llegar a la carretera de Órgiva a Cádiar. Llegada desde Almería Iremos por autovía hasta El Ejido, subiremos dirección Dalías y Berja.
-Llegada desde Almería Iremos por autovía hasta El Ejido, subiremos dirección Dalías y Berja, finalmente seguiremos 30 km más hasta llegar a Ugíjar
-llegada desde Motril por la costa desde motril cogemos direccion adra y en adra nos salimos de la autovia y cogemos direccion berja y cuando estemos en berja direccion las alpujjarras y en las rotondas de las balsicas direccion Ugíjar.
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Ugíjar. Commons
- Página web del Excmo. Ayuntamiento de Ugíjar
- Microweb turística de Ugíjar realizada por el Patronato de Turismo de Granada
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